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Fran García, un lateral del pueblo

Fran García, un lateral del pueblo

Escrito por: Antonio Valderrama19 septiembre, 2023
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El domingo por la noche, al empezar la segunda parte de su partido contra la Real Sociedad, el Madrid perdía 0-1, exactamente igual que el día del Getafe. De hecho, el encuentro era un calco y el espectador era sacudido por una sensación de déjà vu. La pelota volvió a rodar y el Madrid, como hace dos semanas, atacó la portería del fondo sur buscando remontar, que es un verbo ya consustancial a sí mismo: el estilo del Madrid no sólo es ganar, sino ganar remontando, que es como ganar dos veces, ganar ganar, hacer algo de épica incluso con un lluvioso domingo por la noche de mediados de septiembre.

Rodrygo culebreó por la banda izquierda en la primera jugada. Fran García lo dobló por fuera. El brasileño lo vio y le dio la pelota. García apuró hasta la línea de fondo pero pasó atrás, tenso y raso, hacia la frontal del área, por donde entraba Valverde montado en avión. Valverde reventó la pelota contra Remiro y puso el 1-1. Diez minutos después, Fran García volvió a planear por el carril izquierdo y esta vez centró al segundo palo. Fue una pelota suave que estaba sin embargo preñada de gol, predestinada a acabar entre las redes visitantes por la propia inercia cinética de la jugada, por el toque tan sutil pero firme de Fran al ponerla. Joselu no tuvo más que saltar y bajarla con toda la intención al palo largo, con un testarazo tan de manual que parecía recreado por una IA. 2-1. Acto seguido, Carletto quitó a los dos del partido y Fran, que el día del Getafe fue el más señalado, acabó ganando el MVP del encuentro por sus dos asistencias.

Fran García y Joselu Real Sociedad

Yo me alegré mucho por Fran. Está siendo muy discutido en este inicio de temporada porque, en el Madrid, alguien siempre tiene que cobrar. Es tradición. A Fran todavía se le ve verde, un poco blando, pero su actitud es buenísima, puro Real Madrid. Tiene casta y tiene pundonor, aptitudes clásicas que remiten a un pasado cercano, a los años ochenta, a un Madrid español, canterano y, también hay que decirlo, pobre. En el Rayo era un ciclón y aquí el puesto no le acobarda. Vino para sustituir al que, en mi opinión, era el mejor defensor puro que tenía el Madrid, Ferland Mendy, que es una pantera y que le daba a la banda una amplitud física enorme, transformándola en un fuelle de fragua.

Yo me alegré mucho por Fran. Está siendo muy discutido en este inicio de temporada porque, en el Madrid, alguien siempre tiene que cobrar

Fran García es otra cosa, su perfil es más Carvajal, bajito, fornido y duro como las piedras. Es un lateral ofensivo de manual, acompaña y dobla, no está perenne en la zona de ataque, sino que aparece, por oleadas, como en la vieja escuela. Cada vez que se equivoca corre como un condenado, buscando enmendar el error. Es verdad que con el espíritu, en el Madrid, no basta. Pero Fran tiene cualidades. No es Marcelo, pero tampoco es manco. Con el balón es correcto, adolece de la ambigüedad posicional de todos los laterales con exagerada vocación ofensiva, le falta cuajo a la hora de lidiar con extremos habilidosos llenos de recursos como se vio con Kubo, pero llega con extraordinaria facilidad hasta la línea de fondo y su recurrente proyección sobre la esquina izquierda del ataque asegura al equipo (que no va sobrado en eso) una zona de peligro permanente a la espalda de los centrales rivales, que tienen que cuidar todo el tiempo de ese ángulo muerto. Está por ver cómo se fragua su convivencia con Vinicius, apenas probada en un par de partidos, pero ese puede ser uno de los puntos de desequilibrio de la temporada, a favor o en contra.

Vinícius, Rodrygo y Fran García

Francisco José García Torres es un chaval de Bolaños de Calatrava, provincia de Ciudad Real. Tiene cara de español de la postguerra, rostro duro de boxeador, de hombre de campo, de pastor, de bracero, de personaje de La venganza de Antonio Bardem. Su forma de correr tiene algo de mozo que corre un encierro en día grande del pueblo, a veces, cuando pierde la posición, acelera para recuperarla como si llevara, detrás, cuesta bajo por el empedrado, el toro de San Marcos. Que juegue en el Madrid devuelve algo de reconocible terrenalidad al equipo. El vuelo galáctico de este Madrid cuya media es pura fuerza cosmopolita (Bellingham, Valverde, Tchouaméni, Camavinga…) recupera, de pronto, algo muy próximo culturalmente al español de a pie: un lateral bajito y corajudo que evoca a Camacho, que llega “hasta la línea de cal” como se decía antes y que pone centros que remata con gracia Joselu, otro superhéroe de la gente normal. Es un poco la España que madruga, el reconocimiento del Madrid, que es lo universal, a esa nación que subsiste todavía en el esfuerzo ordinario, en el levantarse todos los días para pagar las facturas, o al menos intentarlo. Es un regreso a los 80, y más, al Madrid de los García, pero con el cohete espacial de un estadio futurista, brutalista, y dos o tres iconos internacionales cargados de Copas de Europa conquistadas (y otras por conquistar).

