Las mejores firmas madridistas del planeta

Hacía un tiempo que este humilde cronista, bípedo implume, no aparecía por estas páginas de La gloriosa Galerna. Cavilaba apenas un día atrás sobre esta ausencia sobrevenida por causas propias de la vida, mientras me percataba de la cura de humildad implícita, pues ni siquiera el insigne editor, Jesús Bengoechea me reclamaba, mucho menos los lectores, que tampoco uno aspira tanto. Sin embargo, ayer mismo, la ocasión la pintaron calva, de forma sobrevenida, en uno de esos giros ligeros del destino que cuajan en anécdotas que uno recuerda toda la vida.

El responsable indirecto del sucedido fue el citado Bengo, que me cursó una invitación imprevista, aunque mayor relevancia tuvieron los Summers: David, escribidor y cantante de canciones memorables, coreadas y bailadas por media humanidad; y su hijo Dani, tan hábil y sensible con las cuerdas de su guitarra como con las de su garganta.  De casta le viene al galgo, de tal palo tal astilla, y honra merece quien a los suyos se parece cabrían como anillo al dedo del momento, pues el retoño del titán nos ofreció su talento en un recital memorable junto a su socio musical, Álvaro de Juana.

En el Búho Real, no podía ser en otro sitio, ese nombre sugerente de la nocturnidad y ese adjetivo que acompaña nuestros anhelos deportivos, bailamos y coreamos clásicos del rock´n roll y saboreamos sus temas propios —como el que titula esta pequeña historia—, ésos que Dani escribe con papel, bolígrafo y guitarra. También cupieron versiones españolas para el regocijo de los presentes que abarrotamos el local, entre otros, el famoso El Imperio contraataca de Los Nikis.

Y aquí, en este momento es donde esta sencilla narración adquirió su enjundia, mínima comparada con la relevancia de los asuntos medulares de la existencia, pero con las coincidencias precisas para llamar la atención de los presentes, básicamente Jesús Bengoechea (al que nombro por tercera vez, y juro que jamás volveré a nombrarle tanto, pues está lejos de merecerlo) y el narrador.

El blues del viejoven y el Imperio de Los Nikis

Resultó que Emilio, la voz de los Nikis en los ochenta, subió al escenario para cantar junto a Álvaro y Dani su himno más recordado. Aun con el paso de los años, su timbre resulta inconfundible, estridente para llamar la atención de las conciencias libérrimas. Precisamente, uno de los versos del Imperio refiere la victoria de nuestra selección sobre la de Yugoslavia por “veinte puntos arriba”.  No es que uno quiera presumir, que a estas alturas es una conducta que engendra escasos beneficios, pero un servidor pisó la cancha del citado encuentro. Y así se cerró el círculo del relato: madridistas insignes, los Summers; música, clásicos y vigentes; y el abrazo que nunca antes se había producido entre el intérprete de un cantar épico-sarcástico y uno de los guerreros que, vaya a saber usted por qué, terminó junto a sus compañeros en el verso de una canción.

 

Fotografías Jesús Bengoechea y Getty Images

1- Sistema de juego

 

Última jornada de la primera fase de la Champions League y el Real Madrid visita Guingamp, donde juega sus partidos como local el Brest. Los franceses irán con todo a un choque en el que tienen opciones de entrar en el top 8 si ganan a los blancos. Un encuentro histórico en el que reciben al rey de la competición. El técnico Eric Roy no dispone de Jonas Martin, Massadio Haidara, Jordan Amavi, Julien Le Cardinal y Bradley Locko por problemas físicos para el partido. En su habitual formación de 1-4-3-3 el once probable es el formado por Bizet en portería; Lala, lateral derecho, Pereira Lage en el izquierdo; Ndiaye y Chardonnet como centrales; en el medio, Magnetti, Fernandes y Favre; por la derecha, del Castillo, por la izquierda Sima; en punta, Ajorque.

 

2- Presión

 

Equipo correoso y complicado de vencer en su feudo en esta Champions. Se puede adaptar a distintas ideas, pero es probable que en los primeros minutos salga con fuerza, realice una presión alta e intente dificultar la salida de balón blanca. La línea defensiva se colocará muy alta mientras que los medios apurarán en zona de tres cuartos y los jugadores de banda ahogarán por los carriles. Con el paso de los minutos, y en función del resultado, lo normal será ver a un equipo que replegará en bloque bajo siendo compactos y buscará reducir los huecos entre líneas, dejando más libres las bandas para que a los madridistas le cueste atacar y se atasquen ante una defensa cerrada.

3- Salida de balón

 

Pueden buscar una salida pausada y a ras de césped o directamente un balón largo para ganar las segundas jugadas. Por tanto, se saltan en muchas ocasiones la línea del centro del campo y la conexión es zaguero-punta. En el caso de recibir una presión intensa de los adversarios utilizan el recurso de los balones largos, normalmente con los dos centrales como ejecutores. El plan es que Ajorque, que es un jugador que trabaja bien de espaldas y que domina el juego aéreo, se pelee con los centrales, baje el cuero y descarguen a los centrocampistas que vienen de cara o prolongue para la velocidad de los futbolistas de bandas. Una premisa de Roy es no generar pérdidas cerca de su área que puedan desembocar en ocasiones de peligro para su marco.

 

4- Parcela defensiva

 

En el último partido contra el Shakthar, su habitual solidez defensiva se vio resquebrajada y los ucranianos le generaron muchas ocasiones de gol. No ha sido la tónica de la competición en la que se han mostrado duros, fuertes y expeditivos atrás, a diferencia de su rendimiento en la Ligue 1. Es un equipo con un sistema defensivo eficiente, con una defensa contundente, que no se complica y que recibe ayudas contantes. Además, en las transiciones repliegan bien, fundamentalmente por las bandas. Por último, en el juego aéreo tienen potencia en ambos centrales, pese a no ser excesivamente altos, y en el medio, Camara, como stopper, suele incrustarse entre ellos para ayudar en esta faceta.

5- Aspecto ofensivo

 

El acierto de cara a gol es uno los éxitos europeos del Brest. Ante un equipo como el blanco buscará mucha contención y contragolpes rápidos. Explotar los espacios que pueda dejar el Real Madrid cuando pisa el campo contrario con muchos hombres y los laterales abiertos. El objetivo será encontrar a jugadores de calidad, como Sima y Ajorque, con la posibilidad de correr. El Brest ha demostrado ser un equipo que puede sorprender y que ante su gente se crece y no ve nada imposible. El Real Madrid debe conceder pocas opciones para ello, porque entonces se convierten en todavía más peligrosos. Especial atención también en la zona ofensiva y de construcción a futbolistas como Del Castillo y Faivre.

 

6- Estilo de juego

 

Equipo pragmático, disciplinado y efectivo el que ha construido Roy. Un conjunto adaptable a distintos planes de juego según en función del rival y también si juega en casa o a domicilio. El juego directo forma parte de su ADN y lo dominan a las mil maravillas, pero también son capaces de construir y jugar con la pelota y de buscar la contra en velocidad y aprovechando los espacios. Frente al Real Madrid, si no dispone del balón, se espera que el Brest juegue mucho de forma directa, con pases largos y aéreos, basando mucho de su éxito en Ajorque, y también robando y saliendo rápido, principalmente por las bandas en pocos toques y muy directo.

7- Hombre clave

 

Ajorque es un delantero gigante, inconmensurable por arriba y que es complicado de defender gracias a su 1,96 m. El francés, cedido por el Mainz, es el máximo realizador de equipo en lo que va de temporada, aunque curiosamente no ha marcado todavía en la Champions, pese a realizar más de una notable actuación personal. A pesar de su estatura, engaña porque tiene un notable nivel técnico y un toque sutil. No es demasiado rápido, pero sabe utilizar su cuerpo, aguanta el balón, descarga muy bien de cara, y su mayor peligro es el juego aéreo al ser un excepcional cabeceador. Mucho trabajo para Rüdiger y Asencio o Tchouaméni.

 

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En Madrid ya puede lucir hoy un sol esplendoroso que si un ejército desalmado se encarga de contaminar los registros meteorológicos más consultados y dejar por escrito que hoy diluvió, dentro de 15 años, un señor de Marruecos o una señora de Pekín estarán convencidos de que el 10 de enero de 2025 Noé navegó por la Castellana. Y algunos recordarán incluso haberlo visto saludar desde el arca con la manita.

Hay un arte donde el nombre del FC Barcelona brilla inscrito en letras de oro: el arte del falso relato. Y tiene mérito, no es sencillo travestir la verdad de manera tan burda y que funcione tan bien durante tantos años. El último ejemplo, la definición de villarato que aparece en Wikipedia si uno introduce el término en Google.

El término villarato fue acuñado por Alfredo Relaño para definir tanto el periodo de mando como la particular forma de ejecutarlo de Ángel María Villar al frente de la RFEF. Y también su proceder característico con los intereses del FC Barcelona.

En este tiempo, entre otros hechos singulares recopilados por el propio Relaño, el Barça se retiró de la Copa porque sí. Corría el año 2000, como el partido de ida lo había perdido contra Atleti por 3-0 y para el de vuelta muchos de sus holandeses habían sido convocados con su selección y además contaban con algún lesionado, les venía mal jugar. Podrían haberlo hecho porque superaban el mínimo de integrantes de la primera plantilla necesarios, siete, y además ya gozaban de La Masía, paradigma de la bondad en el mundo. Sin embargo, el capitán Guardiola, adalid de los valors, escenificó la espantá ante Díaz Vega y millones de televidentes. ¿La sanción teórica? Un año sin participar en la Copa del Rey. ¿La real? Ninguna, porque Ángel María los indultó. Villarato magnánimo.

En 2003, el club cliente de Negreira andaba preocupado porque había que compaginar la participación en un partido de liga de Ronaldinho con el descanso necesario del jugador y un encuentro con Brasil. El villarato volvió a funcionar de maravilla y Ángel María hizo lo preciso para que el partido contra el Sevilla se jugase a las 00:05. Y se jugó. Con Del Nido (antes de entrar en la cárcel) en el palco junto a un Laporta al que además le venía de maravilla, porque el encuentro terminaría cuando las discotecas están en su mejor momento de la noche.

No conviene olvidar el asunto del cochinillo, la botella de cristal y el resto del ajuar que lanzaron a Figo y a sus compañeros madridistas en el Camp Nou. Se ordenó el cierre del estadio, aunque todos sabían que jamás tendría lugar. El Barça siguió el paripé y recurrió a la justicia ordinaria, a pesar de que entonces había un pacto para no hacerlo. Mientras tanto, la RFEF modificó el artículo 118 de sus estatutos y el cierre se convirtió en sanción económica. 4.000 euros. Probablemente menos de lo que Jan se gastaba en cava una noche cualquiera en Luz de gas. El villarato seguía carburando.

Figo cochinillo

Roberto Carlos sufrió un Mecherazo en el Camp Nou que le causó una brecha. Ahí directamente no hubo ni cierre ni multa. Si no iban a cumplir la sanción, ¿para qué ponerla? Villarato eficiente que ahorraba tiempo y complicaciones.

En otra ocasión, el FC Barcelona decidió que Xavi y Puyol no fuesen a una convocatoria con la selección española (¿tendrían en cuenta este mérito para conceder el Príncipe de Asturias al Sr. Hernández?), adujo que estaban lesionados, porque había partido de Supercopa contra el Espanyol menos de cinco días después del encuentro internacional. Un futbolista que no acude a una convocatoria con su selección por lesión no puede jugar con su club hasta cinco días después. Xavi y Puyo jugaron. Los periquitos reclamaron y el villarato se encargó de que no pasara nada.

Hubo más, por supuesto. Y no solo hubo más, sino que el villarato sufrió una aceleración a partir de 2004. En las elecciones a la RFEF de ese año, tanto Madrid como Barça comunicaron que iban a apoyar al candidato que se enfrentaba a Villar, Gerardo González. Sin embargo, Laporta cambió a última hora de parecer, seguramente aconsejado por Gaspart, ya por entonces vicepresidente de la Federación, que le diría que al Barça le iría mejor apoyando a Ángel María. Y así fue. Los años han demostrado el FC Barcelona obtuvo enormes réditos de aquella traición de Laporta. Lo reconoció uno de sus vicepresidentes, Alfons Godall. El villarato también sabe pagar favores.

Tras hacerse público que el Barça pagó millones de euros a Enríquez Negreira, vicepresidente de los árbitros, durante lustros, Relaño escribió que no solo había villarato, sino que además estaba engrasado.

Todo ello aderezado, según el auto del (olvidado) caso Soule, con “administración desleal, apropiación indebida, estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares”.

Como es patente, ninguno de los greatest hits del villarato ha beneficiado al Madrid, más bien al contrario, puesto que como principal rival del Barça le perjudica cualquier decisión arbitraria a favor del club culé.

Pero, como se ha dicho antes, el Barça es el maestro del falso relato, y se las ha ingeniado para que al teclear en Google “villarato” y pulsar enter o darle con el dedito a la pantalla, aparezca la definición de marras.

Afirmar que el villarato favorecía a los dos clubes más grandes de España, Barça y Madrid, es como defender que la criptonita beneficiaba tanto a Lex Luthor como a Superman.

El Barça se cree el mejor, pero no lo es. No aceptan este hecho mesurable, por tanto, dedican tiempo y esfuerza a construir un falso relato que, inevitablemente, les resta fuerzas en el desempeño por ser el mejor. Mientras tanto, parafraseando a Valdano, el Madrid no pierde tiempo construyendo relatos porque está muy ocupado ganando.

No sé cuáles son los pasos necesarios para corregir esta falacia virtual, pero igual hay que recordarle a la Wikipedia quién es el Real Madrid.

Courtois: bien. Jugó de defensa casi todo el partido ante la inoperancia ofensiva del Mallorca.

Lucas Vázquez: aprobado alto. Su calificación sube merced al buen centro que colocó en el tercer gol.

Tchouaméni: notable. Bien el francés atrás y mejor aún en la salida de balón. Pudo marcar en un gran chut lejano. En un lance aéreo con Larin en la segunda mitad, sufrió un violento golpe en la cara que lo desplomó. Aunque se levantó, parecía grogui y fue sustituido por Asencio.

Rüdiger: notable. Inexpugnable.

Mendy: bien. Sin muchos problemas.

Valverde: notable. Ya no se entiende un Madrid sin él.

Camavinga: sobresaliente. Portentoso. Aquí, allá y acullá. Cubre más campo que el techo del Bernabéu. Lo mismo saca las castañas del fuego en defensa que arma juego que dispara a puerta.

Bellingham: sobresaliente. De nuevo fue determinante, su gol desatrancó un partido que comenzaba a adquirir un cariz feo. De nuevo se vació en defensa y en ataque. De nuevo el Madrid juega cuando Jude juega.

Rodrygo: bien alto. Celebró su cumpleaños con gol y victoria.

Vinícius: bien alto. Partido heterogéneo a pesar de haberse desprovisto de su horrendo peinado. En su descargo cabe decir que no ha de ser nada sencillo aguantar junto a un ser vivo como Maffeo, que nos regaló uno de los mayores fingimientos que se recuerdan (el tipo que decía que iba a noquear a Vini en 10 segundos). Durante bastantes minutos Vini no jugó bien, sin embargo, rompió el partido con la jugada por la derecha que acabó en el tanto de Jude. Después se animó y pudo anotar un golazo.

Mbappé: notable. Comenzó eléctrico y fue dando chispazos durante todo el partido. Realizó varias jugadas típicas de ese Kylian nazariano que tanto nos gusta.

Asencio: sobresaliente. Partidazo sellado con un besito de despedida a Maffeo, que lo estaba insultando gravemente.

Ceballos: aprobado. Cumplió su función, aunque perdió un balón peligroso que no creó problemas porque anduvo al quite el omnipresente Camavinga.

Brahim: notable. Jugó muy poco tiempo, pero bien. Provocó el segundo gol, tranquilizando de ese modo el final del partido.

Ancelotti: notable. Alineación y cambios sensatos.

 

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Voy a ser honesto con ustedes: este texto inicialmente iba a ser desarrollado como una sátira con un nivel supremo de ironía en la que instruía a Vinícius acerca de cómo comportarse en el terreno de juego para evitar tarjetas y sanciones como la de Mestalla, y para ello le instaba a amoldar su comportamiento al de jugadores que, según mis investigaciones pasadas, no vieron esas sanciones que sí ve nuestro atacante brasileño, como era el caso de Luis Suárez, el jugador al que más agresiones, protestas vehementes al colegiado y entradas de roja he visto realizar sobre un campo de manera impune; o Mascherano, jugador con carta libre para escapar de tarjetas por protestas, continuas faltas o incluso acordarse de la concha de la hermana o madre de un árbitro, si me disculpan la ordinariez.

Luis Suárez

Sin embargo, eso sería eludir el germen de todo este desagradable asunto, que no es otro que el hecho de que, le provoquen más o menos los rivales, le insulten desde la grada los “aficionados” a este deporte o le persigan y le traten inequitativamente los miembros del CTA, el castigado siempre va a ser Vinícius, víctima tanto de un sistema que sabe perfectamente cómo aprovecharse de él y de su sangre caliente, como del escarnio público que, mucho me temo, no va a dejar de acecharle desde las sombras de las gradas y las radios en ningún momento.

¿Es posible que Vinícius pueda revertir su actitud sobre el campo para evitar que situaciones como la de Mestalla se traduzcan en sanciones? No es que sea posible, es que es necesario. El brasileño, actualmente The Best y reconocido como mejor futbolista del mundo por cualquiera que sepa verdaderamente de este deporte y que no deje que cualquier fobia le enturbie el juicio, ha llegado a serlo amén de su increíble mentalidad y su afán por mejorar. Resulta imperativo que el atacante carioca enfoque su anhelo de mejora en el control de sus emociones, porque las situaciones que las desencadenan no van a cesar, al menos en gran medida, hasta que este consiga mitigar sus reacciones.

Resulta imperativo que el atacante carioca enfoque su anhelo de mejora en el control de sus emociones, porque las situaciones que las desencadenan no van a cesar, al menos en gran medida, hasta que este consiga mitigar sus reacciones

Escribió George Martin en el primer libro de Canción de hielo y fuego lo siguiente: “permite que te dé un consejo, bastardo. Nunca olvides lo que eres porque, desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte”. 

Me parece una cita más que pertinente para recomendarle a nuestro jugador, ya que el caso Vinícius existe porque el brasileño lo permite. Sobre Vinícius siempre se van a verter todo tipo de insultos e improperios desde las gradas, igual que sobre Figo, Cristiano Ronaldo y muchos otros antes que a él, pero será la reacción de Vinícius la que determine su sino en favor o en contra. Sin embargo, los rivales actualmente provocan a Vinícius buscando su reacción, sabedores de que la van a encontrar, y aquí es donde erra gravemente el brasileño, pues en el momento en que empiece a contener la misma, los contrarios dejarán de buscarle de esa manera con tanta frecuencia al no encontrar resquicio en su armadura. Si sus rivales no hallan la ventaja deportiva de una tarjeta al brasileño en sus reacciones, cesarán en sus intentos por pura ineficacia.

Esa armadura de Vinícius puede ser una sonrisa, como la de su compatriota Ronaldinho, que hizo de ella su respuesta para todo y la utilizó como arma para, junto con su incuestionable magia y calidad, conquistar al mundo del fútbol. La sonrisa como respuesta a la adversidad podría ser un motivo de empatía para el aficionado medio con Vinícius, si no fuera porque no viste la camiseta blaugrana, que seguramente sea el verdadero quid de la cuestión que atañe al odio que recibe el brasileño. Quizá la sonrisa de Vinícius como réplica a los reveses no surta el mismo efecto que la de Ronaldinho, pero al menos se lo pondría más difícil a sus odiadores.

Porque Vinícius no es Ronaldinho, ni Suárez, ni Mascherano. No tiene la vía libre de estos dos últimos para ejecutar cualquier acción desprovista de honor deportivo sobre sus rivales, ni tampoco de responder a las mismas que enfrenta prácticamente cada fin de semana. Juega en el lado bueno de la historia en lugar de en el del equipo que tenía contratado al vicepresidente del CTA, y aunque no sabemos si el Barcelona sigue pagando o influyendo en el estamento arbitral actualmente, por lo visto y oído en la reunión de colegiados a Medina Cantalejo, lo que está claro es que el sistema sigue prácticamente igual que cuando el club azulgrana pagaba: los árbitros que perjudican al Barcelona (expulsión de Flick) son rápida y públicamente escarmentados para que el resto de trencillas conozcan inequívocamente adónde apuntan los intereses de su jefe.

