Las mejores firmas madridistas del planeta
Inicio
Opinión
Reivindicación absurda de Raúl

Reivindicación absurda de Raúl

Escrito por: Jesús Bengoechea27 junio, 2022
VALORA ESTE ARTÍCULO
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas

Artículo publicado el 27 de junio de 2021 y reflotado el 27 de junio de 2022 con motivo del cumpleaños de Raúl González.

 

Hay un sector del madridismo que aún le racanea méritos retrospectivos a Raúl González. Son dejes que han quedado del madridismo reactivo, antipipero, mourinhista y/o algo snob. Pongo "y/o" para que cada cual se busque donde quiera, y sin el menor ánimo faltón. De hecho, yo mismo me reconozco en algunos de esos calificativos, aunque jamás me reconoceré en el antirraulismo, a pesar de haber criticado alguna vez a Raúl (por ejemplo, cuando dijo que no descartaba trabajar para el Barcelona en un futuro). Nunca podré ser antirraulista o, dicho de otro modo, qué cojones, siempre seré raulista, y el cuadragésimo cuarto cumpleaños del siete se antoja una ocasión inmejorable para reivindicar su figura. Reivindicar la figura de Raúl es algo absurdo en sí mismo, pero qué le vamos a hacer si la humanidad es absurda en no poca medida, y resulta que hay que reivindicar a Woody Allen, U2 o Paul McCartney ante gente anclada en tópicos que seguramente nunca pongan en la balanza de las reafirmaciones.

Raúl

Una vez, en medio de una entrevista, el por lo demás genial Hughes me soltó que a Raúl le sobraron cinco años. O cincuenta y cinco, musité yo. Es curioso cómo la interpretación de uno puede diferir de la del vecino, porque para mí Raúl fue precisamente quien sostuvo la dignidad del equipo en los años mustios del tardogalacticismo-etapa-uno. Raúl González es una cosa tan grande que fue capaz de lograr que Manolo Lama tuviera alguna vez razón en algo, y fue cuando el monarca de las ondas le dio por defender la figura del madrileño con aquel sarcástico (y para mí genial, las cosas como son) "el que nunca hace nada". Cada vez que Raúl marcaba, Lama soltaba una retahíla de motes despectivos que la gente había acuñado contra Raúl, sirviéndoles así de espejo de su propia cicatería. No negaré -si bien tampoco lo afirmaré, porque no lo sé- que Raúl pudo disfrutar de demasiado poder en el vestuario del Madrid. Es en ocasiones el precio que hay que pagar por la condición determinante de un mito. Le sucedió a Hierro también, y sin embargo el malagueño disfruta hoy de un consenso de admiración que se le racanea al de las vaselinas. Alfonso Ussía, por ejemplo y por cierto, no dudó en bautizar chuscamente a Raúl como (precisamente) el Vaselinas. Lo hizo a la segunda cuchara fallada por Raúl. No digo que no los formulara, pero a mí los necesarios elogios a las múltiples vaselinas exitosas de Raúl no me llegaron, y eso que me precio de seguir a Ussía, periodista con quien suelo discrepar pero cuyos méritos reconozco.

Con los "¿pero y si...?" de Owen, y de tantos otros astros fugaces, se hace Raúl un gurruño de papel y te lo cuela por la escuadra.

Yo no sé si Raúl dominó en exceso entre bambalinas, si arruinó el periplo de Owen en el Madrid o si se empeñó más allá de lo razonable en que el entrenador de turno pusiera a su amigo Morientes. Me intriga saberlo, pero solo hasta un punto. Por encima de esa intriga, se impone con un peso específico demoledor una realidad incontrovertible. Yo era un madridista de veintitantos años que dudaba si alguna vez vería al Real Madrid ganar una Champions. Llegó Raúl y gané tres. El que quiera escatimar relevancia a Raúl en esos logros, que repase los vídeos de todas aquellas eliminatorias, una detrás de otra. Ya lo sé. Ya sé que también están Pedja y Roberto y Bodo y Seedorf y Redondo y Hierro y Zidane y tantos otros. Pero la antorcha del espíritu blanco la llevaba ese siete enclenque y desgarbado. Discutirlo me llenaría de pudor, porque es incontestable. Luego, como madridista, vi otras cuatro Champions que ya no cabe adjudicarle, pero una mínima esencia de ese alma infatigable e irreductible quedó adherida a la piel de esas taquillas, y tuvo su influencia intangible, si sirve la palabreja, como la tuvo el sentir el escudo de Santillana o Juanito o Pirri o Santamaría o Don Alfredo. Extenderme en tratar de convencer de esta evidencia a nadie comienza a avergonzarme. No me hagáis sacar cifras de goles, el último de ellos cojo a pase de Cristiano, no sé si cabe colofón más simbólico. Luego se fue a jugar a Alemania, Catar y Estados Unidos, y creo que las cosas estuvieron bien así, frente a los que aún se rasgan las vestiduras ante su salida, presuntamente por la famosa puerta de atrás. Amar a Raúl tampoco trae consigo asumir que se fue por dicha puerta. Se fue cuando y como tuvo que irse. Hay un término medio entre el fan y el mojabragas pipero, quien desearía haber visto a Raúl jugar de blanco hasta el día del juicio final, aunque ya no pudiera con las espinilleras. Tampoco es eso, oigan, tampoco es eso.

