Dicen que la clave del amor duradero es no dejar jamás de sorprender al ser amado, por más que las garras de la rutina parezcan hacer mella en la relación, desgastada acaso por el paso de los años. Si aceptamos que hay mucha verdad en esa aseveración, tendremos que concluir que hay amor del bueno entre La Galerna y los periódicos deportivos del día.
Nunca dejan de sorprendernos, a pesar de que los meses transcurridos desde que empezamos a comentarlas on a daily basis podrían haber conducido al óxido de la pasión. Ya se ocupan ellos de no dejar que se imponga el peso de la repetitiva costumbre. Ouija, Hernia y Sportivo nos seducen cada día con pequeños detalles que son, a su manera, como un inesperado bouquet de flores sobre la cómoda o una entrada para el teatro encima de la almohada.
Por lo demás, os parecerá que unos cuantos meses no es tanto tiempo y que no había en ningún caso razón para que se activaran las alarmas que anuncian la llegada de la rutina. Aquí os querríamos ver cada día. Cuatro meses haciendo el Portanálisis equivalen, en términos de desgaste, a muchos lustros de matrimonio con cinco hijos y casa en Guadalix, que son estadísticamente los matrimonios más castigados por la zarpa de la monotonía.
Afortunadamente, no obstante, nuestra relación con la prensa deportiva de cada día vive en el refulgir perpetuo del perenne romance.
Lo de Mundo Deportivo hoy, por ejemplo, es un alarde de tal calibre que nos seduce grandemente en su rara y modesta depravación, como si dentro del bouquet de flores hubiésemos encontrado, cuidadosamente oculto, un pequeño instrumento de perversión sexual. Hay muchas formas de evitar que la rutina nos domine, y los de Godó muestran con asiduidad una oscura tendencia kinky.
¿No hay una atractiva, casi oriental perversión, en el contraste entre una cosa y otra? Con confianzas como la que el Mundo Deportivo (o sea, el Barça) tienen en Ter Stegen se han cerrado tumbas con lápidas inamovibles por los siglos de los siglos. Se mantiene tanta, tantísima confianza en Ter Stegen que contamos los minutos, uno a uno, hasta que vuelva Claudio Bravo, y a fuerza de añorar al chileno lo traemos a portada como al héroe maltrecho cuyo urgente retorno exige para volver al combate una tropa desmoralizada.
La noticia relativa al Madrid, por demás, es de irreprochable exactitud científica: "Cristiano se siente frustrado tras no anotar en Bilbao". Es una cosa, primero, de vital importancia y que va a reducir el Real Madrid a cenizas (otra vez). Y es una cosa, además, que sabe de buenísima tinta Mundo Deportivo. ¿Habéis visto Inside Out? Cristiano Ronaldo tiene en su mente alegría, tristeza, ira, miedo, asco y Santi Nolla.
De otro modo, si no, ¿cómo saben en Sport, en consonancia con Mundo Deportivo, que Cristiano está celoso de Benzema? Psicólogos de toda edad y latitud no han atinado aún con una definición consensuada del sentimiento de los celos, pero el diario Sport de Barcelona ya sabe que eso y no otra cosa (celos) es lo que Cristiano siente hacia Benzema. Es, como os decimos, periodismo de vanguardia: se adelanta a la actualidad, a la psicología, a la antropología y a su reverendísima madre.
"Cristiano, celoso de Benzema". La enjundia de la aseveración es estremecedora. Es lo que tiene el periodismo. El ayuntamiento (por ejemplo) ha quitado una mediana en un bulevar del centro, Cristiano está celoso de Benzema y yo te cuento las dos cosas con la misma tipografía y cara de conocimiento de causa, como diciéndote: "Si no me crees, sal a la calle y compruébalo tú mismo".
No nos preguntéis a quién quiere hacer daño esta vez Alfredo con lo de "Benzema defiende el 9" (¿contra quién?) o "Se adelantó a Cristiano en los dos goles de San Mamés" (¿Cómo que se adelantó? ¿Se adelantó adrede, como para fastidiar? ¿Se adelantó también a Cristiano en el primer gol, cuando todos pensábamos que se había adelantado al portero del Athletic?). Lo que tiene el delirio es que, con el transcurrir del tiempo, se hace más y más impenetrable. A nosotros ya nos cuesta seguir a Alfredo.
Un abrazo.