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Dorsales desde el filo

Dorsales desde el filo

Escrito por: Francisco Javier Sánchez Palomares24 junio, 2023
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La transición del Madrid de los Jerarcas al Madrid de los Jóvenes Talentos se está realizando de manera paulatina. Comenzó en 2018 con la marcha de Cristiano y a junio de 2023 aún no ha concluido. Modric y Kroos siguen sustentando el tronco del madridismo mientras florecen Valverdes o Camavingas en las yemas de las ramas del árbol blanco.

El reemplazo de jugadores siempre implica un baile de dorsales. Hay cambios naturales, como el que supuso que el 4 de Ramos, después de varios lustros, se mudase a la espalda de Alaba, y mudanzas que nos dejan sin habla, como la que dio con el 7 de Cristiano en el lomo de Mariano.

Por suerte, esta rareza pareció subsanarse cuando aterrizó Hazard, que arrebató el 7 al de Premiá de Mar. Pero, entre que al belga le partieron el tobillo y él tampoco se partió el lomo —al igual que no se lo había partido su antecesor en eso de portar el 7—, este número histórico para el Real Madrid siguió unos años más guardado en el tercer cajón de la cocina.

La transición del Madrid de los Jerarcas al Madrid de los Jóvenes Talentos se está realizando de manera paulatina. Comenzó en 2018 con la marcha de Cristiano y a junio de 2023 aún no ha concluido

El 12 es un número que tiene querencia al carisma, por eso se aupó sin perder la sonrisa de la espalda de Marcelo a la de Camavinga.

Cuando Bale se fue de visita al Tottenham, su 11 lo tomó Asensio, lo que significó que el 20 quedase vacante y Vini se lo apropiase sin dudarlo. Con el 20 a la espalda recordamos los mejores momentos de Marco, cuando el mallorquín aún infundía esperanza, porque la felicidad no es más que la ilusión de que algo positivo está por venir. La felicidad, además de efímera, no se puede tocar, porque siempre se instala en un momento distinto al presente, bien en el futuro de un pasado mejor, bien en el pasado de un futuro esperanzador.

Con el dorsal 20, Vinícius ya ha ganado una Champions y se ha enfrentado sin miedo al monstruo del acoso, la violencia, la persecución, el racismo y la maldad. Ahora se han ido los dos últimos sietes, Mariano y Hazard, y Vini, que honró y mejoró el 20 de Asensio, trinca el 7. Muy mal se tienen que dar las cosas para que no lo porte con la dignidad que merece.

Vini 7

El 20 ha sido la elección de Fran García, por lo que no supondrá ningún cambio radical para la cifra, que seguirá desempeñándose por la banda izquierda, aunque desde más atrás.

Asensio se fue sin brindar toda la felicidad prometida y dejó colgado el 11 de la percha del vestuario. Rodrygo pasaba por aquí, como Aute, no vio ningún teléfono cerca y no lo pudo resistir. El brasileño cambia el 21, ese que Míchel lucía con la selección en Mundiales y Eurocopas, por el 11.

El 21 vacante se lo ha enfundado Brahim, quien, al igual que su anterior portador, Rodrygo, está tocado por la varita del regate y la técnica.

Este año, el jerarca que se ha marchado es Benzema, y después de una eternidad el 9 queda huérfano. El 9 del Madrid sí tiene quien le escriba, pero no quien lo lleve a la línea de gol.

Después de una eternidad el 9 queda huérfano. El 9 del Madrid sí tiene quien le escriba, pero no quien lo lleve a la línea de gol

Ha llegado Joselu, pero como bien él mismo dice, no para hacer el trabajo de Benzema. Joselu ha elegido el 14, un número que evoca recuerdos gratos, cálidos y a la vez duros, reminiscencias de una asistencia de Guti, de una viga maestra construida por Casemiro o de la mezcla de ambas cosas aderezadas con la clase innata de Xavi Alonso.

Quien ha llegado con todo el alboroto que merece es Bellingham, el 14 le habría quedado de perlas, pero el inglés es ambicioso y echao palante, la prueba está en que se ha pedido el 5, y el 5 estará asociado para siempre con Zidane en el imaginario colectivo madridista.

Bellingham Florentino 5

Pero el 5 tenía dueño, todos recordamos a Vallejo caminando entre jugadores abatidos del City después de haber clasificado al Madrid para una final de Champions como camina Liam Neeson entre cadáveres de terroristas después de haber salvado la vida de su hija. Mas el bueno de Jesús no ha puesto inconveniente en cederle su dorsal a Jude. Vallejo, por cierto, se ha casado hoy, ojalá —y a pesar de ello— sea feliz como merece.

Toda esta ecuación nos lleva a tres posibles soluciones:

La primera es que todo quede como está, que la campaña que comience se desarrolle con la anomalía histórica de un Real Madrid sin 9, tan raro como un verano sin final. Quizá a la espera el año próximo de un 9 de campanillas.

La segunda es que llegue ese 9 de campanillas. Es importante que sea “de campanillas”, porque si no no sería galáctico. Sería como un marco comparable —ya porte el 11 o el 20— o un estadio sin aledaños. Y todos tenemos en la cabeza a ese 9 que me ahorraré mentar por pereza.

La tercera, y confieso que mi preferida, es que el 9 se lo apropie Jesús Vallejo, que lo defienda con la misma decisión que protegió al equipo aquella noche contra el City, que el espíritu de leyendas que antes lo portaron —como Di Stéfano, Santillana o Hugo Sánchez— doten al zaragozano de maña y de fuerza para ser el delantero centro del Real Madrid.

Vallejo 9

Getty Images.

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Redactor jefe de La Galerna.

Un comentario en: Dorsales desde el filo

  1. ¡Qué poca empatía demuestra usted con Vallejo al hacer una coña marinera sobre el dorsal que debería llevar! No se lo merece en absoluto.

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