Si Vinícius quiere contestar a las provocaciones debe hacerlo con su fútbol, que es el que verdaderamente hace daño y genera el odio de sus rivales

La invariabilidad de la actitud del CTA y de los odiadores oficiales de Vinícius hace que lo único que esté en su mano sea trabajar, como sólo él sabe hacerlo y de la manera que le ha llevado a ser hoy el mejor jugador del mundo, para evitar darle a este rebaño la excusa de balar en su contra. Porque, caiga mejor o peor a sus rivales o al colectivo arbitral, la dura y hosca realidad que tienen que afrontar es que Vini está en la cima del fútbol. Y la realidad que tiene que afrontar el brasileño la plasmó también George Martin en su saga: “el león no debe preocuparse de la opinión de las ovejas”. El rugido de un león puede ser aterrador, aunque esté enjaulado, pero el verdadero terror lo provoca con sus zarpas y colmillos. Si Vinícius quiere contestar a las provocaciones debe hacerlo con su fútbol, que es el que verdaderamente hace daño y genera el odio de sus rivales. Si responde como en Mestalla, el daño se lo estará haciendo a sí mismo y, por ende, al Real Madrid.

Es momento de cerrar filas en torno al brasileño, recurrir su injusta expulsión por la fraudulenta forma de la misma (el balón estaba en juego y de nuevo se escamotearon las imágenes que demostraban que la acción de Vinícius en realidad fue reacción) y buscar en sus compañeros a un Casemiro que lo proteja de los rivales en estas acciones (Rüdiger ayer lo salvó de una sanción mayor), pero también es hora de que Vinícius sea consciente de la responsabilidad que tiene al portar nuestra camiseta y de lo mucho que necesita el club de él sobre el campo.

 

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El titubeante comienzo del Real Madrid esta temporada ha dado alas a un perfil que parece alimentarse en la desgracia y disfrutar con el lodo: el vinagre. Siempre apostado, siempre esperando el resbalón para apretar su pie contra el pecho ajeno, este espécimen vive y se reproduce a gusto entre la masa exigente —y qué afición lo es más que la de Chamartín—, pues bajo ese pretexto justifica su pretendida búsqueda de la excelencia.

En el partido contra el Sevilla tuve la desgracia de compartir entorno con un vinagre de manual. Viene solo al fútbol (dudamos de que cualquier compañía tenga el estómago de estar a su lado de buena gana) y se encarga de censurar cualquier jugada o comportamiento no compatible con su cuestionable visión del fútbol... y de la vida. Así pasó cuando el Bernabéu, puesto en pie, rendía un caluroso y admirable homenaje a Jesús Navas por su trayectoria: al sujeto no le pareció suficiente muestra de rechazo permanecer sentado y, ahogado en los aplausos, trató de hacerse visible gritando "¡Fuera, fuera!". El estupor de los que le rodeamos no alcanzó su cénit hasta que, no contento con verse superado por una mayoría respetuosa y cabal, se despachó con un "Ahora te jodes y te la pones" cuando Modric le entregó al sevillano una camiseta blanca firmada por los jugadores del Madrid. Para el vinagrismo, cualquier majadería es una línea a traspasar.

Poco importa que el equipo de Ancelotti esté en pleno renacimiento de manos de un Vinícius decisivo y un Mbappé que comienza a mirarse al espejo. Por el camino, el vinagre ya los había fusilado a ambos y mandado al paredón al jefe de la orquesta, Ancelotti.

El vinagre es un francotirador del pesimismo. Para cualquier circunstancia y en toda situación tiene preparada su ración de vaticinio lúgubre o desaprobación irrefrenable. Así que si lo ven en sus cercanías no se apuren, tienen una gran noticia: compórtense de manera opuesta a la suya, su estómago y su corazón se lo agradecerán.

 

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Kylian Mbappé empieza a mostrar su talento en el Real Madrid. Tras unos inicios con claroscuros, su nivel está mejorando cada partido.

