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Juan Luis Arsuaga: "Viva el jugador mercenario"

Juan Luis Arsuaga: "Viva el jugador mercenario"

Escrito por: Jesús Bengoechea4 agosto, 2021
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Pedro María Arsuaga, jugador del Real Madrid en la década de los 40, precursor de Paco Gento en la banda izquierda de los blancos, es un jugador muy estimable en la historia del club, amén de una personalidad fascinante. Sucede que su hijo es Juan Luis Arsuaga, eminente paleontólogo, antropólogo y divulgador cuya brillante carrera está indisolublemente unida al nombre del yacimiento de Atapuerca (“el Real Madrid de los yacimientos”, dice con esa seriedad inconfundiblemente jocosa, vascamente cachonda, que convertirá esta entrevista en una delicia con frecuencia desternillante). Será un encuentro tan ameno como su libro a cuatro manos con Juan José Millás, “La vida contada por un Sapiens a un Neandertal” (Alfaguara), de reciente publicación. Arsuaga se halla en posesión de una de esas vises cómico-serias capaces de iluminar en tu cerebro las zonas de la sorpresa y de la risa, que no en vano están la una junto a la otra según enseñan los científicos. Charlaremos sobre su padre, sobre el evidente paralelismo entre Sergio Ramos y Escipión, sobre qué hay que hacer impepinablemente si tu libre albedrío te lleva a Medellín, la tierra de Cortés.

Los madridistas estamos viviendo un verano que, de momento, solo nos da despedidas. ¿Cómo lo estás viviendo?

Lo de Sergio Ramos me pareció muy bien. Ahí el Madrid me recordó al Imperio Romano.

¿Podrías, como nos decían en el cole, razonar tu respuesta?

El Real Madrid ha tenido con Ramos la misma actitud que el Imperio Romano con Escipión el Africano. Y es que dicho imperio era esencialmente madridista: solo podía ganar o perder sin paliativos, nunca llegaba a los penaltis. Un poco como el Madrid también, que gana casi siempre pero cuando pierde es que pierde de verdad. 5-0, la manita y tal. Pero estábamos con Escipión, que llegó a Iberia para enfrentarse a Aníbal y le mandó la cabeza de su hermano.

¡Con esas finezas diplomáticas que se usaban en la época!

Exacto. El caso es que Escipión triunfó sobre Aníbal (¨Delenda est Cartago”) y luego fue a Roma a reclamar una recompensa, un poco como Sergio con el Madrid después de tantos logros históricos. “Oiga, es que yo…” “¿Yo qué?” “Pues hombre, que yo he derrotado a…” “¿Y?” ¡Escipión el Africano, venerado en Roma! Se estudiaban sus hazañas en las escuelas. Se le hacían monumentos. Como a Ramos. Pero eso no equivalía a darle todo lo que pidiera. “No, es que la Décima, y la Undécima, y…” “Fenomenal, nunca te olvidaremos. Te haremos monumentos, como a Escipión. Venga, el siguiente”. De hecho, que dé gracias Sergio porque lo de Escipión fue peor. ¡Le hicieron un juicio por malversación y le condenaron al destierro! “Sí, sí, muy bien lo de sus victorias, pero aquí hay unas cuentas de los gastos de las batallas que no nos cuadran…” “Pero oigan, que yo he ganado a Aníbal” “Correcto, Escipión, enhorabuena. Pero mira, no te vamos a renovar el contrato”.

Es curiosa la tendencia histórica de las leyendas del club a salir del mismo tarifando…

Churchill ganó la Segunda Guerra Mundial, pero perdió unas elecciones. Pues es lo mismo. “Pero oiga, que yo he ganado a Hitler”. “Correcto, pero mire, es que ahora va a gobernar este otro porque Gran Bretaña no le debe nada a usted. Es usted quien debe muchísimo a Gran Bretaña. Usted ha tenido el privilegio de servir a su país”. ¡Además es que eso mismo lo decía él! Hay que aplicarles lo que ellos dicen. (Pone voz engolada): “Es para mí un gran honor vestir esta camiseta…” “Exacto, un gran honor. Disfrútelo usted porque no durará para siempre”. La institución por encima de las personas, como debe ser.

Es la filosofía de Bernabéu y Saporta, ni más ni menos.

