Las mejores firmas madridistas del planeta
Inicio
Opinión
La Bestia Negra

La Bestia Negra

Escrito por: Antonio Valderrama9 abril, 2024
VALORA ESTE ARTÍCULO
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas

En el siglo V después de Cristo, Atila, el rey de los hunos, que por donde pasaba, ya se sabe, no volvía a crecer la hierba, dirigió a su horda asiática hacia Occidente e invadió Italia. El imperio romano estaba a esas alturas de la Historia muy disminuido, como se pueden imaginar. No había uno sino dos emperadores, cada uno reinando en una parte del Mare Nostrum cada vez más exigua. El emperador occidental ya no vivía en Roma sino en Rávena y la autoridad, en la vieja Caput Mundi, residía en los grandes generales, como en este caso Aecio, y en los papas.

Tras arrasar el norte de la península Atila se dispuso a continuar rumbo al sur. En Roma temblaron hasta las piedras y Aecio, con la venia de Valentiniano III, el cobarde nieto de Teodosio el Grande, decidió pedirle al papa León I que fuera hasta Mantua a negociar con Atila. La idea era en resumidas cuentas disuadirle de invadir Roma. Atila, que además de un tirano feroz era un jinete nómada, tenía un gran respeto por lo místico. Los mismos chamanes que le habían desaconsejado batirse contra Aecio en los Campos Cataláunicos le dijeron que lo de marchar contra Roma era tentar a los hados.

Guardiola, que es un gran truhan, dice que la Premier es el objetivo más importante de su Manchester City cada temporada, pero se llevó un año diseñando la gran venganza de la remontada de 2022 y ahora, con la liga en un puño, lleva semanas reservando a sus mejores hombres para la cita del Bernabéu

León I, montado en un caballo, se presentó ante Atila en el río Mincio y nadie sabe qué le dijo, pero el caso es que Atila, con el camino expedito hacia el sur, se retiró. Los publicistas cristianos dijeron desde entonces que en mitad de la conferencia se habían presentado San Pedro y San Pablo empuñando una espada para obrar el milagro. Rafael Sanzio inmortalizó la leyenda en las estancias del Palacio Pontificio.

Encuentro de León Magno con Atila

Como Guardiola y su City, la nueva Horda de Oro, están otra vez en Madrid para disputarle al Real los cuartos de final de la Copa de Europa, me he acordado de esta historia. Es la sexta vez que uno de sus equipos se cruza con el Madrid en la fase del KO de la mejor competición del fútbol mundial, y la cuarta que lo hace con el Manchester City. El balance ahora mismo es un 3-2 a favor del Pep. Con el City, el Madrid se ha medido otras cuatro veces antes y la situación es un empate a 2 que inevitablemente el choque de este año decidirá de un lado o de otro. Es, huelga decirlo, el partido del año. Para todos, no sólo para el Madrid.

Guardiola, que es un gran truhan, dice que la Premier es el objetivo más importante de su Manchester City cada temporada, pero se llevó un año diseñando la gran venganza de la remontada de 2022 y ahora, con la liga en un puño gracias a la competencia de Arsenal y Liverpool, lleva semanas reservando a sus mejores hombres para la cita del Bernabéu. Guardiola ya no nos engaña porque nos conocemos desde hace mucho tiempo.

Guardiola

Cuando, en 2014, las semifinales depararon un Real Madrid-Bayern de Munich, los alemanes, alentados por la historia particular entre ambos equipos, sacaron una bufanda después del sorteo en la que presumían de ser La Bestia Negra del Madrid. El Madrid aplastó al Bayern de Guardiola con una de las mejores eliminatorias de su Historia y desde entonces sin embargo los bávaros no le ganan una eliminatoria, y se han enfrentado en otras dos ocasiones.

En realidad, echando la vista por encima del primer cuarto del siglo XXI, la Bestia Negra del Madrid en la Copa de Europa no es un club sino un hombre, la creación más grande y diabólicamente perfecta del antimadridismo: el Pep, el catalán más universal desde Dalí, menos genial y menos loco, pero tan sistemático, obsesivo y perfeccionista como el rencor de un amor apasionado y despechado.

echando la vista por encima del primer cuarto del siglo XXI, la Bestia Negra del Madrid en la Copa de Europa no es un club sino un hombre, la creación más grande y diabólicamente perfecta del antimadridismo: el Pep

Yo sé que Guardiola, en el fondo de su corazón, en ese pliegue tan íntimo que hasta resulta desconocido para la propia conciencia, es profundamente madridista. Su conocimiento de la esencia madridista, de la psique colectiva del madridismo, de la naturaleza dionisíaca del club de los hermanos Padrós, Pedro Paragés, Hernández Coronado, Santiago Bernabéu y Florentino Pérez, es tan exhaustivo y minucioso que sólo se puede explicar desde el amor: un amor imposible por nacimiento y condición, un amor negado por las circunstancias y por el propio orden del Universo.

Guardiola

Guardiola habría querido ser otro de esos grandes catalanes de la historia del Real Madrid pero no pudo, por eso erigió el Barcelona totalitario que casi arranca al Madrid del suelo de su propia leyenda. El Real es una institución chamánica que se nutre de su misma memoria y que alimenta su fuerza del reflejo que le devuelve el espejo. Es un club telúrico que no concibe la rendición ni la derrota y al que Guardiola puso una vez al borde del armisticio y la atletización. La goleada aparatosa en el partido de vuelta de las semifinales del año pasado en Manchester fue un recordatorio de lo que fue capaz de conseguir un hombre enfermizamente obsesionado con el resplandor de la grandeza blanca.

Yo sé que Guardiola, en el fondo de su corazón, en ese pliegue tan íntimo que hasta resulta desconocido para la propia conciencia, es profundamente madridista

Lo cierto es que Guardiola es el único catalanista triunfador, victorioso, que puede presumir además de haber arrodillado al odiado enemigo español, que es el Madrid, naturalmente, trasunto de la España oscura y demoníaca que crecen detestando los niños allí y en el País Vasco. Guardiola, con sus victorias, sobre todo con sus goleadas al Madrid, les concede independencias fugaces que duran 90 minutos y un larguísimo tercer tiempo que se dilata hasta convertirse en mito y libros de sus flabelíferos en la prensa. Esa es su gran fuerza moral, la del hombre que obra milagros contra el Leviatán que vive y reina de puro milagro: el Madrid, al que llaman El Maligno o sencillamente El Mal, que lleva más de cien años logrando inexplicablemente ser el Rex Mundi sin una idea ni un concepto detrás más que el de la carambola, el soborno a los árbitros, Franco y la necedad de los contrarios.

Guardiola

En el español de antes, porque en el de ahora no la usa nadie, había una palabra preciosa, estantigua (“visión, phantasma que se ofrece a la vista, causando pavor y espanto”), cuyo origen está en la locución latina latín hŏstis antīquus. O sea, “el viejo enemigo”, que para la Iglesia medieval estuvo claro que no podía ser otro que el Demonio. La palabra, según parece, procede de la creencia germánica en la cabalgata nocturna del dios Wodan y sus seguidores, que se mantienen marcha constante y no pueden detenerse para reposar.

Guardiola habría querido ser otro de esos grandes catalanes de la historia del Real Madrid pero no pudo, por eso erigió el Barcelona totalitario que casi arranca al Madrid del suelo de su propia leyenda

Si Guardiola es la estantigua del Madrid, no hay que olvidar que el Madrid es también la de Guardiola. La eliminatoria Real Madrid-Manchester City, los dos últimos campeones de Europa, equipos que se han hartado de verse las caras en el último lustro (esta será la cuarta en cuatro años), está tan igualada en lo técnico y en lo táctico que se decidirá, como en el encuentro entre Atila y León I, por la magia. Y cuando se acaban las explicaciones racionales para las cosas suele aparecer un tío vestido de blanco rematando la luna con la cabeza dentro del cráter de un volcán.

 

Getty Images.

Foto del avatar
Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

homelistpencilcommentstwitterangle-rightspotify linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram