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Andrés Amorós: "Me gusta más Ancelotti que Zidane"

Andrés Amorós: "Me gusta más Ancelotti que Zidane"

Escrito por: John Falstaff15 diciembre, 2021
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A Andrés Amorós lo que le gusta es el fútbol, no la literatura. La frase nos la suelta en el transcurso de la conversación así, de sopetón, sin anestesia ni nada. Bien es verdad que si usted lee la entrevista entenderá lo que quiso decir Amorós, que transpira amor por la literatura por cada poro de su piel, pero en cualquier caso y para curarnos en salud no diremos cosas como que entrar en el salón de su casa es hollar el templo de la sabiduría. Y ello pese a que uno sienta vagamente que su presencia allí (la de uno) constituye un cuerpo extraño en el universo tranquilo y hondo delimitado por sus paredes, por más que ni aun la sencillez y cercanía del entrevistado consigan aquietar por completo esa sensación. Nos limitaremos, pues, a consignar que se trata de un salón espacioso, de una elegancia antigua y señorial y, sí, atestado de libros. Pero la crónica del partido quedaría incompleta si omitiéramos que la sabiduría revolotea constantemente durante la conversación. No porque emane de esos libros que se aprietan unos contra otros poniendo a prueba la solidez de los anaqueles que les dan sustento —los libros sólo prestan su saber a quien los abre—, sino porque ahí enfrente, en un sillón a contraluz del sol frío y luminoso del otoño madrileño que se cuela por las rendijas de la persiana, se sienta y habla Andrés Amorós.

Escuchar a Andrés Amorós es disfrutar de una erudición profunda, genuina y de una humildad apabullante, acaso porque nada necesita probarse a sí misma. La entrevista tiene lugar con ocasión —y, admitámoslo, casi con la excusa— de la publicación de su primera obra dedicada al deporte, ese delicioso Álbum de cromos que es una suerte de pecado de vejez rossiniano, un libro sobre un tema aparentemente menor pero que destila todo el talento de su autor para la evocación de épocas y personajes, y acaba con el lector chupándose los dedos de puro gusto. Amenísimo conversador, la entrevista fluye sin solución de continuidad del deporte al Real Madrid, del Real Madrid a la literatura, de ahí a la música, de la música a los toros y de éstos al fútbol. Es una charla desordenada y sabrosísima, salpimentada por las innumerables anécdotas con que Amorós no se resiste a condimentarla. El autor de docenas de ensayos sobre literatura, cine, música y tauromaquia; el hombre que te muestra con la mayor naturalidad el manuscrito dedicado de una novela de Antonio Gala, o una carta de puño y letra de Julio Cortázar; el divulgador de música culta y popular en su programa de radio; el mayor entendido en toros de España, aquel a quien Vargas Llosa llama, antes de decidirse a comprar una entrada, al objeto de confirmar si el peruano Roca Rey es tan buen torero como dicen. Es, no cabe duda, un hombre sabio. Pero eso ya lo sabíamos. Lo que no sabíamos -aunque sospechábamos- es que la calidad humana está a la altura del personaje. Si el Real Madrid es grandeza y es señorío, habremos de concluir que don Andrés Amorós Guardiola es el paradigma del madridismo, un madridismo dueño de una imponente  sala de trofeos, mas refractario a la vanidad.

Álbum de cromos de Andrés Amorós

Andrés, hemos venido a hablar de tu libro, como Umbral pero al revés. Es el penúltimo, porque vas a toda pastilla y ya preparas otro para muy pronto. Además del contenido, las ilustraciones de Carbajo son magníficas.

Sí, yo me empeñé en que las realizase él, y también en cómo colocar las ilustraciones en el libro. Hay un encarte con las ilustraciones en toda su belleza, y un apunte de cada una al inicio de cada capítulo, o sea, como en un álbum de cromos.

¿El propósito del libro es reencontrarte tú con todos estos deportistas que aparecen en los cromos, y que a ti te han conmovido especialmente, o que el lector se encuentre con ellos?

Las dos cosas. Nunca había escrito un libro de deportes, es el primero. Y la metáfora del álbum de cromos me gusta mucho. Te sitúa en otra época, tiene un componente de nostalgia. Si hablas con la gente, todo el mundo te dice que tuvo uno. Los álbumes de cromos no eran algo de lujo, los cromos costaban unos céntimos y la gente los cambiaba. Pero siempre había algún cromo difícil del cual el fabricante emitía pocas unidades, y se cambiaban por tres o cinco. Además, en cada ciudad, lo he comprobado, hay un lugar en el que se quedaba para intercambiar los cromos. Y no solo hay cromos de fútbol, sino de todo: de películas, de geografía, de botánica, de historia de España. Los cromos igualaban a todas las clases sociales. Hay un momento en el que dices: eso ha muerto, pero no, resulta que ha vuelto. Soy un gran amante de Italia, los italianos son muy listos y se les ocurrió resucitar los cromos. Se ha encargado de ello un ingeniero y arquitecto experto en diseño que vio que ahí había un negocio, la colección Panini, que ha triunfado en todo el mundo. Por ejemplo, mi nieto pequeño no tiene ni idea de fútbol, pero tiene todos los cromos. En internet, el negocio de cambio de cromos es ingente. Se pagan millonadas Aunque hay diferencias con los de mi época, ahora son autoadhesivos y nosotros los pegábamos con goma arábiga.

Andrés Amorós, Eduardo y Emilio

El libro es muy disfrutable. Te quedas con ganas de más. 

Tengo material para muchos más, incluso en la radio he hablado de más deportistas. Pero yo soy contrario a los libros gordos, un libro gordo es una pesadez. Si eres Shakespeare o Cervantes puedes escribir las páginas que quieras, te lo puedes permitir. Si no, si eres un señor normal y corriente como tú y como yo, para ti más de trescientas páginas no tiene sentido.

Gracias por lo de "como tú y como yo". No me lo merezco pero lo trinco, como decía Di Stéfano. Entonces ¿puede haber otro álbum de cromos de Andrés Amorós?

Si el editor quisiera, podría hacerlo.

Los deportistas más recientes que aparecen en el libro son Gordillo, Fernando Martín y Petrovic. ¿Es que no te han llegado tanto al alma deportistas más recientes, o es que el propósito era eminentemente nostálgico?

Sí, el propósito era la nostalgia. El deporte ha cambiado totalmente. El ejemplo más claro es Campanal, el delantero centro del Sevilla, que siempre firmaba los contratos en blanco. Incluso una vez que no tenía dinero el Sevilla, el jugador les prestó 10.000. ¿Te imaginas a Cristiano Ronaldo haciéndolo?

(Interviene Eduardo) Andrés, ¿no crees que además de que el deporte ha cambiado mucho, también hemos cambiado nosotros como individuos? Yo comparo a Santillana con Cristiano y, aunque Ronaldo sea más completo, no me llega tanto como Santillana.

Santillana era mejor rematador de cabeza que Cristiano, pero sé lo que quieres decir. La historia es que ahora una figura tiene a un jefe de prensa, un nutricionista, un médico, todo un equipo detrás. Y por ejemplo Fangio decía que todo lo que necesitaba para conducir lo llevaba en una sombrera de señora: el casco y los guantes. Y la noche anterior salía barriendo la pista. Era algo más individual y romántico.

Ahora es todo más colectivo, incluso en la literatura. Ken Follet es un grupo de gente, una empresa.

No tiene nada que ver, estos eran genios individuales. En ciclismo, decían que lo más complicado era el récord de la hora. Pues Coppi lo batió en el estadio Vigorelli sin prepararse y la hora de comer porque era cuando los alemanes detenían los bombardeos. O Bartali, que llevaba los salvoconductos de los ciclistas judíos escondidos en los tubulares. La diferencia estriba en que ahora se ve todo y antes no se sabía nada, no había televisión. (Emilio apunta que la historia de la rivalidad entre Bartali y Coppi es uno de las más bonitas que se pueden leer y la recomienda encarecidamente). Sí, uno era bueno y otro era malo. El Papa condenó a Coppi porque tuvo un escándalo de faltas, la dama blanca y todo aquello. Era otra época, toda la información llegaba básicamente por la radio. También por los periódicos, con más retraso, con aquella manera de escribir épica. Como en aquel partido del Real Madrid contra el Partizan de Belgrado, cuando Gilera o Lorenzo López Sánchez, no recuerdo bien, dijeron en ABC aquello de que “Don Alfredo Di Stéfano ha derrotado al general invierno, lo que no pudo Napoleón”. Todo era más romántico, individualista, mítico. Era una España más pobre, a la salida del cine comprabas Goleada por una peseta para enterarte de los resultados de los partidos de la jornada. Era otra España y otro mundo, tal vez más literario, aunque ahora vivimos mejor. Por ejemplo, hace poco compré una cartilla de racionamiento para que la vieran mis hijos.

Andrés Amorós Andrés Amorós

Ya que has escrito un libro sobre deporte, ¿qué piensas de aquello de que el deporte, sobre todo el fútbol, es incompatible con la cultura?

Eso es una tontería y, lo que es peor, una pedantería. Una de las cosas peores que existen es la pedantería, que es algo propio de los semicultos. El pobre señor ignorante no es pedante y el que es culto de verdad tampoco, porque habla con naturalidad. Yo he intentado hablar siempre con sencillez y de lo que conozco. Y hay muchísimas cosas de las que no sé, pero no presumo de este desconocimiento, porque jactarse de la propia ignorancia también está fatal. Esto es una historia muy vieja. Albert Camus dijo que lo más importante de la vida lo aprendió en el fútbol.  Es una tontería, no eres mejor o peor persona porque te guste o no el fútbol. Lo que está mal es despreciar. A mí me gusta mucho la música y dentro de ella Bach, el Di Stéfano de la música, y hay mucha gente a la que no le gusta y me parece muy bien. Lo que no es correcto es hablar sin respeto de la música clásica o de Bach. Pues el fútbol igual. O el cine o el teatro. Lo de despreciar el fútbol es tan aburrido…

¿Por qué hay tan poca literatura de fútbol?

Puf. Hay infinita literatura en la que aparece el fútbol. Por ejemplo, hay una tesis doctoral que se presentó en Zaragoza, prologada por Pardeza, con cientos de referencias de fútbol. Hay muchísimos novelistas ingleses o poetas argentinos y uruguayos con referencias a fútbol. Hay montones. Aunque no sean libros sobre fútbol, sí aparece en ellos.

¿Hay un desprecio de la cultura popular en general?

Sí, y yo escribí sobre eso hace tiempo. Parece que lo que gusta a muchos no puede ser bueno y no es así. En literatura tenemos el best-seller, del cual hay dos tipos: el libro escrito para ser best-seller, Ken Follet por ejemplo, que está bien, pero no tiene categoría literaria. Sin embargo, luego hay otro tipo de best-seller si uno mira la lista de los libros más vendidos en España: Cien años de soledad, los poemas de Antonio Machado, los de Miguel Hernández. Es decir, títulos de una categoría enorme que no se escribieron pensando exclusivamente en el éxito, pero al cabo del tiempo acabaron siendo muy vendidos porque se corrió la voz de su calidad. No se debe despreciar nada. Ocurre igual en la música ligera, que tiene temas maravillosos. En el cine le ha pasado a Spielberg o a Hitchcock. Por eso despreciar el fútbol es una tontería. Desprecia cuanto ignora, que decía Antonio Machado.

Me gustan los símiles taurinos. Los toros enseñan mucho sobre la vida. Paco Camino tenía una abulia, una mandanga. Era tan bueno que se dejaba llevar. Guti sería el Paco Camino blanco.

(Interviene Emilio) Sin embargo hay deportes, como el boxeo, del cual hay grandísimos escritos y cineastas. Por ejemplo, Garci es un loco del boxeo, ha escrito y rodado mucho sobre el tema.

Hablando de boxeo, yo fui muy amigo de Julio Cortázar, el escritor argentino que adoraba ese deporte. Cuando surge el boom de la novela hispanoamericana, hay muchas personas que se posicionan en contra del boom cuando llega a España. Y un pequeño grupo de personas somos los que lo defendemos. Yo publiqué el primer libro sobre el tema enseguida: Introducción a la novela hispanoamericana. En él hablo de todos los autores. Me hice amigo de Vargas Llosa, a García Márquez no lo conocí, pero me parece un dios de la literatura. Pero con el que sentimentalmente más coincidí fue con Cortázar. Dábamos conferencias porque se puso de moda, éramos un grupo en el que cada uno hablábamos de un autor y yo lo hacía sobre Cortázar. Entonces Cortázar se enteró y comenzamos a escribirnos. Guardo cartas suyas en las cuales dice, por ejemplo, que yo fui quien mejor entendió Rayuela. Nos entendíamos, aunque no coincidíamos políticamente, compartíamos sentido del humor y hablábamos de música, de cine, de todo menos de literatura. Cuando uno se junta con un amigo no habla de su profesión. (Jesús Bengoechea comienza a levitar de gozo al escuchar estas palabras, pero consigue mantener los pies en la tierra y sigue escuchando al maestro Amorós). Yo hice una edición de Historias de cronopios y famas. También hice una edición de Rayuela. Es una historia bastante curiosa. Un día estaba con Cortázar y le dije en broma: alguien tendría que poner notas a pie de página en Rayuela, como si fueras Lope de Vega, para saber quién es cada uno, porque citas a mucha gente. Julio Cortázar me dijo que él no tenía tiempo de hacerlo, que me encargase yo de ello. Y lo hice. Estuve un año entero. No quise darle la lata y cuando lo tuve terminado le escribí para decirle que le iba a entregar el libro en París, donde el Centro Dramático Nacional estrenaba Luces de bohemia de Valle Inclán. Y no me contestó, algo raro en él. Y no lo hizo porque se estaba muriendo. Falleció al día siguiente y acudí a su entierro. Viajé a París sin saber que acudía a su funeral. (Jesús Bengoechea comentará luego que esta historia de la muerte de Cortázar desde la óptica de Amorós le recordó inmediatamente a la sorpresa que Harry Lime le tenía preparada a Joseph Cotten a su llegada a Viena en El Tercer Hombre).

¿Era futbolero Cortázar?

Sí, pero era más de boxeo. Sus cronopios eran Satchmo y Ray Sugar Robinson. Julio Cortázar grabó un disco en el que se incluye su cuento Torito, inspirado en Luis Ángel Firpo, el Toro de La Pampa, un boxeador argentino. Una historia muy sentimental.

Andrés, de todos los deportistas que aparecen en tu libro, futbolistas o baloncestistas, de otros equipos, ¿a quiénes te hubiese gustado ver en el Madrid?

Además de Kubala o Luis Suárez, por ejemplo a Czibor.

¿De qué deportes te gustaría que el Madrid tuviese o volviese a tener una sección? Porque ha tenido de atletismo, voleibol, rugby, ajedrez, atletismo, tenis…

Todos. Me gustaría que tuviese sección de todos esos deportes, me gustan todos ellos. A mí me ha gustado mucho el tenis, me parece que es un deporte completísimo. Pero soy muy torpe y me caí jugando, me rompí un hueso, me pusieron una placa y luego me dio una trombosis. Así que Carlos Luis Álvarez “Cándido” escribió en Abc que su amigo Andrés Amorós era la única persona que pudo morir jugando al tenis. (Risas. "Santana ganó Wimbledon con el escudo del Madrid, pero ¿hasta qué punto se puede decir que el Real Madrid ganó Wimbledon?", reflexiona Jesús Bengoechea. Emilio no tiene dudas al respecto, pero Eduardo se encarga de enfriarle la pasión con un argumento racional: quien participó en Wimbledon y lo ganó fue Manolo Santana, no el Real Madrid). Sobre tenis puedo comentar algo más. Yo era muy amigo de Lilí Álvarez. La conocía por su faceta literaria y me decía: “Tenemos que jugar usted y yo, Amorós”. Yo le contestaba que no, por Dios, yo tenía unos 25 años y ella tal vez 70.

