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Vicente Ramos: “No eres muy bueno en algo si no haces mejor al equipo”

Vicente Ramos: “No eres muy bueno en algo si no haces mejor al equipo”

Escrito por: Athos Dumas22 febrero, 2020
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Más que entrevista resultó ser una charla entre amigos. Joe Llorente, el guitarrista Miro y yo conversamos con Vicente Ramos, gloria del gran Real Madrid de baloncesto durante 10 temporadas: desde 1968 hasta 1978. Vicente es ante todo una persona auténtica, sin dobleces, un gran tipo a quien le tira más la amistad que los colores de uno u otro equipo. Disfruta de su jubilación entre Huelva, practicando su hobby favorito, la pesca, y Madrid, y es uno de los miembros más activos de la Asociación de Veteranos del Real Madrid.

 

¿Cómo fueron tus inicios en el Real Madrid?

Comienzo en la temporada 68/69. Empiezo con Sevillano, que era el que estaba de base. Porque Lolo Sáinz, que tenía ficha ese año, había pillado una pleuresía importante y ya ni se hizo la foto. Y aunque Carlitos venía de ser base, los años anteriores habían ganado la Copa de Europa, con José Ramón haciendo de base sin serlo. Mi hermano era un alero anotador pero lo hizo mejor que “Sevi”.

Tú no estás considerado un traidor en Estudiantes, como si le ha pasado a otros. Allí te aprecian tanto como te apreciamos en el Real Madrid. ¿Cómo fue el paso del Ramiro a la Castellana?

Los directivos me dijeron: “Vicente, te vas a equivocar, te vas al Madrid, no vas estudiar, no vas a ser nada en la vida”. Y yo les contesté: “Usted déme la carta de libertad, que yo he terminado ficha”. Y me fui. Y cuando voy a jugar contra Estudiantes por primera ocasión y salgo a la pista, la afición, que todavía no era la Demencia, tenía una canción que decía: “tenéis americanos, tenéis mucho dinero, pero no, pero no, pero no tenéis pilila, pero no tenéis pilila…”.  Y en ese momento, de entre los jugadores de Estudiantes uno que se llama Pablo de Bergia se sale de la rueda, se acerca y me pega un abrazo. Y la siguiente canción fue: “tenéis americanos, tenéis mucho dinero, pero no, pero no, pero no tenéis pilila, pero no tenéis pilila ¡pero Vicente sí! ¡pero Vicente sí!”. Me acogieron gracias a Pablo que había sido hasta compañero mío de clase.

la afición DE ESTUDIANTES tenía una canción que decía: “tenéis americanos, tenéis mucho dinero, pero no, pero no, pero no tenéis pilila, pero no tenéis pilila…”

¿Y quién te fichó? ¿Saporta?

Ferrándiz. Vino a hablar conmigo. Mi hermano ya estaba allí y yo tenía mucho contacto con ellos. Solía llevar a mi hermano al aeropuerto cuando viajaban en Copa de Europa. Lo iba a recoger. Llevaba a alguno a su casa.  El año anterior a fichar por el Madrid, en un viaje de un partido de Copa de Europa, Ferrándiz me dejó un Fiat deportivo que tenía: “Vicente, me he dejado el coche en el taller. Me lo recoges y te quedas un par de días con él”.

¡Te estaba haciendo ya la cama!

Así es (risas).

¿Pero no tardaste un poco en llegar? Porque tú ya estabas en la selección.

Yo estaba en la selección en el 66.

Lo normal hubiera sido un año antes.

No lo sé. Eso dependía de Pedro y de Raimundo. Pero Raimundo sí me dijo que me vio una vez sentado en la grada, viendo el entrenamiento del equipo, porque yo me movía con total libertad entre ellos y me relacionaba con todos, y que le dijo a Ferrándiz: “a este chico hay que ficharlo”.

Ya ahí te hiciste merengón.

