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Portanálisis: "Una mirada irónica sobre la prensa deportiva diaria"

Rabia saudí

Escrito por: La Galerna4 enero, 2023
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Buenos días, amigos. Las portadas de la jornada se dividen entre la acidez contra el Real Madrid por no haber hecho patinaje artístico sobre un patatal y la crónica de la presentación de Cristiano Ronaldo con un equipo saudí. Que Cristiano (¿el segundo jugador más importante en la historia del Real Madrid tras Di Stéfano?) apure sus días deportivos cubriéndose de oro negro en una dictadura teocrática inspira una suerte de sorpresa desencantada. Que el Madrid ganara con lo justo en un campo impracticable, gracias a una genialidad de Rodrygo, que muchas veces parece la reencarnación de Romario, nos parece hasta bien.

Particularmente crítico con el juego del Madrid se muestra As. “Rodrygo… y gracias”, titula bajo la captura de un beso de Ancelotti al brasileño. Nos parece una buena forma de plasmar la gratitud debida a quien se inventó un regate y un remate sublimes, máxime cuando ambos valieron una clasificación, pero si por “… y gracias” cabe entender que el Madrid no ofreció nada más entonces cabe preguntar a As qué esperaban sobre esa superficie. Era un campo sobre el que resultaba imposible dar dos pases seguidos porque el balón se paraba en el barro o en el enésimo hoyo. El Madrid, con jugadores muy técnicos, afrontó la contrariedad con seriedad aunque sin ningún alarde, por la sencilla razón de que era imposible que los hubiera. El partido tuvo solo una ocasión digna de tal nombre. Fue del Madrid y fue gol.

A partir de ahí, hablar de un Madrid “lastrado por su desgana” nos parece gratuito, como lo es afirmar que “el Cacereño mereció mejor suerte”. ¿Qué mejor suerte? Mejor suerte habría sido pasar de ronda. ¿Se pretende indicar que el Cacereño debió en justicia eliminar a los de Chamartín? El Cacereño, que dio todas las patadas que quiso y que no por ello deja de merecer nuestro respeto, hizo un esfuerzo ímprobo. Bien hecho, chicos, y a otra cosa.

Marca es hoy menos ceñudo con el Madrid, y prefiere con buen criterio poner el acento en la perfecta maniobra de Rodrygo, única flor en un terreno baldío. Hubo en efecto “dedicatoria a Pelé” tras el gran tanto, como era de ley y de un modo que nos emocionó. Marca se hace eco además de las palabras de Ancelotti al término del choque en Cáceres: “Para mí esto no es fútbol, es otro deporte”, en alusión a lo imposible del terreno de juego. El Madrid lo jugó (ese otro deporte) como buenamente pudo, y logró su objetivo. Cabe argüir que Ancelotti debió haber planteado un once más físico de entrada, conocedor como sin duda fue a priori del estado del terreno de juego. Es opinable. Al menos el partido se cerró sin lesiones, lo que ya es mucho (lo de Odriozola no parece gran cosa).

Por otro lado, en una mosca prácticamente imperceptible da cuenta Marca del apoyo de Ronaldo Nazário, presidente del Valladolid, a Vinicius tras los insultos racistas sufridos por Vini en Zorrilla. Lo que querríamos es que Marca apoyase a Vini de igual modo, dándole no ya a la lucha contra el racismo, sino a la lucha contra el racismo específico que sufre Vini, el espacio y la rotundidad que merece.

Mundo Deportivo nos informa de que Xavi “quiere gol”. Hasta los talibanes de la posesión alientan el anhelo inconfesado de que al término de la misma, de la posesión, el balón acabe en el fondo de la red. El gol es una ordinariez para los dogmáticos del tiki-taka (el propio Hernández ha hablado del marcador como “ese gran impostor” en más de una ocasión), pero al final las costuras del resultadismo se le transparentan al más pintado.

De todos modos, no debería Xavi preocuparse mucho con tener gol, ya se ocupa la justicia ordinaria de que no le falte.

Aunque Xavi quisiera más, claro. En rueda de prensa no solo no agradeció al Tribunal Central Contencioso que interviniera en su favor, sino que le recriminó que no le informen con más tiempo. Es un rostro granítico, una jeta imbatible la del querido Jardiner, a quien por cierto le habría dado un síncope si hubiera tenido que jugar en el patatal de Cáceres.

Concluimos con Sport, que es quizá, curiosamente, el diario que decida hoy más tiempo a la chocante presentación de Cristiano Ronaldo, allá en tierras desérticas, como nuevo futbolista del Al Nassr. Da rabia (rabia saudí) verle acabar sus días en un fútbol sin horizontes deportivos y sin más aliciente que el dinero, sobre todo cuando él mismo afirmó -y le creíamos, porque su ejemplar carrera invitaba a ello- que no era el vil metal lo que condicionaba su existencia. También dio rabia verlo entrenar en Valdebebas, en esa especie de indirecta tragicómica, agridulce, por estar de vuelta. Dice Cris en la portada de Sport que no es el final de su carrera. Nos gustaría pensar que es así, y que el año próximo podemos verle jugar (esta vez sí) sus últimos años en otro club europeo de cierta talla.

Con sus increíbles luces e inevitables sombras, queremos mucho a Cristiano.

Pasad un buen día.

 

 

 

 

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