Presentamos una exposición de argumentos, para utilizar con ánimo de polémica, con respecto al once titular que presente el Real Madrid en su encuentro de esta noche, a las 21:30, contra el Real Valladolid. Ideal para periodistas con carencia de habilidades o deudas que cobrar/pagar o, incluso, para madridistas incapaces de vivir su equipo con placidez.
Las tesis se pueden utilizar tanto antes del partido, una vez se conozca la convocatoria, como después, si el resultado es favorable a la crítica o, incluso, si no fuera así, para provocar resquicios de dudas frente a un buen resultado.
Carvajal, Sergio Ramos, R. Varane, Nacho, Marcelo, Odriozola y F. Mendy.
-Si Zidane mantiene hoy a sus zagueros habituales - Carvajal, Ramos, Varane y Mendy - sería aconsejable destacar el inmovilismo del técnico con respecto a la defensa, una prueba de la falta de fe en su fondo de armario.
En cambio, si opta por introducir algún cambio, sería interesante resaltarlo como un indicio de pérdida de confianza en el sustituido, con especial énfasis si se trata de Mendy (dejar caer que Marcelo es uno de los protegidos de Zidane), de Varane (insinuar que la percepción de Zidane sobre su compatriota ya no es la misma tras lo sucedido en la vuelta de Champions League contra el City) o de Carvajal por Odriozola (¿Y si sirve como recambio por qué lo dejó marchar al Bayern de Munich?).
Modric, Casemiro, Valverde, Odegaard e Isco.
Con respecto a la medular, hay que aprovechar la baja de Kroos para acentuar la gravedad de una ausencia, sea cual sea: “Ni tan siquiera juega con el alemán lesionado…”.
-Si uno de los suplentes es Isco, constatar que “todavía no ha sido titular un solo partido” (cuidado de no mencionar el punto de la temporada en el que nos encontramos).
-Si uno de los suplentes es Odegaard, reafirmar que la esperanza en el noruego se ha diluido y que "se confirma" que a Zidane nunca le gustó (no mencionar que el jugador sale de una lesión, a no ser que se especule con una perspectiva dramática con respecto a la misma).
-Si uno de los suplentes es Valverde, aseverar que el uruguayo no termina de consolidarse tras su buena actuación del fin de semana pasado. Recordar que no es la primera vez que Zidane aparta al charrúa pese a encontrarse en un estado óptimo.
-Si uno de los suplentes es Casemiro, hilarlo con su suplencia en la primera jornada contra la Real Sociedad y sembrar la duda: "¿Qué está sucediendo entre Zidane y Casemiro?"
-Si uno de los suplentes es Modric, incidir en que al croata parece agotársele las fuerzas a sus 35 años: "Igual hubiera sido necesario un centrocampista más en la rotación".

Hazard, Benzema, Asensio, B. Mayoral, Lucas V., Jovic, Vini Jr. y Rodrygo.
El frente de ataque es el más explotable de todos, máxime en esta jornada con la lesión, a última hora, de Eden Hazard que permite el mismo recurso dramático que con la de Kroos: “Ni tan siquiera juega con el belga lesionado…”
-La ausencia de Vinicius Jr. sería, sin duda, la que más juego daría. Sumaría dos partidos consecutivos sin ser titular y, por tanto, "certificaría" que el brasileño no es del agrado de su técnico que no le da minutos ni en ausencia de su competencia directa. Por supuesto, es vital contraponer "el ostracismo en el que le ha sumido Zidane" con la situación privilegiada de Ansu Fati y Joao Félix, a los que cabría presentar como titulares indiscutibles (no conviene recurrir a la estadística en este caso).
-La ausencia de Rodrygo va un poco al hilo de la de Vinicius. Se pueden utilizar los mismos argumentos que con el carioca, pero, además, si se juntan ambos descartes es preferible hacer una enmienda a la totalidad en clave “A Zidane no le gustan los jóvenes” (si el once incluyera a otros jugadores por madurar, como Valverde u Odegaard, obviamente, sería necesario omitirlo)
Si, en cambio, Rodrygo es titular pero su compatriota no, se intensificarían los argumentos expuestos anteriormente contra Vinicius.
-La ausencia de Asensio de inicio se puede aprovechar para suscitar incertidumbre en torno al estado físico del balear. No atender a su falta de minutos, tras su última lesión, como motivo de su suplencia, sino incidir en que "la progresión de Marco se ha estancado". Uniendo el argumento a la lesión de Hazard, también se puede utilizar para cuestionar la planificación de la plantilla en su globalidad.
-La ausencia de Jovic, debería corroborar que el serbio no pasó la prueba del último partido, pero a su vez que Zidane no sabe sacarle provecho a un jugador que ya demostró su aptitud en otro sitio (no es necesario especificar en dónde). Cabe, también, la opción de extender la incapacidad del francés “a todos los que no son de su cuerda”. Es importante mencionar el precio de su fichaje para fortalecer la carga argumental. Expresiones como “es que no le da ni tres partidos seguidos” son muy aconsejables.
-Aunque la ausencia de Mayoral no tiene mucho margen de interpretación, una nula participación en el partido podría leerse como una muestra de la indecisión del francés, que terminó, según la prensa, decantándose por el canterano en su “pulso” con Jovic "Y ahora, en el siguiente partido, le niega el pan y la sal".
-La ausencia de Benzema sería un acontecimiento de gran repercusión al tratarse de uno de los pilares del Madrid de Zizou. Si ocurriese, se podría deducir que Karim necesita descanso tras dos partidos seguidos, de lo cual, a su vez, se colegiría que “solo han sido necesarias tres jornadas para evidenciar que la plantilla está mal confeccionada”, dada la ausencia de recambios de garantías para cubrir los parones que, a su edad, ya necesitaría Benzema.
En sentido contrario, la tercera titularidad seguida de Karim podría presentarse como una irresponsabilidad por parte de su entrenador, a tenor del desgaste que podría sufrir Karim si no es dosificado.
-La mera presencia de Lucas Vázquez en la convocatoria debe anticiparse como el canto de cisne de Marvin Park y Sergio Arribas, canteranos que debutaron en la primera jornada, en el Real Madrid.
Si, además, Lucas fuese titular o simplemente se le concediese minutos, el canto de cisne sería aplicado a los dos extremos brasileños.
Fotografías Getty Images.