Yo era un madridista de veintitantos años que dudaba si alguna vez vería al Real Madrid ganar una Champions. Llegó Raúl y gané tres. El que quiera escatimar relevancia a Raúl en esos logros, que repase los vídeos de todas aquellas eliminatorias

Raúl fue el jugador más argentino que hemos tenido más allá de la era Di Stéfano. Tiene todo el sentido que sus descubridores/valedores/promotores fuesen dos argentinos. Fue el prototipo de lo canchero, si bien no ajeno a alguna delicatessen que no esperas en el jugador de barrio, o sí. Por eso no encajó con Saviola pese a que ambos se empeñaron en encajar: Saviola era un Raúl de Hacendado. La presencia de ambos en el once era pura redundancia. Saviola pasó como Raúl vio pasar a tantos. Owen ganó el Balón de Oro y Raúl no. Owen no triunfó en el Madrid y Raúl sí. Lo primero estuvo mal y lo segundo bien, porque quien consiguió todo lo que consiguió se puede reír a voz en grito del fútbol-ficción en todas sus facetas. Con los "¿pero y si...?" de Owen, y de tantos otros astros fugaces, se hace Raúl un gurruño de papel y te lo cuela por la escuadra.

Raúl entrenador

Ahora lleva a los chicos del Castilla, y estremece un poco pensar en ellos, sometidos a la seriedad implacable del astro de las calles. Pero no olvidemos que esa seriedad enfurruñada y obsesiva es justamente la que hizo que un madridista de veintitantos que no sabía si vería al Madrid ganar alguna vez la Champions de pronto viera tres casi seguidas, y etcétera.

Felicidades, siete, y gracias. En tu ceño fruncido, en tu rictus empecinado, se cifraron y se cifran nuestras alegrías.

 

Fotografías: Imago

 

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

21 comentarios en: Reivindicación absurda de Raúl

  1. Raúl cómo futbolista Chapo.
    Como madridista anteponiendo el club ante todo un . Mucho que desear.
    A pesar de esto último del club lo ha recibido todo y lo sigue recibiendo.
    A pesar de todo mi apoyo incondicional para el.
    Creo que por entender que se ha arrepentido de todas esas cosas que hizo mal

  2. El mejor futbolista español de siempre. Y un top mundial ninguneado por su doble condición de madridista y de español. Muy buen artículo.

  3. Buenas tardes, dice usted en su comentario entre paréntesis : (Nunca podré ser antirraulista o, dicho de otro modo, qué cojones, siempre seré raulista, y el cuadragésimo cuarto cumpleaños del siete se antoja una ocasión inmejorable para reivindicar su figura).
    A mi me parece bien, pero puestos a recordar cumpleaños y recuperar figuras me quedo con el 90 cumpleaños de Ray Charles, que habría cumplido el Viernés, si el más grande viviese
    Saludos blancos, castellanos y comuneros

  4. De Raúl, tres cosas:
    1. Que es ya de por sí asombroso que consiguiera todo lo que consiguió. Ver a un chico del sur de Madrid con el pecho hundido y las piernas torcidas con su palmarés y entre CR7 y Di Stéfano en la lista de goleadores del club, sin tirar apenas faltas ni penaltis.
    2. Que lo hiciera en la época en que lo hizo. Di Stéfano disfrutó de la época dorada de Bernabéu como presidente, CR7 de la época dorada de Florentino, y Raúl pilló al Real Madrid arruinado del tardo-mendocismo, el disparatado de Lorenzo Sanz, la primera etapa alocada de Florentino y la incalificable de Calderón.
    3. Que su mejor virtud fue siempre ser un termómetro del juego colectivo del equipo. Cuanto más y mejor jugaba en equipo el Real Madrid, más lucían sus cualidades; y cuando el equipo fue una banda (aquella siniestra etapa entre Queiroz y López Caro) su juego prácticamente desapareció. Reapareció con Capello y Schuster, pero ya había superado la treintena y era demasiado tarde...
    Postdata: aquél que tenga tiempo y ganas, que investigue cuántas faltas lanzó Raúl en el Real Madrid y cuántas marcó. Se llevará una sorpresa.

