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Karim, sobre los mosaicos de Pompeya

Karim, sobre los mosaicos de Pompeya

Escrito por: Mario De Las Heras16 febrero, 2017
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Hay un Bernabéu límpido y claro que enseguida se inclina como un destructor espacial. A él, en medio de la gravedad única de Concha Espina, están sujetos con arneses once hombres del espacio asomados a la inmensidad del universo. El rumor de la platea es único. Es grandioso. Esos hombres del espacio están reparando los propulsores. Están volcados en su misión soliviantados por el empuje de Benzema, que está derramando el repertorio de la gran inspiración: el estatismo y la movilidad, la belleza y la fuerza, el talento y la desesperación.

Benzema falla y maravilla. Yo me pensaría cambiar goles suyos por taconazos, paredes, giros. Invenciones de su mente. La gente quiere hat tricks pero yo prefiero tercetos. Qué le vamos a hacer. Hay una turbulencia y todo se para. Insigne ha marcado tras una conexión central con Keylor adelantado. Suena el tu tu tu. La nave se agita. El público pita. ¿Qué pitáis, críticos gastronómicos? ¿La excelencia?

Los hombres del espacio no tienen medio. Sólo ha sido un fogonazo en la batalla. La chispa en el ojo de un mosquetón contra una nave. El Madrid juega como si adornara pasteles con crema y guindas. Maestros pasteleros. Huele a chocolate y la pelota es una trufa. La presión es ansiosa, es emocionante. Y se oyen pitos. Para colmo Raúl habla de que los jugadores se pasan la pelota, y de que el balón rueda sobre la yerba. No sé qué habrá sido de aquel dedo en los labios.

¿Qué pitáis, críticos gastronómicos? ¿La excelencia?

Yo sigo con Benzema, que muta. Es un tigre, un mono, una bailarina. Modric le sigue el paso y Carvajal cuelga el balón con el exterior a por el que va Cristiano pero es para Karim. Corre, Karim, corre, agitando el puño y se despliega el Madrid. Sube Luka al que habilita Benzema. Cristiano les observa los pies. No quiere perder ritmo. La portería napolitana tiene una pantalla que desvía los disparos madridistas.

Veo a Reina dentro de esa burbuja y parece Mr. Proper con esa camiseta. O Paco Martínez Soria vestido de Moschino. La ciudad no debe de ser para él al ver venir esos contrataques fulgurantes. Benzema está loco. Es un loco genial. Un loco sin oreja. Y Cristiano está finísimo. Una asistencia a Karim es el cuchillo de un lanzador, el remate va al palo haciendo trinos. El francés no quiere goles sin carambola.

Es día grande pero no es fácil. Cristiano se estira por la banda derecha. Desborda, se detiene y sigue. Tiene veinte años esplendorosos. Al borde del precipicio mira y retrasa para Kroos que viene a bordo de una pasarela mecánica de marca Schindler. Gol, gol y gol. Cinco minutos más tarde el monstruo Casimiro (así le llama Raúl) da las buenas noches a los niños. Nadal, el Grande, disfruta en la grada con su padre y con su hermana. El Madrid y la fantasía. La grandeza. El delirio. Hasta el árbitro es Mr. Increíble.

El Madrid y Cristiano en una versión espeluznante. Fino, imparable, ágil, serio. Aún así ronda el segundo para los de Nápoles que lo gritan en las calles semidesnudos. Hamsik y su post punk, Callejón que se esconde por el lado derecho. Y Raúl que es una especie de gafe entristecido. El Ferrari se ha convertido en una tartana con micrófono que va parando por todos los pueblos. Van tres a uno pero podían ir siete a tres. Hay que ir a jugársela a los pies del Vesubio, donde yo quiero ver a Karim jugar como ayer sobre los mosaicos de Pompeya.
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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

4 comentarios en: Karim, sobre los mosaicos de Pompeya

  1. Lo bueno de jugar habitualmente en el Bernabéu, es que curte de tal manera a los jugadores blancos, salvo a los que devora, que después juegan fuera y ya están curados de espanto. Es más, se diría que juegan mucho más tranquilos. Dicen del infierno de San Paolo que espera a los blancos, pecata minuta.

  2. Precioso artículo, como es habitual, ......., si, es cierto, hasta el momento en el que fallan goles que medio mundo ya ha descontado, el juego, sus detalles, la calidad, te anestesian y cuesta centrarse en matar un partido o en zanjar el intento del contrario por acercarse a nuestros aledaños y meter un segundo tanto, .......

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