Buenos días. Hay mañanas en las que uno se levanta envuelto en capullitos de alelí y respira aroma de azahar. Tan es así que, a pesar del frío que despunta al alba, uno tiene ganas de abrir la ventana del salón de par en par y asomar la cabeza a la vida, al amanecer, a la brisa, y soltarse al viento como una sábana blanca refulgente propia de los anuncios de detergentes Ondear al sol. Y gritar al amor.
Los días que tú juegas, son todo lo que soy dice un viejo proverbio chino y hoy el campeón de Liga regresa a Valdebebas para recibir al Valladolid. A ver si pensaban ustedes, amigos galernautas, que íbamos a comenzar el portanálisis nuestro de cada día con un tal Leo Messi. A ese señor lo reservamos para el final y apurar así a mandíbula batiente las últimas carcajadas. Lo dicho, dejemos a Cuccitini en el cambiador y vayamos con lo importante: El Real Valladolid.
¿Messi? ¿Quién es Messi?
Ni es el partido del siglo, ni tampoco la portada de Marca invita a grandes jaranas. Si aceptamos barco como animal acuático, aceptaremos a Eden y Marco como los fichajes de la temporada, con permiso de Martin Odegaard. Nos inspira, eso sí, la sonrisa de Asensio, cuya irrupción en el Real Madrid, suponemos que aún recuerdan, a base de clase, talento y obuses supercoperos dirigidos a las escuadras de las porterías del Barcelona y Sevilla, acabó por desatar una verdadera ilusión en el madridismo. Pero, efectivamente, sólo en el madridismo.
Nada de promesas en el fútbol español ni zarandajas de ese calibre.
En aquellos días en los que un joven balear dibujaba jugadas de fantasía no escuchamos ni a Pelopincho Martínez, ni a falange de corifeos alguna, elevar a Marco al pedestal de las leyendas del fútbol como hicieron y hacen a todas horas con Ansu Fati, cuya matraca acaba de empezar y sin embargo ya es eterna.
Lo de Edén es otra historia. Hoy se postula como el heredero de Bale en el peor de los sentidos: el de presa de ave de rapiña de sala de prensa. Convenimos en que definir como gordo el problema que padeció Hazard el año pasado en su tobillo no fue, entre todos los adjetivos posibles a utilizar por Zidane, el término más adecuado.
No obstante, lo que sí empieza a ser un problema gordo de verdad es el maltrato de algunos periodistas a Zinedine en rueda de prensa. Da igual que da lo mismo. Aunque el técnico del Real Madrid fuera el mismísimo Dalai Lama, las gracietas, chanzas, maledicencias y sopapos verbales siempre tienen su correspondiente turno en la sala de prensa del Bernabéu.
La primera plana de la Ouija de hoy, en esencia, es una buena muestra de lo expuesto en líneas precedentes. As no miente. Efectivamente es el segundo intento del belga. Y con esta mala leche se lo preguntaremos al Míster. Tampoco es la primera ocasión en la Liga para Joao Pelé Félix. Pero uno, apenas transcurrida la primera jornada ya es un huracán, y el otro tiene un problema gordo, está gordo, y a Zinedine le caéis gordo.
No nos extraña. Santa paciencia la de nuestro calvo favorito. Del número de intentos de Vendelé mejor no hacemos cuentas por el momento.
¡Ale hop!
Mejor no hacerlas, las cuentas, porque Cucittini ha hablado. Larga vida a Cucittini.
Si nosotros amanecíamos entre capullos (de alelí), por jugar hoy nuestro Madrid ante el Valladolid, en la Ciudad Condal despiertan mecidos por el dulce susurro de un coro de ángeles que cantan el nuevo advenimiento del Mesías Cuccitini, hoy arrepentido, como aquella caricatura del Príncipe Carlos de Inglaterra en la tele de los 90.
En esta coyuntura mundial, azotados por una pandemia, amenazados por una nueva guerra fría entre los Estados Unidos de Trump y el gran tigre chino, sacudidos aún por el yihadismo, el hambre, las guerras o Quim Torra, la portada de Sport y las palabras de Cuccittini son un canto a la esperanza. Leo que el Leo más hippie pide paz y unidad y uno tiene ganas de salir a la calle a practicar, cual Yoko Ono, el mayo del amor con todo los culés. Uno por uno, abrazados y acaramelados, mientras contemplamos juntos las llamas reduciendo a cenizas el burofax de Cuccitini.
Messi dice unas cuantas cosas con su profusión habitual de instagramer de las que rescataremos apenas dos para que tanta cursilería rosarina impostada no nos acabe por resultar tan empalagosa como unas garrapiñadas conservadas en miel de brezo. Dice Leo que todo lo hizo por el Barça y no sabemos si se refiere a renovar y cobrar y tiro porque me toca, o de puente a puente y renuevo porque me lleva la corriente o burofax mediante. También dice que a día de hoy su compromiso sigue intacto lo que puede significar dos cosas.
- Que el tío con sus dos collons al final renueva con Joan Kennedy Laporta de presidente in pectore.
-Que su compromiso durará este año lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks que diría Joaquín Sabina, el juglar de la épica colchonera.
Gran capitán Leo. Siempre pensando en el compañero. Como hizo con el propio Ansu, tan de moda y tan cansino últimamente, al privarle, lanzando un penalti intrascendente, de ser el futbolista más joven de la Liga en anotar un hat-trick. #GraciesLeo
Lo de Cuccittini eclipsa por esos lares lo de Sarunas en la portada del diario de Godó, Grande de España. Dice Jasikevicius que lo que necesita en el Barça de baloncesto son más cabrones y resulta que a lo mejor los tiene en casa a tiro de burofax.
El Madrid de basket no necesita a cabrón alguno porque está en las mejores manos.
¿Que aún no has leído la entrevista a Pablo Laso en La Galerna?
¡Corre que te pitan 3 segundos en la zona!
Pasad buen día amigos galernautas.
Messi, desgraciadamente, se queda. Mira que le insistí a Florentino: “Fíchalo, Presi, fíchalo”, un día tras otro, y otro más, y otro, llamada tras llamada. Fue en balde. Nada, ni caso.