    1. Si Raúl no tiraba apenas faltas o penaltis era porque no era un buen lanzador(o era malo directamente) no hay que ponerlo como un "y sus números goleadores podrían haber sido mejores"

  5. Raúl ha sido un grandísimo futbolista. Para mí, por calidad, eficacia, eficiencia y resultados, el mejor futbolista nacido en España de todos los tiempos. Sin duda. Eso sí, aceptando la grandísima dificultad, por no decir imposibilidad, de comparar futbolistas de distintas épocas en circunstancias diferentes ( balones, calzado deportivo, terrenos de juego, métodos de entrenamiento, medicina deportiva...). Si buscamos puntos débiles o cuestiones a criticar, de Raúl, seguro que las encontraremos. Y de Zoco, Santillana, Di Stéfano, Redondo, Hierro, Zidane...creo que se me entiende. En cuanto a lo que puede aportar como entrenador, pues ya se verá. Eso sí, me parece que cualidades tiene como para entrenar. ¿ A todo un Real Madrid repleto de figuras ?.

  6. grandisimo futbolista a finales de siglo xx y primeros años del xxi.
    grandisimo ancla para el real madrid los ultimos 5 o 6 años, en los que abiertamente era Baul.

    quiza fue injusto no haber tenido algun balon de oro que gente como owen si tuvieron. seguramente fue injusto que entre bamabalinas raul enredase para perpetuarse en el 11 titular pese a ser un lastre para el Madrid.

    es curioso como el madridismo en general apoyara y abrazara siempre a raul pero sin embargo el 7 blanco ha ido de bienqueda con gente como stoichkov, que nunca ha dudado en insultar al madrid y al madridismo.

    sera entrenador del real madrid tarde o temprano y creo que hara cosas importantes.

    solo espero que no acabe siendo un del bosque o vaya de enfant terrible como el calvo.

  7. Jesús, no se si has hecho algún escrito sobre Emilio Butragueño, desde que leo la Galerna no lo he visto, pero te animo a que lo hagas. Para mí, desde que tengo uso de razón futbolística, el buitre, no solo ha sido el mejor jugador del Real Madrid, sino el más caballeroso e inteligente en un campo de fútbol.
    Su quinta no logró ninguna Copa de Europa, pero se merecieron al menos una.
    Espero una Oda sobre él, de la que tú sabes realizar tan brillantemente.

    1. Pues fíjese que quizá lo he soñado, pero recuerdo haber leído al Sr. Bengoechea hace años decir que no le gustaba Butragueño.

  8. Raul y yo nos llevamos 2 años y he crecido con el. Desde que debutó en la Romareda y falló 3 ocasiones claras y a la semana siguiente clavó un gol en el Bernabeu al atleti. Sus goles como en el Calderón yéndose de medio atleti, su aguanis al Vasco de Gama, su gol a Cañizares en la final de París, el gol que mandó callar al Camp Nou, el gol al Barça el día del pasillo en el Bernabeu, al Manchester en el Bernabeu, al Bayern en el 3-2..El primer año de Capello jugando en banda derecha sin desentonar.. Y siempre atento, con el cuchillo entre los dientes, buscándose la vida en el campo. Como Raúl no habrá más, pertenece a un fútbol y una manera de vivirlo que ya no volverá.

    1. Permíteme añadir el remate a la jugada de Redondo en Old Trafford, la defensa inglesa espera al gambeteador que ha bordado la banda y la línea de fondo, se va a salir, no tiene ángulo, y entra un cuchillo vertical pidiéndola al pie para rematar el golazo, la eliminatoria y al rival. Gracias Fernando por ver venir un Ave entre aquél bosque de rivales. Beckham, que entró luego para maquillar aquél destrozo, decidió ese día que quería jugar en el Madrid y darle asistencias a aquél que marcó el gol de Redondo.

  9. Suscribo el artículo de principio a fin, y lo subrayo porque en sí, contesta muy bien a todos los que discrepan sólo con volverlo a leer.

  10. Uno de los grandes, sin duda. Pero no me gustó nada su etapa final. Demasiado tiempo viviendo de rentas. El Buitre fue mucho más honesto y consecuente.

Responder a Antonio Campillo Jurado Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

homelistpencilcommentstwitterangle-rightspotify linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram