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El Madrid coloniza todo

El Madrid coloniza todo

Escrito por: Antonio Valderrama16 enero, 2024
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El Madrid ha salido de Arabia Saudí siendo supercampeón después de jugar dos partidazos contra los dos rivales más grandes, en términos históricos, que el club tiene en España, el Atlético y el Barcelona. Les ha pasado por encima exhibiendo un músculo y una profundidad de plantilla apabullantes sobre todo para el momento de la temporada en el que estamos, y eso es una inyección de eneryía, como dice Ancelotti en su fantástico itañol o espagnolo, un espaldarazo extraordinario para lo que queda de la cuesta de enero, que es mucha. Y que no se termina, realmente, hasta el triple duelo con el Atlético y el Girona, en el Bernabéu, y luego con el Leipzig, ya en la Copa de Europa, allá por San Valentín, que es como decir, casi, la puerta de la primavera.

Había sin embargo hace una semana quienes pensaban, e incluso decían, que lo que tenía que hacer Carletto era, en verdad, tirar a la basura tanto la Supercopa como la Copa del Rey: muchos partidos, demasiada intensidad, demasiado desgaste para, al fin y al cabo, tan poco valimiento. La Supercopa, la Copa…¡titulitos! El Madrid, según ellos, está hecho para cosas más grandes: todo lo que importa, en realidad lo único, es la Champions, la Copauropa, para lo cual, como César Borgia, hay que sacrificarlo todo, incluso el alma. O César, o nada.

Real Madrid, celebración de la Supercopa de España

Pero ¡qué estupidez! El fútbol es, ya lo dijo Valdano, un estado de ánimo. Adonde no llegan las piernas, llega la motivación. Y nada motiva más que ganar. Esos cálculos de sacrificar esta competición para luchar mejor por aquella otra se parecen mucho a aquello de salir a empatar, actitud atlética donde las haya, nada más alejado del ethos madridista. Quienes eso sostienen se toman la vida como si fuera algo parecido a un juego de suma cero: poner y quitar como si la vida fuera un juego de mesa y el ser humano no se condujera a impulsos que, casi siempre, muy poco tienen que ver con lo estrictamente racional. Parece mentira que, después de ciento veinte años de historia, haya tantos madridistas que sepan, todavía, tan poco del Real Madrid.

El fútbol es, ya lo dijo Valdano, un estado de ánimo. Adonde no llegan las piernas, llega la motivación. Y nada motiva más que ganar. Esos cálculos de sacrificar esta competición para luchar mejor por aquella otra se parecen mucho a aquello de salir a empatar, actitud atlética donde las haya, nada más alejado del ethos madridista

Ahora llega el Atlético, otra vez, en esta ocasión en la Copa, como el año pasado por estas fechas, más o menos. El Real Madrid-Atlético copero de la temporada anterior fue uno de los partidos más divertidos del curso, aunque el del próximo jueves será un Atlético-Real Madrid. No en el Bernabéu, sino en el Wanda, ahora rebautizado como Civitas, ese Sputnik varado en medio de las colinas de escombros sobre las que se levanta el sudeste de Madrid.

El orden de los factores, aquí, sí que altera el producto: el Bernabéu es un estadio que propicia el vértigo, el frenesí de las noches inolvidables, de esos partidos que, como el derby en Arabia Saudí de la semana pasada, se juegan sobre el filo de la navaja, que es lo que más le gusta al estadio del Madrid y a los propios futbolistas madridistas, independientemente de la época.

