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Orgullo y esfuerzo

Orgullo y esfuerzo

Escrito por: John Falstaff5 mayo, 2022
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Me siento frente al ordenador unas horas después de la nueva sacudida emocional que nos ha regalado a los madridistas este equipo glorioso (sí, glorioso ya, pase lo que pase en París), y las emociones se me agolpan en la cabeza, en el pecho y en las manos. Los dedos se me hacen huéspedes y no atinan con el teclado, convertido en la superficie de una mar juguetona donde las teclas se mueven de acá para allá, divirtiéndose con mi torpeza. Anoche, mis dos hijos mayores, que viven en California, atronaban el chat familiar, borrachos de admiración y de agradecimiento ("¡qué locura el Madrid!", "¡son unos bestias!"), y yo les respondía, paternal, inmensamente orgulloso, aliviado de que el whatsapp me permitiera ocultar el nudo que se me agarraba a la garganta: "esto es el Real Madrid, hijos míos".

vuelta honor Bernabéu City

Ayer, yo sufrí con el primer gol de Rodrygo, que venía preñado de la crueldad que supone expirar en la playa tras resistirse heroicamente a morir ahogado. Ayer expelí un aullido de felicidad, de liberación, tras el gol santillanesco de Rodrygo, tras ese cabezazo a lo Ramos, tras ese nuevo minuto 92 que de nuevo nos confirmaba que la gloria es nuestra porque nadie la corteja con más ahínco, con más determinación, con mayor desprecio de cálculos de probabilidad y de las propias limitaciones. Ayer reí con el gol de Benzema, que era la culminación de la gesta, del triunfo ya inevitable, de la diosa inexpugnable susurrándonos, rendida y entregada como Fiordiligi en la ópera de Mozart , "fa´ di me quel che ti par" . Y lloré. Lloré sin derramar una lágrima ante la belleza de la proeza, ante la visión espléndida, cegadora y emocionante de este equipo que parecía condenado al fracaso al comienzo de la temporada, y que decidió mandar a paseo al destino a fuerza de trabajo, calidad, fe y, sobre todo, negativa a darse por vencido. Lloré, por tanto, ante el ejemplo conmovedor de madridismo que nos ha dado este equipo, y que recuerda al que nos ofreció aquel Real Madrid que parecía desahuciado y que, bajo el influjo mesmerizante de ese chamán llamado Zidane, decidió ganar la Undécima pese a todo y, de paso, inaugurar esta época triunfal, memorable, este renacimiento del Madrid de Di Stéfano. Y lloré, lloré sin derramar una lágrima, también ante el recuerdo del madridista más perfecto, más acabado que he conocido, y que se me hizo muy presente, casi tangible, durante la prórroga interminable.

Ayer expelí un aullido de felicidad, de liberación, tras el gol santillanesco de Rodrygo, tras ese cabezazo a lo Ramos, tras ese nuevo minuto 92 que de nuevo nos confirmaba que la gloria es nuestra porque nadie la corteja con más ahínco, con más determinación, con mayor desprecio de cálculos de probabilidad y de las propias limitaciones

Porque él siempre creía. Porque era un madridista sin saberlo, alguien que nunca mostró interés por el fútbol, pero siempre lo hizo por el esfuerzo, por la lucha, por seguir su propio camino sin esperar más parabién que el de su propia conciencia, y sin prestar oídos a las críticas malintencionadas. Porque su sentido innato del bien, su optimismo reposado, su valor sereno y alejado de fanfarronadas, su negativa a rendirse sin necesidad de adornarse con soflamas o alharacas, eran profundamente madridistas. Creo que sólo vi con él un partido de fútbol en toda su vida, cuando ya contaba 92 años: un Real Madrid-Granada con el que el Real Madrid aseguraba el trigésimo cuarto campeonato de Liga, y a cuya conclusión —la metástasis ya comenzaba a enseñorearse fatalmente de su cerebro, pero aún daba respiro de vez en cuando a su inconfundible retranca— me preguntó si con esa victoria nos librábamos del descenso. Y sin embargo, fue la lluvia fina de su ejemplo la que hizo feliz y eternamente madridista al niño que fui y que nació en una familia sin ninguna tradición futbolística. Aunque sólo fuera por eso (en realidad, lo es por muchísimas más cosas) le debería agradecimiento eterno. Era su memoria la que me recordaba ayer en la prórroga que había que creer en la victoria, y la que me miraba con esa sonrisa tan suya, a la vez comprensiva y socarrona, enseñándome sin palabras —como tantas veces hizo en vida— que no hay que precipitar el juicio, que ese Ancelotti que tantas veces y tan vehementemente yo había condenado, estaba dándome también un ejemplo de madridismo genuino, sereno, hondo, indestructible, formidable: el madridismo sabio de quien desoye la disonancia estridente del mundo y se ciñe con tranquilo arrojo a la voz de su propio criterio.

Celebración banquillo City

En días como hoy, es inevitable sentir lástima por quien no consigue comprender que el madridismo es una fuente de felicidad. Hay quien nunca podrá entender cómo un simple deporte puede suscitar emociones tan intensas, estados de felicidad tan absoluta. Cómo explicarles que el Real Madrid no es la más importantes de las cosas menos importantes, sino una de las pocas cosas importantes de la vida. Cómo hacerles ver que no se trata de un resultado, sino de la emoción de ser testigo de los valores que el Real Madrid representa. Cómo no conmoverse ante ese felicísimo ayuntamiento de clase innata, entrega incansable y humildad genuina que llamamos Modric. Cómo no admirarse de la elegancia y aplomo de Camavinga echándose el equipo y la historia a las espaldas con tan sólo 19 años. Cómo ser ajeno al esfuerzo, a veces aturullado pero siempre generoso y noble, y tantas veces —como ayer— decisivo de Carvajal. Cómo ignorar la fe en sí mismo, la calidad y la inteligencia de Vinícius sometiendo a Walker como los buenos toreros someten a los toros: mostrándoles quién manda. Cómo no maravillarse de la precisión eléctrica, de relámpago, de un Rodrygo empeñado en arremeter contra las puertas de la gloria tantas veces como haga falta para derribarlas. Cómo no sentirse agradecido por el compromiso con la excelencia sin adornos de Courtois, el mejor portero del mundo y posiblemente de la historia del Madrid, pese a la cicatería de tanto trovador a la hora de cantar su gestas. Cómo no agradecer la seriedad de Mendy e incluso sus trompicones, que son toda una escuela de vida, como magistralmente acuñó Jesús Bengoechea. Cómo no estremecerse ante la trayectoria de Benzema, aquel joven de calidad excelsa pero introvertido, aparentemente embarcado en un interminable viaje hacia el centro de sí mismo, y finalmente eclosionado en el mejor delantero de la historia, rebosante de confianza, de recursos, de liderazgo y de ese don que sólo tienen los elegidos y que consiste en evocar toda la grandeza del madridismo con la sola pronunciación de su nombre. Cómo, finalmente, no dejarse llevar por la emoción ante el ejemplo de todos y cada uno de los componentes de este equipo que es tan madridista como el más madridista de los Real Madrid que ha habido a lo largo de nuestra bendita e inigualable historia.

Cómo explicarles que el Real Madrid no es la más importantes de las cosas menos importantes, sino una de las pocas cosas importantes de la vida

El día 28 hay que ganar en París, por supuesto, porque el Real Madrid nunca se conforma con menos que el triunfo cuando se cita con la gloria. La gloria esperará ese día a su amante más fiel y lo recibirá en sus brazos, pese a que tendremos enfrente a un rival formidable y también digno de ella. Pero incluso en el supuesto inconcebible de que no consiguiéramos la Decimocuarta, nadie nos podrá arrebatar nunca la felicidad inmensa producida por este equipo que ha desafiado el destino que parecía tener escrito y se ha negado a sucumbir una y otra vez. Qué ejemplo soberbio. Porque si algo me enseñó aquel madridista innato que ya se fue y que siempre me acompañará, es que uno no debe enorgullecerse de lo que consigue, sino del esfuerzo puesto en el empeño. Orgullo y esfuerzo. Tal vez no haya mejor definición de este Real Madrid.

 

Getty Images.

En el prosaico mundo real me llaman Eduardo Ruiz, pero comprenderán ustedes que con ese nombre no se va a ninguna parte, así que sigan llamándome Falstaff si tienen a bien. Por lo demás, soy un hombre recto, cabal y circunspecto. O sea, un coñazo. Y ahora, si me disculpan, tengo otras cosas que hacer.

11 comentarios en: Orgullo y esfuerzo

  1. Que Dios le bendiga a Vd. D. Eduardo Ruiz, Herr Falstaff, por hacerme sentir y recordar lo mismo que Vd., con mi padre. Orgullo y Esfuerzo: mejor definición para nuestro equipo, imposible. Los de "el otro equipo nacional": Antireal Madrid , nunca podrán entenderlo. Ni gozarlo.

  2. Después de este último partido , nada ha cambiado. Seguimos siendo minoría, incluso dentro de nuestra casa. A lo largo de la temporada se está viendo con claridad.
    Se pedía la destitución de Carletto , Carvajal estaba acabado, Lucas no tenía nivel para jugar en un gran club, no poner a Bale era un gran pecado, los medios eran veteranos que no servían para contener a equipos de categoría, Militao fallaba mucho , Alaba no era un central, a Vinicius le faltaba todavía para ser top, Asensio no le marca ni al arco iris, el Real Madrid no tiene banquillo, Rodrygo puede ser moneda de cambio. No hay un lateral izquierdo de garantías. Nos hay fondo de armario.
    Estas valoraciones las han tenido que soportar en silencio los jugadores maltratados.
    El mantra más repetido era que el Real Madrid se libraba por tener buen delantero centro y un porterazo.
    ¿ Cómo es posible que esta plantilla se haya visto masacrada, incluso por una franja en el ámbito madridista ?
    Llevamos muchos años escuchando milongas, milongas que no se sostienen con los datos en la mano.
    Estas fantasías y otras más irientes han sido refrendadas incluso con trofeos ficticios, trofeos fantasma . Baste recordar que el último año se volvió a encumbrar a Messi , que perdió el tren de la Liga y cayó en la Copa de Europa del mismo modo catastrófico que lo lleva haciendo durante casi una década. No importa , le volvieron a subir a los altares.
    Guardiola es el mejor entrenador según los entendidos . Lleva entrenando mucho más allá de una década , con equipos y presupuestos de élite, pero únicamente ha ganado como entrenador dos copas de Europa. En el otro lado Zidane ha ganado tres en sus tres primeros años de entrenador en primera división.
    Hoy el Real Madrid tiene pendiente un partido si quiere coronarse una vez más en Europa. Hoy el PSG es una colección de viejas glorias que no pegan ni con cola, el Chelsea no tiene el nivel de los otros dos grandes ingleses , el City no ganó porque está en decadencia . Eso es hoy . Ayer eran gigantes , hoy molinos.
    El guion no se varía , el mejor hoy es el Liverpool. Nos toca escuchar tabarra , ruido . Así hasta que empiece a rodar el balón.
    No nos preocupa . Los que no nos dejamos arrastrar por la propaganda sabemos de sobra que el Real Madrid puede perder. Lo que pasa es que no nos conformamos con la opinión de los que fallan más que una escopeta de feria.
    Sabemos que sufrirán si el Real Madrid gana y volverán a la carga . No juegan bien, la flor, la posesión, la pizarra, el análisis, los tiros fuera de la portería , las paradas de nuestro portero, los fallos del contrario, los errores del entrenador que se enfrente al Real Madrid , los árbitros, el césped, la magia , el miedo escénico, el surrealismo o vaya usted a saber.
    Todo antes que reconocer los datos.
    El Real Madrid ficha los mejores entrenadores, incluso cuando entrenan otros equipos . Del Bosque , Zidane , Carletto saben mucho más de esto que Guardiola . En Copa de Europa , en trofeos internacionales son muy superiores.
    El Real Madrid tiene jugadores que ,individualmente , uno a uno son también los mejores. Esto lo dicen los datos , está plantilla supera a la del PSG, a la del Chelsea , a la del City y ya veremos qué pasa .
    Esta plantilla empezó a andar con Mouriño.Acuérdense de unos chavales , unos tales Nacho, Carvajal, Casemiro que empezaban a asomar.Ya han pasado años. Con Carletto esta plantilla consiguió una Copa de Europa y con Zidane ya llevaban cuatro .
    Echen un vistazo a los tres equipos damnificados. Se han gastado lo que no está en los escritos, cambiando continuamente plantilla y entrenadores , dando palos de ciego. Poco han conseguido,entre los tres mucho menos que el Real Madrid en Europa.
    De esto no nos hablan . El Real Madrid moderno encara su quinta final de Copa de Europa. Los que confiamos en su calidad individual y en su juego de equipo sabemos que puede perder y si pierde le defenderemos otra vez.
    Si gana , pensaremos que lo único que ha hecho es demostrar su valía , una valía que hoy no se reconoce.

  3. Excelente. Este hombre siempre escribe muy bien. Se agradece.
    El artículo en cuestión no deja de ser un lección de vida.

  4. Por eso me hice madridista cuando mi padre me contó lo que representa el Madrid ,lo que representaba di Stefano . Aún recuerdo cuando me decía , la liga se decidirá entre varios equipos pero el Madrid siempre será uno de ellos o que di Stefano era el mejor que el había visto y que no paraba de luchar y abroncar al resto de compañeros. Ahora yo se lo cuento a mis hijos y les transmito estos valores y está pasión. Muchas gracias real Madrid !! Muchas gracias Eduardo por este artículo !!!

  5. Maravilloso escrito, que suscribo. Por aquello de tocar un poco las naricillas, y que me perdone el autor, creo que se ha dejado llevar por la pasión (perfectamente comprensible), y por el sesgo de "el mejor de la historia es el que estoy viendo yo". No tiene sentido comparar jugadores de épocas diferentes, pero yo considero como mejor portero de la Historia del Real Madrid a Ricardo Zamora, el primer jugador mediático. Y el mejor delantero-todocampista de la historia no puede ser otro que Don Alfredo.

    Dicho ésto y volviendo al tono del artículo, la pasión con la que todos los galernautas están confesando cómo vivieron el partido confirma mis sospechas que estamos en trance de poder volver a los años 80, con las remontadas, el dominio de la competición nacional. Y sobre todo, dejar atrás estos últimos 30 años de Canalplus y panenkitas, que como bien dice uno de los comentaristas, su obra final fue conceder el balón de oro a un ya exjugador, cuya última aparición estelar fue... fallar un penalti y generar el momentum que ha llevado al Real Madrid a esta situación que vivimos ahora.

    Abrazos madridistas.

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