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34 apuntes sobre la Liga 34 (11-20)

34 apuntes sobre la Liga 34 (11-20)

Escrito por: Jesús Bengoechea18 julio, 2020
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11. Courtois o el Illgner que el tiempo nos robó.

Thibaut Courtois se ha constituido en un puntal esencial en el logro de la Liga. Tras unos inicios titubeantes, ha recobrado su mejor versión. Ya he hablado de un temor atávico, según el cual el mejor portero del mundo no tiene por qué ser el mejor portero para el Real Madrid, y cómo ese temor me parecía concretarse en el belga. Me equivoqué, o acaso fue Zidane el que se empeñó en quitarme la razón, dándole a Courtois el ecosistema idóneo para brillar. Pertenece a una raza de porteros que por tradición no triunfa en el club blanco, pero Zidane ha reforzado el mecanismo defensivo de tal modo que los milagrosos uno contra uno a los que tradicionalmente se ve forzado en muchas ocasiones el portero del Madrid, sea quien sea, ya no son tan frecuentes como eran. Es así como un portero de las características de Courtois -que es una suerte de Bodo Illgner, otro que necesitó un entrenador con hondas preocupaciones defensivas para poder triunfar- ha logrado el contexto propicio para brillar. El Madrid tiene el mejor portero posible para el futuro mientras tenga en cuenta lo que antecede, es decir, que para que Courtois dé todos los años de gloria que ahora sí se le auguran debe estar tan protegido en el aspecto defensivo como lo ha estado este año. Zidane debe seguir volcando sus inquietudes en no encajar. De lo contrario, en el medio y largo plazo, pueden volver a verse grietas. No porque Courtois no sea extraordinario, sino porque el Madrid siempre corre el riesgo de volver al sendero del fútbol de laxo ataque.

 

12. Carvajal: anarquía programada

Mucho se ha discutido el rendimiento de Carvajal, no tanto por los medios, tradicionalmente benévolos con él, como por las redes sociales. Amante como soy de que las cosas sean como uno espera, aversor como soy a las sorpresas, no puedo ocultar haber albergado cierta inquietud al verle trazar diagonales que uno no espera en un lateral (con la posible excepción de Marcelo). Estoy acostumbrado a ver a los laterales acercarse a la línea de fondo en paralelo, no tanto a la de gol avanzando hacia el córner contrario y pululando con frecuencia por la frontal del área rival, actitud que yo atribuía a un afán anárquico por parte de Dani. Hemos podido saber que no. Hemos podido saber que es el propio Zidane quien no solo le autoriza, sino que le invita a ello a fin de crear confusión en las filas de la defensa contraria y desordenarla. El recurso te puede gustar o no (como te puede gustar o no que Marcelo propenda a lo mismo por el otro lado), pero no se puede negar que, contradiciendo el primer prejuicio, Carvajal no hace sino seguir instrucciones de su técnico. Obviamente, es precisa una forma física inmejorable para que los riesgos de esta jugada no superen con creces sus ventajas. Mientras la forma física no fue idónea, salió regular (City, aunque sea otra competición), pero al alcanzar el lateral su pico de forma se han visto los beneficios de la apuesta.

 

13. Anarquía programada: de lo particular a lo general

El ejemplo de Carvajal nos permite extrapolar la anarquía programada meticulosamente por Zidane. ¿Es arriesgada? Mucho. Pretender desordenar al adversario suele tener como efecto colateral el desordenar al propio equipo. Lo que ya sabemos es que no responde al libre albedrío personal y díscolo de cada futbolista. También sabemos que ha salido bien, y que por tanto está bien (tendríamos que ser Ángel Cappa para sostener lo contrario). Yo también me estremezco de pavor cuando veo a Sergio Ramos incorporarse al ataque, no ya en jugadas a balón parado, sino con el esférico en movimiento. Ya lo he aceptado con una suerte de admirada resignación. Como aficionado no soy muy desprendido: lo admiro porque ha funcionado, nada más. Para que haya funcionado, ha hecho falta que el protagonista del aparente desorden sea un prodigio físico (Carvajal, Ramos) y/o que las coberturas de peones tan ejemplares como Casemiro o Valverde hayan sido un reloj suizo (Marcelo).

 

14. El declive aprovechable de Marcelo

Ya que hablamos del mítico lateral brasileño, conviene apreciar la belleza crepuscular de sus inalcanzables gestos técnicos y asumir (el madridismo no suele hacerlo) que un jugador en declive puede aún ofrecer los mejores conciertos, siempre que A) no se le sobrecargue (para evitarlo está Mendy) y B) envejezca entre el afecto y no en la desconfianza. Marcelo no ha hecho un gran año, pero sí ha tenido aportaciones puntuales que a la postre han sido decisivas, y ha brillado fugazmente como lo que siempre ha sido, es decir, el mejor lateral izquierdo de todos los tiempos con permiso de otro carioca que no precisamos mencionar.

 

15. La irrupción indoblegable de Mendy

A mi juicio, es la gran aparición del año. Ganaría el Goya al mejor actor revelación si no fuera porque esos actores suelen después desaparecer del mapa, y Mendy tiene todas las trazas de ser algún día leyenda del Club. Los de mi edad estamos hechos a tres tipos de laterales izquierdos triunfando en el Madrid: tipo Roberto Carlos (solo hay uno dentro de ese tipo), tipo Marcelo (solo hay uno) y tipo Camacho. Al principio pensé que se adscribía al tipo Camacho, pero ahora lo veo como otra rara avis en su especie. Es un lateral izquierdo tan sui generis y espectacular que no descarto que esté solo en su tipología, como Roberto, cómo Marcelo. Defiende como una bestia, ha dado asistencias, marcó un gol tremendo contra el Granada y, merced a su gran uso de la pierna derecha, sirve para trazar diagonales como las de Carvajal o el propio Marcelo. Igual que ahora recordamos el abuso que para la historia del fútbol representa el que Roberto Carlos y Marcelo compartieran equipo un año, algún día miraremos atrás y pensaremos lo mismo del binomio Marcelo-Mendy.

16. Sergio Ramos: la inconsciencia hecha eficacia

En algunas escuelas de escritura se recomienda a los jóvenes aspirantes al Nobel profundizar en sus defectos en lugar de tratar de pulirlos. Sí el joven los pule, tendrás en el mejor de los casos un esmerado artesano. Sí profundiza en todo lo que hace mal, puede que tengas un genio. Un genio y una leyenda como Sergio Ramos, el hombre que no puede contenerse casi ni en el recipiente del Real Madrid. “¿Dónde va Sergio Ramos?”, clamamos al verlo subir desbocado. Va a ganar el partido, idiota. Va a descojonarse de tus miedos. Va a burlar cualquier atisbo de mediocridad. Larger than life, como dicen los angloparlantes, se ha hecho mito a base de desoír las precauciones y no escuchar más que a su corazón, con una infinita fe (por no decir inconsciencia extrañamente sabia) en las propias e imbatibles fuerzas.

 

17. Varane: cerrando el círculo de la gratitud a Zidane

“Dicen que es bueno”. Así hablábamos al verlo entrar por la puerta, con el líquido amniótico todavía detrás de las orejas y cara de buen chico. Lo trajo Zidane, por entonces solo un asesor del presidente. “Dicen que Zidane tiene buen ojo”, murmurábamos, como queriendo creer. A estas alturas, el actual capitán del equipo nacional francés, aún joven, tiene un palmarés que se acerca al de otros mitos del centro de la defensa, como el mismísimo Santamaría. Nadie saca el balón como él, nadie se anticipa como él, nadie te ha hecho tan feliz dándose tan poca importancia.

 

18. Militão: poco pero bueno

El impecable momento de la pareja Ramos-Varane, en combinación con alguna actuación desafortunada, le ha mantenido lejos de la titularidad. ¿Cómo mantener la calma necesaria para rendir cuando tienes pocas ocasiones, y en esas pocas ocasiones te miran con lupa porque no rendiste en alguna ocasión? De esa jaula de sale de un modo muy sencillo: marcándote un partido de aúpa en Bilbao para que Pep, que ya se las prometía muy felices, empiece a dudar frente al televisor.

19. Casemiro: certidumbre en el bosque

Casemiro es el leñador de Caperucita, aunque también sepa matar con silenciador. Siempre aparece para desmadejar al lobo cuando ya insinúa colmillo, pero también sabe disfrazarse de hombre invisible para rematar un taconazo genial de Benzema cuando nadie le esperaba por ahí. Ha hecho la Liga de su vida, y su vida es mucha y muy ilustre ya pese a ser corta. Sin recambio natural en la plantilla, no podía jugarlo todo. Pues bien: salvo sanción o causa mayor, lo ha jugado todo, y si quieres que además te suba esas cajas que pesan un quintal a lo alto de la colina lo hará y bajará silbando. Cómo no le vamos a querer.

 

20. Modric: ¿el canto del cisne?

Es tan ingente la menuda sombra de Modric que su sustituto natural no quiere ni oír de volver al club hasta que no se haya asegurado de su jubilación, y aun así puede reaparecer desde el fondo del pantano en el que le creías ahogado con un estertor escalofriante. Ha estado flojo en buena parte del campeonato, pero la conjura de los once partidos posconfinamiento ha girado al compás de los hilos que maneja. ¿Su canto del cisne?

 

(Continuará...)

 

Primera parte: 34 apuntes de la Liga 34 (1-10) 

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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