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Antimadridismo sociológico

Antimadridismo sociológico

Escrito por: Salva Martín14 diciembre, 2023
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No empezaría el texto en primera persona si la anécdota no fuera lo suficientemente reveladora y explicara por sí sola la tesis del mismo. Hace unos días, hablando de mi libro Historia de las míticas remontadas del Real Madrid (Almuzara, 2023), una persona me aseguró con cierta soberbia que jamás se lo leería. Porque eres del Atleti o del Barça, le respondí. Pero, para mi sorpresa (o no tanta a estas alturas), me declaró ufana su razón: “No, no me gusta el fútbol, pero soy antimadridista”. Confieso que no me esforcé en la réplica.

Esta conversación, en apariencia superficial, encierra una tendencia perniciosa que se va consolidando: vivimos más cómodos en la trinchera. Es cierto que, vistos nuestros cainitas antecedentes, este lamentable rasgo de la personalidad no produce mucha sorpresa, pero no por ello debemos dejarlo pasar. La polarización actual, azuzada por una clase política tan irresponsable como iletrada, nos está conduciendo a un precipicio en el que la inquina se convierte en hábito. ¿Para qué razonar si podemos disparar? ¿Qué ganamos reflexionando, analizando antecedentes, reconociendo virtudes que antes no veíamos si podemos hacernos fuertes tras los muros de nuestras convicciones?

Lo vemos a diario y casi resulta obsceno traer a colación algún ejemplo de la actualidad. Sólo hace falta asomarse a la calle. Nos escamotean las libertades, regándonos de pan y circo, pero, si son los nuestros, mirar hacia otro lado no supone un esfuerzo tan enorme como dar la razón a los otros. Antes muertos que sensatos.

Es esta visión, esta endiablada idiosincrasia, la que también se revela en el fútbol, metáfora del resto de las dimensiones de nuestra vida. Hace unas fechas, el exjugador del Cádiz Pepe Mejías (un talentoso centrocampista que compartió vestuario con el insondable Mágico González) contó en un diario que una vez perdieron contra el Madrid en un partido que significó el alirón para los blancos. Y él, que tenía 18 años, no se cortó en celebrar con sus ‘ídolos’ el triunfo en el mismo campo una vez que el árbitro decretó su final. Ciencia ficción hoy en día.

Hay un antimadridismo sociológico capaz de esconder la envidia o la ausencia de materia gris bajo el negacionismo de la grandeza

Pero, sin llegar hasta esos extremos, todos hemos visto cómo, por presión social o irracional enemistad, en estadios donde antes jugaba el Madrid con división de simpatías entre ellos y el equipo de casa, ahora se recibe a los de Chamartín con inusitada ojeriza. Lo que hace años eran banderas compartidas se ha convertido en improperios contra los blancos.

Pongamos el ejemplo de Valencia sin ir más lejos. Cierto que el caso Mijatovic y la Champions del año 2000 abrieron grietas, pero parece mentira que la ciudad donde triunfó como entrenador el mayor mito madridista, Alfredo Di Stéfano, prepare los cañones en cada visita blanca.

Muchos piensan que contra el Madrid se vive mejor, pues así siempre encuentran una razón para rebelarse contra Goliat. Es una especie de antimadridismo sociológico capaz de esconder la envidia o la ausencia de materia gris bajo el negacionismo de la grandeza. Obviamente, nada más sagrado que la elección de tu equipo (decisión más inmutable que la pareja o el trabajo), pero presumir de antipatía debe de estar en la categoría de alguna patología. No odien, disfruten.

 

Getty Images.

Salva Martín
Periodista. Autor de Historia de las míticas remontadas del Real Madrid (Almuzara).

8 comentarios en: Antimadridismo sociológico

  1. Salvador, es eso. Es la envidia al triunfador, el "tengo que reconocer que" antes de un halago, tan español. Es una masa manipulable alentada a odiar sin analizar.