Merengón y azulón. Amigos de mis amigos. Ha sido un quid pro quo. Eso lo decía mucho Saporta. Siempre di todo lo que tenía. Me pegaba con quien hiciera falta. Un día fuimos a Budapest a jugar con el Honved y los húngaros salieron dando hostias que salimos todos apaleados. Bernabéu nos acompañó en aquel viaje y aquel partido a algún jugador que no fue lo suficientemente corajudo, le costó salir del equipo.

Te diría que os juntasteis el que para mí ha sido el mejor trío de bases que ha habido en un equipo: Corbalán, Carmelo y tú. Además, durante siete años los tres íbais juntos a la selección.

Recuerdo un día que nos hicieron una entrevista a los tres. Y el periodista muy hábil me dijo: “Vicente, dime el teléfono de Corbalán”, “Cabrera, dime el teléfono de Vicente”, “Juanito, dime el teléfono de Carmelo”. ¡Y nos los sabíamos de memoria! Lo que significaba que éramos amigos. Juanito desde Medicina se venía a tomar el aperitivo a Ciencias conmigo y la que ahora es mi mujer. Teníamos mucha convivencia.

Los tres muy atípicos. Tú dedicabas mucho tiempo a estudiar. Eres químico.

Al contrario, poco. Tardé 14 años en sacar la carrera. La acabé cuando terminé con el Real Madrid. Maite, mi mujer, estaba haciendo ya su segunda carrera, Farmacia, esperándome a mí para que terminara y nos casáramos…. Y yo le decía que yo era un baloncestista, un deportista profesional. Y luego ya trabajaré.

Lo tenías claro.

Siempre seguí la línea de que después trabajaría. ¿Has leído el libro de Joan Plaza “Las mantas de Angelina”? Es un recurso bastante utilizado en literatura en el que llegado a un nodo de la vida tú tienes que tomar una decisión, de ir en una dirección o en otra. Y cuando describe a Angelina tapándose con su manta imagina cómo hubiera sido su vida si hubiera tomado otra dirección. Pues bien, yo en el 78 no encuentro trabajo cuando me retiro. Había terminado la rama de Metalurgia y buscaba trabajo en algún laboratorio. Y justo en ese momento viene un amigo mío que es el presidente del club Imperio de Segovia y me pide que coja el equipo en Tercera División. Subimos el primer año a Segunda. Y el segundo año, en febrero del 80, comencé a trabajar con la empresa Tetra Pak. Me levantaba a las seis y media de la mañana, me iba a Arganda, trabajaba hasta las siete de la tarde, me pasaba por los colegios mayores, cogía a tres de mis jugadores, nos íbamos a Segovia y entrenábamos a las nueve de la noche.

El nodo de mi vida es ¿qué hubiera pasado si el jefe de personal de Tetra Pak no le hubiera comentado a mi hermano José Ramón que necesitaban un químico? Pero el cruce de caminos fue ese. De lo contrario igual hubiera seguido entrenando…

Diez temporadas en el Real Madrid.  Ganaste nueve Ligas, siete Copas de España, dos Copas de Europa y te retiraste en el Madrid a los 31 años. ¿Por qué tan pronto? Hoy en día con 31 años eres un chaval.

Pero entonces no lo era. Entonces la cuestión era enfocarse en lo que había sido una directriz de vida y un mensaje de padres, profesores, directivos… Raimundo te decía siempre: “prepárate una segunda vía”.

Entonces la cuestión era enfocarse en lo que había sido una directriz de vida y un mensaje de padres, profesores, directivos… Raimundo te decía siempre: “prepárate una segunda vía”

Fuiste elegido mejor base de Europa en 1970.

Lo de mejor base de Europa lamento decirlo pero fue un apaño. No hay tal nombramiento. Sale en todas partes, hasta en Wikipedia, porque la mentira repetida se convierte en verdad. Lo que ocurrió es que le hicieron una entrevista a Wayne Brabender en la que comenta que Vicente Ramos es el mejor base de Europa. Y aquello se fue citando una y otra vez. Pero no existió tal nombramiento. Sí es verdad que fui de base a la selección europea de 1971, lo cual también ayudó a reforzar la idea.

Tu foto más famosa es tirándote en paralelo al suelo, que es algo alucinante. Yo no sé si es un montaje.

No fue un montaje y te puedo contar la historia de esa foto, que también es del 71. Ese señor, Jacinto Maillo, fotógrafo de la agencia EFE, cogió la imagen, con una cámara Leica 35mm, cuando esperaba el momento del rebote, pero la hizo con el formato estrecho. Le dieron un premio de fotografía deportiva. La incluyeron en un álbum de las cien mejores fotografías del deporte español.

Es que es una jugada muy característica tuya.

Recuerdo una vez, jugando contra Polonia en Paris, una disputa por un balón en el suelo con Pstrokoński, que era el base polaco y me pegué una leche de las mías yendo a por el balón. El presidente de la Federación por entonces era el general Jesús Querejeta pero Anselmo López, que fue quien le sucedió, ya estaba cerca de la selección. Y vino Anselmo y me dijo: “Vicente, yo no he visto a un tipo tirarse a un balón como tú”.

Y vino Anselmo y me dijo: “Vicente, yo no he visto a un tipo tirarse a un balón como tú”.

Fuiste medalla de plata en el Europeo de 1973 en Barcelona. Tampoco tuviste una mala carrera en la selección, con Antonio Díaz Miguel.

Díaz Miguel ya fue mi seleccionador junior. Y en el 65 me lleva a la absoluta junto a mi hermano. En el 65 ya juego una fase de clasificación para los europeos.

Siempre me cuentas anécdotas de tus rivales con los que mantienes mucha relación. Sobre todo, los rusos, del TSKA.

Hace poco tuvimos una reunión de las directivas de fútbol y baloncesto (veteranos), para ver si se nos ocurrían ideas para relanzar, como la de “Grandes Rivales, grandes amigos”. Para aprovechar los viajes del equipo y aprovechando que viaja la televisión del club, tratamos de que se vea un poco ese espíritu de los deportistas de aquel tiempo, que después de rivales somos estupendos amigos. Y en Moscú nos encontramos recientemente con Kulkov, que era el base del equipo. También estaba Iván Edeshko, Zharmukamedov, que tiraba raro porque le faltaba un dedo, estaba Vladímir Andreev, ¡con catorce operaciones en una sola rodilla! ¡ahora mide 20 centímetros menos!

Es una forma de rememorar pero también de servir de ejemplo.

En relación al valor social de los antiguos jugadores yo aprendí una cosa de Emiliano. El hijo de Aleksandr Kulkov ahora tiene una sordera absoluta, pero cuando era niño tenía una deficiencia auditiva y en aquel tiempo en Moscú no podía conseguir aparatos de audición. Entonces Emi se fue a ver a Antolí Candela y le consiguió dos audífonos, imaginaros en el año 60 y pico, y se los regaló a Aleksandr. Eran valores que nos transmitían los mayores a los más jóvenes.

Cuéntanos algo de Dino Meneghin. Esas rivalidades con Varese.

Te cuento una. Una tarde, al terminar de entrenar, en la previa de un partido contra ellos, en el Palazzetto dello Sport "Lino Oldrini” de Varese, apareció Dino porque se había dejado algo en el vestuario. Y mientras aquí todos teníamos un 124, un 600, un 127, un R8… o Clifford un Mercedes de quinta mano y Emi un 1430, por establecer unas diferencias que separaban a los jugadores, Dino se había comprado un Ford Mustang, que en los años 70, os podéis imaginar lo que era. Y José Ramón y yo, que siempre nos han encantado los coches y las motos, le dijimos: “Dino, enséñanos el coche”. Y él se ofreció a llevarnos al hotel. “Pedro, ¿podemos ir con Dino?”. Y así fue, nos llevó a dar una vuelta por Varese. Es un tipo estupendo.

todos teníamos un 124, un 600, un 127, un R8… o Clifford un Mercedes de quinta mano y Emi un 1430, por establecer unas diferencias que separaban a los jugadores, Dino se había comprado un Ford Mustang, que en los años 70, os podéis imaginar lo que era

Pero luego bien que repartía.

Pedro me pedía que ayudara a Clifford a bloquear a Dino en el rebote defensivo y el tío me daba unas hostias con esas palancas óseas que tenía por brazos… con Clifford también saltaron chispas alguna vez, aunque luego nos llevábamos bien.

¿Y con los amigos de Maccabi?

Hablo bastante con Tal Brody y con Shmuel Zysman, que era el segundo de Aroesti. Hace bien poco estuvimos Paniagua, Brabender, Rullán, Beirán, Antúnez y yo acompañando al equipo en Tel-Aviv y recibimos una enorme ovación por parte de todo el pabellón mientras nos intercambiábamos regalos con los veteranos macabeos. Tengo otros dos grandes amigos en Argentina con los que no dejo de hablarme, el “Guri” Perazzo, que parecía un jugador de rugby pero con dos metros cinco. Y Carlitos Pellandini que era un base muy a lo Cabrera, muy virguero. Antaño con Finito Germán que ya falleció..

¿Y estuviste el famoso día que Bernabéu le dio su insignia a Moshé Dayán?

Sí, claro.

Porque aquello derivó en una bronca diplomática…

Se le llamó a capítulos desde el Ministerio de Asuntos Exteriores. Él dijo que el protocolo no le había avisado y que se lo ocurrió sacar su insignia y ponérsela a Moshé Dayán en testimonio de… vamos ¡porque le salió de los huevos! Ya sabéis cómo era. Pero eso fue en el palco. Pero lo más impresionante sucedió en la pista. La pista del viejo campo, estaba rodeada por completo de sillas de rueda, con soldados con heridas de guerra. Hablamos del año 68 después de la Guerra de los 6 Días. A nuestro propio intérprete le faltaba un antebrazo. Y total, que estábamos haciendo la rueda de calentamiento y nos dicen: “poneros a la altura de la personal mirando hacia el centro del campo”. Y los macabeos se ponen en su canasta también mirando hacia el centro. Y se empieza a oír un rumor desde el pasillo de entrada hasta que aquello hierve de las voces que daban todos y aparece Moshé Dayán. Todo el campo aplaudiendo y gritando. Y eso lo viví tres veces.

Háblanos de Clifford y de Wayne.

Fueron el elemento diferenciador en Europa. Un día Alberto Ascaso me pregunta: “Vicente, ¿tú cómo eras jugando?”. Me quedo un rato pensando y finalmente le digo: “yo tengo la sensación de haber sido un satélite alrededor de un grupo de estrellas. Yo no daba luz propia, yo reflejaba la luz de las estrellas alrededor de las cuales jugaba”. Eran la leche, definitivos. Y luego los veías pegarse, luchar como leones, no se arredraban ante nadie. Y claro, tú con ellos a lo que fuera. Y el hecho de casarse con mujeres españolas les dio una identidad que otros no tuvieron.

Cuando jugasteis con North Carolina, la primera vez, le preguntaron a Dean Smith quién era el mejor jugador del Real Madrid y dijo que tú.

Es que les hice un buen avío .

Y George Karl después de muchos años, cuando vino a entrenar preguntó si había algún vídeo de aquel partido “había un base muy bueno, no muy fuerte, ¿cómo se llamaba?”. Y yo – Joe Llorente - le dije “Ramos”. Y él exclamó “¡Ramos!”. Se acordaba de ti. Vamos, que no eras tan malo. (risas). Wayne de hecho me dijo que jugasteis un partido contra los Pacers de Indiana y que lo hiciste de fábula…

Me salió otro partido contra los americanos. No sé, me estimulaban especialmente contra ellos

Yo no daba luz propia, yo reflejaba la luz de las estrellas alrededor de las cuales jugaba. Eran la leche, definitivos. Y luego los veías pegarse, luchar como leones, no se arredraban ante nadie. Y claro, tú con ellos a lo que fuera.