Real Madrid-Atleti, Supercopa de España

En el estadio de Coslada, empero, la cosa cambia. Da igual que sea un estadio nuevo y moderno, es como si el espíritu marrullero del Calderón, aquella cosa que se cernía sobre el campo de la M-30 tan de bombonera sudamericana, se hubiera mudado también al Metropolitano. El ambiente es sucio y el ánimo de encerrona es evidente, lo cual no es necesariamente malo para el Real, que está lleno de jóvenes superestrellas que podrían lo mismo ganar un derby de baloncesto ateniense si se empeñaran en ello: el Madrid, tras liquidar por la vía del aplastamiento sistemático la maldición de los campos alemanes, ya no tiene deudas pendientes en ninguna parte, está por encima del tiempo, más allá de la Historia, en un lugar del que sigue descendiendo sin embargo a competir con los mortales por pura inercia, por no dejarnos, por así decirlo, huérfanos y abandonados en mitad de este siglo XXI tan nefasto.

El ambiente en el Metropolitano es sucio y el ánimo de encerrona es evidente, lo cual no es necesariamente malo para el Real, que está lleno de jóvenes superestrellas que podrían lo mismo ganar un derby de baloncesto ateniense si se empeñaran en ello

Como de casi todo lo malo también se saca alguna cosa buena, la infame Supercopa hispanosaudí que Rubiales, recordemos, se llevó allá para emancipar a las mujeres árabes (tuvo el cuajo de defender el pastelazo usando ese argumento pero, como España es como es, en vez de ser corrido a gorrazos bajo el escarnio general por aquel insulto al honor y a la inteligencia de la gente, Rubi cayó por un pico), nos ha deparado partidos entretenidísimos, de ritmo antiguo. Es decir, de marcadores abultados y defensas descosidas donde los corsés tácticos saltan por los aires y el jugador, el individuo puro, se queda a solas con su talento. Y los que lo tienen lo sacan a bailar.

De allí volvieron reforzados no sólo los titulares sino también futbolistas como Brahim, al que probablemente Ancelotti alinee en el once titular que salte al Metropolitano el jueves que viene. Los títulos menores también sirven, siendo utilitaristas, para “activar” a lo que con Zidane se conocía como el Equipo B, la brigada ligera de caballería que saca adelante los dobletes, cuando caen, o que, por lo menos, llevan al equipo vivo en todo en el mes de mayo.

Brahim y Oblak

Después del 5-3 al Atleti hasta leí a Segurola alabando al Madrid, proclamando que el equipo de Ancelotti dignifica las competiciones que juega por su afán innegociable de ganarlas todas. Sólo por eso, seguramente, haya merecido la pena. ¡Segurola alabando al Madrid! Ya sólo queda Guardiola, al que, tras lo de 2022, lo tenemos rendido. Yo tengo mi propia teoría de que Guardiola es, en lo íntimo, criptomadridista: de ahí su obsesiva pulsión de muerte con lo blanco, que no es más que una freudiana neura por emular lo que permanece inalcanzable para su corazón.

El Madrid, este Madrid del tardoflorentinismo, o del florentinismo después de Florentino, ha llegado de verdad al fin de la Historia. Lo ha colonizado todo, incluso las almas de sus peores enemigos, por supuesto de los que tienen alma, porque con la mayoría de los atléticos la cosa es imposible. Sólo un derby a muerte en medio puede conseguir que trascienda la semana más triste del año, la del Blue Monday: sólo el Madrid es capaz de eso, como de todo lo demás.

El Madrid del tardoflorentinismo ha llegado de verdad al fin de la Historia. Lo ha colonizado todo, incluso las almas de sus peores enemigos, por supuesto de los que tienen alma, porque con la mayoría de los atléticos la cosa es imposible

De haber derrochado la bala supercopera, el Real se habría plantado en el Metropolitano acumulando dos derrotas seguidas frente a un adversario que ni siquiera es rival para la Liga, cosa que habría convertido en agónico el cruce copero y habría puesto en entredicho la salud del grupo para el esfuerzo liguero previo a los octavos de final de la Copa de Europa. Pero por suerte Ancelotti no es un triste. Nos gobiernan los buenos. El aleteo de la mariposa, en este caso, fue el de Brahim cuando adelantó a Oblak.

 

Getty Images.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

7 comentarios en: El Madrid coloniza todo

  1. Acertadísimo comentario, además con la prosa habitual que nos tiene (mal)acostumbrados el bueno de Antonio.

    A pesar de todas las evidencias en contra, bien reflejadas en el artículo, todavía en en el año 2024 después de Cristo existen madridistas cuñaos ronceristas, de coñac y de "echarlecojones", que efectivamente me decían que había que tirar la Supercopa y la Copa. Puede que sean los mismos que dicen que hay que cerrar el basket, el femenino, etc.

    Otro tema diferente es la cuestión que creo que decía Federico III de PRusia (perdonenme los eruditos si no fue él), que "quien defiende todo, no defiende nada". Para ello está la acertadísima gestión de los suplentes o banquillo. Prefiero ambos términos al término panenkita de "segunda unidad")

    Pero por definición, aquí no se debe tirar nada. Pero nada de nada.

    Abrazos madridistas

  2. No me gustan tantos partidos seguidos con el Paleti. Nos guste o no, es el único equipo que hace sufrir de verdad al Madrid, el que lo pone delante del espejo y le hace ver sus defectos. Cada partido contra esta gente es una sensación entre asco y pereza, no sé. Y luego tener que estar tragando con el paletismo sociológico, (casi) peor que el culerdismo. Y en 2 semanas otro. Señor, dame paciencia.

  3. Llevamos unos años que, con el cambio de diseño del calendario de la liga corrupta (antes, era simétrico, ahora, al buen juicio del antimadridista Tebas), ocurren cosas tan curiosas como ésta:
    28/1: Las Palmas - Real Madrid (27/1: Barcelona - Villarreal).
    1/2: Getafe - Real Madrid (30/1: Barcelona - Osasuna).
    4/2: Real Madrid - Atlético de Madrid (3/2: Alavés - Barcelona).
    11/2: Real Madrid - Gerona (11/2: Barcelona - Granada).
    13/2: Champions: Leipzig - Real Madrid. (21/2: Nápoles - Barcelona).
    El VAR S.A. tres partidos en casa y uno fuera, con rivales muy asequibles antes de la eliminatoria de Champions que, ¡además, juega una semana después del Madrid. Y, el Madrid, dos partidos fuera y dos en casa, en los que se enfrenta, nada menos que con el Malakito y con el equipo de Gerona, escasos 2-3 días antes de su enfrentamiento, fuera de casa, con el Leipzig.
    Más o menos, lo mismo que ocurrió los dos últimos años. ¿Con qué espurio objetivo se diseña este calendario, si no es con el de perjudicar sensiblemente al Real Madrid?
    (La pregunta es retórica, evidentemente).

  4. Lo calendarios están diseñados con la clara intención de dañar al Real Madrid. No es casual, hace muchos años que es así. Verdaderamente da mucho asco. Y en baloncesto sucede exactamente igual. A menudo me acuerdo de aquella frase pronunciada por don Santiago Bernabéu al referirse a los que pregonaban que el Real Madrid era el equipo del régimen. Pues eso, "hijos de fruta".
    Yo diría más, de "la grandísima".

  5. El Madrid va seguir saliendo a ganar todos los partidos, otro asunto son los cazatobllos del atleti y la habitual condescende arbitral.
    El atleti tiene la presión, pero pueden llevar el partido, dentro del otro juego, al terreno antifutbolístco que manejan como nadie.

  6. Articulazo !! Gracias por ello .
    Totalmente de acuerdo con Carlos. Los tacos de Simeone en el muslo de Julen Guerrero , le dejaron unos cuantos boquetes y un reguero incesante de sangre que corría humeante pierna abajo. Hace poco volví a ver la escena. Pues eso es el Atlético de Madrid : Vizcaíno , Tomás Reñones ...etc .
    Antideportividad en grado máximo , impune por la corrupción general de esta España nuestra.

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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