  2. Es un artículo muy aleccionador y equilibrado. Y, en la medida de lo posible, hay que interiorizarlo.
    Uno, como todos los primates superiores. es egoísta y más o menos violento. Soy más madridista que antinazionalculerista, pero reconozco que me alegran y excitan las desgracias deportivas en el "més que un club".
    Eso sí, a lo largo de mi trayectoria vital , tengo la conciencia de tener ambas condiciones desde los 5 años, hay un hecho significativo que tiene lugar cada X años. Y es un sentimiento de lástima
    que me invade , sobre todo por un par de familiares cercanos e igual me sucede con dos amigos culers (además de muy españolazos), cuando percibo que la situación del que te dije es pésima. La vida te embrutece , pero si cuentas con un corazón relativamente noble puedes evitar la degeneración absoluta. Gracias por el texto.

  3. Cuanta razón hay en el artículo.Y hablo de razón no porqué yo sea madridista.Me refiero al raciocinio,al pensar por uno mismo.
    Al final,todo es reflejo de lo que está pasando en España,como bien dices en el artículo.
    Es decir;que se jodan que no son de los míos.

  4. En mi opinión, creo que el antimadridismo es una enfermedad , una patología relacionada con las neuronas, es decir, que deberíamos hablar de antimadridismo patológico para ser más precisos. No hace falta enumerar lo que causa dicha patología, ni los síntomas y consecuencias ya de sobra conocidas por todos.

  5. No hay más que ver el Caso Negreira, desde que salió la luz hay incluso más antimadridismo y es cierto que algún tímido ataque al que verdaderamente pagó a los árbitros, el Barça. Pero es cierto que ha habido más ataques al Madrid, incluso lo de Vinicius se acrecentó más. Es como si a más de uno le hubiera gustado que el asunto de Negreira hubiera afectado al Madrid

  6. No puedo leer este brillante artículo al que no le quito ni media coma sin continuos déjá vu (no encuentro las tildes francesas).
    Servidor abre la boca y se encuentra continuamente expuesto a ser tachado de facha, putorojo, equidistante o vaya-usted-a-saber. Y uno aún es un anónimo ciudadano, nada que ver con los continuos improperios que reciben los prohombres más tuiteramente promiscuos, a alguno de los cuáles podemos leer en este medio madridista tan nuestro que es La Galerna.
    Y cuando algunos intentamos que impere la razón nos encontramos con un muro en el que encuentran confort un número creciente de conciudadanos que es el de la identidad radicalizada. Cuando éramos púberes construíamos nuestra personalidad a través de la pertenencia a un grupo o tribu, y algunos deben tener complejo de Peter Pan porque no salen de ahí. Y hace años que la tribu de moda (mejor dicho, la religión de moda) es el antimadridismo. Sin ello no es explicable lo que está sucediendo, por irracional. Pero sucede igual con la política y cualquier cosa opinable (y no opinable).
    Pero lo peor no es recibir tanto odio, sino la pueril y mezquina simplificación que hay detrás de ello. Si usted quiere fanatizarse, al menos hágalo por una razón y arguméntela.

  7. Buenos días, le entiendo a la perfección D. Salva, a mí me pasa algo parecido pero a la inversa soy más anti barcelonista que madridista y soy más anti atlético que anti barcelonista, explicación
    ¡Quién sabe!

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Tweets La Galerna

"El VAR es irreversible y se defiende solo. Cancelarlo sería como eliminar Internet argumentando que ha desnaturalizado a la sociedad."

Tremendo artículo de calidad. Muy de acuerdo con casa letra del mismo.

Justicia y tecnología son esenciales tanto para la sociedad como para el fútbol. Una cámara de seguridad puede incomodar a algunas personas, pero sólo disgusta profundamente al ladrón.
En defensa de un VAR mejor.
Lujazo volver a escribir en @lagalerna_

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