¿Crees que lo sabes todo sobre el delantero francés? Compruébalo con las preguntas que han preparado los amigos de fcQuiz.

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Courtois: notable. Solventó el trabajo que tuvo, en ocasiones de manera brillante.

Lucas Vázquez: bien alto. Comenzó poco compenetrado con Güler en labores defensivas. Después tuvo que socorrer a un somnoliento Aurélien para evitar un lance potencialmente peligroso contra la portería blanca. Bregó como de costumbre.

Tchouaméni: aprobado. Ancelotti lo alineó como central en detrimento de Asencio y no lo mejoró. Pudo anotar el 0-1 en un remate de cabeza muy cercano que salvó Gazzaniga. Mejor en la segunda parte, como todo el equipo.

Rüdiger: notable. Atento al juego y expeditivo. Corrigió a Tchouaméni cuando fue preciso. Cuando pudo, se incorporó al ataque.

Mendy: aprobado. Más entonado que otros partidos. Mejoró en defensa. Terminó lesionado.

Valverde: bien. Siempre trabaja y lo da todo por el equipo. Hoy le tocó hacerlo en el centro del campo.

Modric: sobresaliente. Fue de menos a más. Al comienzo se vio superado en velocidad y fuerza por los rivales, pero se fue entonando con el paso de los minutos. Sirvió un gran pase a Jude en el gol de Güler y después otro a Mbappé para que anotara el tercero. Terminó de mediapunta tras la lesión de Bellingham y presionando al portero en el minuto 93.

Güler: notable. Marcó un golazo. Definió con clase, instinto y esa facilidad con la que hace las cosas. Every little thing he does is magic. Ancelotti lo abrazó como a un hijo cuando lo sustituyó.

Bellingham: sobresaliente. Quinto partido consecutivo anotando gol. Su punterazo en el primer tanto fue el exorcismo que hacía falta para que terminase de soltarse el equipo. Tuvo que marcharse lesionado, aunque según Ancelotti no es un percance importante y estará disponible contra el Atalanta.

Brahim: notable. Ratonero y peligroso. Pudo marcar el primer gol de no haber mediado una adornada pero efectiva intervención de Gazzaniga.

Mbappé: notable alto. Al igual que el conjunto, mejoró con el paso de los minutos. Anotó un golazo en el que vimos al jugador que es. Le servirá para ganar confianza.

Ceballos: bien. Salió en lugar de Jude y su entrada permitió que Modric adelantara su posición en el campo.

Asencio: bien. Jugó diez minutos con las hechuras de un veterano. Sufrió insultos graves por parte de un sector importante de la afición del Girona.

Fran García: bien. Le tocó reemplazar a Mendy tras su lesión.

Endrick: bien. Pudo marcar, pero se mostró más rápido Krejc y le robó el balón. Quedó conmocionado tras un rodillazo del portero rival.

Yáñez: sin tiempo. Día feliz para el joven canterano, debutó con el Real Madrid.

Ancelotti: bien. Hizo torcer el gesto a parte de los aficionados con su alineación y el equipó terminó goleando al rival con momentos de gran juego.

 

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Buenos días, amigos. Vuelve el mal llamado clásico. Decimos mal llamado y decimos bien, de igual modo que lo ponemos con minúscula y lo ponemos bien, como la RAE se ha ocupado en señalar.

Donde la RAE no se mete es en lo inapropiado del propio término “clásico”, porque no sabe (o no se pronuncia) sobre la diferencia esencial entre los dos equipos en liza en el mismo. Uno es la mejor entidad deportiva de la historia y el otro es una institución politizada y corrupta (no necesariamente en ese orden) que compró el estamento arbitral durante un mínimo de 17 años, si bien por el momento no ha sufrido ninguna consecuencia por el fraude. Ya nos diréis cómo se le puede llamar “clásico” al enfrentamiento entre dos entidades tan disímiles desde lo deportivo (los respectivos palmarés no resisten una comparativa, sobre todo porque uno es limpio y el otro no) y sobre todo desde lo ético.

A quien interesa que se le siga llamando “clásico” al mal llamado clásico es precisamente al Barcelona, y solo al Barcelona. El Madrid no obtiene ningún beneficio de esa jerga que presuntamente equipara a uno y otro. De hecho, no sería de extrañar que el club catalán llevara 17 años pagando a unas cuantas sillas de la Academia para que se encaje como acepción del vocablo “clásico” la que alude a este partido de fútbol.

Lo cierto es que ya está aquí, por infinita pereza que produzca el tener que enfrentarnos de nuevo a quien debería estar purgando sus culpas en Segunda División, fuera de Europa y con sus títulos de la cosecha Negreira debidamente retirados. El hecho de que, de cara a la justicia deportiva, dejaran prescribir el delito cometido de forma continuada por el Barça no implica que no lo cometiera, ni brinda un ápice de honorabilidad a un club esencialmente tramposo, como corroboran las facturas y el propio testimonio de Negreira.

Dicho esto, todo lo demás es secundario, pero habrá que ocuparse de ello porque de ello tratan las portadas.

“La BMV, frente al Barça”, titula Marca. Si realmente esto va a ser cosa de tres contra once, no sabemos si vale la pena presentarse. O de tres contra doce, si tenemos presente que el colegiado del encuentro va a ser Sánchez Martínez, cuyo sospechoso incremento patrimonial durante el negreirato está siendo investigado por la Guardia Civil y cuyas actuaciones tendenciosas contra el Real Madrid son bien conocidas por todos. O de tres contra no sé cuántos, si también metemos en la ecuación el hecho de que las imágenes del VAR que llegan no solo a los espectadores, sino a la propia sala de videoarbitraje, llegan a través de una empresa dirigida por alguien que además se sienta en el consejo de administración de una filial del Barça.

Una persona que tal vez podría tener algo que decir sobre todo esto algún día es el hombre que aparece en el flanco derecho del ataque de la portada de Marca. Juanma Morales es candidato a presidir la RFEF. Cuentan que es un hombre serio. Por tanto, no tiene absolutamente ninguna posibilidad de presidir jamás la institución. Con el debido respeto a él, por consiguiente, no perdamos más el tiempo entreteniéndonos aquí.

El planteamiento de Marca (la BMV contra el Barça) no difiere en demasía del que se tiene en el entorno barcelonista -ya os hemos hablado en anteriores entregas del portanálisis de la fusión Marca-Sport-. Ved este glorioso trino sportivo.

 

 

 

 

¿Qué os parece? El Barça de Flick es “un equipo fiable” mientras el Madrid es un “batiburrillo de individualidades”.

“Batiburrillo”. Hay que decirlo más. Por más que volvemos a la RAE, sin embargo, no encontramos que su diccionario acoja como acepción nada relativo al Madrid, seguramente porque hasta en la RAE saben que los milagros que obra el Madrid (sin ir más lejos el del pasado martes) serían imposibles de no mediar un inquebrantable espíritu colectivo, radicalmente peleado con el concepto de “batiburrillo”.

 

 

La prensa cataculé, como veis, llega a tope de endorfinas al mal llamado clásico. Lógico: equipazo contra batiburrillo, solo puede irles bien. No es ningún secreto que los azulgrana están jugando francamente bien y que se encuentran en gran forma arbitral y también física (un poco escamante esta última). Admitir que el Barça está jugando bien es algo que no nos costaría aceptar si no fuera porque nos cuesta aceptar que esté jugando, punto. No nos cuesta asumir que juegue bien, sino que siga en Primera y en la Champions y nadie meta mano a sus títulos fraudulentos del negreirato. Eso es lo que nos cuenta asimilar. Nos cuesta asimilar que haya que hablar de ellos porque siguen ahí, por imposible que parezca a tenor de sus desmanes.

Ya que, desde los despachos, nadie hace nada por hacerles pagar sus crímenes, habrá quien les tenga que dar su merecido sobre el césped.

Os dejamos con As y sus premios del baloncesto.

Pasad un buen día.

 

El Balón de Oro es otro asunto más con el cual atacar al Real Madrid. La relación entre el club blanco y el galardón se remonta a los inicios del premio.

Los amigos de fcQuiz inician nueva temporada poniendo a prueba vuestros conocimientos sobre el Madrid y el trofeo entregado por France Football.

¿Puedes acertar todas las preguntas?

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