¿Y qué tenista consideras que ha sido el mejor de la historia?

El mejor no sé, pero el más completo ha sido Rod Laver. Tenía todas las habilidades. Por eso, cuando nos referimos al fútbol, hablar del mejor es muy relativo, pero el más completo ha sido don Alfredo. Hay quien prefiere a Pelé o Maradona, pero Pelé y Maradona no podían jugar de defensar central, y Di Stéfano sí. Y ya está. El más completo sin duda alguna.

Autógrafo Di Stéfano Amorós

¿Sin duda?

Sin duda. Hay otros que eran más brillantes regateando o disparando, como Puskas, pero tan completos como don Alfredo, ninguno. Jugó de defensa central en aquel partido contra el Rapid de Viena y hasta de portero un partido en Argentina. Pero además mandaba en todo el equipo, regateaba en corto y en largo, driblaba, tenía cabeza, la pasaba bien, tiraba penaltis, metía goles de tacón. Hay quien dice que Benzema sería lo más parecido ahora. Sin embargo yo a Benzema lo veo como un 10, como Luis Suárez, como Rial, Panizo, Velázquez, pero no tiene nada que ver con don Alfredo, que además tenía algo que hay que tener: carácter. El día del famoso gol de tacón de Di Stéfano yo estaba allí y ni nos enteramos, luego lo vimos en el NO-DO, pero tampoco se enteraron los rivales, era la primera vez que se hacía.

¿Y Puskas? 

Era buenísimo, pero no hay comparación. ¿Puskas habría podido jugar de defensa, o de portero? Hablando de Di Stéfano, ahora se cumple el centenario de un tenor italiano, Giuseppe Di Stéfano, que fue pareja de María Callas. Y  hay una leyenda que cuentan, no se sabe si es cierta, que dice que fue Di Stéfano a jugar a Milán y le preguntó un periodista: "¿Usted cómo se encuentra?" "Bien, era un pequeña molestia", contesta D. Alfredo. "¿Y la voz?" "Muy bien", responde perplejo. "Bueno, eso es lo más importante", concluye el reportero. "Hombre... Lo más importante... No, yo hablo con mis compañeros, pero lo más importante son las piernas, la cabeza…" (Risas). El periodista le había confundido con el tenor. Después descubrí que el tenor le tenía mucha antipatía a don Alfredo porque los periodistas le dedicaban titulares más grandes al jugador del Real Madrid que a él.

(Pregunta Bengoechea el cortazariano): ¿Hablaste alguna vez con Cortázar de Di Stéfano?

Él no lo llegó a ver, porque Alfredo se vino a España. Él tenía sus ídolos y mitos argentinos, todo muy literario, pero Di Stéfano no estaba entre ellos.

Se habla de Benzema como lo más parecido a Di Stéfano que hay en la actualidad. Un 9 pero que participa mucho en el juego. 

Para mí Benzema es el 10. Es más el gallego Luis Suárez, o Rial. No Di Stéfano.

Carnet socio Real Madrid Amorós

Aprovechamos esta anécdota de Di Stéfano para volver al Madrid. ¿Qué opinión tienes de la Quinta del Buitre? Sorprende un poco no ver a Butragueño en tu libro. Te pega como ídolo.

Tenía mucha clase, pero le faltaba carácter.

Siempre has dicho que hay dos toreros que fueron muy buenos pero podrían haber sido aún más: Paco Camino y Manzanares padre. ¿Quién sería el Paco Camino de la historia del Madrid? 

Me gustan esos símiles taurinos. Los toros enseñan mucho sobre la vida. Paco Camino tenía una abulia, una mandanga. Era tan bueno que se dejaba llevar. Guti sería el Paco Camino blanco. Es un jugador de culto, claro, como el torero. "¿Te acuerdas de aquella verónica que hizo un día...?" Claro, pero ¿por qué no la hizo más veces?

Y hablando de la actualidad. El equipo atraviesa ahora un momento de transición, ¿qué te parecen todos estos jóvenes: Vinícius, Rodrygo o Camavinga?

Desde el principio me ilusioné mucho con Vinicius debido a mi nostalgia por los extremos. Entonces, que salga un extremo puro me llena de alegría. Tiene una habilidad fuera de lo común. Camavinga también me ha ilusionado mucho, pero vayamos con una frase también muy taurina: hay que esperar.

Hay un cierto consenso respecto a la mejoría de Vinicius.

Y yo participo de él. Al principio se le veía muy habilidoso pero se dudaba si tenía la cabeza para servir esa habilidad. Ahora parece que sí la tiene. Yo soy mucho de los futbolistas, los toreros y los tenistas con cabeza.

Entonces, ¿estás ilusionado con el Madrid ahora mismo?

Sí. Hablando de esto, me acuerdo de una idea que tuve sobre cambiar las reglas del fútbol para evitar el pase atrás, porque me aburro mucho viendo partidos actuales, como los de la selección española, por ejemplo. A mí me gustó el Madrid de Di Stéfano, el de la Quinta del Buitre, el de Mourinho. Porque atacaban, no se dedicaban a jugar para atrás. De Mourinho muchos decían que era tal o cual, pero es que yo no quiero que el entrenador del Real Madrid sea la madre Teresa de Calcuta, sino alguien que les meta en vereda y les haga jugar bien al fútbol, con ataque, con proyección, con remate. El tiquitaca me parece horrible. Hay una historia divertida con Joseíto, que era un jugador bajito y corpulento muy voluntarioso. Un día agarró el balón en Chamartín y se lanzó a correr hacia adelante a toda velocidad, nadie pudo darle alcance, y cuando llegó a la portería iba tan exhausto que se cayó, se dio con el poste y se hizo una brecha. Desde entonces, la afición lo adoptó con cariño y cuando cogía el balón Joseíto se oía en la grada: despacio, José, cuidado. (Risas). Y a mí me gustan esos jugadores, los que van para adelante, no los que van para atrás.

me aburre muchísimo ver jugar a la selección española. el tiquitaca me parece horrible.

Entonces, ¿lo que está haciendo Ancelotti te gusta más que lo que hizo Zidane?

Absolutamente. Además, Zidane se llevaba muy bien con los jugadores, pero no le vi decisiones estratégicas de calado, como sí las adoptaba Mourinho. Por ejemplo, Zidane tardaba mucho en hacer los cambios. Ancelotti es más ágil.

Terminamos la entrevista con una reflexión tuya que siempre repites y buena muestra es este libro tuyo del cual estamos hablando: dices que a ti no te gusta hacer literatura.

Es muy mío, sí. A mí no me gusta hacer literatura de lo que me gusta de verdad. No me gusta acumular adjetivos porque además sirven para definir cualquier cosa. Yo prefiero ser preciso y explicar los hechos como son. Lo más difícil en literatura es transmitir sentimientos con exactitud.

(Emilio recuerda que la mejor crónica que ha leído nunca de un partido de fútbol fue la de Andrés Amorós en La Galerna de la segunda Copa de Europa). Muchísimas gracias, Andrés, podríamos pasar horas hablando de todo contigo. Un placer.

Encantado. Yo leo La Galerna con mucho gusto. Está bien darle importancia, que la tiene, al fútbol.

 

Entrevista: John Fasltaff, Emilio (Athos) Dumas, Jesús Bengoechea

Biblioteca de Andrés Amorós

 

En el prosaico mundo real me llaman Eduardo Ruiz, pero comprenderán ustedes que con ese nombre no se va a ninguna parte, así que sigan llamándome Falstaff si tienen a bien. Por lo demás, soy un hombre recto, cabal y circunspecto. O sea, un coñazo. Y ahora, si me disculpan, tengo otras cosas que hacer.

11 comentarios en: Andrés Amorós: "Me gusta más Ancelotti que Zidane"

  1. Me gusta escucharle cuando colabora en el programa de juanma rodriguez y me ha gustado leerle ahora.

    Coincido con el en su comparacion entre Ancelotti y Zidane, y tambien cuando dice que le gustaria que el club volviera a tener todas las secciones que tuvo antes.

    Yo creo que eso ayudaria en la guerra mediatica mostrar una imagen de cultura de club, de algo mas social en contraste con los falsos clubes tipo psg, city o el propio vecino envidioso atletico .

  2. Deliciosa entrevista a una persona encantadora. Da gusto con qué agilidad y tino mezcla fútbol con toros, tenis, literatura o boxeo, salpicándolo con anécdotas pertinentes. Un acierto.

    Compré el libro "Álbum de cromos" hará cosa de un mes y me alegro enormemente. Se saborea cada página, cada anécdota; se nota que es obra de un maestro. Y las láminas de Carbajo son fantásticas

  3. Sabio, culto y bueno, el maestro Amorós. Una delicia escuchar sus palabras, siempre precisas, siempre mesuradas.
    Y opina, como no podía ser menos, que el Di Stéfano de la música es Johan Sebastian.
    ( Hubiera dado algo por ver la cara de Sir John en ese momento)

  4. Exquisita entrevista . Así la juzgo intentando atinar con el adjetivo.
    Johan S. Bach , Julio Cortázar y Alfredo Di Stéfano , arte mayor; palabras mayores.

    No tengo la menor duda en cuanto a que, ¡ vaya 3 !, los que tuvieron el placer de trabajar la entrevista con Andrés Amorós pasaron un agradable rato. Por cierto, ¡ qué placer, honor y mérito ha de tener quien ha podido mantener una relación epistolar o telefónica con el genio argentino ! . Han habido excelentes escritores , de diferentes estilos y géneros . Pero Julio Cortázar, sin duda, ha sido el que más me impresionó por su calidad y su magia.

    Y también hubiera pagado por ver la cara de John Falstaff al descubrir la lógica predilección del señor Amorós por Bach.

    Gente cercana y creíble, entre ellos mi abuelo, opinaban sobre la polivalencia de la saeta rubia, el jugador más completo de toda la historia. Exactamente lo mismo que Andrés Amorós.

    También me parece interesante su consideración sobre Ancelotti. Particularmente no pondré a Ancelotti , como entrenador, por encima de Zidane . Pero, evidentemente, sí que los pondría a comer en la misma mesa. Reconociendo, eso sí, que lo alcanzado por Z Z en el club blanco es lo más de lo más.

    Me he reído a carcajadas, un buen rato, con la anécdota de Joseíto. Muy divertida y gráficamente explicada.

  5. "Absolutamente. Además, Zidane se llevaba muy bien con los jugadores, pero no le vi decisiones estratégicas de calado, como sí las adoptaba Mourinho. Por ejemplo, Zidane tardaba mucho en hacer los cambios. Ancelotti es más ágil."

    El relato. Ancelotti tarda más. Y Zidane jugó las 3 Champions con 3 tacticas diferentes. Pero, bueno, hay que hecharle mierda hasta el final del multiverso.

  6. Fuimos afortunados los alumnos del instituto emperatriz María de Austria en los años 1968 y 69, teniendo como profesor de literatura a Andrés Amorós, que llevaba en la sangre el don de la enseñanza, de modo que cuando sonaba el timbre de fin de la clase, casi llorábamos. Entonces, aún era instituto femenino. Mi pasión por la literatura se la debo a el. Hay momentos cósmicos que a uno le marcan de por vida. Grande señor Amorós

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