El fútbol, como bien dijo Valdano, es un estado de ánimo. Yo soñaba con ver a Florentino acariciando un gato blanco y a la bancada culé de El Chiringuito saltando por la ventana o cortándose las venas con una falsa y afilada Biblia. Esas caras, ESAS CARAS, amigos, no me diréis que no, eso no hay quien lo pague. El Cherengueti de mi amigo Mario iba a incendiarse, Barcelona ardería mientras Florentino tocaba la lira. ¿Es ese el ánimo necesario para reconstruir un equipo?
Al final pasó lo que tenía que pasar, en el momento de la verdad, en el que había que dar el paso definitivo, a Messi se le aparecieron Origi, Manolas y un ocho gigantesco. Era un desenlace tan esperado que los siete helados de limón y café, de mi apuesta con Jesús Bengoechea, ya se los había encargado, burofax mediante, hacía una semana.
SE QUEDA. Y a mí, tanto por razones deportivas como económicas, me parece una pésima noticia.
Soy muy resultadista. Un gol es un gol y un Pichichi es un Pichichi. No veo, por más vueltas que le doy, ninguna ventaja a que ese Pichichi, que casualmente es el mismo de las últimas cuatro Ligas y el mismo que nos lleva amargando (ex aequo con la corrupción de Villar) toda una década en esta competición, se quede en tu máximo rival. Si a eso le sumamos que también es el máximo asistente, entenderán (no todos, afortunadamente) que hubiese preferido que en lugar de quedarse se convirtiese en un nuevo Marco Polo partiendo hacia China por la Ruta de la Seda.
En el último lustro, entre Messi y Suárez han marcado una media de 80 goles y 40 asistencias. Sí, lo sé, el tiempo pasa, pero esta última temporada, la más floja de estos años, han metido más del 50% de los goles de su equipo. Si a esto le sumamos las asistencias nos vamos a que han participado en el ¡70%! de los tantos anotados, repito, ¡70 POR CIENTO!
¿Dónde va a encontrar el Barcelona un recambio para estos dos jugadores con la situación económica que atraviesa?¿De dónde van a sacar ese inalcanzable porcentaje?
Creo sinceramente que el 2-8, con el que tanto nos hemos reído, nos ha hecho perder la perspectiva. El Barcelona tiene un equipo que, acabado o no, con ruina económica o sin ella, nos llevó una vez más a buscar el límite. Y lo hizo, en gran parte, gracias a los goles y las asistencias de Messi. Parece que lo hemos olvidado, pero volvimos del confinamiento dos puntos por debajo y para ganar la competición tuvimos que hacer treinta de treinta.
¿Messi va a dejar de competir? ¿Va a pasar de meter 40 goles a meter 15? Lo siento, no lo veo. Con acercarlo un poco al área en lugar de retrasarlo, con poner un centro del campo más consistente (Pjanic me parece un excelente fichaje) aumentará su rendimiento.
(Perdonen ustedes este pequeño rapto de AIC, no volverá a pasar).
Y ahora vayamos con los motivos económicos. He leído que la salida de Messi supondría para el Barcelona ahorrarse su ficha (100 millones) e ingresar una cantidad de dinero parecida por el traspaso. Lo primero es un hecho, lo segundo un supuesto. Hablamos con mucha facilidad de fair play, de capitales ilimitados y de manga ancha de la UEFA, pero la realidad es que nadie ha sido capaz de abordar una operación como esta. Y mucho menos con el maldito coronavirus acechando todas las cuentas. Cuando suceda, si sucede, hablaremos de ello.
Messi es un jugador que se paga su salario con creces. ¿Alguien piensa que el Barcelona tendría un presupuesto de 1000 millones sin él? ¿Alguien cree que los patrocinadores van a negociar los mismos contratos sin la repercusión deportiva y social que supone tener a Messi en el equipo? ¿De cuántos millones estamos hablando?
Como dijo Casillas: “El Madrid es una leyenda, el Barcelona una moda”.
Las modas se terminan, sí, de vez en cuando vuelven, como los pantalones de campana o las hombreras, pero la moda del Barcelona, un equipo que hasta la llegada de Messi era el Arsenal del Mediterráneo, la ha confeccionado Messi (bueno, y Arminio, que durante muchos años se encargó de coser todos los botones). Sin él (ellos) están desnudos.
Caros son jugadores como Umtiti, Dembelé o Coutinho, que cobran sueldos astronómicos, completamente fuera de mercado, y tienen un retorno económico nulo. Esos son los que estrangulan la economía del Barcelona, no Messi. ¿Cuántas camisetas se venden en el mundo con el nombre de Messi a la espalda? ¿Acaso los contratos por jugar partidos amistosos no tienen penalizaciones económicas si no juega su máxima figura?
Messi, en lugar de con el 10, va a jugar con un burofax a la espalda. A pesar de ello, yo preferiría que se fuese.
Lo que se iban a ahorrar con la ficha del argentino para regenerar el equipo, lo iban a perder en cuatro días batallando con todos los patrocinadores que exigirían renegociar sus contratos. Messi es la columna que soporta económicamente al Barcelona. Ahora estamos dando por supuesto que nuestro Cuccittini, cabreado, enjaulado en un equipo del que quiere escapar, en un ambiente enrarecido y con una ficha enorme, se va a pasear por el césped y se va a marchar el año que viene sin dejar un euro. Habrá que verlo. Esto, como siempre, dependerá de los resultados y los títulos. Bartomeu ya no estará, veremos qué sucede con el nuevo presidente y un nuevo proyecto, yo no descarto que acabe su carrera en el Barcelona. Tengo los suficientes años para saber que el fútbol da mil vueltas.
A nuestro favor, y aquí doy la razón a todos aquellos que piensan que es una buena noticia para el Madrid que Messi se quede, está el burofax, el burofax es nuestro mejor amigo. Messi, en lugar de con el 10, va a jugar con un burofax a la espalda. El peso será enorme, insostenible. No descarto que un día desaparezca tragado por una gigantesca grieta en el Nou Camp.
Bartomeu ya no estará. veremos qué sucede con el nuevo presidente y un nuevo proyecto, yo no descarto que acabe su carrera en el Barcelona. Tengo los suficientes años para saber que el fútbol da mil vueltas.
A pesar de ello yo preferiría que se fuese. Ya está, fin, un problema menos y un camino, a priori, más despejado para el Madrid. El golpe anímico, el que su máximo símbolo, después de esa última imagen en Lisboa, roto, sin amor propio para sobreponerse a la losa del 2-8, abandonase el barco, burofax mediante, me parecía un colofón insuperable. No dejes para mañana lo que puedas resquebrajar hoy.
