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Carvajal como termómetro

Carvajal como termómetro

Escrito por: Julián Carpintero3 noviembre, 2022
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En el verano de 2021 la Dirección Deportiva del Real Madrid tomó la decisión de renovar el contrato de Dani Carvajal por cuatro temporadas más, un matrimonio que se extendería, como mínimo, hasta junio de 2025. En aquel momento, apostar por la continuidad casi vitalicia del niño que había colocado la primera piedra de Valdebebas cogido de la mano de Alfredo Di Stéfano parecía poco menos que una temeridad, pues el lateral leganense venía de encadenar tres años para olvidar a causa de un calvario de lesiones musculares que le habían impedido jugar con regularidad y al nivel que había demostrado desde que regresara de su cesión en el Bayer Leverkusen. Sin embargo, el tiempo iba a demostrar que no era casualidad que en esas tres campañas en las que Carvajal entró en un bucle infinito de recuperaciones y constantes recaídas el club de Concha Espina apenas fuera capaz de levantar una Liga y un par de Supercopas de España.

la suerte del lateral madridista con las lesiones empezaría a cambiar con el regreso a Chamartín de Carlo Ancelotti justo después de eliminar de su dieta alimentos como la leche de vaca, la carne roja o el gluten

Carvajal tocaría fondo en la extraña temporada 2020-2021, cuando llegó a perderse un total de 36 partidos oficiales a causa de cinco dolencias musculares que obligaron a Zidane a acelerar la reconversión de Lucas Vázquez en una suerte de carrilero que le permitió salir del paso hasta que este también quedó fuera de combate por una dura entrada de Busquets en el Clásico. Después, Fede Valverde —en la vuelta ante el Liverpool en los cuartos de final de la Champions— e incluso Vinícius —en el segundo partido de las semifinales contra el Chelsea— se vieron forzados a actuar en esa demarcación tan poco común para dos futbolistas con un marcado carácter ofensivo y sin los automatismos de una posición tan específica como la del lateral. Aunque Nacho hacía tiempo que había demostrado ser capaz de desenvolverse con solvencia en esa posición y Militão acumuló en esa zona algunos partidos en el Porto antes de fichar por el Real, era evidente que al Madrid se le abría un agujero en el costado derecho cada vez que Carvajal visitaba la enfermería. Tras quedarse fuera de la lista de España para la Eurocopa, la suerte del lateral madridista empezaría a cambiar con el regreso a Chamartín de Carlo Ancelotti justo después de eliminar de su dieta alimentos como la leche de vaca, la carne roja o el gluten.

Carvajal Ancelotti

En su infinita sabiduría a la hora de gestionar vestuarios, Ancelotti diseñó junto a Antonio Pintus un plan específico que tenía como objetivo recuperar la mejor versión del zaguero. De este modo, alternando suplencias con presencias en el once titular y minimizando los riesgos de posibles sobrecargas retirándolo del campo antes del minuto 80 de los partidos, Carvajal únicamente sufrió dos lesiones musculares en el primer tercio del curso anterior y logró llegar al momento más importante de la temporada convertido en un jerarca silencioso que sostuvo al Real Madrid en los momentos más delicados. Achicando balones desde el centro de la defensa en la prórroga de la vuelta de los cuartos de final contra el Chelsea, salvando bajo palos el tanto con el que Foden estuvo a punto de sentenciar las semifinales en el Etihad Stadium, colocando en la cabeza de Rodrygo el centro lateral más célebre de la historia del club o estrangulando a un demonio como Luis Díaz en la final de París. Puede que Carvajal no salga en las grandes fotos de una Champions League irrepetible, pero lo que es seguro es que esta no habría acabado en las vitrinas del Bernabéu sin «acciones de valor gol» como las que protagonizó el ahora cuarto capitán de la primera plantilla.

Carvajal no tiene ciertas cualidades de Alexander-Arnold, Reece James o João Cancelo, quienes, no obstante, carecen de algo que se tiene o no se tiene: la grandeza y la jerarquía de un Carvajal capaz de decantar eliminatorias de Champions League sin hacer ruido, a base de intangibles incalculables

A pesar de que el factor diferencial en la carrera de Carvajal ha sido siempre su habilidad para llegar a la línea de fondo y doblar el balón para que los Cristiano Ronaldo, Benzema o Modrić encontraran una situación idónea para buscar el gol, el canterano blanco ha demostrado ser un sistema defensivo en sí mismo gracias a su capacidad de concentración a la hora de defender a los mejores extremos del mundo (como a Ribéry, en 2014, o a Griezmann, en 2017) y a un carácter extremadamente competitivo que, en ocasiones, se ha traducido en un exceso de ímpetu que le ha llevado a cometer errores de bulto como los penaltis a Tévez en 2015, a Sterling en 2020 y a Mbappé esta última campaña. Es evidente que el madrileño no tiene ni el golpeo de Alexander-Arnold ni la exuberancia física de Reece James ni la versatilidad de João Cancelo, extraordinarios especialistas que, no obstante, carecen de algo que no se entrena, sino que se tiene o no se tiene: la grandeza y la jerarquía de un Carvajal capaz de decantar eliminatorias de Champions League sin hacer ruido, a base de intangibles incalculables.

Carvajal 5 Champions

Hasta ahora, los mejores minutos del equipo de Carlo Ancelotti en la presente temporada —especialmente la victoria en Celtic Park, donde regaló el tercer gol a Hazard apareciendo a la espalda de la defensa escocesa— han coincidido con una gran versión de Carvajal, quien, presumiblemente, será el lateral derecho titular de España en el Mundial de Catar. Su encaje con Militão y, en menor medida, Rüdiger sigue siendo muy bueno cuando se trata de corregir los desajustes y hacer el balance defensivo y, aunque ha sufrido ante extremos rápidos y habilidosos como el osasunista Abde, a día de hoy poco se le puede achacar en la incapacidad del equipo para dejar la portería a cero, el gran debe de los de Ancelotti en esta primera parte del curso. Y es que aunque nadie puede garantizar que si Carvajal, camino de los 31 años, continúa sano y rindiendo al nivel de la pasada primavera el Real Madrid vaya a seguir dominando la Liga y peleando por la corona en Europa, lo que es innegable es que disfrutar de su mejor versión eleva el techo competitivo de una plantilla ya de por sí acostumbrada a los más exigentes escenarios.

 

Getty Images.

Julián Carpintero
Hemeroteca Real Madrid | Contador de historias | "La Cofradía del Clavo Ardiendo" | "Francia '98. 45 instantes del último Mundial del siglo XX".

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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