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Ancelotti el sabio

Ancelotti el sabio

Escrito por: Francisco Javier Sánchez Palomares31 enero, 2023
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Carlo Ancelotti sabe abstraerse del alarmismo que provoca una derrota severa, que en el Madrid equivale a un empate contra el tercer clasificado de la Liga; sabe centrarse en el objetivo sin que le aparten del camino los imprevistos, que pese a llamarse imprevistos siempre está previsto que sucedan; sabe manejar la urgencia con calma y sabe qué es importante y qué no. Y Ancelotti lo sabe, en definitiva, porque es sabio.

Hemos podido leer en Relevo una charla deliciosa entre Carlo y Davide Ancelotti, padre e hijo, primer y segundo entrenador del Real Madrid. Ancelotti se muestra en ella como un desmitificador de milongas y, una vez más, como un entrenador mucho más capaz y versátil que lo que algunos quieren hacernos creer.

Ancelotti supone un dique de sensatez frente al alarmismo y el panenkismo.

Ancelotti

El alarmismo es una característica común a la mayoría de aficionados, si por el grueso de la hinchada hubiera sido, Ancelotti habría sido destituido tras el 0-4 contra el Barça de la temporada pasada y probablemente el final glorioso de campaña con el colofón de la Catorce no se habría producido. Los seguidores son impacientes y anteponen en caliente su necesidad de culpabilizar a alguien tras una derrota al objetivo principal del equipo. Si por ellos (o nosotros) fuera, echarían al instante a este o aquel futbolista porque ha jugado horrible o al entrenador porque ha errado en su planteamiento.

Ancelotti supone un dique de sensatez frente al alarmismo y el panenkismo

Es una reacción instintiva, primitiva, comprensible, un ansia de venganza que aflora también quizá en parte empujada por los problemas personales de cada uno, esas preocupaciones para las que el fútbol sirve de bálsamo y que cuando este falla su magnitud se agiganta y lleva a volcar las frustraciones en el equipo y no en los problemas propios que se padecen. Pero no por habitual es una reacción sabia, de hecho, es el camino más directo al fracaso, el camino que eligieron en su día personajes como Jesús Gil y Gil.

El panenkismo es un mal —aunque en ocasiones muy divertido de observar, sobre todo por el léxico que emplean sus acólitos— que consiste en la elevación a principio de lo superfluo. Pese a que presuman de visión global del fútbol, los panenkitas tienden a tener una mirada micro del juego.

Un entrenador panenkita cree a pies juntillas en sus dogmas y está convencido de que si es fiel a ellos conseguirá la victoria, por lo que se afana por grabar en sus jugadores movimientos y jugadas predeterminadas que funcionarán a la perfección si el partido se desarrolla según sus previsiones. Pero la realidad es imprevisible y a menudo transcurre por caminos insospechados, lo cual es un problema para estos equipos porque sus jugadores están entrenados para comportarse como soldados que cumplen órdenes y no como futbolistas que han de tomar decisiones inteligentes ante lo imprevisible o adaptarse al caos.

Ancelotti

En un momento de la charla, Carlo afirma: “Ahora en el Real Madrid estoy insistiendo en el 1-4-3-3 porque creo que por las características de los jugadores que tenemos es el sistema al que se pueden acoplan mejor, donde puedes encajarlos mejor. Al final no es tanta la diferencia. Si me preguntas cómo jugamos la final de París, si 1-4-3-3 o 1-4-4-2 te diré que no lo sé. Si pongo de extremo a Valverde, sus características siempre serán distintas a cuando meto de extremo a Rodrygo. Esas características distintas de los jugadores es la que te cambian la estrategia del partido, pero no es lo más importante, digamos”.

El panenkismo es un mal —aunque en ocasiones muy divertido de observar, sobre todo por el léxico que emplean sus acólitos— que consiste en la elevación a principio de lo superfluo

Es probable que estas frases provocaran algún esguince de sistema nervioso central entre los apóstoles del panenkismo. Sacrilegio, ¿cómo el entrenador del Madrid no va a tener claro si en la última final de Champions que jugaron, y ganaron, empleó un sistema u otro?

Sin embargo, Ancelotti sabe que es más importante trabajar con Fede Valverde para darle confianza y responsabilidad de manera que pueda reaccionar adecuadamente ante las diferentes circunstancias que se presentan en un partido que anclarlo matemáticamente a la posición de extremo o a la de interior.

No significa que Ancelotti y su equipo no trabajen las jugadas ensayadas, los automatismos, la táctica, pero sí que saben ponderar lo realmente relevante en cada momento.

Pero como bien dice en la charla Carlo, lo más importante es la inteligencia del jugador, sin ella —y sin la inteligencia del club demostrada con su respaldo— serviría de poco la sabiduría de Ancelotti.

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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