Exacto. Yo llevo mucho tiempo dando clases en la Complutense, y a veces caigo en la tentación de pensar que soy importante para la entidad. Sin embargo, cuando me distancio digo: “Pero qué va. Soy yo quien le debo todo a esa universidad”. Tú estás en el Trinity College y crees que eres la hostia, hasta que viene alguien y te recuerda que allí estuvo Newton o que por allí pasaron quince premios Nobel. Y ya piensas: “No, la hostia no soy, soy bueno, soy correcto. Eso es todo”. Pero hablemos de fútbol, ¿no? Hay leyes que se cumplen siempre. Por ejemplo, el que lleva la camiseta por fuera está gordo.

Así la llevaba George Best, que con todo lo que bebía seguro que tenía michelines.

Seguro. Autor de la mejor cita en la historia del fútbol. “El 90% del dinero que gané en mi carrera lo gasté en alcohol y mujeres. El resto lo malgasté”. Magnífica incorrección política.

¿Lo de los gordos lo decías por alguno en concreto?

Qué va.

Menos mal. Es un tema complejo. No sé si jurídicamente se puede obligar a un deportista a subirse a una báscula. Lo miraré y escribiré sobre ello un artículo en La Galerna.

Yo me voy a permitir dar un consejo a Florentino: hay que fichar a tíos que amen el deporte.

La pregunta es qué deporte. A Bale le gusta, pero parece que le gusta más otro. (Risas).

A Bale lo que le pasa es que su temporada comienza cuando llega lo serio de la Champions. Antes no mucho. Pero déjame que te diga que me encantó cuando -creo que fue él- le preguntaron por la posibilidad de que no sé qué entrenador les pusiera dos entrenamientos al día, y respondió: “Pues fenomenal, porque es que a mí esto me encanta”. Es la actitud que hace falta. Hay un problema para el deportista, y es el paso del tiempo, y si no tienes esa actitud tu carrera durará poco. Porque a los veinte años vas directo de la discoteca al entrenamiento, y rindes perfectamente. Pero con veinticuatro la cosa ya ha cambiado radicalmente. Por eso te tiene que gustar el deporte. Los jugadores con tendencia a engordar tienen que hacer un esfuerzo doble, porque a los veinte años te comes treinta y cinco pizzas y sigues delgado. Pero si a los veinticuatro no te gusta entrenar, enseguida notarás que no ves a los contrarios, porque te pasan como un avión. Los gorditos son peligrosos. A los veinte años dan el pego porque están como una moto, y los fichas, pero si no les gusta entrenar en pocos años estarán como un trullo. Hay que pensar en esto cuando se ficha. De repente, cuando te quieres dar cuenta, tienes un gordo por el que no hay ofertas. Lo difícil es, a los veinte años, saber si este va pa´gordo o no. Claro que ha habido algún caso en el que era fácil saberlo porque ya venía gordo. (Risas).

Yo me voy a permitir dar un consejo a Florentino: hay que fichar a tíos que amen el deporte

Fisiológicamente, lo que dices de entrenar es un argumento irrebatible. Y en baloncesto he visto muchos casos de gente con mucho talento pero poco amor al entrenamiento. Su brillo es muy fugaz. ¿Cómo es entonces tu jugador del Madrid favorito? ¿Cómo lo describes?

Yo querría escribir una oda al mercenario. Viva el mercenario. En el fútbol y en la vida.

Ah, ¿sí?

Claro. El mercenario ha sido vilipendiado por no sentir los colores. Pero nosotros somos adultos, y sabemos de qué va esto. Un mercenario tiene que tener lealtad, y darlo todo por la empresa que le paga, por el equipo que le paga. Morir en el campo. Hay mucha gente que se preocupa por eso del “sentirse”. “Sentirse” español. “Sentirse” del Madrid. ¿Tú sabes de dónde viene lo de jurar bandera? Viene del mar. Los marineros juraban la bandera del país del patrón que les contrataba, como sucedía en los tercios de Flandes, donde no jurabas la bandera de España sino la del capitán que te daba un salario, a cambio del cual tú tenías que ofrecer tu vida. Me ha contratado, me da de comer, y por eso yo juro su bandera. Y su lealtad a esa bandera era absoluta, a cambio de no sé cuántos maravedíes, pero absoluta.

