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Cartas de un madridista millennial: Ancelotti ante su prueba de fuego

Cartas de un madridista millennial: Ancelotti ante su prueba de fuego

Escrito por: Pablo Rivas4 agosto, 2023
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Hola de nuevo:

 

Era 2014 y nos entrenaba Ancelotti. El Madrid venía de sacudirse doce años de obsesiones gracias a la reciente consecución de la Décima y, de repente, con el inicio del curso escolar rompió a jugar de manera excepcional. Si no pareciera un alarde desmesurado se podría decir que la racha de veintidós victorias consecutivas, récord de la historia del club, fue incluso lo de menos. Ese reguero de trequartistas que poblaba el mediocampo blanco y que hilvanaba combinaciones hasta llevar el balón al mazo de Madeira con guante de seda del Ródano constituía un extraordinario disfrute. Desde el Basilea hasta el equipo del Papa, pasando por el Liverpool o el Barcelona, todos hincaron la rodilla, sometidos. Con la guinda final de la proclamación del Madrid como campeón del mundo en Marruecos. Como sucede con todos los instantes felices, en el momento uno nunca lo sabe, siempre es necesario que transcurra el tiempo, pero para los madridistas millennials quizá fue el mejor otoño de nuestras vidas.

Ancelotti, Benzema y Modric, 2014

A menudo me adviertes, sin duda con ánimo protector, de que la fatalidad se esconde en cada esquina y, según nos enseñó Nassim Nicholas Taleb, la sucesión de días apacibles no garantiza que las cosas no puedan torcerse de forma imprevista. He ahí el cristalino ejemplo del pavo, acostumbrado a que el granjero lo alimente cada jornada, que peca fatalmente de exceso de confianza cuando de nuevo lo ve aparecer, tan alegre como de costumbre, la mañana de Nochebuena. Algunos aprendimos una cruel lección similar en aquel final de una temporada que prometía magnífica. Con la entrada del 2015, aquel Madrid de Ancelotti fue acusando el exceso de kilómetros de sus jugadores fundamentales, las lesiones y el cansancio hicieron mella y, pese a los encomiables esfuerzos por llegar a la orilla, se acabaron entregando todos los títulos en bandeja al Barça. Semejantes experiencias dejan secuelas inevitables: curten el ánimo hasta el punto de no permitirte contemplar un partido del todo tranquilo hasta el pitido final, a pesar del cinco a cero en el marcador.

Con la entrada del 2015, aquel Madrid de Ancelotti fue acusando el exceso de Km de sus jugadores fundamentales, las lesiones y el cansancio hicieron mella y, pese a los encomiables esfuerzos por llegar a la orilla, se acabaron entregando todos los títulos en bandeja al Barça

Quizá te preguntes a qué viene remover este lacerante asunto ahora, y sin duda tienes derecho a una explicación. Recordarás que hay una frase muy manoseada del 18 de brumario de Luis Bonaparte de Marx, según la cual la historia se repite dos veces: la primera como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa. Es probable que la analogía no sea perfecta, pero el columnista siempre está obligado al esfuerzo. Acompáñame y demos, pues, un salto en el tiempo.

Llegó 2022 y también nos entrenaba Ancelotti. El Madrid venía de sacudirse la obsesión de la salida de Ronaldo gracias a la reciente consecución de la Decimocuarta y, de repente, con el inicio del curso escolar rompió a jugar de manera excepcional. Si no pareciera un alarde desmesurado se podría decir que la racha de partidos consecutivos invicto fue incluso lo de menos. Esa pareja de brasiniños que culebreaba en la delantera blanca y que hilvanaba combinaciones, escoltada por un mazo uruguayo supuestamente destapado del todo al fin, constituía un extraordinario disfrute. Desde el Celtic hasta el equipo del pueblo, pasando por el Eintracht de Fráncfort o el Barcelona, todos hincaron la rodilla, sometidos. Con la guinda final de la proclamación del Madrid como campeón del mundo en Marruecos. Con la entrada del 2023, este Madrid de Ancelotti fue acusando el exceso de kilómetros de su jugador fundamental, las lesiones y el cansancio mundialista hicieron mella y, pese a los encomiables esfuerzos por llegar a la orilla...

Ancelotti, Kroos, Modric, Benzema

Llegados a este punto, te confieso que me veo obligado a detener la comparativa. No solo porque la herida sea más próxima que la de 2015 y continúe escociendo demasiado. También porque, objetivamente, el tramo postrero de la temporada 2023 ofreció los suficientes alivios, a diferencia de su homóloga, como para evitar considerarla un derrumbe total. No en vano han sido las goleadas en Anfield, en el Camp Nou y el título de Copa lo que probablemente ha otorgado una vida extra a Ancelotti, evitando calcar al dedillo el desenlace del cuento. De momento, claro. No te sorprenderás si te señalo que el Madrid 2023-24 no solo está condenado a evocar a Sísifo, como acostumbra; el curso próximo comienza combinando este mito con el de Damocles.

No te sorprenderás si te señalo que el Madrid 2023-24 no solo está condenado a evocar a Sísifo, como acostumbra; el curso próximo comienza combinando este mito con el de Damocles

Antes de que me reproches falta de agradecimiento, te adelanto que me limito a describir la realidad, la cual no necesariamente coincide con mis anhelos. Bien sabes que, desde el punto de vista estético, considero imposible detestar a Ancelotti en su papel de técnico del Real Madrid. Su elegante carisma de bon vivant. Su carácter flemático y discreto. Su mano izquierda, no exenta de ironía. Aunque también reconozco que la paz y el respeto que nos inspira a sus partidarios nos hacen pasar indulgentemente por alto sus inclinaciones esporádicas al conservadurismo y sus posibles errores en la dirección de campo de partidos concretos. En cualquier caso, desengañémonos, ni siquiera Ancelotti podría soportar un segundo despeñamiento definitivo del equipo sin que esto tenga consecuencias en la impronta que ha dejado en nuestros corazones. Conviene que el italiano lo tenga presente ante la llegada de una temporada aún más comprometida de lo habitual. Al fin y al cabo, otra frase de Marx hace referencia a que lo sólido se desvanece en el aire. Y qué duda cabe de que este Madrid de la transición eterna entre los vestigios de los jerarcas y el liderazgo nunca asumido del todo por los jóvenes —especialmente por ese joven innombrable que vive en París, cuya palabra bastaría para sanarnos—, todavía no ha terminado de cuajar.

Cuídate. Volveré a escribirte pronto.

Pablo.

 

Getty Images.

9 comentarios en: Cartas de un madridista millennial: Ancelotti ante su prueba de fuego

  1. Bueno, vamos a a ver, si este año viene Mbappé, y la actitud defensiva es algo más seria, creo que podemos iniciar una época muy buena de fútbol y de resultados positivos, es cierto que no te falta razón en algunas de tus apreciaciones, hala Madrid.

  2. Efectivamente, “lo sólido, se desvanece en el aire”… en el aire exhalado a través de un silbato y en el aire que transporta (o, no) las ondas hertzianas de la TV.

    1. Efectivamente, la temporada anterior, en la que se comenzó jugando de forma excelsa, se encargaron de torcerla todos los poderes del Estado al servicio de la orga. Todo empezó con la caza a Vinicius con total pasividad arbitral y total apoyo mediático. Empezamos a perder puntos para que no nos escapáramos del farsa al frente de la clasificación. Todo ello sin que los dirigentes madridistas hicieran nada por evitarlo o ponerlo en evidencia.

      Pero no todo han sido las causas exteriores. Llevamos ya varias temporadas con una patente falta de efectividad en el área, sin que se le haya puesto solución desde el club (falta de fichajes, quizás a la espera de que llegue el tal Engañé) ni desde el banquillo (a Carletto nadie le cambia su librillo y mantuvo a un Benzema claramente fuera de forma contra viento y marea).

      Sin bandas (lo de Carvajal es un chiste, y en la otra banda la solución Camavinga fue desvestir a un santo -su gran rendimiento como centrocampista- para vestir otro -ponerlo en banda-), sin un delantero centro de referencia (nadie en el área e ineficiencia total ante defensas cerradas), con Vinicius -finalmente- desquiciado, y quitando músculo y pulmones empeñándose con el dúo Kroos-Modric en los partidos más importantes de la temporada, terminamos la misma regalándole la liga a un mediocre farsa, justo para regalarles aire en pleno Negreira-gate.

      Muchas veces me pregunto si no tendremos al enemigo dentro... No he visto ningún partido de pretemporada. Pero, por lo leído en las crónicas de La Galerna me suena a "jugamos como nunca y perdimos como siempre". Vale, son partidos de pretemporada, pero, como diría el gran Amancio, no me gusta como mea la perrita. Llevamos varias temporadas con evidente falta de efectividad cara al gol. Parece que seguimos en las mismas. ¿De verdad son Vinicius y Rodrygo -este último muy flojito la temporada pasada- la solución en el área? No he visto a Fran García en acción, pero, por lo que he leído, en el tema bandas seguimos prácticamente igual. Y tener a un Joselu (rematador puro, sea o no un crack) pero no tener al que le ponga balones (los melones de Carvajal no cuentan) es haceer un pan con unas tortas.

      En fin, aún es tiempo de probaturas, pero conociendo a Carletto... me huele a chamusquina una vez más. Y, la verdad, estoy hasta las narices de ponerle la alfombra roja a los ladrones del país de la esquinita (en todos los campos de la vida).

      1. Yo sí he visto los partidos de pretemporada y me ha gustado mucho Fran García. Hasta centra muy bien; sin comparación posible con los esperpentos de la otra banda (Carvajal y Lucas Vázquez. Ambos han progresado mucho con respecto a la anterior temporada: son mucho peores aún).

        1. Buenas tardes, coincido con usted, he visto los partidos del Madrid en diferido, y me ha gustado mucho Fran Garcia, sobre todo su actitud, el no parar de presionar, de correr y de saber acompañar y subir la banda cuando VInicius, se va al centro, él la rellana, no es un super clase, pero es el tipo de jugador de equipo que todo entrenador quiere en el suyo, sobre la banda derecha, ha sido usted muy expresivo, yo añadiré un piadoso silencio, que a buen entendedor

  3. Ya no se puede hablar del futbol del pasado sólo teniendo en cuenta los factores deportivos. Cuando se comenta que en el año 2015 el Madrid de Anceloti perdió toda la ventaja que tenía a mitad de temporada para acabar perdiendo la liga no se puede hablar de lesiones, cansancio y demás factores como las principales causas del debacle. Señores, déjenme que les recuerde que el barsa tenía comprado todo el estamento arbitral. Si el Madrid perdió la ventaja y la liga fue principalmente por este motivo y de forma secundaria por otras causas como lesiones y cansancio.
    Lo mismo ocurrió el año pasado y ocurrirá el que viene. No se olviden, el barsa todavía controla a los árbitros y aunque venga Mbapé ganar la liga con árbitros en tu contra es obra de titanes. Ahora háblenme de si el lateral centra bien o mal o que si la abuela fuma.

    Otro año más en esta liga que no se puede ganar. Esta es la clave de todo. No se olviden, insisto.

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"Un Madrid que es, además, el último refugio de la decencia en el océano pestilente del fútbol. En la mirada del viejo despunta por un instante el brillo inconfundible del orgullo".

Precioso. Como todo el texto. Gracias, Eduardo @lagav

¿Es posible olvidarse de los enemigos en la celebración?

No cuando los enemigos han traspasado todas las lineas rojas para evitar lo que ayer ya fue inevitable.

Lo piensa @antoniovv, y nosotros también.

No es por nada, pero no vais a encontrar por ahí celebraciones de la 36 como la que hay liada ahora mismo en nuestra web.

No se dirá que no avisamos.

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