Y con el tiro a media distancia que tenías ¿Por qué lanzabas tan poco?

Pues porque había gente que tiraba mejor. (Vicente Ramos hace un inciso, saca su móvil y nos muestra un vídeo en el que sale Juan Antonio Corbalán hablando)

“Vicente Ramos me dijo un día: Juanito tú eres muy bueno, posiblemente seas el mejor base que haya habido hasta ahora, pero en lo que vas hacer a partir de ahora nadie te va a juzgar por lo bueno que seas, todo el mundo te juzgará porque seas útil para el equipo. Si eres muy bueno en algo, pero no sirves para ayudar a los demás no eres útil, ni nadie te recordará. Esto es una enseñanza para el baloncesto y para cualquier orden de la vida".

Me preguntabas porque no tiraba más. ¿Mi misión en un equipo cuál es? Obtener lo mejor del equipo.

¿Cómo ves a Luka Doncic?

Me es difícil pronunciarme, porque la estructura de un equipo NBA no tiene nada que ver con la de un equipo FIBA. No es el mismo juego. El baloncesto en sí ha cambiado mucho. Lo que es innegable es que Luka es todo talento.

El Madrid de Laso, en cambio, sí recuerda al vuestro, con esa alegría, esa lucha…

Pablo Laso le ha devuelto un aire a la sección que no había tenido hacía mucho tiempo. Con Laso da gusto ver al Real Madrid en cada partido.

 

Entrevista: Athos Dumas, Joe Llorente.

7 comentarios en: Vicente Ramos: “No eres muy bueno en algo si no haces mejor al equipo”

  1. Grandiosa entrevista. ¡Qué personaje, qué jugador y qué sencillez! Eso son valores (lo importante no es lo bueno que seas, sino que seas útil al equipo) , eso es humildad (yo era un satélite que reflejaba la luz de las estrellas junto a las que jugaba), y eso es una época irrepetible: el regalo de los audífonos a los rusos en plena guerra fría, las historias de lucha y amistad con los israelíes y los italianos de Varese. ¡Joder, qué tiempos!

    Vi la entrevista que le hicieron a Vicente e RMTV hace pocos días, y que se repite aquí, mutatis mutandis, y disfruté como un crío.

    Cada vez que se pasa uno de los veteranos por aquí, crece la galerna. ¡Enhorabuena!

  2. Desde mi feliz hallazgo de "la Galerna", procuro no perderme ningún artículo relacionado con el baloncesto del Real Madrid. Creo que lo consigo. Lo cierto es que todos ellos me parecen entre interesantes y muy interesantes. Oajalá el portal siga dando, como mínimo, la misma cancha al baloncesto madridista ; es decir, al Real Madrid.

  3. El partido y la escena del "plongeon" de Vicente tuve la ocasión de verlo por televisión. Era yo un niño. Me parece que fue en el transcurso de un partido correspondiente a la Copa de Europa.

    Imagen magnífica.

  4. Que bonita entrevista. Aunque por edad no pude ver jugar a Vicente ramos, me alucina la humildad de una estrella del baloncesto europeo. Muy grande

  5. A ver si la Asociación de Veteranos del Real Madrid de Baloncesto se decide a publicar un libro con sus vivencias, recuerdos y anécdotas sobre todo en la Copa de Europa. Vicente Ramos, si no tengo mal entendido, se retiró subido a hombros de sus compañeros tras ganar la Copa de Europa de 1978, en el Rudi Sedlmayer Hall de Múnich. No jugó ese partido pero hizo los mismos puntos (cero) que Remedios Amaya, nuestra representante en Eurovisión que actuó en ese mismo recinto en 1983.

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