Dicho todo esto, y a pesar de que mis instintos supersticiosos están danzando en el techo con todo lo que he leído y escuchado, estoy convencido de que el Real Madrid, con o sin Messi, va a ganar la Liga y la Champions. Mi sobrina y Zidane ya se están encargando de ello. Confíen.
Todas vuestras opiniones sobre las ventajas de un Messi alicaído en el Barcelona me hacen dudar, yo dudo por naturaleza y por convicción, siempre dudo. Ojalá sea esa bomba de relojería y ese lastre del que muchos habláis el que se queda en el vestuario.
De momento, y mira que intento ser positivo, no lo veo, ni económica ni deportivamente.
Me pasa lo mismo con los helados que me debe el que apostaba por la marcha de Messi, sí, ya saben, ese, el de los náuticos, el primo del árbitro, que tampoco los veo. Me temo que se aferrará a alguna cláusula del contrato para no pagar.
Tendré que apostar un doble o nada…
Alguien pensó que era necesaria una sección para glosar los encantos de aquellos jugadores del Madrid que nunca recibieron cartas de amor, para rescatar a aquellos futbolistas que perecieron en la esquina de la página del periódico a la que nadie llega, para ofrecerles la mano a aquellos que se ahogaron en la orilla.
Confieso parcialidad antes de que alguien levante la voz: este jugador me fascinaba. Primero, porque confirmaba mi teoría: no sé si todos los zurdos son elegantes, pero sí que todos los elegantes son zurdos. Balic lo era, pese a todo. Segundo, porque en el porte se parecía a McManaman, el inglés que nunca corría hacia detrás, un héroe de la mitología madridista. Y tercero, porque costó la friolera de tres mil quinientos millones de chuchas, unos veinte millones de los actuales euros, una salvajada que Lorenzo Sanz pagó a no sabemos todavía qué equipo para contar con los servicios del bosnio. En pretemporada se puso un par de veces el frac, y, como siempre suele pasarnos, rápidamente los madridistas vimos en él un híbrido entre Maradona y Van Basten. Pero la vida no suele dejarse engañar, y por desgracia cayó pronto en ese infierno del Dante que son los bajos de Azca, con sus cubatas a quinientas pesetas, su luz mortecina y su incompatibilidad con el deporte. Para colmo, en una semana trágica, vio cómo fallecía su suegro un lunes, cómo sacudía Turquía un terremoto- hogar de su familia- el martes, cómo se lesionaba de la rodilla el miércoles, y cómo fallecía el padre de su representante, amigo íntimo, el jueves. Esto lo he leído en la revista Líbero, y cito la fuente porque la secuencia es tan increíble que si no expongo una fuente fiable como lo son ellos nadie me creería. Nunca más levantó cabeza tras la tragedia.
Como suele ser habitual en todos los integrantes de esta sección, los últimos años de su contrato con el Madrid los pasó caminando a lo nómada por aquí y por allá. Especialmente reseñable es la delantera que formaron en el Rayo Vallecano el propio Balic, Bolic y Bolo. No pasaron a la historia por su excelencia futbolística, pero sí por poner un recurso estilístico al servicio del fútbol: la aliteración; es decir, la repetición de sonidos en un verso. Ningún equipo terminó de confiar en el viejo Elvir, que se marchitó algunos años más pateando pelotas hasta que por fin se encontró con su verdadera vocación: la música. Retirado ya de los ruedos, olvidados ya en algún rincón de su memoria aquellos años locos en el Real Madrid, Balic se metió a cantante con cierto éxito. Escucho sus actuaciones en este mismo instante en YouTube, y reconozco en el nuevo Elvir a una suerte de Julio Iglesias herzegovino, con sus vaqueros bien amarrados en algún punto entre la cadera y la costilla, y su camisa blanca, lisa, recién planchada. No sé si las mujeres que le gritan son reales o producto de mi imaginación. Tanto da. Como la mayoría de los jugadores que integran esta serie, muchos años después adujo una lesión de espalda, de menisco o algo así para justificar el fracaso. Obviando que a veces, como dijo Valle-Inclán en una de las máximas por las que me guío, lo mismo da triunfar que hacer gloriosa la derrota.
Este verano en el que el propio presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ha anunciado que no habrá grandes contrataciones, no debe hacer olvidar que el Club sigue haciendo planes para reforzar una plantilla que afronta un intento de transición dulce. Un fichaje que parece seguro para el Real Madrid 2021/2022 es el de Eduardo Camavinga.
Camavinga es una de las apariciones más fulgurantes del fútbol mundial en los últimos años. A sus todavía 17 años es ya un fijo en el Rennes, que está temporada jugará la Champions en parte por la explosión de su joven estrella. Es sabido que el anterior presidente del Rennes, Olivier Létang, fue sustituido de su cargo por alcanzar un acuerdo con el Real Madrid sin informar a su junta de accionistas. Esta información, no desmentida por el Real Madrid, confirma que el interés por Camavinga por parte del club presidido por Florentino Pérez es real. Además, atendiendo a las informaciones que vienen de Francia y se hacen eco de los testimonios del entorno más cercano de Camavinga, el francés sólo contempla en su futuro al conjunto madridista. Dado que su contrato finaliza en 2022 y todavía no ha renovado, 2021 parece el momento idóneo para que Real Madrid y Camavinga unan sus caminos de forma definitiva.
Camavinga se trata de un jugador muy especial. En su debut en esta temporada en la liga francesa volvió a dejar una buena muestra de lo amplio de su repertorio. Conducción con el balón envolvente, uso de los brazos y las caderas, explosividad y mucha estética. Ya con el 10 en la espalda, toda una declaración de intenciones, y asumiendo que volverá a liderar a su equipo esta temporada. Sin entrar en comparaciones injustas, su estilo al llevar la pelota recuerda bastante al de Fernando Redondo.
En el Real Madrid habrá una importante competencia. A los Modric, Valverde, Kroos, Isco y Casemiro, se unirá esta temporada Ødegaard y quizás Ceballos. Siendo la salida de Modric bastante probable el año que viene, es seguro que habrá hueco para la calidad de un jugador al que Zidane tiene muy bien echado el ojo. Ya conocen el talento como descubridor de futuras estrellas de Zinedine Zidane, que no entrega su beneplácito a cualquier promesa.
Es un debate habitual dentro del madridismo la ausencia de un sustituto de Casemiro. Creo que la evolución del fútbol va a ir acabando poco a poco con la obligación de búsqueda de especialistas. El propio Casemiro, por supuesto, es un centrocampista con una enorme capacidad defensiva, pero definirle simplemente como centrocampista defensivo sería desatender las muchas veces que ha sido capaz de incorporarse al ataque de forma decisiva o su aporte en la construcción del juego del Real Madrid. Lo mismo se puede decir de Benzema, jugador que no podría calificarse de 9 a la vieja usanza. El nuevo fútbol exige a los futlistabos muchas más funciones que el antiguo fútbol. Al centrocampista defensivo de antes ahora se le pide que llene el área y no huya del balón; al extremo que también sepa ir hacia adentro y buscar el gol y al 9 de área que combine con sus compañeros, se genere oportunidades y caiga a veces a la banda para vaciar el área en favor de los centrocampistas llegadores o los extremos del lado contrario. En el nuevo fútbol la polivalencia y calidad están por encima de la función.
Pese a que tiene condiciones para ello, Camavinga no parece un perfil igual al de Casemiro. Más bien se asemeja a un box to box con evidente sacrificio defensivo, pero menos dado a guardar la posición que el brasileño. En mi opinión eso no debería perjudicar su candidatura. Si el día de mañana, el Real Madrid alinease en un partido a Valverde, Camavinga y Ødegaard, contaría con un centro del campo capaz de equilibrar cualquier necesidad. Tres jugadores con sacrifico físico, llegada al ataque, calidad a raudales y una juventud que garantizaría un nuevo ciclo de victorias madridistas.
Nos dejó anoche la gran dama del Hollywood de los años dorados, la superviviente del cine de los grandes estudios de los años 30, 40 y 50. Su papel más recordado es todo un canto al madridismo más resistente a los ataques de los rivales. Un “Capellismo” absoluto significa su papel de Melania Hamilton en “Lo que el viento se llevó”, desposada con el apuesto Ashley Wilkes, en la que resiste durante 3 largas horas de película y un periodo de varios años los embates ofensivos de Escarlata O’Hara (eterna Vivien Leigh) por arrebatarle a su amado Ashley. Digno empeño -y logro - de una defensa férrea y numantina liderada por la formidable pareja de centrales Hierro-Alkorta y con la portería bien defendida por el cancerbero teutón Bodo Illgner. Y eso que Escarlata atacaba con más peligro que el mismísimo Ronaldo Nazario en su mejor momento de forma, cual manada de elefantes en estampida.
Olivia demostró claramente sus tendencias merengues cuando compartió nada menos que 7 veces la cabecera del reparto con Errol Flynn en sus distintas facetas de espadachín, aventurero y pirata. Le dio buena réplica a su Robin de los Bosques como Marian, al General Custer como su abnegada esposa, al Capitán Blood como Arabella Bishop o como Elsa Campbell en la gloriosa “La carga de la brigada ligera”, muchas de ellas filmadas bajo la sabia mano del autor de “Casablanca” - guiño claro al madridismo - , Michael Curtiz. Enfrentarse a un animal del celuloide como Errol Flynn, un héroe madridista como pocos, un Puskas cinematográfico, no resultaba sencillo, y la gran dama De Havilland lo hacía con la sencillez con la que Emilio Butragueño se quitaba de en medio defensas del Cádiz bailando sobre el alambre de la línea de fondo del Bernabéu.
Pero no crean que Olivia tan solo hacía papeles de mujer sumisa y complaciente de siglos pasados. Logró dos estatuillas del Oscar de Hollywood en roles de mucho carácter, en especial en “La heredera” de William Wyler, en la que se come literalmente a su pareja Montgomery Clift, como hacía Mourinho en las ruedas de prensa con los reporteros que pretendían hacerle sombra, o en la semi desconocida en España “Vida intima de Julia Norris” (titulo original “To each his own”), en un drama plañidero cuyo único interés es precisamente el trabajo inmejorable de Dame Olivia.
Eterna competidora de su propia hermana - la también oscarizada Joan Fontaine -, Olivia supo retirarse poco a poco y dignamente de la profesión - como un Pirri o un Amancio -, sin mendigar papeles alimenticios ni arrastrar su prestigio. Su último gran papel fue en la obra maestra de Robert Aldrich, “Canción de cuna para un cadáver”, en un duelo majestuoso frente a su rival de la productora Warner Bros., Bette Davis, en un reparto de muchos quilates dónde participaron también Joseph Cotten o Agnes Moorehead, glorias de las primeras películas de otro genio madridista como Orson Welles.
Descanse en Paz a sus 104 años Dame Olivia de Havilland, a quien hace pocos meses se vio fotografiada montando felizmente en bicicleta, dando un recital, una vez más, de un carácter jovial y positivo, en lo que ha sido un adiós definitivo a las estrellas de los grandes estudios que, tras la marcha de Kirk Douglas y de Olivia de Havilland, ya solo permanecen entre nosotros en nuestros recuerdos y en las copias de sus DVD.
Hola a todos. Se llama alucinógenos a cierto tipo de drogas que, en dosis no tóxicas, causan alteraciones profundas en la percepción de la realidad del consumidor. Bajo su influencia, las personas ven imágenes, escuchan cosas y experimentan sensaciones muy distintas a las propias de la vigilia. Algunos alucinógenos también producen oscilaciones emocionales rápidas e intensas. En su aspecto negativo, en muchas ocasiones producen confusión mental, pérdida de memoria o desorientación en la persona, de espacio y de tiempo.
Son sustancias que provocan estados alterados de conciencia que afectan a la percepción (alucinación) y varían la noción de la propia identidad. Sus efectos son muy variables, dependiendo tanto de la dosis como de las expectativas del sujeto y el ambiente que le rodea durante la experiencia. Cuando, por una razón u otra, el balance de la experiencia resulta desagradable para el sujeto suele hablarse coloquialmente de "mal viaje".
Los alucinógenos producen sus efectos interrumpiendo la interacción de las células nerviosas y el neurotransmisor serotonina. Distribuido por el cerebro y la médula espinal, el sistema de serotonina está involucrado en el control de los sistemas de conducta, percepción y regulación, incluyendo el estado de ánimo, el hambre, la temperatura corporal, el comportamiento sexual, el control muscular y la percepción sensorial. Algunos alucinógenos antes de llegar al proceso anteriormente descrito pierden un radical en su molécula: tal es el caso de la psilocibina, contenida en los hongos del género psilocybe, que una vez dentro del cuerpo pierde un radical fósforo para de este modo convertirse en psilocina, que al parecer es la sustancia que libera los mecanismos en el sistema nervioso.
Entre los más utilizados están el LSD, los hongos psilocibios, la mescalina, presente en el peyote y los cactos de la familia Trichocereus, y otros más.
Destaca el LSD. Las alucinaciones son cosas que usted ve, escucha o siente estando despierto que parecen reales, pero en lugar de serlo, han sido creadas por la mente. El LSD es un alucinógeno muy poderoso. Basta solo una cantidad muy pequeña para provocar estos efectos.
Las personas que usan LSD llaman a sus experiencias alucinógenas "viajes". Según la cantidad que se tome y la manera en la que responda, un viaje puede ser "bueno" o "malo".
Un buen viaje puede ser estimulante y placentero y hacerle sentir:
Un mal viaje puede ser muy desagradable y atemorizante. El peligro del LSD es que sus efectos son impredecibles. Eso significa que, al usarlo, no sabe si tendrá un buen viaje o un mal viaje. La rapidez con la que sentirá los efectos del LSD dependerá de la manera en la que lo use:
Ronaldo Nazario de Lima, “nuestro” Ronaldo, escribía estos días una emotiva carta a los aficionados del Real Valladolid, club que ahora preside. “(…)Desde mi casa a la tuya. De mi familia para tu familia. Estamos separados por la distancia física, pero estoy convencido de que nunca estuvimos tan juntos. La empatía es lo que nos une ahora. Estamos dentro de nuestras casas por nosotros mismos, por aquellos a los que amamos, por todos a quienes ni siquiera conocemos y por los que ya no pueden estar con nosotros. Te escribo para agradecerte que estés ahí, más ahora, transformando tu casa en hogar. Por convertir cada momento en algo memorable para tu familia. (…)Tengo la certeza de que tú también, cuando mires atrás, recordarás cuántas veces te levantaste, de todas tus batallas, y de cuántas veces lograste la superación, durante toda tu vida, para hacer posible lo imposible y llegar hasta donde estás siendo quien eres. Si hoy te llega esta carta es porque, entre las elecciones de mi vida, una ha sido el Pucela. Yo también he escogido. Yo también me he apasionado. Como tú, espero ansioso el regreso a nuestra casa”.
Así es Ronaldo. Al igual que a Cristiano -aunque con un ego bastante menos subido-, era frecuente verle visitando a los niños del Hospital Niño Jesús, sin luz ni taquígrafos, y sus detalles con los empleados del club y sus familias fueron múltiples. Jamás escamoteó un
autógrafo ni rechazó a nadie y eso, unido a su excelso fútbol, hizo que se le recuerde con muchísimo cariño. Se lo ganó con creces, y no solo a base de goles. Caso distinto al de Emmanuel Adebayor, aquel excéntrico capricho de Mourinho cuya aportación al fútbol va pareja al número de Champions del Atleti. El togolés lo ha dejado muy claro: “yo no dono. ¿Por qué he de hacerlo?”.
Por suerte, y más allá de excepciones despreciables, la realidad que impera es distinta. Todos los jugadores del Real Madrid han hecho generosas aportaciones -no sólo económicas-, siendo Lucas Vázquez y Sergio Ramos los primeros en abrir la veda. Messi ha donado un millón de euros a una fundación infantil en Barcelona, al igual que Pep Guardiola desde Inglaterra o Cristiano Ronaldo en Italia. Por su parte, Rafa Nadal y Pau Gasol -más Iker Casillas y Carlos Sainz padre e hijo entre otros- ponían en marcha una genial iniciativa para recaudar fondos canalizados a través de Cruz Roja. Nadal, de hecho, daba en el clavo una vez más al incidir en la verdadera razón por la que lo hacen.
Así, Nadal sostenía que ellos se lo deben todo al público. Van a verles cuando juegan, les siguen por redes sociales, leen sus entrevistas, compran los productos que patrocinan, les arropan, les dan su afecto…¿Cómo no corresponderles? Nadal tiene que dar gracias a Dios por
su zurda, Bale por su zancada, Guardiola por su estrategia sobre un terreno de juego -en lo de la política el Creador debía estar a otras cosas- y todos ellos a los aficionados que les permiten disfrutar de sus talentos. Disfrutar, dicho sea de paso, nadando en la abundancia, por cuanto su futuro económico está más que resuelto.
¿Son meritorias las donaciones de los deportistas? Lo son. ¿Hay que endiosarles por ello? En absoluto. Me viene a la cabeza la parábola de la viuda pobre que dejaba en el cepillo del templo dos tristes monedas frente a la ofrenda netamente superior del fariseo. Ella daba todo
lo que tenía, mientras que el fariseo se desprendía de lo que le sobraba, sin que su patrimonio apenas sufriera menoscabo. Eso es extensible a la práctica totalidad de deportistas de élite, no sólo futbolistas: por mucho que den, siempre les quedará una morterada. Y ese dinero va a
parar a quienes se lo generan, que son sus seguidores; conviene recordarlo.
Fijémonos en Bale. El galés ha donado medio millón de libras a la sanidad galesa y otro medio a la española, asunto éste pregonado a los cuatro vientos por su irascible club de fans. Lo han utilizado para zurrar a los que no le rinden pleitesía, haciéndole de paso un flaco favor con su iracundia. Esta vez, como otras muchas sobre el campo, Gareth no ha hecho nada, salvo dar dinero. Bien por él, mal por sus hooligans. El editor de La Galerna, Jesús Bengoechea, hacía un encendido elogio de su admirado “11”, soslayando el tema del idioma/integración. Pues no, querido Jesús, Bale sigue siendo el mismo tipo que ignora a la afición. El mismo que vive como un marqués de espaldas al país donde lleva siete años, parapetándose tras banderas y silencios perennes. El mismo, en suma, que vive de dos golazos en sendas finales gloriosas -Copa y Champions- y que cuenta con una horda de faltones que insultan como único argumento cada vez que alguien osa criticarle. A mí me enorgullece que en el Madrid todos los jugadores hayan contribuido, tanto de fútbol como de baloncesto.
Sorprendentemente -o no- el gesto que ha tenido mayor resonancia ha sido el de Bale.
Empezaba y acabo este artículo con Ronaldo. Porque no todo en esta vida son goles y dinero. Ronie ha entendido siempre esto. Aprendió español, jamás negó un autógrafo ni rehuyó una entrevista y permitió que le público le conociera, pese a su timidez. En cierta ocasión los
integrantes de la selección brasileña fueron atracados a punta de pistola en un chalet, mientras celebraban una fiesta privada. Les desvalijaron a todos menos a Ronaldo, al que los ladrones pidieron perdón y agradecieron su generosidad con la favela que le vio nacer. Le
adoran. Le adoramos. A mí me pasa lo mismo con Sergio Llull. Sus canastas increíbles, junto a su cercanía y continuos gestos de cariño, le hacen merecedor del máximo reconocimiento. O con Rafa Nadal. Para cerrar con Ronaldo, decir que ha donado mucho dinero a lo largo de su vida para causas nobles. Pero la carta que ha dirigido a la afición, sin poder cuantificarse en lo económico, sí tiene un valor incalculable en lo personal. Y ese tipo de detalles parece que a más de uno le cuesta entenderlos.
Buenos días. Siempre que llega el viernes santo (y siempre llega, hasta el punto en que es hoy) se produce un quilombo importante en las portadas de la prensa deportiva patria que diariamente comentamos aquí. Algunos medios nos dan una tregua y se autoeximen de sacar portadas. Otros la sacan hoy porque la confeccionaron ayer, y es mañana sábado santo cuando nos dan descanso. Otros hacen huelga a la Semana Santa japonesa y nos endilgan dos por el precio de una con el pretexto de que mañana sábado no habrá. Un guirigay importante cuya consecuencia directa consiste en que este viejo portanalista se desayuna hoy con una ausencia aparentemente total de portadas de Sport (que se agradece más que el café con leche y las tostadas) y, en cambio, una desconcertante duplicidad en la primera plana de Mundo Deportivo, de la cual hoy salen dos versiones.
Hoy podría haber habido dos Jessica Chastain, dos Bodas de Fígaro, dos Smoke on the water o dos Casablancas.
Pero no. Hay dos Mundos Deportivos.
La razón oficial de esta sobreabundancia (más de un Mundo Deportivo siempre nos parece un exceso, por no decir con toda franqueza que un solo Mundo Deportivo ya suele parecérnoslo) es como decimos la Semana Santa: como mañana no habrá Mundo Deportivo al ser sábado santo, hoy hay dos. Se conoce que para compensar. Por nosotros, la verdad, y con todo el cariño, no hacía falta que se molestaran. Podemos vivir un día sin Mundo Deportivo de manera holgada, hasta nos sentiríamos más ligeros y desahogados, pero no caerá esa breva. Toma, hoy dos, la de hoy y la de mañana, que no podremos dártela. Sí no querías Mundo Deportivo, toma dos tazas bien llenas. Ambas portadas llevan dos fechas, la de hoy y la de la jornada siguiente, pero tal cosa supone un problema menor en relación al hecho mismo de que haya dos. No sabemos si nos explicamos...
Qué exceso de celo, amics. Es muy de agradecer (?) pero tampoco había que ponerse así. Recuerda un poco a Multiplicity, aquella película de Harold Ramis en la que a Michael Keaton ocupaba la pantalla por doquier, numéricamente enajenado. Harold Ramis, por cierto, dirigió también esa obra maestra llamada El día de la marmota. La sensación de Bill Murray en Punxsutawney sí que nos es familiar, en cambio, cada día en que elaboramos esta sección de nuestras dichas y desvelos.
El caso es que ambas portadas valen para hoy y para mañana, como la misa del sábado por la tarde según le dice siempre a esta humilde portanalista su sobrino cura, autor por lo demás de la célebre frase “En el cielo todos seremos del Madrid”, que también puede ilustrar divinamente estas fechas de Semana Santa. Son fechas que para los cristianos se suponen de recogimiento, y vive Dios que este año no va a estar fácil abstenerse de cumplir con ese precepto. Este año la policía, que suele ser laica, te detendrá o te pondrá una multa si no observas dicho recogimiento. Todos en casa, aunque esta vez no tenga mérito porque es lo que hacen todos. Todos en casa, a rezar o a leer Mundo Deportivo, que para eso hoy hay dos, por si os quedabais con ganas de más.
No se han descrito, a fuer de ser sinceros, muchas patologías de ese tipo en la literatura médica. Sí se conoce el caso de Albert Salvadó, vecino del Masnou, que en el otoño de 1996 apuró su café cortado, depositó a un lado de la barra del bar el ejemplar de Mundo Deportivo que había consumido con fruición y dirigiéndose a la parroquia de habituales allá congregados declaró, helando la sangre en las venas de los presentes:
-Pues yo ahora me metía para el cuerpo otro Mundo Deportivo.
Afortunadamente, el caso de Albert Salvadó es la excepción en mucha mayor medida que la regla. La mayor parte de los comunes mortales tiene suficiente (y más que suficiente, cabría agregar sin el menor afán retórico) con un Mundo Deportivo al día. Para casos de glotonería sportiva como el de Albert, que caen en la categoría de enfermedad rara, se han descrito ya tratamientos de probada eficacia que no es el caso desentrañar aquí, pero que involucran el uso de un poquito de lobotomía. Pase que el obligado confinamiento por el Covid nos tenga a todos aburridos y que, como consecuencia de ello, casi nos leeríamos cualquier cosa. Incluso reeleríamos de buen grado alguna obra que marcó nuestra juventud. Pero de ahí a pensar que queramos apretarnos dos mundos deportivos al día hay un ligero trecho.
Lo que no se puede negar es que la dualidad portadil que ofrece hoy el diario de Godó refleja bien la discreta esquizofrenia que les asalta estos días en los que el Barça camina con paso firme en dirección a la bancarrota y el más profundo cisma interno. Ellos procuran informar de ello, generalmente en pequeñito, mientras con la otra mano dibujan primeras páginas de rutilantes contrataciones que sirvan de cortina de humo a esa realidad incómoda. Estas dos portadas reflejan divinamente esta graciosa dicotomía. Por un lado, fichajes. Por otro, Bartomeu apiolándose a media junta directiva.
Os dejamos el resto de portadas del día porque queréis verlas.
Y ya sabéis: si podéis, disfrutad de este viernes santo. Sí no podéis, ánimo.
En tiempo de crisis cualquier agujero es trinchera. Desfachatez es un término que procede del vocablo italiano sfacciatezza que significa descaro. En ocasiones como esta, de confinamiento y pandemia, recurrir a la desvergüenza puede parecer el único camino a la hora de buscar la primera plana de un diario deportivo. No hay deporte, no hay competiciones y la desfachatez es la única alternativa. Oiga usted, me dirá amigo galernauta ¿Y el ingenio? ¿Y la brillantez? ¿La originalidad? ¿La reflexión? ¿El análisis?
Hablamos del diario Sport así que tampoco nos pongamos a pedir peras al olmo.
Esta portada, que oscila entre el rostro de cemento y la faz de mármol, es un buen paradigma de la desvergüenza más absoluta de los voceros propagandistas de un FC Barcelona que ha puesto un ERTE sobre la mesa para pagar a sus empleados.
Salvados también gracias al pulgar hacia arriba del Emperador Leo en el Coliseo, que ha preferido salvar del pasto de los leones a los curritos antes de que las propias fieras le ronden el culo tras la enésima filtración de Bartomeu. Un Nobita cuyo único afán reciente, dicho sea de paso, es atornillarse a la poltrona hasta que pase el Estado de Alarma.
¿Quién recuerda ahora el chiringuito de fake news e influencers de Hacendado que cocinó Nobita con su junta de Doraemons para arrimar siempre el ascua a su sardina? Nadie.
Y como en tiempos de crisis cualquier agujero es trinchera, la Matrix blaugrana ha convertido un ERTE a los curritos en una proeza pecuniaria digna de la portada de The Economist, así como un ajuste a regañadientes del cinturón de la primera plantilla en un acto piadoso de Leo de Locskley en Sherwood.
Esta semana lo hemos visto de Che en la portada de L´Equipe así que no os extrañe que la que viene lo veamos como Sor Citroen. Todo esto, no obstante, nos parece dentro de la lírica habitual del diario Sport y sus compadres. Sin embargo, lo de la primera plana de tal día como hoy ya nos parece directamente un cachondeo al contribuyente. Con semejante ajuste de cuentas en Can Barça, con un ERTE para sus empleados a pagar a través de las arcas del Estado, de todos nosotros, en la situación de gravedad que se encuentra el país, resulta insultante especular, 24 horas después, con el fichaje de Neymar y Lautaro en portada, que son dos baratijas, como todo el mundo sabe. Esta primera plana vendría a ser como aquella limosna que se da pensando en la nutrición de un sintecho, bocata de calamares mediante, para finalmente comprobar espantando desde el horizonte como el susodicho se lo gasta en un cartón de vino en el chino.
Esto se llama desfachatez. No la del Barça en este caso, ni por supuesto la del vagabundo que bastante tiene con los suyo. Ésta es la desfachatez del diario Sport.
Un claro ejemplo de sfacciatezza anunciada, en la medida en que el director de este diario, un señor llamado Ernest Folch, se preguntaba hace unos días desde una de sus inclasificables columnas de opinión por qué nadie investigaba las cuentas del Madrid y por el contrario se fiscalizaban las del Barcelona. Lo hacía, por supuesto, con anti madridistas cajas destempladas y con el diccionario culé en la mano. Ya saben, donde pone “caja tensionada” hay que leer “más tiesos que la mojama” y donde pone “gesto histórico de los jugadores” hay que leer “cocodrilos en los bolsillos”.
No hace falta ser economista para entender la comparativa, Señor Folch. Lo explicaba brillantemente en La Galerna Ramón Álvarez de Mon. El Madrid cerró el ejercicio con 156 kilos en caja y una deuda neta negativa. No hace falta ser un lince para ver que los fichajes de pufinho Coutinho y Vendelé han sido todo un prodigio de rendimiento y explotación económica. Ni qué decir tienen las renovaciones del Che Guevara.
Así las cosas, hoy el Sr. Folch se ha lanzado al vuelo para cumplir su profecía autocumpilda, como cuando Batman vislumbra la batseñal iluminando el cielo de Gotham. No se la ha pegado aún, pero se la va a pegar, claro. Ha olido que el propio Real Madrid estudia aplicar recortes y ha saltado de un rascacielos gothamita. Y lo mejor. Que el Madrid lo estudia tras la jugada maestra del Barça, ojo, que el coronavirus no tiene nada que ver con la movida.
Sin embargo, MD ni comparte el énfasis al respecto del Sr. Folch ni genera una sobredosis de desfachatez como la de su rival, Sport. Incluso nos trae una buena historia como la aventura de Xavi Pascual. A las pruebas nos remitimos.
Donde unos hablan de presuntos recortes madridistas a todo color y con foto de Florentino en plan Kingpin, otros lo reducen a una línea de breve y a un 10% de ajustes salariales. Con la discreción que deberían marcar los cánones en los tiempos que corren. Y es que donde unos quieren fichar a Lautaros y Neymares otros se conforman con renovar a dos y al de siempre.
Ya nos explicará Marca en páginas interiores cómo es eso del fin de los fichajes de los 100 millones. Entendemos que es lo que toca tras el erial que va a dejar a su paso la puñetera pandemia de coronavirus. Nos va a dejar la “caja tensionada” que dirían por otros lares. No queremos aventurarnos demasiado con los números, nosotros que somos de madridismo y sintaxis, pero entendemos que los fichajes no costarán 100 kilos porque no habrá quien los tenga, por tanto costarán lo que uno esté dispuesto a pagar, ergo al final, lo de siempre. Y Lautaro se quedará en Milano y Neymar de batucada en el cumpleaños de su hermana.
Decíamos al principio de este portanálisis que en tiempos de crisis el ingenio, la brillante y la originalidad son salidas airosas para confeccionar una primera plana deportiva. No ha sido el caso de la Ouija hoy tampoco.
Es difícil rascar primeras planas cuando la pelotita no rueda pero podéis hacerlo mejor. ¿Qué es esa orla en torno a Zidane? ¿Bale no ha estado jugando al golf en su jardín durante el confinamiento o qué pasa? Vamos a tener que llamar a Freddy para que ponga orden
Te echamos de menos Relaño
Firmado: El portanalista.