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Ángel del Riego: "El Bernabéu es darwinista"

Ángel del Riego: "El Bernabéu es darwinista"

Escrito por: Antonio Valderrama10 mayo, 2023
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Ángel Del Riego Anta (@la_meseta_uber) dice de sí mismo, en su bio de Twitter, que es un rey desafortunado. Leonés, es decir, emperador destronado, escribe como juega Vinicius, o sea, haciendo que crezcan flores sobre el pavimento de hormigón. En una entrevista que le hicieron para un medio de su tierra dijo de sí mismo que “no sabe vivir” y que por eso, escribe. Con su hermana Marta, que también escribe, firmó La Biblia blanca (Córner), un éxito editorial que lleva reimprimiéndose desde 2018 y que constituye el inicio de una tradición literaria madridista comme il faut. Ahora, justo un año después de la Copa de Europa que resume todas las Copas de Europa y que el Madrid ganó, en gran medida, gracias al Santiago Bernabéu, regresa a las librerías junto a su hermana con La historia íntima del Bernabéu (La Esfera de los Libros), un intento de ponerle palabras a lo inefable. Charlo con él a través de Skype en una tarde del mes de mayo, que no sólo es el mes de María, sino también el que suele determinar el estado de ánimo de millones de personas en todo el mundo: los madridistas.

Después de La Biblia Blanca, que es la historia sagrada del Madrid, La historia íntima del Bernabéu, es decir, del Templo. Los judíos se llevaron siglos rezando de cara a Jerusalén cuando les destruyeron el templo, pero Florentino parece decidido a fijar el Bernabéu a la piel de Madrid como si fuera un fósil eterno. ¿La fuerza del Bernabéu en la imaginación de los hombres se debe a su ubicación física en La Castellana y a sus gradas verticales que caen a pico sobre el césped, o es un espacio de fuerza simbólica, un no-lugar semejante a los agujeros negros?

Mi parte racional me diría: pongas donde pongas el Bernabéu, el Real Madrid va más allá del Bernabéu. Pero la realidad es que el Real Madrid no sé si va más allá del Bernabéu. Esto es así ya en el 43, sabemos la historia, ahora la conocemos bien. Yo, por ejemplo, hace diez años no la conocía. Y la mayor parte de los madridistas la desconocía. El Real Madrid está unido a la construcción del templo por parte de Santiago Bernabéu, que hace que casi descienda el Madrid. Pero luego empieza a administrar bien el dinero, trae primero a Molowny, luego a Alfredo Di Stéfano y luego pasa lo que pasa. La idea del Real Madrid, tal y como la concibe Bernabéu, está muy unida con el templo ahí en La Castellana, que es un sitio fundamental en la nación española, porque en realidad, es lo que le queda: yo empiezo a tener dudas de que salga un buen jugador español en los próximos doscientos años, tal y como se educa a los chavales en las escuelas de fútbol, que se les castra absolutamente.

Se han abandonado los campos de albero, incluso los campos de futbito, y ya es todo academia.

Todo academia, sí. Es una cosa asquerosa. Por eso Florentino, que tiene buenas intuiciones, se va a Brasil y lo peina con ocho mil personas, que deben recorrer cada campo…

El ejército de Juni Calafat.

Sí, y ya ves lo que nos ha dado, dos joyas tenemos ahí y seguramente otras, no sé. Algunas siempre se quedan en el camino. De Reinier ya no sabemos nada, estará en alguna guerra africana…

Hemos hablado muchas veces de que hay momentos en que Florentino parece que hace cosas que no tienen sentido, pero su intuición a largo plazo es asombrosa, como por ejemplo, con Vinicius o Rodrygo.

Alguien multimillonario que no estaba destinado para eso, porque era de clase media, tiene que tener algo especial. Tiene que tener una visión que no tenemos el resto, porque si no, no llegas ahí.

¿Entonces la fuerza telúrica del Bernabéu está ligada al sitio?

