Las mejores firmas madridistas del planeta

Cuenta la leyenda que la caída del Imperio romano fue tan rápida que muchos legionarios solo se dieron cuenta de la misma al ir a cobrar su ‘stipendium’ y comprobar que ya no había nadie que lo pagara. La disolución de aquel formidable y carísimo ejército era un síntoma inequívoco del final de la era en la que todos los caminos conducían a Roma. Pero aunque en los libros de historia figure ese año 476 como fecha oficial del final del Imperio romano, la pragmática realidad nos indica que los rescoldos de su dominio se mantuvieron vivos muchos años después de la deposición de Rómulo Augústulo, el último emperador.

El Madrid no trabaja a brochazos gruesos, más bien usa pinceladas constantes y precisas para que el cuadro no sufra modificaciones drásticas

Algo muy similar ha ocurrido con el último gran dominador del fútbol europeo (y, por ende, del fútbol mundial): el Real Madrid de los jerarcas. El punto de inflexión en el que acabó su era dorada llegó en 2018, con la 13ª Copa de Europa y el adiós de Cristiano Ronaldo, mascarón de proa de la nave. Poco a poco, la moderna generación dorada fue abandonando el club, permaneciendo en él un último reducto de veteranos que, contraviniendo una y otra vez los pronósticos, volvieron a poner una pica blanca en pleno corazón de Europa con la conquista de ‘la decimocuarta’ la temporada pasada. Aquella fue una epopeya irrepetible, que contaremos a nuestros nietos como esos antiguos romanos les narraban a los suyos las más gloriosas conquistas de sus legiones.

Cristiano Ronaldo Cibeles Real Madrid

El tiempo es inexorable y eso es algo que sabe muy bien el Real Madrid como club que históricamente ha sido capaz de desprenderse sin excesiva carga dramática de sus leyendas para fabricar otras nuevas, en un bucle infinito e inherente al deporte profesional. Es difícil sentenciar a quienes han contribuido decisivamente a que la grandeza del equipo más importante del mundo sea aún más acentuada, pero tampoco parece sencillo que un rendimiento decreciente tenga un repunte en medio del ocaso. Aparece aquí la eterna disyuntiva entre méritos puros y sentimientos cargados de nostalgia. Entiendo que Benzema, Kroos, Modric, Carvajal o Nacho quieren vivir de corto un hito histórico como la inauguración del nuevo Bernabéu. Pero también sería comprensible (y en algunos casos deseable) que el club les diera una despedida a la altura de lo que representan en su historia, y negara una continuidad que, atendiendo exclusivamente a lo deportivo, es bastante cuestionable.

No se vislumbra el fin de una era, ese fin ha quedado ya más que constatado. Ahora queda manejar la transición más limpia y menos dolorosa posible

Como suele ocurrir cuando el empeño por extender una carrera se antepone a la situación real, es posible que la despedida de alguna estos indiscutibles mitos del madridismo acabe empañada por su rendimiento en sus últimos partidos. Todos recordamos ejemplos (y no solo futbolísticos) de un final nefasto que mancha parte de lo conseguido con anterioridad, por la tendencia natural a retener lo más reciente. También hay que poner sobre la mesa si es idóneo que al timón siga un entrenador que ha logrado éxitos indiscutibles, pero que no es el perfil más adecuado para pasar página y muy probablemente continúe considerando puntales esenciales del proyecto a futbolistas que están ya rebasando su fecha de caducidad. Y, como consecuencia, condenando a papeles secundarios a aquellos llamados a ocupar su lugar de inmediato.

Modric, Kroos, Alaba City

El Madrid ha sabido reconstruirse con inteligencia y encontrar nuevos héroes que protagonicen las hazañas venideras. La combinación entre jóvenes paladines y sabios veteranos funcionó fantásticamente bien en la pasada campaña, pero no lo ha hecho en la presente. La mejora en las prestaciones de los menos experimentados, especialmente de un Vinicius Junior que ya es la rutilante estrella del equipo, no ha compensado el descalabro en cuanto a rendimiento de buena parte del ‘club de las 5 champions’. Tampoco se espera una revolución para suplirles. El Madrid no trabaja a brochazos gruesos, más bien usa pinceladas constantes y precisas para que el cuadro no sufra modificaciones drásticas. Este verano deberían llegar perfiles que puedan reemplazar a aquellos que muy probablemente hayan dejado atrás los veinte mejores partidos de sus carreras. No serán muchos, pero sí hay que atinar y continuar con un proceso de renovación que ni se detiene, ni espera a nadie. No se vislumbra el fin de una era, ese fin ha quedado ya más que constatado. Ahora queda manejar la transición más limpia y menos dolorosa posible.

 

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Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid y maestro del fútbol.

Sus detractores dicen que es un mero gestor, él sonríe con la realidad de su parte.

¿Cuánto sabes de Ancelotti? Pon a prueba tus conocimientos sobre la trayectoria de Carletto con este quizz de los amigos de fcQuiz.

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Courtois (6)

No pudo hacer nada ante el pase de la muerte de Militao a Kubo. Le sorprendió Barrenetxea en el palo corto y afeó dos buenas intervenciones anteriores del belga.

Nacho (6)

El más serio de la defensa y en el sitio que menos le conviene.

Militao (4)

Un resbalón y uno de sus puntuales y fugaces lapsus de concentración acaba por costar el partido.

Rüdiguer (4,5)

Tampoco estaba en su sitio en el gol del pequeño japonés

Carvajal (4,5)

Aunque la primera tarjeta sea de risa, fue una imprudencia tratar de rebañar ese balón.

Kroos (5,5)

Siempre pone criterio

Tchouameni (6)

El mejor en el medio. Bien en defensa.

Ceballos (4)

Aculado e impreciso

Rodrygo (5,5)

De más a menos. Sin chispa.

Asensio (4)

Ausente

Mariano (1)

Ilusionante

Álvaro (5)

Sólo. Desconectado. Le mató la expulsión de Carvajal.

Lucas Vázquez (5,5)

Con uno menos, le puso ganas

Arribas (-)

Sin tiempo

Ancelotti (6)

Protestón, como no podía ser de otra manera ante tamaño arbitraje, y metido en el partido, desesperado pidiendo al equipo que no se acule. En su debe su apuesta por un defenestrado Mariano a estas alturas de la película.

En mi infancia y juventud (allá por el pleistoceno superior) se decía a modo de chanza que “El que tiene pase, pasa y el que no tiene pase, no pasa”. Efectivamente, esta frase se utilizaba cuando había que cumplir algún requisito para poder conseguir algo o acceder a alguna actividad, trabajo u ocio. El que tiene pase, pasa. Y ha pasado. El castellano-manchego Javier Alberola Rojas ha sido anunciado con bombo y platillo como próximo y flamante árbitro internacional por el Cantalejé Técnico de Árbitros (CTA para el pueblo).

¡Qué casualidad!. Qué casualidad que Javier Alberola fue uno de los cinco árbitros que utilizó los servicios de coaching prestados por el otro Javier, el Negreira, el hijo del que no pintaba nada en el CTA. Pues menos mal que no pintaba nada, si llega a pintar, se hacían los arbitrajes desde casa, con el resultado predeterminado y sin necesidad de jugar.

Alberola Rojas Javier Negreira coach

Estamos hartos de recordar esa paremia que dice que La mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo. Siento tener que acudir a este dicho y perdóneme las personas sensibles en materia de género, nada más lejos de mi intención hacer un comentario machista, hasta ahí podíamos llegar, pero es que la frasecita resume muy bien lo que queremos decir cuando la utilizamos. No sólo hay que hacer las cosas bien, además tenemos que realizarlas de forma honrada y con pátina de moralidad.

Efectivamente, Alberola tiene pase, tiene el pase de los pagos realizados a Negreirita en concepto de asesoramiento y coaching, una pasta gansa para forjarse un futuro en el arbitraje. Además, Javier Alberola cumple con los cánones propios de los árbitros triunfantes del Negreirato, puesto que en los partidos que ha arbitrado al Real Madrid (7 encuentros), el balance es de 4 victorias, 1 empate y 2 derrotas, con 20 goles a favor y 8 en contra, por lo que el equipo de Concha Espina ha obtenido un resultado desfavorable (empate y derrota) en el 42,85% de los casos. Números no normales, puesto que en el resto de partidos oficiales que el Real Madrid ha jugado desde la temporada 2017/18, fecha en la que nuestro Javier alcanza la primera división patria y quitando los arbitrados por el ínclito, el Real Madrid ha disputado 322 partidos oficiales, en los que ha obtenido un resultado desfavorable en el 36,34% de los mismos, esto es, seis puntos y medio menos que con el de Ciudad Real.

Con Alberola Rojas, el Madrid ha obtenido un resultado desfavorable en el 42,85% de los casos, frente al 36,34% sin él

Sin embargo, si seguimos nuestra nada tendenciosa investigación, cuando buscamos la trayectoria de este señor con el Barcelona nos encontramos con una sorpresa (que no, lectores, que no es una sorpresa…) Alberola ha arbitrado los mismos 7 encuentros al FC Negreilona, con un balance de 5 victorias y 2 empates…. Qué casualidad que con el ciudadrrealeño al silbato, el FC Negreilona no ha perdido ningún partido, marcando, además, 23 goles y encajando 7. Esto es, el equipo del Espai que no hay espai, ni Palau ni ná, sino quiebra, ha tenido resultados desfavorables con este chiflero en el 28,57% de sus partidos, más de 14 puntos porcentuales menos que los merengues.

Se corrobora lo que queríamos demostrar, el que tiene pase, pasa y el que no tiene pase, no pasa. Alguien en twitter me ha dicho al ver la noticia del escarapelamen fifero de Alberola que ¡qué vergüenza! No amigos, esto ya no es de vergüenza, la palabra se queda muy corta, tanto como indecencia, inmoralidad deshonestidad y demás que se nos ocurran. Esto ya es alevosía, premeditación y, ni siquiera, nocturnidad, porque lo hacen a plena luz del día, no se cortan.

Alberola Rojas en el Real Madrid, 6 - Mallorca, 1

Ya saben, queridos aspirantes a trencilla de postín, si quieren llegar alto, hay que conseguir el pase, y el pase, pasa por rendir pleitesía a los jefes silbatiles, tratar bien al FC Negreilona y mal al Real Madrid, no hay más, es lo que hay. El sábado jugamos en casa contra el Almería. Esperemos que obtengamos un buen resultado para llegar a lo importante (final de Copa y semifinales de Copa de Europa) con tensión competitiva y, por favor, defensiva.

Ahora, después del ya tradicional desahogo negreiril, unos datos del partido y ¡hala Madrid!

 

Siempre se ha ganado al Almería en casa

 

Efectivamente, los 9 partidos jugados contra el Almería (todos en liga) como local, LOS HA GANADO el R. Madrid, en los que ha marcado 33 goles y sólo ha recibido 5.

 

Estamos en las mejores rachas contra los del índalo

 

Ya que la mayor racha de victorias frente al Almería es LA ACTUAL, que data desde el 21 de mayo de 2011 (6 partidos) y la mayor racha de partidos sin perder contra los andaluces también es la actual, que data desde el 2 de noviembre de 2008 (11 partidos).

Cristiano Almería

 

Abultados resultados

 

Los resultados típicos de un R. Madrid-Almería de liga son 3-0 y 4-0, que se han repetido en 2 ocasiones.

 

Y la mayor goleada fue…

 

El 21 de mayo de 2011, partido que finalizó con la victoria madridista por 8-1, goles de Adebayor (3), Cristiano Ronaldo (2), Benzema (2) y Joselu.

 

Cuadra al silbato, cuadra

 

Efectivamente, cuadra que sea Cuadra el que dirija el choque en Chamartín. Con este balear el Real Madrid no ha marcado ningún gol de penalti (le pitó uno), sin embargo, los equipos rivales han marcado 3 goles desde el punto de penalti al equipo blanco. Además, el amigo se tragó una clamorosa mano en el área del Sevilla y anuló un gol a Vinicius por mano inexistente en el Sevilla-R. Madrid de la temporada 2021/22 que conseguimos ganar in extremis después de remontar un 2-0 en contra.

 

Datos del rival

 

1.- La Unión Deportiva Almería (con el nombre de Agrupación Deportiva Almería) jugó por primera vez en primera división en la temporada 1979/80. Actualmente es el 40º en la clasificación histórica del campeonato con 275 puntos.

2.- La actual es la 9ª temporada del Almería en primera división.

3.- El último ascenso del Almería a primera división ha sido esta temporada.

4.- El Almería fue campeón de la Segunda División la temporada pasada.

5.- Sus últimos 5 partidos de liga los ha saldado con 2 victorias, 1 empate y 2 derrotas.

6.- El Almería, en sus últimos 5 partidos como visitante en liga, ha ganado 1, ha empatado 1 y ha perdido 3.

7.- Jugadores del Almería que hayan jugado en el R. Madrid y le ha marcado gol en partido oficial: Negredo (1).

8.- Rubi se ha enfrentado como entrenador en 6 ocasiones al Real Madrid (2 dirigiendo al Betis, 2 al Español, 1 al Levante,  1 al Sporting y 1 al Almería), con un balance de 1 victoria, 1 empate y 5 derrotas ante los blancos.

9.- Los goleadores del Almería en esta temporada son: El Bilal (6), Leo Baptistao, Melero, Luis Suárez (4), Ramazoni, Babic (3), Sadiq, Portillo (2), Robertone, Embarba, Lozano, De la Hoz, Eguaras, Chupi, Samu Costa, Akieme, Puigmal, Centelles (1).

Joselu Adebayor Almería

 

10 últimos partidos de liga frente al Almería

 

9 victorias, 1 empate, 36 goles a favor (3,6 goles por partido) y 7 en contra.

Goleadores: Cristiano Ronaldo (7), Benzema (4), Adebayor, Bale, Isco (3), Huntelaar, Morata (2), Marcelo, Sergio Ramos, Higuaín, Van der Vaart, Joselu, Di María, James, Arbeloa, Lucas Vázquez, Alaba, Dos Santos (p.p.) (1).

Asistentes: Benzema (5), Cristiano Ronaldo (4), Higuaín, Isco, Jesé (2), Guti, Sergio Ramos, Ozil, Casemiro, Nacho, Illarramendi, Kroos, Carvajal, Chicharito Hernández (1).

Tarjetas: Cristiano Ronaldo (3), Sergio Ramos, Gago, Albiol (2), Heinze, Pepe, Raúl, Guti, Xabi Alonso, Arbeloa, Marcelo, Illarramendi, Bale, Coentrao, Camavinga (1).

Expulsados: Cristiano Ronaldo.

Primer tiempo: 10 goles; segundo tiempo: 26 goles.

Gol más tempranero: Cristiano Ronaldo (minuto 2).

Gol postrero: Cristiano Ronaldo (minuto 88).

El R. Madrid ha remontado 2 veces un gol para ganar el partido y no le han remontado.

Mayor goleada: 21 de mayo de 2011, R. Madrid-Almería, 8-1, goles de Adebayor (3), Cristiano Ronaldo (2), Benzema (2), Joselu.

Un gol de penalti marcado y ninguno recibido.

1 Hat Trick  (Adebayor).

5 dobletes o más: Cristiano Ronaldo (2) Huntelaar, Adebayor, Benzema.

Partido con más goles (9): 21 de mayo de 2011, R. Madrid-Almería, 8-1, goles de Adebayor (3), Cristiano Ronaldo (2), Benzema (2) y Joselu.

El R. Madrid ha marcado en los 10 últimos partidos jugados frente al Almería en liga.

 

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Hay en la historia del fútbol una mística en torno a ciertos jugadores del pasado, leyendas consideradas como los mejores de la historia. Pelé y Maradona siempre han estado en la cúspide, Brasil y Argentina como potencias futbolísticas. El carisma de ambos jugadores y sus victorias en los mundiales han aumentado su imagen.

Y como leyendas que son, todo el fútbol posterior se ha dedicado a buscar un sucesor digno. Para Argentina no hubo nadie como Maradona hasta la llegada de Messi. Casi un clon a nivel físico y futbolístico, pero siempre con el debate acerca de la diferencia de liderazgo entre y uno.

Y con Pelé nunca ha habido esa similitud. Y han aparecido grandísimos jugadores después del genio del Santos. Desde Ronaldo Nazario hasta Romario, pasando por futbolistas como Rivaldo, Ronaldinho o Neymar. Todos ellos talentos naturales, cada uno con sus cualidades físicas, pero ninguno parecido a Pelé. Ni físicamente ni en rendimiento global. Claro, hablamos del jugador con más mundiales de la historia y con un número de goles solo al alcance de muy pocos.

O Rei Pelé 

Por eso, cada nuevo jugador que sale de Brasil es un Pelé en potencia. No a nivel real, sino como proyección de la esperanza del país por encontrar a un sucesor. Con lo prolífico que es el fútbol brasileño, surgen jugadores con altas expectativas cada año. Muchos llegan a Europa y muchos triunfan como Vinicius, Gabriel Jesús o Rodrygo. Pero claro, hablamos del próximo Pelé...

Cada nuevo jugador que sale de Brasil es un Pelé en potencia. No a nivel real, sino como proyección de la esperanza del país por encontrar a un sucesor

El último nuevo Pelé lleva el nombre de Endrick, es brasileño (claro) como Pelé, mide incluso lo mismo que la leyenda, 1,73, y ha debutado en el fútbol casi a la misma edad. Uno con 15 y otro con 16, la diferencia es de unos pocos meses. Y como en la foto adjunta, Endrick despierta esa ilusión en los aficionados, con un carisma impropio de un niño de 16 años, y un rendimiento inaudito en sus primeros partidos.

Endrick Brasil

Pero el debut temprano en una liga como la brasileña no garantiza ni mucho menos el éxito. Este es el listado de los jugadores más jóvenes en debutar en las últimas dos décadas. Por cierto, Rodrygo y Vinicius Junior figuran en el puesto 17º y 18º, respectivamente. El resto se quedó por el camino o todavía no ha explotado.

Brasileños debutantes más jóvenes

Pero con Endrick puede ser diferente, precisamente por el precedente de esos dos jugadores. Así que ya tenemos al nuevo Pelé. O al menos, al nuevo “nuevo Pelé”, hasta que la realidad ponga todos los datos en su sitio. A poco que siga haciendo goles, Endrick empezará a tener esa etiqueta. Que es como cargar un saco de kilos de esperanza de todo un país. Concretamente el país con la mayor tradición futbolística del mundo.

Esa carga será parecida a muchos otros jugadores que debutaron jóvenes y con gran proyección. Y la capacidad de sostener esa carga será la que determine qué clase de jugador será Endrick. Podrá ser un fabuloso futbolista si rinde a buen nivel en el Real Madrid y marca goles. O podrá ser uno más que pasó sin pena ni gloria si algún factor se tuerce, o podrá ser una gran leyenda si su físico, cabeza y talento le acompañan. Pero va a necesitar todo eso y la pizca de suerte necesaria para serlo en un club con la exigencia del Real Madrid.

A poco que siga haciendo goles, Endrick empezará a tener la etiqueta de nuevo Pelé

La gran ventaja para Endrick es que el Real Madrid ha implantado un modelo de éxito para los jóvenes. Tanto el caso de sus compatriotas Rodrygo y Vinicius, como otros (Valverde), validan este modelo. Se ha hablado históricamente del éxito económico y de imagen del Real Madrid, pero poco de este modelo deportivo que ha logrado fichar a muchos jóvenes y convertirlos en leyendas. Los dos nombres que se me vienen a la cabeza son el de Sergio Ramos y Marcelo, fichados con 19 y 17 años respectivamente. O Casemiro, que jugó en el Castilla y se formó de joven en la cultura blanca.

Rodrygo, Vinícius Chelsea

Precisamente, tanto Marcelo como Casemiro ejercieron de mentores y padrinos de los tres jóvenes brasileños: Rodrygo, Vinicius y Militao. Aprendieron junto a estas dos leyendas los valores del club y fueron adquiriendo poco a poco peso en el vestuario hasta el rendimiento actual.

Con 22 años, hoy Vinicius afronta su 5ª temporada y Rodrygo con la misma edad la 4ª. Ambos jugadores se han instalado como titulares y para cuando Endrick aterrice en el 2024, Rodrygo probablemente ya sea una estrella mundial mientras Vinicius indudablemente ya lo es.

Así que el joven brasileño tendrá como mentores a dos chicos que pasaron exactamente por el mismo proceso. Primero tuvieron que debutar en su país y demostrar su nivel. Cada uno con un equipo distinto, del Flamengo, del Santos y del Palmeiras, respectivamente, los tres pasaron por ese periodo de prueba. Y luego al Real Madrid con 18 años, como jóvenes estrellas de una liga menor como la brasileña, y con altísimas expectativas para triunfar.

Estadísticas Rodrygo, Vinícius, Endrick

Y ahí, ambos le podrán narrar sus respectivas experiencias. La necesaria paciencia hasta ir entrando poco a poco en el once titular, la dificultad de manejar las expectativas y la constante exigencia diaria.

Endrick tendrá como ejemplo a dos jugadores que tendrán 24 años y serán ya casi líderes del vestuario, cada uno con un mínimo de una Champions levantada y ya muchas noches de gloria. Como uno de los fichajes más caros de la historia de un juvenil de solo 16 años, las nuevas expectativas estarán puestas en él. Y por eso, todo Brasil y todo el mundo vigila su rendimiento en estos meses próximos hasta que recale en el Real Madrid.

Endrick chuta balón

Por primera vez, el Real Madrid puede tener una tripleta atacante brasileña. Y por primera vez, parece que esos jugadores permanecerán mucho tiempo en el club. Los precedentes de futbolistas brasileños atacantes son Didi, Ronaldo o Robinho, que no tuvieron estancias de demasiados años. Aunque en el caso de Ronaldo Nazario, la huella fue tan grande que estos chicos tendrán que luchar por reemplazarla.

Tres brasileños jóvenes, talentosos a los que les une sobre todo una gran personalidad. Desde hace tiempo, el Real Madrid no solo ficha futbolistas con talento, sino que ficha jugadores con una gran personalidad, por encima de todo. Al fin y al cabo, la técnica, la táctica e incluso el físico se puede conseguir. Lograr una mentalidad de hierro es mucho más difícil.

Queda un año y medio para el aterrizaje de Endrick y veremos si por el camino algún factor no influye negativamente. Pero hasta que la realidad nos ponga a todos en su sitio, pensaremos que él sí es el nuevo Pelé.

 

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Como club más grande del mundo, el Madrid se ve sometido al expolio de internacionales en cada parón de selecciones.

En el quizz de esta semana ponemos a prueba vuestros conocimientos sobre el desempeño de nuestros futbolistas con sus respectivos combinados nacionales.

¡Participa!

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And I think it’s going to be a long long time
Till touchdown brings me around again to find
I’m not the man they think I am at home.
Oh, no, no, no, I’m a rocket man.

 

La otra noche, mientras seguía por streaming la I Gala de Premios La Galerna, no pude evitar esbozar una sonrisa de complicidad al escuchar las palabras de Sergio Llull, galardonado con el Premio Forja de la Gloria de baloncesto. “De pequeño, los niños soñaban con jugar en la NBA y yo en el Real Madrid. Ojalá hacerlo unos cuantos años más”. Como orgulloso integrante de ese minoritario porcentaje de hinchas rara avis que aún hoy prefieren el basket europeo al show norteamericano, sentí el impulso fulminante de abrazarlo; si de mí hubiese dependido, en ese instante se le hubiese propuesto una renovación de contrato de duración indefinida, más o menos hasta que las únicas mandarinas que pueda encestar sean las de su carrito en el puesto de la fruta del mercado de abastos.  

Emotivas hipérboles al margen, al mismo tiempo que en la pantalla del escenario aparecía una recopilación de algunas de sus mejores jugadas, de repente me dio por recordar un celebrado videoanálisis del menorquín, realizado hace años por Piti Hurtado, y me puse a tararear Rocket Man, de Elton John. He de reconocer que en algunas ocasiones mi mente suele llevar a cabo conexiones un punto extravagantes, pero en este caso considero la excentricidad bastante justificada. Al fin y al cabo, la canción escogida por Hurtado como alegoría descriptiva de Llull viene que ni pintada: difícil encontrar algo mejor que un cohete para representar el dinamismo que el base de Mahón ofrece cada vez que salta a una cancha de baloncesto. No en vano probablemente los dos sellos más distintivos de su juego sean las penetraciones hacia la estratosfera, elevándose contra todo y contra todos, y las canastas inverosímiles al límite del tiempo de posesión. Se trata de un jugador de alguna manera paradójico, pues resulta meticuloso dentro del caos.

Esa perenne esencia bulliciosa se ha hecho carne de distintas formas y nos ha ofrecido varias versiones. Algunas temporadas su estilo arrebatador ha encontrado acomodo dentro de una partitura coral: escoltado por compañeros en su cenit como Rudy, Chacho, Doncic, Carroll, Campazzo… ha conseguido aportar su energía en beneficio del colectivo, constituyendo un factor absolutamente diferencial en su papel de martillo que daba el golpe de gracia. Otros años, sin embargo, se ha encontrado menos arropado y se ha visto obligado a un protagonismo casi exclusivo en el ataque madridista, acaso más cedido que buscado; en esas rachas el ritmo del conjunto parecía interferido y el excesivo acaparamiento del balón jugaba incluso en su contra, mientras otros pasaban más o menos desapercibidos. En cualquier caso, Llull siempre ha sido el crítico más ácido de sí mismo, a veces me atrevería a apuntar que demostrando una severidad excesiva; se halla tan alejado de la autocomplacencia que no se permite refugiarse en la coartada de las lesiones a la hora de explicar un bienio gris. Un jugador de gran impacto emocional en la pista que fuera de ella evita el tribunerismo barato. Un tribuno de la plebe capaz de expresarse como un senador.

la canción escogida por Hurtado como alegoría descriptiva de Llull viene que ni pintada: difícil encontrar algo mejor que un cohete para representar el dinamismo que el base de Mahón ofrece cada vez que salta a una cancha de baloncesto. Se trata de un jugador de alguna manera paradójico, pues resulta meticuloso dentro del caos

El aficionado caprichoso -disculpen el pleonasmo-, anhelante de caras nuevas cada cuarto de hora, suele abogar por limpias de la plantilla constantes. Dieciséis años en el primer equipo del Madrid suponen una marca impresionante -I think it has been a long, long time-, que sin embargo no evita que haya quien pretenda cambiar la banda sonora del escolta, tratando de sustituir la balada de Sir Elton por el bamboleo de Julio Iglesias: “Caballo te dan sabana porque estás viejo y cansao”. Más aún en esta temporada extraña, en la que la traumática salida de Laso ha dejado una atmósfera enrarecida, con una rotación plagada de talento pero que no termina de carburar con regularidad. A algunos les dan ganas de disparar no se sabe muy bien a qué. Y Llull es, qué duda cabe, un objetivo que se ve desde lejos. Me da la sensación de que en ocasiones el propio jugador es consciente, y a menudo busca la reivindicación apelando a la receta conocida. Al corazón blanco. Llevado por un impulso frenético, casi furibundo, de calmar el desasosiego de la grada a golpe de mandarinas. Por encima de la pizarra, all this science I don’t understand. Un eterno doble o nada que provoca que, si los triples no entran, los mohínes se multipliquen.

No soy nadie para dar consejos, mas en mi opinión creo que Sergio tiene la posibilidad de otro camino más productivo. Un análisis sosegado nos dice que si el Madrid 2022-23 adolece de algo es de orden en la dirección, con un Goss demasiado ciclotímico, con un Hanga cuyo físico auxilia pero no puede inventar, con un Chacho Rodríguez obligado a ofrecerse en dosis escasas como los buenos perfumes, con un Alocén que no ha llegado a tiempo. Probablemente Llull nunca será un base cerebral como los que se esculpen en las canteras griegas, pero puede proponerse, además de fajarse en defensa en sus minutos en la cancha, reconstruir su rol desde el intelecto antes que desde el despilfarro. Más austero, más medido, jugando el dos para dos con Tavares que tan bien les salió en alguna ocasión. Eso no quiere decir que evite golpear puntualmente con el martillo de antaño; se trataría de ser dañino desde la sutileza más que desde el puro aplastamiento. Habrá quien me diga que semejante propósito constituye una entelequia, una transformación demasiado antagónica. Sinceramente, no lo creo. Sin ir más lejos, Rudy se reinventó, una vez la espalda limitó sus expectativas, como el mejor defensor exterior de toda Europa. Otra cosa es que al propio Llull le suponga un punto doloroso mostrar al público que, oh, no, no, no, ya no es el hombre que en casa piensan que es. Podría resultar comprensible. Aunque, por otro lado, no se me ocurre nadie que haya ejemplificado mejor el espíritu gramsciano del optimismo de la voluntad capaz de derrotar al pesimismo de la inteligencia. Qué quieren que les diga. Al fin y al cabo, en La Galerna no se premia a cualquiera.

Como contraste a la situación corrupta que vivimos, el quizz que hoy nos traen los amigos de fcQuiz versa sobre el señorío, una de las características que definen al Real Madrid y no es común en otros lares.

¿Cuánto sabes de señorío?

Participa y compruébalo.

 

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24 de mayo de 2000. Había costado encontrar entrada. La peña removió cielo y tierra. Con el Sr. Rocco hubiese sido más sencillo. Pero al final, ahí estaba: en París. Dos días antes llegó, para aprovechar el tiempo y coger la final bien ambientado. Y fue un gran acierto porque la conoció apenas comenzado ese magnifico día. Ella, deslumbrante, llenando de alegría y buen rollo aquel pequeño garito donde compartían canticos aficionados blancos y naranjas. Luciendo la camiseta un poco ajustada que le hacía destacar aún más. Él, hambriento: había que elegir entre comer y beber porque todo era carísimo. En cuanto la vio ya no pudo mirar nada más. Ni hablar, ni cantar, ni gritar. Nada. Era algo hipnotizante y tampoco quería quitarse esa sensación. De repente, ante la embobada y fija mirada del pobre, ella se fijó y se acercó. “¿Nos conocemos?”, preguntó con una naturalidad que le embobó más si eso hubiese sido posible. “¡Ojalá!” acertó a decir. Y ella sonrió y rio. Y no dejó ya de sonreír y reír toda la noche y la mañana y la tarde.

Consiguieron cambiar la entrada con un compañero de cada uno y pudieron ver el partido juntos también. Y qué partido. Cada gol era un abrazo más sentido, más largo. Y cuando al sonar el We are the champions se sorprendieron llorando juntos con las manos entrelazadas comprendieron que algo había nacido entre ellos.

McManaman gol octava

Siguieron meses de ilusión y búsqueda de viajes y fines de semana para coincidir. Y Messenger, mucho Messenger. Estudiando y pasando el tiempo felices entre victorias y derrotas. Y ahorrando para poder ir de nuevo a otra final. A Glasgow. Esta vez compraron las entradas con cuatro meses de antelación, confiantes en el equipo de sus amores. Y, si París es la ciudad del amor, Glasgow fue para ellos muchísimo más. De nuevo juntos, de nuevo campeones: los reyes del corazón.

Acabaron las carreras y empezaron los problemas. Muchas ganas de éxito de cada uno y poco tiempo para desconcentrarse. Como si el amor necesitase concentración. El equipo tampoco ayudaba. Tal vez alguna final hubiese encendido de nuevo la llama. Pero no ocurrió. Y las risas se volvieron amargas y la distancia actuó implacablemente.

Pasaron los años y perdieron todo contacto. Nuevos números, nuevos países, nuevos domicilios. Y, de nuevo, un 24 de mayo, otra final. Ninguno de los dos pudo evitar los recuerdos, el cosquilleo, la excitación desde días antes. Y los dos acudieron a Lisboa. Esta vez el mismo día porque sus obligaciones no permitían mucho asueto. Y no estuvieron muy lejos uno del otro y, si el destino hubiese movido algún hilo, se hubieran encontrado. Pero no ocurrió. Se pasaron el tiempo buscándose y el partido no iba bien. Así que, inexplicablemente, de mutuo acuerdo, cada uno por su lado juntó sus manos evocando las anteriores finales. Ella entrelazando los dedos. Él colocando una mano encima de la otra y apretando muy fuerte. Tanto que con el gol de Ramos y todos los demás perdía el equilibrio y casi se caía. No se encontraron, pero Lisboa, de algún modo, se unió a París y Glasgow.

No fueron a las siguientes finales. A cada uno le surgían imprevistos o falta de ganas. De lejos también se disfrutaban los triunfos. Eso sí, las vieran donde las vieran, el ritual de tener las manos juntas, como si fueran las del otro, se repitió en todas ellas. Y las lágrimas y la alegría y la añoranza. Hasta que el pasado año llegó el partido contra el City. Los éxitos profesionales habían tenido muchas cosas buenas. Por ejemplo, que alguien importante los invitara a su palco. Llegó con bastante tiempo y se puso a charlar con los que allí estaban de cosas ajenas al futbol. Y apareció ella: deslumbrante, radiante, como la primera vez. Y él, como la primera vez, embobado. “¿Nos conocemos?”. “¡Ojalá!”, ante la sorpresa de los demás. No prestaron mucha atención al partido y estuvieron poniéndose al día. Hasta que encajó el Madrid el 0-1. Y entonces, instintivamente, se dieron la mano, las apretaron muy fuerte y dijeron: “Vamos a meter tres”. Y uno, y dos y tres. Se abrazaron, se besaron y rápidamente dijeron a sus anfitriones que necesitaban dos entradas para París.

Madrid City

Fueron 4 días antes, el 24 de mayo. Recorrieron los primeros lugares que recordaron como si hubiesen pasado días y no años. Comieron, bebieron, bailaron, cantaron y se amaron. Esta vez las manos unidas dieron un gol y paradas, muchas paradas. Y, cuando acabó el partido, lloraron y, sin soltarse, se abrazaron. Y se prometieron, esta vez sí, amor eterno.

Esta mañana, tomando un café con un gran amigo, este le ha dicho: “¿Qué, ya has comprado el regalo de San Valentín? Porque, chico, ¡pareces un veinteañero!” Se ha limitado a sonreír, embobado. Ha vuelto a ser un veinteañero y no va a dejar de serlo. Pero el regalo que ha preparado no es para mañana. ¿Cómo va a serlo? El amor no se celebra en febrero, el amor se celebra en mayo. Aunque este año será el treinta y tantos de mayo.

 

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Es endémico en el Madrid perder el control de partidos que tiene ganados. Así como toda ventaja del rival es enjugable a punta de espíritu de remontada (un abrazo, Joe), así igualmente de toda la vida el Madrid tiende a administrar mal rentas a su favor. Es el único equipo del mundo al que le dan disgustos al contraataque no cuando está volcado para solventar un partido difícil, sino cuando va ganando. Recuérdese cómo remontó el Ajax a aquel Madrid de Solari. El segundo tiempo de ayer fue un eco, los egipcios (rápidos en ataque y tiernos en defensa) se subieron a las barbas, pero todo se acabó resolviendo a punta de calidad y con el refresco de Ceballos.

Solari ganó este Mundial de clubes y enfrentó a Isco a la báscula. Son los dos hitos por los que el madridismo aún le quiere. Esta edición del Mundial posiblemente la gane el Madrid también, lo que no se le reconocerá como ningún mérito, pero sí se abrirá la caja de los truenos, en cambio, si llegamos a palmar contra el equipo saudí. Yo tengo confianza en que ganemos la Final por varias razones. La primera es que parece que Militao y Benzema volarán a Rabat para estar el sábado. Son los dos mejores del mundo en sus respectivos puestos, dos tipos completamente insustituibles.

Así como toda ventaja del rival es enjugable a punta de espíritu de remontada, así igualmente de toda la vida el Madrid tiende a administrar mal rentas a su favor

La segunda es la conexión entre Ceballos y los brasininhos. El gol de Rodrygo es un alarde de fantasía al alcance solo de una sociedad como esa. Ceballos y Rodrygo demostraron que se entienden con la mirada y dibujaron sobre una baldosa un chotis, que es en lo que se funden uno de Utrera y otro de Osasco (Sao Paulo) cuando pasan por Chamartín. Para la definición, Rodrygo sentó al portero egipcio con un amago que ha generado en El-Shenawy un severo problema de hemorroides.

Gol Rodrygo Al Ahly

Los demás andan así así, excepto Nacho, que siempre está entre bien y muy bien, y Alaba, que retornó a la titularidad con buen pie y relegará a Rüdiger al banquillo cuando vuelva también Militao. Modric está aún renqueante, aunque dejó pinceladas como el pase que acabó en el gol de Valverde, otro que no termina de volver. Carletto abraza la vieja idea según la cual los que ganaron la Champions deben ser del once en el Mundial, cosa que a despecho de sonar meritocrática puede ser todo lo contrario. La meritocracia es aquello que define tu recompensa en función de los últimos partidos, no de los de hace meses, aunque esos partidos de hace meses te llevaran a esta competición que juegas ahora. Digo esto porque me parece que Ceballos es ahora mismo indispensable, por talento y por depósito, y me enojaría discretamente si no lo veo formar de inicio el sábado. Ceballos y diez más, prego.

Tengo confianza en que ganemos la Final por varias razones. La primera es que parece que Militao y Benzema volarán a Rabat para estar el sábado. La segunda es la conexión entre Ceballos y los brasininhos

En cuanto al resto, Tchouaméni entró al campo con una extraña pose acomodada. Luego mejoró con algunos quites y pases fetén, aunque en conjunto no logró evitar la paradoja endémica señalada al principio: el Madrid pierde el control cuando el partido está ganado. Debería ser el principal argumento para evitar esa falta de solvencia. Ayer no lo logró. Y restaría decir algo sobre Arribas. La mejor prueba de que él es un pequeño genio del fútbol y yo un escribidor mediocre es que yo no sé sacar partido de estas últimas líneas para loarle, y él en cambio sacó petróleo de los últimos segundos (SUS segundos) sobre el campo. Tiene que jugar mucho más.

 

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