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Más cosas peores que un parón

Más cosas peores que un parón

Escrito por: Fred Gwynne16 octubre, 2023
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Encontrar veinte cosas peores que un parón de selecciones es un trabajo arduo, un reto mucho más complicado de lo que a primera vista parece. Llevo varios días pensando en ello, imaginando situaciones que superen (o igualen) este horror y no paso de la media docena. Llegar a veinte me parece una quimera.

A excepción de Jesús Bengoechea, que fue el que lanzó este desafío, nadie ha sido capaz de conseguirlo. Y él lo logro con trampas, colándonos muchos gatos por liebres.

Veamos algunos de ellos.

¿Es significativamente peor “Voyage, voyage” que un parón de selecciones? No, no lo es, Voyage voyage dura un suspiro, cuatro minutitos. Sí, sé que luego el soniquete se te mete en la cabeza y te exaspera mucho más tiempo, pero no los 30240 minutos que dura este parón. Si al menos hubiese elegido “Mariposa traicionera” la cosa tendría un pase. Los cuatro minutos de la canción de Maná parecen, por lo menos, 15000. Eso te dura, minuto arriba minuto abajo, medio parón.

Iturralde González. El nombre está bien traído, lo reconozco, pero Itu siempre ha ido de frente, es el antimadridismo sin matices, condensado. Es, por decirlo de alguna manera, tan previsible como sus tarjetas. Yo prefiero uno de sus infames arbitrajes antes que este parón. Con Iturralde me siento vivo, no sé si me explico. En un parón de selecciones no se para el fútbol, se para la vida, es un espacio temporal en el que no sucede absolutamente nada. Si hay que elegir un árbitro (o lo que sea) me quedo con Pavel Fernández, el creador del fuera de juego psicológico, el introductor del panenkismo en el arbitraje. Este sí es un peligro. Pavel puede ser peor que el parón porque intentará explicarlo.

Pavel

Un calcetín desparejado. Todo el mundo sabe (excepto Jesús, que sigue siendo un niño metido en el cuerpo de un hombre y todavía no está preparado para afrontar esta realidad) que todos los calcetines están desparejados. No hay un puñetero calcetín que tenga pareja. Yo lo aprendí hace muchos años.

—Cariño, ¿has visto la pareja de este calcetín?

—¿Qué pareja, hombre, cuándo has visto tú en esta casa un calcetín con pareja?

Solo hay algo desparejado peor que un parón de selecciones: los putos táperes. Ni uno, pero es que ni uno, tiene su tapa correspondiente. Y claro, uno lo certifica después de intentar cerrarlo. Ahí están, en el cajón de la cocina, tapas y táperes esparcidos, revueltos, en concupiscencia. Eliges uno e intentas, sin éxito, meter el caparazón del pollo asado, ese que vas a emplear para hacer un buen caldo y a los cuatro días, ya ennegrecido, tirarás a la basura. Como eres imbécil, y te gusta dar fe de ello en las situaciones más cotidianas, aprietas el pollo con los dedos y te pringas de grasa. Nada, no hay manera, no entra. Eliges otro un poco más grande. Lo consigues. Ya tienes todo encaminado: el esqueleto del pollo, el táper y las manos grasientas. Solo falta la tapa. ¿Alguien, en esta delicada situación, ha conseguido encontrar la tapa del táper (valga la redundancia) a la primera? ¿No habéis probado media docena, apretándolas o cerrando unas pestañitas de mierda, sin conseguir que el pollo, el paté o el trozo de tarta de cumpleaños, descansen en paz?

“Pavel Fernández y los táperes desparejados”. Podía ser el título de una novela, pero no, son dos cosas peores que un parón de selecciones. Aquí van algunas más:

—Los jugadores holandeses, o para ser más concretos, los aficionados que periódicamente, cada vez que se pone de moda un Van o un De, se empeñan en que el Real Madrid lo fiche. Y no, no traigan a colación a Van Nistelrooy, ese no era holandés holandés, seguro que entre sus ocho apellidos holandeses tenía algún Clemente.

—Las portadas del parón de selecciones, especialmente las de Morata. Tengo la impresión de que llevan poniendo la misma portada varias décadas: imagino a Morata con Primo de Rivera, en la II República, con Franco, en el 12 a 1 contra Malta… Morata es jugador del Parón F.C, no hay otra explicación.

—El libro de mecanografía con el que aprendí a escribir a máquina. Dejaron los números para el final, no les presté la atención necesaria y llevo cuarenta y cinco años bajando la cabeza cada vez que necesito usar uno en un texto. Comparen estos 45 años con las dos semanas del parón.

—Los gafes que siempre festejan antes de tiempo las derrotas de un rival. El primer gol de la remontada siempre lo marcan ellos.

—Las portadas del parón de selecciones, especialmente las de Morata. Tengo la impresión de que llevan poniendo la misma portada varias décadas: imagino a Morata con Primo de Rivera, en la II República, con Franco, en el 11 a 1 contra Malta… Morata es jugador del Parón F.C, no hay otra explicación

—Vuestros cuñados. El mío es un santo, pero los vuestros (culés o indios en su gran mayoría) merecen aparecer en esta lista.

—Las tortillas de patata mal cocinadas, sí, hablo de esas que son un ladrillo, secas, y que llevan de regalo trocitos de cebolla completamente crudos.

—La (pésima) dicción de muchos actores y actrices españoles.

—Una patada en los testículos.

Y ya, no creo que haga falta llegar a 20, esta última cierra el círculo, es la perfección. No me gusta presumir, pero aquí reconocerán que he estado sembrado. Y todo gracias al gran José Luis Coll, que, sin saberlo, lo anticipó hace décadas. Simplemente cambio el parón de selecciones por una gran suma de dinero…

—¿Usted qué prefiere, siete millones de euros o una patada en los testículos?

—Los siete millones, pero déjeme que se lo argumente.

 

Getty Images

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Soy un hombre hecho a mí mismo. El problema es que me sobraron algunas piezas. SOL O CONTIGO. Persigo playas.

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
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