Hay una parte mía que es más mística que sí cree que son muy importantes los lugares. Por ejemplo, cuando estuve en Cuba, conocí a algunos cubanos que se dedican a contar su historia. Como visten tan mal, porque el comunismo de allí los ha igualado a todos en la pobreza, no es un cliché, realmente es así, de repente te los encuentras y no tienen esa pinta, pero son tíos muy sabios, y te cuentan, por ejemplo, que es que Cuba está en un sitio, entre el paralelo, el meridiano y no sé qué, en donde hay unas energías y tal, y por eso hay algo especial en la vida, en la creatividad. Eso puede que pase también en alguna parte de España, quizá en Andalucía, quizá en Cádiz. Efectivamente, Cádiz capital, que es un sitio muy especial, sólo puede estar en Cádiz capital. Por estar, por un lado, mirando a África, por el otro, por ser una isla que mira a Europa, o sea, tiene todas las corrientes del Mediterráneo que van por ahí. Entonces, claro, el Bernabéu está en un sitio muy especial. Un sitio que, cuando el estadio se construye, no era tan especial, pero que ahora sí lo es.

Entonces era un pueblo al lado de Madrid. Ahora es una arteria en la que toda España está reflejada, como por estratos: los burócratas, los curritos, los oficinistas, todos ahí mezclados.

Sí, estaba totalmente desértico alrededor. Ahora, encima, empieza en Atocha, que es un punto con un entorno muy siniestro a su alrededor, pero muy divertido. Yo no lo movería de ahí porque nunca sabes después lo que puede pasar. Es como los matrimonios. Hay felicidad, tocas algo y, después, ya nada es lo mismo.

entre toda la gente de Twitter, los blogs, etcétera, le hemos escrito el relato al Madrid

La Biblia Blanca está siendo un éxito editorial yo creo que sin precedentes en la literatura deportiva en España. No sé cuántos ejemplares habéis vendido.

La primera edición fueron dos mil y las siguientes, novecientos. Debemos andar por los diez mil ejemplares o una cosa así. Que en los 80 o 90 estas cifras no eran nada, y ahora esto es un bestseller.

Desde luego no se parece a nada de lo publicado antes, pues es un manual de historia y un tratado de sociología escritos con la fuerza y el talento de una novela del siglo XIX. Yo creo que los hermanos Del Riego estáis comenzando la tradición literaria madridista en sentido estricto, que no sólo el Madrid sino el fútbol necesitaba para alcanzar por fin las cotas del boxeo o la tauromaquia en el arte. ¿El Madrid como organización se ha dado por enterado de algo de esto? Porque lo que escribís despega al Madrid del asfalto pegajoso del vodevil periodístico de cada día, lo convierte casi en una disciplina artística.

Ellos lo saben. Crucé palabras con Arbeloa y con José Ángel Sánchez, por ejemplo, y sí que conocían el libro. Realmente, entre toda la gente de Twitter, los blogs, etcétera, les hemos escrito el relato al Madrid.

Dices que el Bernabéu es “una bestialidad en medio de la ciudad” que no pega con el entorno, “amontonamiento, lo inesperado, torres que emergen de la nada sin ton ni son”. Que sea en efecto una nave espacial en mitad de un barrio de clase media-alta de los 70, ¿es un reflejo del accidente histórico que es el Madrid en la historia moderna de España?

Sin duda. Es como un galeón del pasado que de repente ha hendido por en medio la historia de España desde los años 60 y que sigue, sigue y sigue sin parar. Para los que somos del Madrid ya es algo natural, pero los que no, siguen, después de cincuenta años, frotándose los ojos. En cada victoria del Madrid es como si se cayeran de un guindo. Siguen diciendo las mismas cosas, para ellos es un accidente que no para, como el día de la marmota o una película de Nolan.

¿Cómo puede ser algo sorprendente cuando se repite con tanta regularidad?