Pero no la sentían…

O sí. ¿Por qué no puede un mercenario sentir la bandera? Yo “siento” la Complutense, que es la entidad que me paga. Pero lo importante es que lo doy todo por la Complutense, porque la Complutense lo da todo por mí. ¿Qué tiene de malo ser un mercenario?

Si estuviera aquí Míchel, por ejemplo, se enfadaría contigo. Te diría: ¿cómo puedes comparar el compromiso de alguien de la cantera, que ha mamado los colores desde pequeño, con la actitud de Figo, que aparece por ahí viniendo del enemigo, por una cuestión pecuniaria?

¿Y Míchel ahora no entrena a otros equipos, que además juegan contra el Real Madrid? Es que no hay nada innoble en pasar de unos equipos a otros. Es verdad que a veces es un compromiso de por vida, pero no tiene por qué ser así.

Háblanos, sean mercenarios o no, de tus jugadores favoritos cuando eras (más) joven.

Me he fijado siempre mucho en los porteros, porque yo he jugado en esa posición. El primer nombre que me sale es Iribar. El Chopo. Es que a mí, por mi origen, también me tira mucho el Athletic. Qué dominio del área. Qué suficiencia en el juego aéreo. Casillas, por ejemplo, ha sido un gran portero en cuanto a reflejos, pero no tenía esa seguridad en los balones bombeados. Illgner, centrándonos ya en porteros madridistas, sí la tenía.

¿No te parece que Courtois, de algún modo y muchos años después, es el heredero de Illgner, que nos duró bastante poco?

Es el mismo estilo, pero fíjate que Courtois, además de dominar los balones altos, anda muy bien de reflejos. Lleva camino de ser el mejor guardameta de la historia blanca. Una cosa impresionante es que ahora los porteros van muy bien con el pie. En mi época, cuando yo jugaba, ni siquiera sacaban de puerta. Eran los defensas los que metían un patadón. Afortunadamente los porteros no teníamos que darle de cabeza, porque el balón pesaba más, y si llovía pesaba más aún. Si le dabas de cabeza te retumbaba el cerebro, se te quedaba como un sonajero.

De hecho, hace poco entrevistábamos al Dr. Porta-Etessam, un eminente neurólogo, que nos hablaba de las investigaciones que parecen dar a entender que hay indicios de relación fútbol-demencia, y que se está viendo en algunos futbolistas de los sesenta, los que usaban esos balones.

No me extraña. Los porteros, por fortuna, no nos prodigábamos mucho en esa suerte.

Courtois, además de dominar los balones altos, anda muy bien de reflejos. Lleva camino de ser el mejor guardameta de la historia blanca

¿Has disfrutado mucho escribiendo tu último libro con Juan José Millás?

Mucho. Él odia el fútbol. De hecho, hay un capítulo perdido, porque yo quería tener con él una experiencia y documentarla, pero al enterarme de su rechazo por el deporte rey di marcha atrás. Quería enseñarle un ejemplo de cómo el ser humano es la única especie animal capaz de trascender lo biológico para forjar identidades colectivas, y para ello quería llevarle al Bernabéu. En el resto de animales, los vínculos identitarios son consanguíneos, de ahí que sean grupos muy pequeños.

Qué interesante. ¿Los animales no tienen entonces amigos?

No fuera del vínculo de consanguineidad. El ser humano, en cambio, crea identidades con millones de personas, como prueba un estadio de fútbol en un día de partido. Quise llevar a Millás al campo para ofrecerle una prueba, pero me enteré de su aborrecimiento futbolero y ni siquiera se lo planteé.

Y esa creación de identidades colectivas, ¿dices que es exclusiva del ser humano?

Absolutamente. Es nuestra fortaleza como especie, y también nuestro talón de Aquiles, porque claro, son identidades muchas veces excluyentes. Unos crean la identidad colectiva Francia y otros la identidad colectiva Alemania, y eso es susceptible de crear conflicto. El fútbol, ya te digo, es un ejemplo inmejorable, porque ni siquiera necesitas conocer personalmente al otro, basta un signo externo que os identifique para sentiros parte del mismo grupo.

Por eso estás en el estadio, el Madrid mete un gol y te abrazas con el de al lado aunque no sepas quién es. Un animal solo haría eso si el que está al lado es su primo o una tía segunda.

Eso es. En una explosión de alegría colectiva. Por el contrario, si eres de la afición que ha encajado el gol, y te encuentras en el mismo estadio, te jode infinito. Odias a los del otro grupo. Los matarías. Parece que estén celebrando contra ti, aunque no sea el caso. La celebración no va contra esos del Cádiz que están en la esquina, pero ellos lo sienten así. Las identidades simbólicas se ven muy bien ahí. La cosa se exacerba cuando el árbitro, obviamente de forma deliberada, nos pita un fuera de juego que evidentemente no ha sido. (Sonrisa burlona). Yo mismo siento odio cuando el portero rival tarda más de lo debido en sacar de puerta. De todos modos, hace mucho que no voy al estadio de forma regular.

¿Por qué?

Yo era socio, de los de pasar frío y lluvia en el Fondo Sur, de pie. Un día, en los ochenta, me enteré de cuánto cobraban ciertos jugadores y me negué a sufragar semejante obscenidad. Pero vamos a ver, yo estoy aquí mojándome y cansándome las piernas, sin ver bien el partido, ¿para que estos tíos cobren una millonada por solo poner el pie en el suelo? Y me di de baja como socio, hasta el día de hoy. No obstante, ocasionalmente voy, siempre sin pagar, si me invitan a un palco o me dejan un abono o algo. Mis hermanos, sin embargo, siguen siendo socios y van regularmente, o iban antes de la pandemia. Ahora yo mismo estoy deseando volver. Es una maravilla desde el punto de vista antropológico. Quiero volver a ver a un magistrado del Tribunal Supremo convertido en un energúmeno.

Uno que hace a cualquiera convertirse en energúmeno es Mirotic. ¿Es un ejemplo de mercenario, por seguir con el hilo de antes?

No. Un buen mercenario jamás cambia de bando. Lo que hizo Mirotic puede estar bien con la ley en la mano, pero eso no se hace. Viene de nuestra cantera. Lo criamos aquí. Muy mal. Y encima el tío lo hace vía NBA.

Vente entonces un día al baloncesto a un Madrid-Barça, porque esas cosas a Mirotic la gente en el Pabellón se las hace saber, y llévate a Millás para tu ejemplo antropológico. Verás esas cosas negativas que te interesan.

Pero ¿puedo ver allí a un Presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo comportándose como un energúmeno, igual que en el fútbol? Para mí es importante. (Empieza a proferir insultos como si gritara).

Yo creo que sí. Puedes contar con ello.

Entonces bien. ¿Sabéis de dónde viene la palabra energúmeno? Es una palabra griega. Energumenos es cuando te posee un espíritu. Así que está muy bien, porque cuando pierdes los estribos viendo un partido de fútbol estás poseído, ¿no? Es que tú dices “No es él, este no puede ser mi Presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, el que yo conozco o creo conocer, ese hombre ponderado y desapasionado que deja a un lado cualquier subjetividad para dictar sentencia, ¡está poseído!”

Hace poco coincidiste con Harari, el humanista de moda, en unas conferencias en el Congreso. ¿Qué opinas de él?

Extraordinario. Es un autor en el que todo es aprovechable. Cada frase es un hallazgo.

¿Coincides en sus dudas sobre el libre albedrío?

No le falta razón. Para cosas rápidas no somos demasiado libres, no se puede hablar propiamente de decisión, porque no hay un proceso de análisis previo. Si topas con un león en medio de la selva, no empiezas a pensar: “Hombre, un león. ¿Será macho? ¿Será hembra? ¿Habrá comido?” Sales por patas. Para planificar yo creo que sí tenemos libre albedrío, qué haré con mi vida y tal, o qué haré mañana. Claro que para poder optar por algo necesitas saber que ese algo existe. No puedes optar por lo que no conoces. La ciudad de Medellín tiene un teatro romano magníficamente restaurado, pero hasta que no pusieron un cartel en la carretera que decía “Teatro romano de Medellín”, nadie iba a verlo. Ahora está siempre lleno. De manera que tú puedes planificar tu viaje y preguntarte: “¿Haré parada en Medellín?” Antes de que existiera el cartel no podías, no tenías libre albedrío por falta de información. Y, una vez que haces parada en Medellín, la ciudad de Cortés, descubres algo aún más importante. (Pausa de suspense).  Que hay un restaurante que se llama Quinto Cecilio, situado en lo alto de un pico, donde se ve toda la ciudad. Un día os llevaré a comer allí. Se come muy bien. Qué arroces, madre mía. El arroz con liebre que hacen allí es un arma de destrucción masiva. El restaurante se llama así en honor a Cecilio Metelo, que fue muy importante en las guerras civiles del Imperio Romano, general romano conocido como La Vieja, un militar muy discreto famoso por su aparente falta de carácter o por su liderazgo tranquilo. Esto me plantea interrogantes sobre el tema del liderazgo, muy fácilmente trasladables al mundo del fútbol. ¿Quién ha sido la Vieja entre los entrenadores del Real Madrid?

¿Del Bosque? Tal vez Ferrándiz.

No sabría decirte si uno u otro porque fútbol y baloncesto son dos deportes muy diferentes. El fútbol es diferente a todo, de hecho. En todos los deportes se impone el bueno con probabilidad mucho más alta que en el fútbol, donde hay mucho más lugar para la sorpresa. Y luego hay otra cosa, que decía siempre mi padre. ¿Sabíais que en un partido de fútbol se queman muchas más calorías que en uno de tenis de cinco sets? El fútbol es el deporte más físico que existe. Y otra cosa excepcional del fútbol es que hay jugadas larguísimas, cosa que no ocurre en otros deportes donde incluso se establecen límites a la duración de las jugadas. En el fútbol, a veces, una jugada puede durar minutos. Estas cosas le brindan un encanto muy especial. Y también que no hay un biotipo, no hay un prototipo físico determinado asociado al fútbol, como lo tienen el baloncesto o el rugby.

Es interesante este tema porque, siendo cierto eso último, estamos viendo cambios en los paradigmas. Los jugadores de fútbol están mucho más musculados, y últimamente se llevan muy altos, como Haaland, que es la sensación.

A Haaland le puedes echar un balón en largo y causa estragos, pero ¿cómo se las apaña en un área rival poblada de adversarios? El Madrid juega continuamente contra rivales que se cierran atrás. Juegan el partido en veinte metros. Entonces lo que necesitábamos era precisamente a Hazard. Todo apuntaba a que ese era el fichaje, porque necesitábamos regate en corto para superar esas defensas cerradas muy cerca de su portero, y Hazard lo tiene, o lo tenía.

Pues es una pena lo de Hazard. Él mismo va por ahí diciendo que ya no va a volver a ser el mismo por sus lesiones.

No hay que perder la esperanza. Es que era un fichaje que estaba muy bien hecho porque es un tío que se desenvuelve muy bien en espacios reducidos. Necesitabas un abrelatas, un Raúl, un Butragueño. Un Hazard. Hazard nos venía mucho mejor que a otros equipos. No es un tío que pueda triunfar en un equipo que juega al contragolpe, no va a llegar porque la velocidad no es su fuerte. Pero para un equipo obligado a dominar, como es el Madrid, Hazard era un bendición. No necesita estar en gran forma. No necesita correr. ¡Si, con esos rivales tan cerrados, se juega en veinte metros! Ese ha sido el problema de Bale, que al Madrid no le dejan jugar a campo abierto. Europa puede ser otra cosa pero, para la Liga, el Madrid necesita un equipo diseñado para jugar en espacios cortos, porque los rivales le obligan a ello. Hazard era ideal.

Es que al Madrid le esperan en área propia hasta cuando juega fuera. ¿Y Vinicius? ¿Te gusta?

Si diera bien el último pase… Pero tiene cosas muy buenas. Siempre agita, siempre la lía.

Hazard nos venía mucho mejor que a otros equipos. No es un tío que pueda triunfar en un equipo que juega al contragolpe, no va a llegar porque la velocidad no es su fuerte. Pero para un equipo obligado a dominar, como es el Madrid, Hazard era un bendición. No necesita estar en gran forma. No necesita correr. ¡Si, con esos rivales tan cerrados, se juega en veinte metros!

Hablemos de tu padre, jugador del club. Jugó 6 temporadas en el Madrid preDiStéfano, en la posición de extremo izquierdo, donde fue relevado por Paco Gento. Curiosamente, con un año en medio, luego él relevaría a Gento en el Rácing. Hay una curiosa relación de reemplazo de ida y vuelta.

Así es. Mi padre llegó a jugar en el Metropolitano, durante aquel tiempo en que Real y Atleti compartieron estadio porque el Bernabéu estaba siendo construido. Cuando se cumplió el 50 aniversario de dicha construcción, mi padre era el único jugador que quedaba vivo de los que disputaron el partido inaugural del estadio, contra Os Belenenses, en el 47. De manera que, en los fastos que se organizaron para celebrar esas bodas de oro, al final del partido correspondiente, mi padre salió al centro del campo para saludar, con todos los focos puestos sobre él. No era por entonces el único superviviente de aquella generación, también estaba Molowny, aún vivo pero creo que ya no en condiciones de acudir, desgraciadamente. De manera que sí, mi padre, fue, en aquel acto, el único representante de aquel Madrid que jugó en el antiguo Chamartín y en el Metropolitano.

Qué maravilla. ¿Él hablaba mucho con vosotros de aquella etapa?

Sí. Le metió un par de goles al Barça en un Clásico de la época, uno de ellos olímpico, y por aquel gol desde el córner (lógicamente desde la derecha, porque era zurdo) le regalaron una cafetera.

Regalazo.

Según se mire, sí lo era, aunque mi padre ganaba bien. Ganaba lo que ahora serían unos buenos ingresos de un buen profesional independiente: un buen médico, un buen abogado… Lo que se dice bien. No como los jugadores de ahora. Ganaba lo que a mí me parece normal. Un sueldo cómodo, con la diferencia de que luego se quedaban sin trabajo, porque la vida activa del deportista es corta. Pero él se preparó bien, porque estudió Económicas.

¿Eso era normal en la época?

Para nada. Era el único de la plantilla que estudió una carrera. A mi padre le decían: “Es que luego tu vida laboral se acaba” y él respondía: “Pero cómo… ¿Es que tú a partir de los 30 ya no piensas trabajar en nada?” Trabajó mucho tiempo, en la fábrica de balones de plástico de Galdácano. Lo contrataron porque sabía alemán, y necesitaban a alguien que lo hablara para comprar maquinaria allí.

Pero tu padre nunca vivió en Alemania, ¿no? ¿Dónde lo aprendió?

En una academia. Era un forofo de los idiomas. Nunca dejó de estudiarlos. Aprendió euskera, latín, italiano, francés (perfectamente), inglés y, como te decía, alemán. Ah, y ruso, y hebreo, que también aprendió por afición. Hacía inmersión en los idiomas que iba aprendiendo, pero inmersión en su propia casa. Tú llegabas a casa y te encontrabas con que estaba puesta la radio, pero en ruso. Y luego estudió filología semítica, después de jubilarse. Empezó a escribir una tesis sobre toponimia árabe en la provincia de Madrid. La tenía muy avanzada cuando murió.

Era entonces una persona de una inteligencia sobrehumana.

En la vida todo es motivación, lo que pasa es que la motivación aumenta cuando algo se te da bien. Yo, imagínate, estoy muy motivado para hacer surf. Me subo a la tabla y me pego una hostia tras otra. Se me va quitando la motivación. Es el clásico debate biológico: ¿son los genes o la práctica? Pues las dos cosas.

Juan Manuel, podríamos hablar contigo durante horas. Vamos a tener que dejarlo para otro día. ¿Nos invitarás a Atapuerca?

Paso allí más o menos la mitad del año. Es el Real Madrid de los yacimientos, el mejor del mundo. Podéis venir cuando queráis.

Pero ¿no te molestaremos?

Pues hombre, si sabéis comportaros no. Imagínate, Joe, que yo te digo, cuando jugabas en el Madrid, que quiero ir al entrenamiento. Tú me dices que sí, pero ¿qué pasaría si de repente te pregunto “Pero, ¿puedo bajar a hacer con vosotros unos tiritos a canasta?” Pues hombre, no. Estáis invitados si sabéis asumir vuestro papel. Si tienes el privilegio de que un neurocirujano te invita a asistir a su labor, pues tú allí, in situ, no vas a insistir en que te deje hurgar un poco con el bisturí en el cerebro, ¿no? Pues en Atapuerca igual.

