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Samitier, entre el Estatuto catalán y la vendetta

Samitier, entre el Estatuto catalán y la vendetta

Escrito por: Salva Martín2 febrero, 2025
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Hoy es el aniversario del nacimiento de José Samitier, el primer caso Figo de la historia. De Les Corts a Chamartín en mitad del debate sobre la identidad de Cataluña y su encaje con el resto de España durante periodo republicano. En La pelota sí se mancha, enmarcado en el capítulo dedicado al Madrid, la II República y la Guerra Civil, se pormenorizan todos los detalles de su fichaje y la venganza contra sus ex.

“Llegó la primera bomba mediática entre Madrid y Barcelona. José Samitier, después de 14 años liderando a los culés, se pasaba al enemigo. Sentimentalmente, el shock resultó más profundo que el caso Figo, pues el jugador había nacido nada menos que en el barrio de Les Corts, donde estaba el estadio culé, y había sido catapultado como símbolo del orgullo catalán desde los años 20.

¿Qué pasó para que todo se rompiera? Lo primero y más cru­cial de todo, su buena relación con Santiago Bernabéu, por aquel entonces secretario del club, y con Ricardo Zamora, compañero en la Selección y «hermano», como ellos se llamaban. Lo segun­do, la decisión del F.C. Barcelona de prescindir de un ya maduro Samitier (a punto de cumplir los 31) debido al proceso de reno­vación en el que se encontraba inmerso por los malos resultados del equipo. No habría otra ocasión mejor para asestar un doble golpe, moral y deportivo a los culés. Y don Santiago no era muy de dejar escapar las oportunidades.

La cosa fue así. El 1 de enero de 1933 el Madrid visitaba Les Corts en la sexta jornada de Liga. Unos días antes, el 28 de di­ciembre, Samitier había recibido la comunicación por parte del club de que prescindiría de sus servicios. De indiscutible entre 1919 y 1932 a desdeñado. Demasiada injusticia para un mito. Entonces Bernabéu, ladino como pocos, aprovechó para hablar con él tras el partido y, sin recurrir a servilletas ni remiendos, le preguntó directamente si le gustaría jugar en el Madrid. La res­puesta fue clara y las consecuencias inmediatas: el 7 de enero se produjo la firma del jugador en las oficinas del club blanco ante el estupor de la afición blaugrana y el regusto de la madrileña. 7.000 pesetas como prima de fichaje y 15.000 de sueldo anual pusieron las matemáticas al acuerdo.

«En la soleada mañana de Castilla, Getafe se envuelve en un polvo de oro». Tan elegante como el inicio de la crónica del AS sobre su llegada a Madrid, aterrizó el jugador. Ataviado con som­brero, traje y abrigo, y acompañado de Zamora, el reportero dis­frutó de un periplo con ambos que hoy suena a ciencia ficción. Compartió su coche, fue testigo de sus conversaciones, de los primeros encuentros con otros compañeros blancos e, incluso, presenció la instalación de Samitier en la casa del portero, su pri­mer hogar hasta que encontró uno propio. Otros tiempos. En la entrevista, intenciones claras: «No hubiera salido del Barcelona de no haber sido para venir a Madrid».

La frase —pero sobre todo el fichaje— enalteció el orgullo ma­dridista al tiempo que hirió como un cuchillo los ánimos de toda Cataluña. Fue un ingrediente más en la candente porfía sobre el encaje catalán, que por aquellos años ya provocaba movilizacio­nes y refriegas. El Estatuto de Cataluña, que llevaba sólo cuatro meses vigente, se aprobó tras un debate de altura entre Azaña y Ortega y Gasset. «Nadie tiene el derecho, en una polémica, de decir que su solución es la mejor porque es la más patriótica; se necesita que además de patriótica sea acertada», advirtió el pri­mero. «Un Estado en decadencia, fomenta los nacionalismos; un Estado en buena ventura, los desnutre y reabsorbe», sentenció el filósofo y escritor.

Samitier estaba en su declive, pero todavía le quedaban dosis de esa tremenda calidad que lo habían convertido en el futbolista más célebre de nuestro país (después del inalcanzable Zamora, por supuesto). Jugaba de medio o en cualquier posición del ata­que, y era tan ágil y técnico que lo apodaron El Mago. Su último truco sería en Chamartín.

La vendetta contra el Barça llegó el 5 de marzo, en la jorna­da 15. Los catalanes comparecían sin opciones al título, pero el traspaso de Samitier convirtió el partido en cuestión de Estado. El catalán, titular junto a Olivares, Luis Regueiro, Lazcano e Hila­rio, anotó un doblete que le dio la victoria al conjunto entrenado por el inglés Robert Firth por 2-1”.

 

Getty Images.

Salva Martín
Periodista. Autor de Historia de las míticas remontadas del Real Madrid (Almuzara) y La pelota sí se mancha (Última línea).

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3 comentarios en: Samitier, entre el Estatuto catalán y la vendetta

  1. Menos mal que todavía no existía Negreira, porque si hubiera existido habrían expulsado a Samitier en el minuto 1 para que no marcase, o cualquier otra fechoría parecida.

  2. Las palabras de Ortega y Gasset siguen ahora vigentes, el país está en clara decadencia y desde hace muchos años fomenta los nacionalismos, decadencia que se extiende al mundo occidental.

  3. Culpa la tuvo Ortega por decir que España estaba invertebrada y que era un problema y Europa la solución. Los políticos le han hecho caso durante un siglo y así nos ha ido.

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

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