No tiene ninguna lógica, pero fíjate que eso está hasta en las casas de apuestas. El Madrid no ha sido favorito en ninguna final, en ninguna de las eliminatorias, desde hace muchísimos años. Contra la Juve, que teníamos posiblemente el mejor equipo de la historia del fútbol, porque no sé si ha habido alguno parecido, no sé, el Milan de Sacchi, quizá, y las cosas estaban como 3 a 1 a favor de ellos. Los corresponsales extranjeros hicieron una porra y todos decían que ganaba la Juve. La media de lo que decían era que ganaba 3-1 la Juve. Y eran extranjeros.

Es curioso porque, como tú dijiste en tu artículo sobre Vini, la admiración hacia el Madrid parte siempre del extranjero. A las grandes estrellas del Madrid las admiran de forma inmaculada fuera de España, pero luego nunca nos tienen en cuenta en los pronósticos. Es un mecanismo mental que no logro entender.

Será porque el Madrid es algo así como el todo. No es fácil entenderlo. Lo de Vinicius, por ejemplo, decía Hughes que es muy diferente cómo le pitan fuera de España a cómo le pitan dentro. Fuera, le gritan, cuando se iba a banda así un poco burlón, le hacían un “boooh” como de cachondeo. Aquí, no. Aquí le gritan “hijo de puta, ojalá te mueras, cabrón” y no tiene nada que ver una cosa con la otra. Aquí, el aparente poderoso tiene que parecer humilde. Por eso, a Butragueño se le respetaba. A Raúl, que era como serio y tal, se le respetaba. Tienes que ser como una mezcla entre Butragueño e Iniesta. Si no, te machacan. Pero si eres poderoso de verdad, entonces no: de Franco nadie se burlaba así como así. Del aparente poderoso te puedes reír. A mí me ha contado mi padre que la única persona que tenía tierras de verdad, por entonces, era el marqués de Hinojos. El caso es que, en los 70, el hombre era prácticamente pobre, porque como buen hidalgo, no trabajaba. Trataba muy bien a la gente y si tratas muy bien a la gente, te roban. Y después de tratar muy bien a la gente, cuando venía a La Bañeza, la gente le escupía y lo echaban de los bares, lo trataban como a un apestado. Había una inquina contra él impresionante.

Por ser un símbolo antiguo del poder.

Claro, del que te puedes reír, porque de un guardia civil en los años 50 no se reía nadie.una de las razones de la gran fuerza que tiene el Madrid: la gran provincia española, la gente que no tiene sus nacionalismos y sus cosas, es furibundamente del Madrid.

una de las razones de la gran fuerza que tiene el Madrid es que la gran provincia española, la gente que no tiene sus nacionalismos y sus cosas, es furibundamente del Madrid. ¿Nos quieren quitar la nación? Nos queda el Real Madrid

En los estertores del franquismo, al Madrid se le prohibió vender el solar de La Castellana para hacerse un estadio futurista en Valdebebas y con el Nuevo Bernabéu las obras estuvieron paradas porque la Unión Europea frunció el ceño unas cuantas veces. Sin embargo, el Barcelona, que está quebrado, encuentra dinero mágico para hacerse un Camp Nou nuevo. En la mente de la gente el Madrid siempre ha estado asociado al poder, “por eso gana tanto”, pero quien realmente ha estado cerca del poder siempre, sea cual sea su forma (Franco, el PSOE, el nacionalismo) es el Barcelona. A pesar de esto, el equipo del poder, el que sea, seguirá siendo el Madrid, sobre todo para los corresponsales anglosajones que viven de contarnos cómo somos los españolitos. ¿Quién tiene en realidad la culpa de esta percepción?

Esa es toda una pregunta en España. Porque se puede hablar igual de los nacionalistas, mismamente, los vascos, que parecen contrarios al poder. Te lo encuentras en la gente de izquierda, que te dicen: ya nos gustaría ser como en el País Vasco. Y el País Vasco es el puro poder. Iberdrola es la empresa más poderosa que hay. Mira, yo tengo por ahí el libro de Historia de España de BUP, que es de una editorial que es Vicens Vives, catalana. Todas las editoriales fueron siempre catalanas. León era la segunda provincia de España con más editoriales. Ahora ya no, y Madrid estaba muy lejos de eso. Pero el relato siempre vino de Cataluña. Siempre. No es que lo hayan contado mal, hay cosas muy interesantes en esos libros. Pero lo cuentan a su manera, claro. El centro de España, la Castilla histórica, que siempre incluyó también desde Cantabria hasta Andalucía, quedó fuera del relato, aunque fuera el centro. El relato se contaba desde la periferia. Y eso es España. Ya no es tanto, pero todavía los que contamos el relato, no desde el centro, pero tampoco desde la periferia, parecemos heterodoxos. Lo cual es una cosa curiosísima. Y creo que esa es una de las razones de la gran fuerza que tiene el Madrid: la gran provincia española, la gente que no tiene sus nacionalismos y sus cosas, es furibundamente del Madrid.

Se acoge al Madrid como a un paraguas.

Sí, sí, sí, absolutamente. ¿Nos quieren quitar la nación? Nos queda el Real Madrid. Y eso pasa incluso en Andalucía, en los pueblos, en los que muchas veces el señorito es del Sevilla, pero luego llega el del pueblo, al que quizá desprecia, porque eso lo he visto yo cuando estaba haciendo la mili, y llega con el Madrid y dice “ahora os vamos a meter una bien gorda”. La gente dice: nosotros, lo que tenemos para agarrarnos es el Madrid, no tenemos otra cosa. Y ya no digamos en León y en Castilla, excepto en Valladolid capital y una parte de León que es bastante del Barça, yo creo que por César, el único jugador importante de aquí que ha habido, y también por la emigración a Cataluña y al País Vasco. Un día me contaba Jambrina, que es muy amigo de Rafa Lahuerta, que escribió un libro con los de Libros del KO, un tío muy majo y sincero, que en Valencia despreciaban a los madridistas, que iban allá con el porrón y tal, por palurdos, y sin embargo veían que era una gente con una fuerza tremenda. Se preguntaban: y por qué nos ganan estos tíos. Y es precisamente por eso. El desprecio les daba exactamente igual.

Por eso decías antes que Raúl sí que podía ser ese humilde aparente que se hiciera respetar. Pero Raúl era un ganador, un tío hipercompetitivo, además muy altivo.

Lo que pasa es que era listo. Al principio era un poco chulito y le dieron algunos palos, y aprendió. Yo sí confío en Raúl como entrenador. Quiero verlo como entrenador, a pesar de todos los que hablan.

Dices, y lo comparto, que el Madrid es una gran realidad que vertebra España. Pero sin embargo España es, desde el franquismo, el país del “niño, no destaques”, todo lo contrario del espíritu que impulsa constantemente al madridismo. ¿Cómo se explica entonces el éxito extraordinario de algo como el Madrid, mastodóntico y altivo, la espada de Dios partiendo en dos el Universo, en un país de trajes grises y mentalidad oficinista? ¿Nos alimentamos del deseo oculto de millones de autómatas?

Primero porque conecta instintivamente con algo del pasado español que no tiene nada que ver con eso. Conecta también, a través de Di Stéfano, que tampoco tenía que ver con el “niño, no destaques”. Pero, aun así, Bernabéu tuvo que inventarse lo del señorío, que era una forma de decir bueno, somos el Madrid pero somos educados, en la victoria y en la derrota, bla, bla, bla. Educaba así un poco a la gente. Lo primero que le dijo a Di Stéfano, creo que fue a él, cuando se compró un coche le dijo: lo devuelves ahora mismo, no puedes dar envidia a la gente de esa forma, que en España la gente lo pasa muy mal.

En España no se perdona la demasía.

No, no, yo creo que eso también es muy de la España castellana. Creo que en Andalucía es diferente. Aquí mismo, en León, me contaba aquí uno de los grandes sabios madridistas que hay, mi amigo Manolo, el panadero, que una vez se compró un Mercedes y lo aparcaba fuera de La Bañeza, porque si lo aparcaba en la puerta de la panadería no volvería a entrar nadie nunca más, pues pensarían que seguro que les engañaba y que a ver de dónde sacaba tanto dinero. En España, también, es normal que la gente sea desconfiada del poderoso, porque el poderoso no se puede decir que fuera nunca muy justo y generoso. En España, para ganar dinero siempre había que estar cerca del poder, había que tener apellidos sin mácula. De ahí viene lo de los “ocho apellidos vascos”, porque eran los que podían meterse en la administración. Los cristianos viejos.

El punto de apoyo fundamental para el crecimiento histórico del Madrid ha sido siempre el estadio. Con el primer Chamartín el Madrid afianzó su independencia y se hizo el primer equipo galáctico con el que lideró el fútbol durante la República. El segundo sirvió para pagar el Madrid de Di Stéfano y la leyenda europea. En este tercero, sin embargo, el foco y las perspectivas económicas están puestas más que en el “fútbol a peseta” de Sánchez Guerra y luego Bernabéu, en la explotación de cosas diferentes: del espacio y de la marca en sí, y no del espectáculo deportivo. ¿No es esto un síntoma de decadencia del fútbol?

Sí, sí que lo es. Pero es que el fútbol ya no es el centro de todo como era en los 70 y en los 80, el centro de los deseos infantiles, sobre todo. El fútbol es una cosa más que hay dentro de la oferta pero, igual que ha llegado la decadencia del rock y de otras muchas cosas, tenemos la del balompié. Realmente toda la cultura que conocimos en Europa occidental está en decadencia. Está mutando en otra cosa completamente diferente. De hecho, en los últimos tres meses estamos viendo por todos lados que la inteligencia artificial está haciendo cuadros y muchas cosas que parecen superiores a las del hombre. Ahí ya no es que haya decadencia, es que no se sabe lo que es. Casi todo lo que conocimos, casi todo en lo que crecí yo, los dogmas culturales, etcétera, ahora o son cenizas o no existen. O son algo minúsculo dentro del gran marasmo de todo, ese marasmo heterogéneo de Internet y las redes sociales. El fútbol, bueno, todavía es importante, desde luego, pero ni mucho menos lo que fue. Empezando porque los jugadores se hacen en academias.

Como en laboratorios.

Sí, tenemos un fútbol del que sólo sobrevive el Real Madrid. Sobrevive el que más gana, pero también es el único que tiene un fútbol en el que el azar se convierte en emoción y en belleza, en esas cosas que buscábamos siempre en el fútbol.

Hay una paradoja: lo que triunfa en el fútbol es esa verdad que viene de Sudamérica, cuyo símbolo es Vinicius, como escribes en El Confidencial, pero lo que lo envuelve es previsible y artificial, como casi todo en Europa occidental.

Sí, porque en todo se busca la seguridad. Es como el nuevo feminismo, que busca la seguridad absoluta en todo. Y eso es imposible, porque la vida tiene un punto de azar. Para buscar la seguridad absoluta en todo le tienes que quitar a las cosas del juego lo mágico, la pasión, tienes que ir reduciendo muchísimo eso. Lo que ha hecho Guardiola, por ejemplo, es una automatización de la espontaneidad, que al principio era bonito pero ahora a mí me parece horrible. Pero claro, ha fascinado a una generación entera.

tenemos un fútbol del que sólo sobrevive el Real Madrid. Sobrevive el que más gana, pero también el único que tiene un fútbol en el que el azar se convierte en emoción y en belleza, en esas cosas que buscábamos siempre en este deporte

La fascinación que produce Guardiola está basada, curiosamente, en el recuerdo de su Barcelona, donde era Messi, el rayo imprevisible, lo contrario al sistema, lo que precisamente conquistaba la victoria.

Eso lo vimos muy bien en aquel Real Madrid-Bayern de 2014. Teníamos todavía un miedo terrible a Guardiola y en dos partidos nos hizo una ocasión de gol. Ellos tenían un fútbol de alta gama, sin duda, pero no penetraban en el Madrid, que salía y, en cuatro combinaciones, metía gol.