Entrevista: Joe Llorente, Jesús Bengoechea

 

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

19 comentarios en: Juan Luis Arsuaga: "Viva el jugador mercenario"

  1. No sabía que Arsuaga era madridista, y mucho menos que su padre fue jugador del Madrid. Me ha encantado, sus opiniones, inteligencia y buen humor.
    P. D. Me encantaría ir a atapuerca

  2. Me ha gustado mucho la entrevista. El ejemplo de Escipión me parece fe lo más brillante que he leído para explicar tanto el caso de Ramos como el de muchos otros.

  3. Me he reído y además aprendido un poco. Entre otras cosas, no sabía que había una Medellín española. Interesantes, también, otros aspectos que comenta.

    Sobre quien podría ser "la Vieja" en el Real Madrid... ¿Pedro Ferrándiz? Por lo que me han explicado, me sorprendería. Yo veo a Zidane, más en ese papel. O quizás Beenhaker.

    El sr. Arsuaga padre y futbolista es evidente que fue una figura prominente. Y visto lo visto en esta entrevista, de tal palo tal astilla.

    1. ¡No conocer Medellín! Origen de Hernán Cortés, con su Castillo, su teatro romano, sus puentes (histórico y moderno) sobre el Guadiana… No es que haya en España un Medellín, es que ese es el Medellín que da nombre a los demás Medellín del mundo. Por cierto, el restaurante Quinto Cecilio tiene unas vistas extraordinarias, un gran mirador.

  4. Bravísimo!!!!

    Tengo que revisar las mejores entrevistas que ha hecho la galerna (que son muchas). Pero me da que está ocupa un puesto muy arriba.

    Felicidades

  5. Absolutamente excepcional entrevista, que me reconcilia con La Galerna, ante tanto ciberataque de trolls que está sufriendo sin que, aparentemente, busque una manera de controlarlo.

    Muy de acuerdo con los mercenarios. Creo que se ha olvidado mencionar a nuestro mercenario número 1: CR7. Lo dio todo por quien le pagaba, mucho más que otros que se besan el escudo o dicen ser de la casa.

    Abrazos madridistas

  6. Soy un devora libros y me gustaría saber la opinión de este libro y si merece la pena comprarlo de alguien que lo haya leído
    Sobre la entrevista es muy interesante y amena algo corta para ( o me ha parecido a mi) lo que se estaba desglosando
    Muchas gracias

  7. Arsuaga es un eminente conocedor de todo lo que esté relacionado con el saber. Pero el saber certero y completo que es el único válido. Cuando leí su libro "El collar del neanderthal" me reafirme en esta opinión. Siempre que puedo asisto a sus conferencias y es de lo más brillante que tenemos en España con categoría mundial claro. Sabe de fútbol y lo demuestra en la entrevista. Además tiene el don de hablar con prosapia y con gracia para proponer sus planteamientos. Es genial. La entrevista me ha entusiasmado. Bengoechea se ha ganado el pan con ella aunque él lo ha puesto muy fácil. Arsuaga es de los que te hace sentir orgulloso de ser español.

  8. Magnifica entrevista, para que esto sea así es necesario que entrevistado y entrevistador tengan una gran categoría. El señor Arsuaga es digno hijo de su padre, porque lo que él consiguió , una carrera y el dominio de tantos idiomas, era excepcional en aquella época,

  9. Me ha gustado la entrevista y de paso me ha recordado mis años de niño como socio del Madrid y del Atlético de Aviación,tambien de la máxima de mi padre : siempre los colores del Madrid, pero en segundo lugar los del Atlético de Aviación. Gracias

  10. Qué maravilla de entrevista. Si no es la mejor que ha hecho La Galerna, no estará muy lejos. Enhorabuena a entrevistadores y entrevistado.
    Me ha encantado el lo de los mercenarios, lo de Escipión y muchas mas cosas, y he aprendido de esta lectura.

  11. fenomenal la entrevista.
    Yo era socio infantil del real madrid cuando jugaba su padre. Todavia conservo su autografo. Ahora tengo 82 años. Si algun dia voy a Atapuerca le llevaré el cromo y se lo daré.
    Un saludoJOSE BONILLA CAMP

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