Que Fran García juegue en el Madrid devuelve algo de reconocible terrenalidad al equipo. Es un poco la España que madruga, el reconocimiento del Madrid, que es lo universal, a esa nación que subsiste todavía en el esfuerzo ordinario, en el levantarse todos los días para pagar las facturas, o al menos intentarlo

Fran García salió del Campo de Calatrava para jugar en el Madrid. Los niños sueñan con ser como Benzema, Vinicius o Bellingham, pero la mayoría acaba, con suerte, en Fran García. Y sí, pueden llegar, pueden ocupar, con suerte y esfuerzo, un sitio en el Olimpo. Fran hizo la mili en Vallecas como Carvajal la hizo en Leverkusen o Modric, allá en los Balcanes, en Mostar, con el Hrvatski športski klub Zrinjski, en la liga más dura de la antigua Yugoslavia. Vallecas, con K en el fútbol, también tiene algo de zona de guerra. Su pradera fue las vías del Cercanías y cuando levantaba la cabeza en los partidos de casa sólo veía el trozo de cielo gris que se colaba por entre las altas torres y los bloques de viviendas que rodean el Teresa Rivero. Le debía recordar seguramente a los páramos calcinados de La Mancha. Viene de una zona de frontera histórica durante la Reconquista, señorío de órdenes militares, siempre al socaire de incursiones musulmanas. Eso imprime carácter a través de los siglos. Fran García puede ser tranquilamente un melonero manchego de cualquier novela de Plinio, el detective de Tomelloso inventado por García Pavón. Parece, desde luego, uno de esos dueños del hambre, el sudor y el hacha que cantaba Miguel Hernández.

Fran García y Bellingham

Dentro del mediocampismo amorfo, versátil, de mil matices y posibilidades, que ofrecen futbolistas tan modernos y extraordinarios como los que le rodean, Fran García, como Joselu, ofrecen certezas probadas, algo viejas, pero de utilidad incuestionable. Zidane consiguió que su equipo le metiera cuatro goles a la Juventus de Turín en la final de Cardiff, en 2017, pidiéndoles que llegaran a línea de fondo y luego pasaran atrás. Parece una táctica simple pero, hasta ese día, al equipo de Allegri, que parecía impenetrable, sólo le habían metido tres goles. Este sentido primitivo del juego desatasca multitud de pequeños y molestos partidos como el del Getafe o la Real Sociedad, que no pasaran a la Historia, seguramente, pero que son en los que si bien no se ganan las Ligas, sí que suelen perderse.

Cada centro que ponga Fran García y remate Joselu es una victoria de la decencia

De Fran, como digo, se teme que su espalda sea un coladero y que las más de las veces necesite ayuda extra de los mediocentros y de los centrales. Es posible, desde luego. De Carvajal se decía un poco lo mismo, hace diez años. Debutó y no le gustaba a nadie. Menos de un año después se comió a Ribery, que era el tercer mejor jugador del mundo, y fue indiscutible en la Décima. Nadie sabe lo que puede deparar el futuro. Ancelotti probó hace dos años a Miguel, un canterano elegante y espigado, y no le gustó. Con Fran, la cosa parece distinta. El club apostó por su vuelta y el mercado tampoco ofrece demasiado. El Barcelona, quebrado, dicen, ficha laterales del City y delanteros del Atlético con dinero trampeado gracias a la Liga. En la acera de la honestidad, el Madrid rescata a Joselustelrooy y confía en Fran aguardando, en la autarquía, que cambien los vientos del mundo. Cada centro que ponga el segundo y remate el primero es una victoria de la decencia.

 

Getty Images.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

3 comentarios en: Fran García, un lateral del pueblo

  1. También es cierto que si las cagadas que ha hecho Fran García las hubiera hecho Mendy, el francés estaba ya en la frontera deportado. Pero bueno, se trata de que entre los 2 sumen, y todo lo bien que les vaya a los 2 será "bueno para el Madrid", como decía aquel.

  2. Las cagadas de Fran García , excepto la que cometió el día del Getafe vienen dadas porque tanto nuestro extremo izquierdo y mucho más nuestro medio ubicado en esa zona actúan con un pasotismo tremendo para evitar la subida del carrilero del equipo contrario y que se produzca en 2 contra 1

  3. Desde mi punto de vista, el puesto de lateral es ahora mismo el más complicado de gestionar bien para el jugador. La clave está en las coberturas de los mediocampistas o, en su caso los delanteros ayuden en la labor defensiva del lateral. Esto se debe tener en cuenta a la hora de valorar las "cagadas" de los laterales tal como apunta "Amó a mi Madrid". Fran está adaptándose y habrá que tener un mínimo de paciencia para que se consolide.
    Por otra parte, muy buen artículo, no todos los jugadores pueden ser cracks pero, sin serlo pueden ser muy útiles al equipo y Lucas y Nacho son dos excelentes ejemplos.

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Tweets La Galerna

"El VAR es irreversible y se defiende solo. Cancelarlo sería como eliminar Internet argumentando que ha desnaturalizado a la sociedad."

Tremendo artículo de calidad. Muy de acuerdo con casa letra del mismo.

Justicia y tecnología son esenciales tanto para la sociedad como para el fútbol. Una cámara de seguridad puede incomodar a algunas personas, pero sólo disgusta profundamente al ladrón.
En defensa de un VAR mejor.
Lujazo volver a escribir en @lagalerna_

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