Hablamos de ese Bernabéu del que trata vuestro nuevo libro. El Bernabéu es un sitio muy particular. Durante muchos días, casi toda la temporada, es lo que antes eran los vestíbulos y los palcos de la ópera: el sitio donde ir y ser vistos, un escenario en el que los peces gordos hablan sus cosas en los reservados y en el que la plebe posturea en Instagram. Pero llega la Copa de Europa y en los momentos verdaderos, en los que el fútbol es de todo menos fútbol, entonces el estadio se convierte en un volcán. ¿Cómo es posible esta transmutación?

Yo creo que eso no se puede explicar. Hay cosas que no se pueden explicar y esa es una de ellas. Y encima, no siempre fue así. Nosotros vivimos los años de ayuno del raulismo en los que el Bernabéu daba lástima. La facultad que sí que tiene el Bernabéu y el madridismo es la de transmitirle su emoción fundamental al jugador. Y yo creo que eso no lo tienen muchos clubs. Entonces, si el Bernabéu tiene miedo y da lástima, el jugador acaba teniendo miedo. Y si el Bernabéu está convencido, el jugador termina convencido. En 2014, el Bernabéu todavía no estaba convencido. Igual si se hubiera jugado aquella final en el Bernabéu, la hubiéramos perdido. Por eso son tan importantes los jugadores que van más allá de la Historia. Y los dos jugadores que fueron más allá de la Historia en el Madrid reciente fueron Fernando Hierro y Sergio Ramos, centrales los dos. Centrales andaluces. En el 98, que estaba todo perdido, Fernando Hierro es el que gana el partido. Y en el 14, Sergio Ramos es el que gana el partido. A partir de ahí, el Bernabéu cree y el Madrid cree. Se transmuta el plomo en oro. Pero no es fácil de explicar. Se necesita de una retroalimentación de equipo-grada. Esto nos volverá a pasar. El Madrid volverá a caer y el estadio volverá a tener miedo. Y necesitaremos a otro jugador que vaya más allá, porque por ejemplo Modric era buenísimo pero fue más allá después del 14. En el 14, el que fue más allá era Ramos. Vamos a ver, porque hasta ahora son sólo jugadores andaluces, y Andalucía está un poco seca ahora. No sé qué otro sitio puede ser que dé jugadores muy muy buenos y con esa fuerza mental.

¿Por qué nos odian tanto los sevillistas?

Quizá Militao, que tiene cosas de Hierro y de Ramos.

Brasil sí que es un sitio que está dando esas cosas. Quizá sea la dureza del país. Ellos no son fáciles de entender para los europeos. Coraje y casta, para un español, un alemán o un italiano, tienen que ver con eso del puño cerrado. Y ellos no, ellos tienen una alegría indestructible. No han perdido el placer del juego. Eso es lo que les jode de Vinicius, que se ría.

El Madrid es un galeón del pasado que de repente ha hendido por en medio la historia de España

Escribisteis en la Biblia Blanca: el Bernabéu es el estadio más poderoso del mundo porque somete a sus futbolistas hasta doblegarlos y convertirlos en madridistas. Los que no lo soportan, no valen: los engulle la niebla de la que habláis en el primer capítulo. No hay otro cedazo igual, ni siquiera comparable. ¿Es por que Cristiano se resistió siempre a ser doblegado? ¿Fue Cristiano alguna vez madridista de verdad o sólo cristianista?

Desde luego, le costó. De primeras no se dejó doblegar. El Bernabéu tardó tres o cuatro años en cantarle. Fue sobre el 2013 o así, después de unos ataques bestiales, de la burla de Blatter, en un partido normal y corriente en el que le dieron cuarenta mil patadas, cuando la gente empezó a cantarle. Él se sintió muy bien en el Madrid, desde entonces. Yo creo que algo madridista es, no es un autista, tiene pasiones de verdad. No pone, cuando habla, al Manchester por encima del Madrid. Es un tío muy especial, desde luego.

¿A quién impresiona más el Bernabéu, a los madridistas o a los antimadridistas? Durante años pareció que aquello de Valdano del “miedo escénico” se había convertido en un cuento de viejas, especialmente durante la era Messi. Pero ahora resulta que los rivales vuelven a jugar en el Bernabéu con plomo en la barriga y en los tobillos. ¿Ha destruido este estadio más carreras propias o ajenas?

Por ejemplo, en el libro hablamos de los exquisitos, de gente como Didí o de Özil. Özil es un jugador tan especial al que la luz del Madrid deslumbra de tal manera que, luego, fuera, ya no encuentra sabor en nada. La vida es de segunda categoría para él, fuera del Madrid. Y no es que el Bernabéu o el Madrid le jodieran la carrera: ha tenido una buena carrera, sobre todo en la selección alemana, pero si no pasa por el Madrid habría sido un jugador diferente. Desde luego, no hubiera tenido esos tres años que tuvo, tan fantásticos. Luego, Higuaín es otro caso. De Higuaín se habla en el libro. No sabemos qué jugador habría sido de no pasar por el Madrid. En el Madrid, mamando raulismo, viendo cómo se dio cuenta de que era muy inferior a varios jugadores del Madrid, se convirtió en uno de los jugadores más latosos de la historia del fútbol. Los errores que comete, sobre todo aquel en la final de la Copa del Mundo…es que es alucinante el fútbol: te quita todas las máscaras, es aquello que hacía John Ford, de un grupo humano en peligro para decantar todas las personalidades. El fútbol siempre decanta todas las personalidades. Higuaín es un cenizo increíble. Habría sido un gran delantero del Atlético de Madrid. Llegó a tener gol, buen disparo, pero ha pasado a la historia como un jugador absolutamente menor. No le hizo bien el Madrid al pobre Higuaín.

A Benzema también le ha costado muchísimo.

Pero Benzema tiene espíritu. ¿Qué es el espíritu? A veces se dice que un jugador tiene mucho espíritu, pero esos jugadores que parece que van con el corazón en la boca son muchas veces los que antes se queman. Benzema nunca lo demostró, llegó a jugar un muy buen fútbol, y cuando tuvo que demostrarlo estaba tan blindado y preparado que ha hecho cosas asombrosas en los últimos tres años. Él siente una gran pasión por el fútbol, a él le gusta el Madrid. Es muy madridista, está muy emocionado con el Madrid, se le nota. Él disfruta yendo hacia adelante, hacia atrás, metiendo goles, disfruta y aprende cada día. Cuando dijo aquello de que jugaba para los que sabían de fútbol, es verdad. Yo creo que hay muchos jugadores que todo eso no lo disfrutan. Quizá Asensio esté volviendo a disfrutar y esté recuperando sus capacidades.

El Bernabéu es un lugar que templa los espíritus, es implacable.

Es absolutamente darwinista, por eso los jugadores que sobreviven son tan grandes. Y por eso los entrenadores como Ancelotti son tan importantes, porque los huelen. No sólo es importante que sean los mejores, sino que no flaqueen. Camavinga, por ejemplo. Ancelotti vio que, a pesar de los muchos errores que cometía, no flaqueaba en el momento de la verdad, y ya está, y ahora tenemos un jugador que es dominante en Europa.

Por último, hazme un pronóstico de futuro: ¿quedarán de él, dentro de mil años, los restos de un enorme sarcófago egipcio al que vendrán a hacerse fotos los chinos o será una lanzadera de la humanidad desde donde despeguen las naves a conquistar Marte como imaginó Ray Bradbury?

Las ruinas modernas no son como las antiguas. Tienen una cosa herrumbrosa y oxidada, casi letal. A mí me gustan, como todas esas cosas que vemos en Estados Unidos o en China. Las ruinas antiguas, no. En las ruinas antiguas, por ejemplo, la piedra, el musgo, la naturaleza, se enredan con mucha facilidad y nace otro paisaje. Las ruinas modernas son hirientes, siempre. Desde un punto de vista poético, no sé qué puede ser el Bernabéu. Desde el punto de vista práctico, Madrid cambia continuamente y la piel del Bernabéu, también. Sería bonito que quedara este Bernabéu, el último.

 

Entrevista: Antonio Valderrama

 

 

 

 

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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