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Arcadi Espada: "El relato del Madrid es ganar"

Arcadi Espada: "El relato del Madrid es ganar"

Escrito por: Jesús Bengoechea19 junio, 2023
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Arcadi Espada tiene nuevo libro (Vida de Arcadio), y es esta novedad, junto con el soplo de su madridismo, lo que nos convence de intentar una cita con él. El encuentro tiene lugar en la cafetería de un hotel cercano a Atocha, donde se presenta o a donde desciende con una pequeña maleta, ya preparado para embarcar en el AVE cuya partida casi controla desde la ventana. Se muestra mucho más simpático de lo que nos avisaba la leyenda negra, y ni siquiera su relativo negacionismo negreiril alcanza para arruinar una atmósfera amable. 

En el libro aboga usted por la posibilidad de que una entrevista sea "un relajante masaje intelectual". Entiendo que con esto no se refiere a la legendaria "sesión de baño y masaje" con el que el dicho popular designa despectivamente una entrevista demasiado complaciente.

No. En cuanto a las entrevistas, intento evitar (no siempre lo consigo) las que son de puro trámite. Pero, cuando alguien tiene un interés genuino por ti, hayas o no hayas escrito un libro, lo mínimo es ser agradecido y concederla sin quejarte. Esto es como el que se queja de que le hagan fotos. A mí posar me parece un trabajo fascinante.

Dicen que el buen árbitro es aquel cuya presencia, para cuando acaba el partido, apenas ha sido notada. ¿Se puede decir lo mismo del buen entrevistador?

Sin duda. Al joven Arcadio, que tantísimas entrevistas hizo, le gustaban las preguntas inteligentes, pero las preguntas inteligentes son una cosa fatal. La entrevista nunca puede ser un examen del entrevistador al entrevistado. Si es así, este último se pone en guardia. Eso no quiere decir que no puedas hacer preguntas que revelen que has leído el libro objeto de la entrevista, o que has estudiado bien a la persona y has encontrado este detalle del cual te gustaría hablar, pero a mí me gusta más una cosa tipo "¿y qué opina de esto?", "pues muy bien, pero fíjese que no había pensado que..."

Relata en el libro una entrevista del joven Arcadio con la política nacionalista María Aurèlia Capmany. Ella le echa de su casa por hacer muchas de esas preguntas inteligentes. Luego le llama para reanudar la charla, pero advirtiéndole que debe tener presente que "esto es sobre mí, no sobre ti".

Claro. Y tenía razón. Discutir con el entrevistado. A quién se le ocurre. Esto lo he dicho alguna vez en relación a alguna entrevista televisiva. Oiga, yo no vengo aquí a discutir, porque yo por discutir cobro.

Se ha definido Vida de Arcadio como un "reportaje íntimo en segunda persona". En él se dirige usted al joven que usted mismo fue en clave de tú. ¿Se trata de una herramienta literaria, o realmente se siente como si fuera una persona diferente de la que era entonces?

Las dos son ciertas. Comparto muchas cosas con el joven Arcadio pero somos dos. Comparto el código genético, por ejemplo, pero como sabrá dos hermanos gemelos lo comparten también, y sin embargo son dos personas diferentes.

Hay muchas reflexiones sobre el periodismo en este "reportaje íntimo". Usted deja claro que excluye a Arcadio de estas consideraciones, pero se atreve a proclamar que "el periodismo es una especie de coche escoba al que se suben todo tipo de fracasados en lo que habrían querido ser: políticos, deportistas, novelistas, y así por cada sección del periódico". ¿Los periodistas deportivos encajan en este retrato especialmente? ¿Más que el resto? ¿Menos?

Yo diría que menos. El deporte (a diferencia de la economía o la novela) exige unas condiciones objetivas muy serias. El deporte no es una tontería como la pintura o la música. Lo que me gusta de él es su objetividad. Nueve segundos con nueve centésimas, y ahí se acaba la historia. O Real Madrid, 3 - Manchester City, 1. No digo que no haya periodistas que no hayan querido ser estrellas del tenis, porque ser estrella es siempre tentador, pero no tantos, por la objetividad en la excelencia a la que el deporte obliga. Habrá redactores deportivos que sean deportistas fracasados, pero habrá menos que literatos fracasados escribiendo crítica literaria. o cineastas frustrados hablando de cine.

¿Sigue usted el periodismo deportivo?

Sigo al Madrid. Leo las crónicas. Casi siempre veo los partidos de los blancos. No soy de los que cambian una cena porque se dan cuenta de que coincide con el Madrid, pero los veo casi todos. Y, si se trata de una final de Champions o similar, ahí sí cambio la cena, claro.

En la primera página del libro ya aparece Cunningham. Las andanzas de Arcadio comienzan el día en que el inglés ficha por el Madrid, que es lo que El País trae a portada junto a un incendio forestal en LLoret de Mar y la aprobación del Estatuto de Cataluña.

Me documenté para eso y me hizo mucha ilusión descubrir la coincidencia, porque yo fui de los que estaban en el Camp Nou aquel día histórico en que Laurie Cunningham fue ovacionado por el público culé.

Lo sé, y los testigos oculares de aquello, como usted, son muy importantes porque no hay vídeo del momento. Solo queda el testimonio oral de los que lo vieron en primera persona.

¿No hay vídeo? Fue impresionante. Cunningham fue aplaudido, doy fe. Y vaya si lo mereció. Pobre Zuviría, su marcador. Era un defensa muy cañero, de esos infranqueables, y Cunningham lo volvió loco. Me encanta pensar que estuve allí porque yo he ido muy poco a los estadios, pero ese día me tocó. Creo recordar que estaba con mi tío, que era muy merengue, y muy cerca de la línea de banda por la que se prodigaba el inglés una y otra vez, levantando aplausos del público rival. Qué jugador. Aquel golpeo con el exterior, un poco como Modric...

De hecho, cuando entrevisté al hijo de Cunningham, comentamos esa coincidencia. "Pero Luka no tira los córners con el exterior, como sí hacía mi padre", puntualizó. A los pocos días, Modric tiró un córner con el exterior. No sé si leería la entrevista.

Qué gracia. Qué pena que Cunningham tuviera tan mala suerte con las lesiones.

Posiblemente aquellos aplausos a un jugador del Madrid fueran los últimos registrados en el Camp Nou. Que yo recuerde, desde entonces no han aplaudido ni al propio Modric, a quien todo el mundo quiere.

Es que ese público se ha radicalizado mucho por la cuestión política. Siempre hubo una rivalidad muy fuerte, pero ahora ha entrado en otro terreno por el auge del independentismo. Es que entonces el nacionalismo no ejercía la presión social que hemos visto después. El propio Arcadio vivía feliz en su no-nacionalismo. Este tema ha dividido Cataluña en dos comunidades. En esta tesitura, es prácticamente imposible que otro jugador merengue vuelva a salir ovacionado de allí.

Tampoco vamos a decir que sea fácil que a un futbolista del Barça se le aplauda en el Bernabéu, ¿no?

Mucho más fácil que lo otro. A Messi lo han aplaudido. Y a Ronaldinho. Tradicionalmente, la gente del Madrid ha estado siempre menos preocupada con el Barça que viceversa, entre otras cosas porque el Madrid ha ganado mucho más, ha sido mucho más importante, y no ha tenido nunca ese victimismo.

"Deseabas siempre y en todo momento lo peor para el Barça".

Sí.

"Pero solo era por el placer de mantenerte en lo aparte, y por la fascinación estética del blanco absoluto". ¿Fue usted, de niño, un madridista estético?

Mi padre era andaluz, del Betis. Yo también lo fui una temporada, y lo fui en parte por la camiseta blanquiverde, que era muy bonita, una joya. La del Barça en cambio me parecía (me sigue pareciendo) profundamente antiestética.

¿Alguna variante en particular? ¿Aquel uniforme de arlequín blaugrana, por ejemplo?

Bueno, bueno, eso fue el apocalipsis. El caso es que de niño hay un componente estético muy importante en la camiseta que eliges como tuya, pero en lo tocante al Betis, claro, te cansas de perder. Y ahí me di cuenta de que la combinación del blanco con el verde chillón del césped es imbatible. No olvidemos tampoco una cosa importante: el Madrid es el segundo equipo de Cataluña. Esto lo digo mucho para cabrearlos.

guardiola Es un nacionalista oportunista que ha aprovechado suciamente su éxito deportivo. Al parecer es un buen entrenador, y capitaliza eso fuera del deporte.

Pero entonces, en ese madridismo iniciático de Arcadio, no hay aún ningún componente de reacción contra el nacionalismo, era muy pronto para eso.

Claro, era algo muy natural. En el colegio estábamos en minoría, pero nunca tuve el menor altercado. Ahora, todo se ha erosionado. El porcentaje de alegrías que yo tengo cada vez que pierde el Barça también ha subido. Antes manteníamos las apariencias cada vez que Madrid o Barça jugaban contra un equipo extranjero, hacíamos como que apoyábamos al equipo español, aunque fuese el eterno rival. En realidad nunca lo sentimos. pero claro, hacer las cosas "como si" es muy importante en la vida. Por ejemplo, todo el mundo es racista, incluso quien lo niegue. No ser racista no es más que someter tus sentimientos, o sea, ser racista pero hacer "como si" no lo fueras. Esto está demostradísimo por la neurociencia.

Ah, ¿sí?

Claro. Seguro que usted ha tenido noticias de aquel experimento. A un blanco se le dispara la amígdala al ver un negro, y se ha comprobado que esta reacción sucede tal cual incluso en individuos blancos que están casados con negras. Pero hay que mantener el "como si", es muy importante.

Madridistas y culés hace tiempo que se quitaron las caretas y se desean la derrota siempre. Ya no prevalece el "como si". 

Y la cosa se ha extendido a otras personas que ya no son Barça. Por ejemplo, alguien a quien yo deseo todo el mal deportivo posible es Pep Guardiola. Por eso estoy hoy tan mustio. (El City se ha proclamado campeón de la Champions el día anterior). El pobre Manchester City paga mis ardores antiguardiolescos.

¿Por qué le cae tan mal Guardiola? 

Me cae pésimamente, claro. Es un nacionalista oportunista que ha aprovechado suciamente su éxito deportivo. Al parecer es un buen entrenador que capitaliza eso fuera del deporte.

¿Ha dicho que "al parecer" es un buen entrenador? 

(Pausa). Bueno, es que yo no entiendo de esto. Te puedo decir si me gusta un jugador u otro, pero si un entrenador es bueno o malo soy incapaz de decirlo. Sí te puedo decir, por ejemplo, que Benzema está entre los tres mejores futbolistas que he visto en mi vida. Y que el mejor de todos ellos es Messi.

Solo faltaría el tercero en discordia, entonces.

(Lo piensa un momento). Cruyff.

Dos culés y un madridista en el Top3. 

Eso ha sido una constante histórica. Ellos tenían a Cruyff y nosotros a Netzer, que era bueno pero no tanto. Ellos a Messi y nosotros a Cristiano.

¿Cristiano está un escalón por debajo de Messi? 

Nunca me pareció un gran jugador.

¿Un gran goleador, al menos? 

Ni siquiera. Hugo Sánchez era mejor goleador que él, aunque siempre es difícil sacar conclusiones sobre épocas tan distintas. Pero habría que haber visto a Hugo con Benzema, Modric, Bale... También opino que se le está dando demasiado bombo a Vinicius, un jugador que está por explotar. Me gusta mucho más Rodrygo. Vinicius me recuerda a Amancio, un extraordinario extremo, un regateador maravilloso, pero también era un tío que te ponía muy nervioso. Perdía muchos balones. Pero ¿esto a qué venía?

Estábamos con el ranking de sus jugadores favoritos. 

Ah, sí. Messi, Cruyff, Benzema. Messi quizá sea el menos estético de ellos. Me estoy dando cuenta ahora de que yo vi jugar a Di Stéfano, pero ya en el Espanyol, un D. Alfredo muy tardío, todavía más calvo de lo habitual. Realmente no puedo juzgar por lo que vi.

se le está dando demasiado bombo a Vinicius, un jugador que está por explotar. Me gusta mucho más Rodrygo. Vinicius me recuerda a Amancio, un extraordinario extremo, un regateador maravilloso, pero también era un tío que te ponía muy nervioso

Hablaba usted de Vinicius y antes de ello, curiosamente, de racismo. Me pone en bandeja preguntarle por ambas cosas juntas. 

El problema es convertir un insulto individual en un insulto colectivo. Tú, si eres uno de esos animales que va a los campos de fútbol a insultar, puedes llamar a Vinicius lo que quieras, insisto, si eres un animal, que no es mi caso, no recuerdo haber insultado nunca en un estadio. El problema asciende un escalón cuando ese insulto es extrapolable a muchas otras personas que comparten con el insultado aquello que motiva el insulto, en este caso el color de su piel. A mí, por ejemplo, me llaman "español de mierda" cada dos por tres. Cuando hacen eso, están haciendo algo más que insultarme a mí. Eso lo hace más condenable, evidentemente, y hay que combatirlo. Sin embargo, no es fácil  porque, como te decía antes, todos somos racistas, y un estadio de fútbol no es el escenario más propicio para controlar esas pulsiones. Un estadio no es el mejor lugar para llevar a tu hijo.

Pero querríamos que lo fuera, ¿o no?

Es que no puede serlo. Hay que poner un límite a la violencia, eso sí.

A la violencia física, quiere decir. 

La violencia siempre es física. Estamos pervirtiendo estos términos. La gente ha perdido la noción de que muchas veces las personas hacen cosas que están mal hechas. Por ejemplo, sé que es discutible comer foie. No nos gusta lo que le hacen al animal para obtener el producto. Bueno, pues con todo y con eso yo me como el foie. Los toros me gustan moderadamente, pero no pretendo escudarme en altos argumentos estéticos o éticos ("No, es que al toro se le ofrece un combate digno, y aparece su nombre y tal") para justificar que me guste. Está mal, pero me gusta. Es una barbaridad, pero qué quiere que le diga: de vez en cuando voy.

Yo soy inmortal, pero no creo que vuelva a ver nada como la catorce. Esa Champions vale por cinco

Negreira. Usted ha escrito: "Es tan evidente que el Barcelona pagó como que fue víctima de un fino estafador que quiso aprovecharse del legendario victimismo de los catalanes y de su principal brazo armado". 

Nunca creí que ese dinero tuviera ninguna influencia en los partidos.

¿Y sigue sin creerlo? 

Sigo sin creerlo. Hay algo que me fascina del fútbol: el azar. Nadie admite su importancia, y no lo hacen porque eso supondría un menoscabo del espectáculo. Es como lo que en el libro dice Arcadio sobre la inexistencia de la responsabilidad humana. Imagina un periodismo donde no hubiera culpables, donde no se pudiera decir: "¡dimita!" El periodismo deportivo tampoco quiere, por la misma razón, hablar de azar, solo se hace cuando parece que no hay más remedio, cuando la pelota toca el poste por ejemplo. Pero no se le otorga el peso que tiene. Hay muchas variables implicadas. Por eso sería imposible pasar por al VAR las veinte ligas de Negreira y sacar como conclusión que Negreira fue importante en las mismas. A menos que hubiese sido una influencia continua, muy visible, en cuyo caso cada día en los periódicos, a lo largo de esos veinte años, habríamos estado leyendo "¡Escándalo!, ¡estafa!" Si eso no fue así, no puede aplicarse la falacia retrospectiva, no puedes ver las cosas desde la óptica del presente. Y no fue así, no vimos esos titulares.

Bueno, si me permite, sí se han visto denuncias a lo largo de esos veinte años. Y además habría que confiar en que hablamos de una prensa objetiva y libre. 

Pero eso serían excepciones. Para confirmar un peso crucial de lo de Negreira en los títulos del Barça, necesitaríamos un gran material hemerográfico que diga claramente "¿Lo ven?, ya lo decíamos".

Si por material hemerográfico entendemos también las redes sociales, hay mucho. 

Nah, yo todo esto ya lo he visto. José María Albert de Paco, autor de Libre Directo y gran amigo, me envía cosas, pero de verdad que yo solo veo jugadas aisladas. No hay ninguna posibilidad de concluir que esas ligas no las ganara el Barcelona justamente.

Aunque así fuese, ¿no es cierto que legalmente, y entiendo que también moralmente, quien intenta corromper una competición ya, con eso, está cometiendo de hecho un acto de corrupción, con independencia del grado de éxito cosechado? 

Pero es que tampoco podemos estar seguros de que fuera eso lo que estuviesen intentando. Sabemos que se pagaron una serie de millones a un tío, pero nadie ha podido aún dilucidar para qué. Mira, el año en que más se paga a Negreira es en 2017, el año del procés. Yo los conozco. Aunque tenían el mejor equipo del mundo, estaban acojonados de que los árbitros (todos españoles y todos del Madrid según creen ellos) pudiesen estropear sus triunfos en ese momento político. Eso querían evitar al pagar, pero eso no significa que con ese dinero se comprara árbitros ni nada de eso. Es más, ahora está saliendo que ese dinero volvía en negro a los propios directivos culés.

Es verdad que está saliendo eso, pero permítame que le discuta aun a riesgo de que, en coherencia con lo dicho al principio, usted me acabe extendiendo una factura, porque por discutir hay que cobrar. ¿Tiene sentido que para llevar a cabo ese fraude los directivos se valieran de los árbitros, que es lo menos discreto del mundo, en lugar de elegir cualquier otra empresa? Uno de los centenares de proveedores del club, por ejemplo. 

Es una buena objeción. Pero también puede pensarse que con Negreira tenían algún negociete, y que ese negociete era una tapadera para ese desvío de fondos a los bolsillos de los directivos. La explicación más plausible es que parte de ese dinero se le diera a Negreira para que lubricara la relación con el colectivo arbitral, una cosa de relaciones públicas, mientras otra parte se la embolsaban finalmente los directivos culés.

Pero esa "lubricación" ya estaría mal, ¿no?

Sí, pero no estamos juzgando la moralidad de todo esto. Para concluir que hay sombra sobre esas ligas ganadas por el Barça, deberíamos tener los hechos perfectamente claros, y no es el caso. Manejamos hipótesis, eso es todo. Posiblemente, cuando Negreira amenazaba con aquello de "si yo hablara", hacía mención a esta trama de enriquecimiento ilícito de la cúpula azulgrana a través de él.

La UEFA aún puede dejar al Barça sin jugar la próxima Champions.

Eso es otra cosa. La UEFA puede sancionar por lo de la mujer del César.

sería imposible pasar por el VAR las veinte ligas de Negreira y sacar como conclusión que Negreira fue importante en las mismas. sigo sosteniendo que ese dinero pagado no tuvo influencia en los partidos. las ligas del barcelona en esos años no tienen sombra

Volviendo a Vida de Arcadio, uno de los autores mencionados es Vázquez Montalbán, que alumbró la célebre identidad del Barça como "ejército desarmado de Cataluña". Montalbán creó una narrativa culé de gran éxito. Valdano me dijo una vez que el Madrid necesita su Vázquez Montalbán. 

No le veo sentido. El Barça puso en marcha varios relatos coincidentes. Primero, el de Narcís de Carreras, con la ocurrencia de que el Barça es "més que un club", lo que viene a decir que en realidad es menos que un club. Y segundo, el de Vázquez Montalbán, al cual se refiere usted. Todo esto son variantes de una misma narrativa nacionalista. La fractura de las ilusiones, la constancia de que en la guerra se pierde y el fútbol es el único lugar donde se puede ganar. Todo esto ha iluminado este subconjunto de las frustraciones del nacionalismo después de trescientos años de derrotas. El relato del Madrid está escrito como se deben escribir las cosas en el fútbol, es decir, con goles y con victorias. No hay ninguna necesidad de suplantar nada. Ahí están las 14 Copas de Europa, 15 el año que viene. Los poetas solo intervienen cuando las cosas van mal. Los poetas subliman, confunden. Mienten, se inventan realidades. Pero su aparición siempre está precedida del fracaso.

Las 14 Copas de Europa, decía. La última por el momento ¿es la mejor de todas ellas?  

Increíble. Yo soy inmortal, pero no creo que vuelva a ver nada igual. Esa Champions vale por cinco.

Por último, mencione por favor un héroe infravalorado de la historia del Madrid. 

Velázquez. Desbordaba clase. Es un jugador cuyo palmarés desmerece a su gran calidad. No cuajó tanto como debería. ¡Y además es el del penalti de Guruceta! (Risas).

 

Entrevista: Jesús Bengoechea 

Fotos: Pablo Estellés 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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