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El acérrimo madridismo de The Kinks

El acérrimo madridismo de The Kinks

Escrito por: Athos Dumas4 mayo, 2019
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The Beatles, The Rolling Stones y The Who están considerados como los tres grupos musicales más importantes del Reino Unido. ¿Quizás The Kinks, como ya he leído en algún foro, no están en ese pódium precisamente porque son los mejores?

A principios de los 80 estuve deambulando un mes entero por Gran Bretaña, con dos de mis mejores amigos, Eduardo y Pierre. Eduardo es un absoluto experto de la música pop y rock. No conozco en el mundo a nadie más avezado y connaisseur que él. Además de recorrer catedrales (Wells, Salisbury, Winchester, Carterbury), Stonehenge, Stratford-upon-Avon, Cambridge y el Lake District, nos pateamos de arriba a abajo todo Londres en busca de vinilos ilocalizables en España, desde los de Magazine hasta los de Fun Boy Three. En más de una tienda especializada nos dijeron los dueños que estaban mucho más cotizados los viejos singles y LP’s de The Kinks que los de The Beatles. Mucho más valiosos y difíciles de conseguir.

The Kinks es una banda, como su nombre indica, algo retorcida. Se podría traducir como “Los Raros” o “Los Defectuosos”. Difícil de definir. Su primer gran éxito, arrollador número 1 en 1964, es una de las mejores canciones de todos los tiempos –elegida por la BBC como “la mejor” del decenio 1955-1965–. “You really got me”, la canción quizás más madridista de la historia, una verdadera contraposición a la más convencional “She loves you” de The Beatles. Vean la letra traducida y niéguenme su madridismo rebosante:

“Chica, me has atrapado. Me has pillado tanto, que no sé ni que hacer. 
Sí, me has atrapado. Me has pillado tanto que no puedo dormir por la noche.
Sí, me has atrapado. Me has pillado tanto que no sé ni lo que hacer.
Me has atrapado, me has atrapado, me has atrapado.
Mira, nunca voy a ser libre. Siempre estaré a tu lado. Chica, me has atrapado. 
Me has pillado tanto que no puedo dormir por la noche”.

Me recuerda a mí mismo durante 32 años, los transcurridos entre 1966 y 1998, hasta que Mijatovic nos dio la Séptima tan deseada: yo, durante cientos de noches no pude dormir de lo pillado que estaba por la Copa de Europa, era realmente toda una obsesión y un enamoramiento fatales. Quiméricos. Imposibles. Se dice que el mismísimo Jimmy Page fue el autor del célebre solo de la canción, aunque Dave Davies siempre ha insistido en que fue él el artista.

Entre mis amigos ingleses -de mi generación- se venera mucho más a The Kinks que a cualquier otra banda. El líder de The Who, Pete Townsend, siempre los tuvo como grupo favorito e inspiradores, además de ser amigo íntimo de los hermanos Davies, sobre todo del líder y vocalista Ray.

Tras la campanada de “You really got me”, cayeron como Copas de Europa seguidas del Madrid de los 50 numerosos exitazos como “All day and all of the night”, “Tired of waiting for you” y “See my Friends”. Esta última abrió una brecha de influencia de música tradicional hindú, de la que poco después empezó a beber George Harrison para The Beatles. Aquellos primeros años de The Kinks fueron gloriosos, una época dorada en la que sus ventas se disparaban y sacaban verdaderas joyas como su tercer álbum 'The Kink Kontroversy', con canciones como “Well respected man” o “Dedicated follower of fashion”, a finales de los 60, que describen un Londres psicodélico y feliz, muy del estilo del Madrid yéyé. Su “Sunny afternoon” desbancó del número 1 nada menos que al hit beatle de McCartney, “Paperback writer”: nada más madridista que una tarde soleada en Chamartín, con las mocitas madrileñas, alegres y risueñas porque juega su Madrid.

Se dice, y está documentado, que la canción favorita de John Lennon durante un tiempo fue “Wonderboy”, escrita en 1968. Aún antes de llegar a la década de los 70 caerían temazos como “Waterloo Sunset”, “Autumn Almanac” y su excelente álbum “The Kinks are the village green preservation Society”, que no fue acompañado por grandes ventas. Al poco tiempo, ya conocidas las desavenencias entre los hermanos Davies, Ray y Dave, el bajista Pete Quaife decidió abandonar la banda y fue sustituido por John Dalton. El cuarto miembro de los inicios, el baterista Mick Avory, pese a algunos incidentes incluso en público con Dave Davies, permanecía en el grupo, mientras Ray sufría múltiples altibajos en su carácter debido a su cierta bipolaridad y a sus depresiones por problemas familiares. Era quizás la época de la digestión de unos éxitos sin parangón, en la que The Kinks estaban madurando a base de sinsabores, como el Madrid, que heredó una época gloriosa tras conquistar 6 Copas de Europa y tuvo que seguir sobreviviendo tras un pasado incomparable y dorado.

“Lola”, en 1970, marcó ciertamente un cambio en la discografía de The Kinks, con una historia entre un hombre y un travesti que escandalizó a media Inglaterra. Y, aun así, el grupo seguía teniendo éxito y marcando tendencia musical, y su fama volvió a resurgir a finales de la década de los 70, con numerosos grupos que siempre recalcaron la influencia que tuvieron sobre ellos The Kinks: The Jam, Van Halen, The Knack y The Pretenders. Esta última banda, liderada por la gran guitarrista de Ohio, Chrissie Hynde, siempre se consideró heredera de The Kinks, hasta tal punto que Chrissie se enamoró de su ídolo Ray y acabaron por ser cónyuges y tener una hija en común, Natalie Hynde. Uno de los primeros éxitos de The Pretenders, de hecho, fue un viejo tema de Ray de 1964, “Stop your sobbing”.

En los primeros años de relación con Hynde, Ray recobró la alegría y la energía de los 60 y compuso, entre otras, “Come dancing”  –una deliciosa, divertida y pegadiza (en definitiva, puro Real Madrid) melodía que nos hizo bailar a todos los veinteañeros de la época–, que hizo regresar a The Kinks a los primeros puestos de superventas tanto en Reino Unido como en Estados Unidos, o a abarrotar conciertos, como el célebre del US Festival de San Bernardino en California en 1982, al que asistieron, batiendo récords como nuestro Madrid, más de 205.000 espectadores.

Como bien sabe mi jovencísima amiga y compañera de redacción galernauta Lucía Corregel (@yosoyvilulu), la mejor música pop jamás compuesta es la que va de los 60 a los 80, y en la que no tienen sitio bandas de arribistas culés como Coldplay, R.E.M. o similares. Y entre los top de los tops se encuentran The Kinks, a medio camino entre el rock, el rhythm & Blues, el country y el music hall británico (o sea el contrataque, la posesión, el talento y la elegancia, no el aferrarse a un pensamiento único como los recién llegados tipo Barça), un grupo legendario a veces minusvalorado por gente ignorante y poco cultivada, capaz de seducir a públicos de Europa, América y Oceanía, muy internacionales pero sin perder jamás su genuino sabor británico (en especial en sus letras a veces tan costumbristas y localizadas, so British), imperfectos como buenos humanos (no como los equipos supuestamente perfectos venidos de la otra punta de la galaxia), de ahí las proverbiales peleas entre los hermanos Davies que ríanse ustedes de las de los Gallagher.

Integrantes del exclusivo Rock and Roll Hall of Fame desde 1990, segundo grupo británico que logró ese hito tras The Who. En 2005, Ray Davies fue nombrado "indiscutiblemente como el compositor de rock más culto, inteligente y perspicaz de la historia”, sobre todo por la calidad de sus letras, cuando The Kinks entraron en el United Kingdom Rock and Roll Hall of Fame.

Davies, aficionado al fútbol y fan del Arsenal, como su amigo el cantante de The Who, Roger Daltrey, es sin duda –y aun lo ignora– el líder de uno de los grupos más genuinamente madridistas de todos los tiempos. En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, llegó al estadio en un típico taxi londinense para cantar su “Waterloo sunset” justo tras las Spice Girls y antes de los chavalines de One Direction. Al acabar de cantar, se volvió a montar al taxi y le pidió al chófer que lo llevase a tomar pintas a su pub favorito del West End. Madridismo de quilates.

26 comentarios en: El acérrimo madridismo de The Kinks

  1. Dos apuntes: se escribe "connoisseur".
    "Kink" es una manía, un vicio.
    Y una opinión personal: "Schoolboys in disgrace" es una obra maestra que nunca me canso de escuchar. Qué grandes.

    1. Se escribe connoisseur en inglés, amigo Idoru, pero en francés (mi lengua materna), se escribe connaisseur. Un cordial saludo.

  2. Rolling Stones, Who, Beatles... los grupos británicos más famosos de la historia del rock y, me atrevería a decir que de todos los grupos musicales del mundo.

    En mi opinión, aunque menos prolíficos, los mejores. Tuve la ocasión de verles actuar en directo en la condal. Creo que a principios de los 90,s o a mediados de los 80,s ; no recuerdo con exactitud.

    Por cierto, recomiendo ver algunos partidos del Real Madrid escuchando música y pasando de los culerindios locutores de turno.

  3. Bueno, bueno... ¡hombre! Que se puede ser de los Kinks o de Rita la Cantaora sin tener que llevarlo obligatoriamente al terreno futbolístico; más aun, abriendo el mundo balompédico a otras latitudes. Porque tanta madriditis y barcelonitis parece eclipsar otros sentimentalismos, incluso por equipos de la Regional Preferente. ¡Ja ja ja!

  4. La versión de Van Halen de You Really Got Me es uno de esos raros casos en que se supera la versión original.

    Y es cuestión de gustos, pero como bandas británicas, antes que a The Who prefiero mil veces a grupos como Purple, Zeppelin, Uriah Heep, Judas Priest y un largo etcétera.

  5. "Davies, aficionado al fútbol y fan del Arsenal, como su amigo el guitarrista de The Who, Roger Daltrey"... serán muy amigos, pero Daltrey es el vocalista,
    Pete Townshend guitarra, teclados y voz, John Entwistle bajo y voz, y Keith Moon batería de The Who

    1. Aparte de su carrera musical como solista, Daltrey hace: voz, guitarra, armónica, banjo, y ukelele. Muchas gracias por su comentario, Isabel.

  6. Buenas. Siempre resulta pintoresco vincular el club de furbo más garrulo, hortera y tramposo de la historia con la cultura, y aunque el artículo es bueno, se oyen a distancia el crepitar de los huesos por los requiebros y forzadisimas poses para colar analogías febriles, en el mejor de los casos. Pero venga, aceptamos pulpo como animal de compañia. Tampoco ayuda alguna que otra llamativa omisión en el cetro de grupos británicos . . . intento tomar distancia futbolística y el pueril alegato legitimador de tan blanca, reconcetrada y españolísima esencia casi casi resulta entrañable, así como las dicotómicas referencias a vuestro gran rival. . . dime de que presumes. . . pero bienvenido sea tamaño esfuerzo por repensar el club y vincularlo con valores de la ilustración, la democracia y el conocimiento que hasta pueden, algun dia, acercarlo al canon.

  7. En este blog - que según usted debería ser garrulo, hortera y tramposo - tienen hasta cabida opiniones y comentarios como los suyos. Fíjese si seremos garrulos - nótese la ironía pese a nuestra “garrulez” - que hasta aceptamos su comentario y no lo censuramos. Siga usted leyendo La Galerna.

  8. Recomiendo que se lean «Atardecer en Waterloo», de Manuel Recio e Iñaki Galera. 700 páginas de pura delicia. Thank you fir the days.

  9. Mi grupo favorito y sin duda Ray Davies un compositor perspicaz, no veo la liga con el Real Madrid pero bueno. Saludos desde Mexico (fan kink desde 1965)

  10. Pues yo soy de los chichos...jajaja...dame veneno que quiero morir dame venenoooo...cuanto culerdo nos lee oye cuanto culerdo... nos tienen infectado en todas partes..como la staci, cuando digo que desde el 2004 los tentáculos de la mafia pro VARza no tiene rodeado por algo es..los David Sánchez el Castaño el Carreño el maldini etc...o cambiamos esto o sólo ganaremos copas de Europa está mafia tiene mucho poder..saldo arbitral,que más quiere que te de? Todo ok José Luis todo ok....

  11. Es una pena que el Madrid no tenga una banda sonora con la que identificarse, más allá de los dos himnos y la canción de la décima. El fondo musical que suena por la megafonía en las celebraciones es indigno en todos los sentidos. Tampoco abogo por imponer un gusto determinado a toda la grada (yo disfrutaría mucho escuchando Sunny Afternoon, pero a mi padre le parecería extraño). La pena de verdad es que el Madrid no haya sido objeto de canciones en ninguna manifestación de música popular en los últimos 60 años. ¿Sería descabellado encargar estas canciones a madridistas ilustres, tal y como se hizo con el himno del Centenario? Por ahí andan Calamaro, Jaime Urrutia, José Menese u otros que no me atrevo a mencionar. Si a eso le añadimos la apropiación de Seven Nation Army y hasta el We Are the Champions...

    1. Por cierto, ¿cómo sería la adaptación castiza de estas líneas de Autumn Almanac?

      I like my football on a Saturday
      Roast beef on Sundays, all right

  12. Gracias por la nota. Tengo una teoría muy disparatada tal vez, pero que me viene a la mente cada vez que escucho "Wonderboy; y es que hay líneas de ésta que creo que han sido fuente de inspiración para la "Beautiful boy" de Lennon; en especial, las que aluden al significado de la vida.
    Ah! Por cierto: Ya me cansé de pensar por qué Los Kinks no están cuando menos, en la misma línea que Los Beatles; a mí me basta con haberlos elegido por sobre todas las demás bandas. Me rompieron el corazón.
    Cariños desde Argentina!

  13. No seáis esnobs, The Kinks es un grupo fantástico y fue relativamente rompedor en su época, pero está a años luz en términos de innovación, creatividad musical y calidad artística (tanto en la composición como en la interpretación) de The Beatles.

    Para mi gusto The Kinks, durante la década de los 60, fue superior a los Stones (con todo el respeto a Brian Jones) y probablemente empaten a The Who. Creo que el grupo más infravalorado de los 60 es The Hollies (o quizás Cream), mientras que The Kinks tienen el reconocimiento que merece.

    No se me ocurre un solo grupo minimamente comparable en cualquier sentido con The Beatles y su grandeza. Por lo que, y ahora más que nunca con Jude, The Beatles es lo más parecido que hay al Real Madrid en la música. Mientras que el Barcelona es claramente The Rolling Stones: buenísimos, pero muy lejos de ser objetivamente los mejores aunque ellos digan y crean que sí.

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