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Vini, tenemos que hablar

Vini, tenemos que hablar

Escrito por: Antonio Vázquez12 diciembre, 2020
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He sido un ferviente creyente en Vinícius Jr. casi desde la primera vez que le vi ponerse la casaca blanca y asumir responsabilidades impropias para un menor de edad al que se ubicó en el espacio que hacía solo unos meses ocupaba un tal Cristiano Ronaldo. Conviene recordar ese contexto, el de un chaval jugando en el Madrid, en el lugar de uno de los más grandes de la historia y en un equipo que se deshacía en jirones. La temporada se saldó con el fracaso notable de un grupo que venía de encadenar tres entorchados continentales consecutivos, pero Vini fue de los pocos que mantuvieron la nave a flote, permitiendo alcanzar cierta dignidad dentro del inapelable descalabro.

El brasileño demostró ser un futbolista especial, un adjetivo que no se puede emplear con más allá de un puñado de jugadores. Generaba y sigue generando desequilibrios de forma constante. Pero también podemos convenir que no ha crecido lo que se esperaba de él y, sobre todo, que las principales lagunas de su juego, evidentes desde el primer día, no parecen haber mermado ni un milímetro cúbico. Aun así, son todavía 20 años, lo que significa que el horizonte para mejorar es amplio, aunque debería empezar a notarse una evolución hasta la fecha casi inexistente.

Vinicius serio

No estamos sobrados de futbolistas que generen ventajas en ataque, y Vinícius es capaz de hacerlo de una forma consistente. Es rápido, absolutamente impredecible y tiene la capacidad de rebasar rivales y romper líneas. Al mismo tiempo, su toma de decisiones, especialmente en los últimos metros, es más que cuestionable. Destaca sobremanera su incapacidad de cara al gol, cuando tiene todo lo necesario para sumar un buen número de tantos a poco que convierta parte de lo mucho que genera, incluso careciendo como carece del instinto de un goleador nato.

Otro de los aspectos en los que debe mejorar es en la velocidad a la que suele jugar. Me recuerda por momentos a aquella forma de entender la Fórmula 1 de Kimi Raikkonnen, por la que siempre debía ir al límite de las posibilidades de su monoplaza. Maximum attack llamó a aquel estilo, cuyo resultado fue un puñado de victorias memorables y otro incluso más cuantioso de motores completamente reventados. Vinícius yerra tanto porque quiere hacerlo todo con el acelerador accionado siempre al máximo, sin ser consciente de que su cambio de ritmo y su primer paso pueden convertirse en armas infinitamente más letales. Parar y arrancar le permitiría, además, tener una visión más global de la jugada, de la situación de rivales y compañeros. Es decir, disponer de más información para tomar una decisión correcta en un entorno de máxima dificultad como el área rival, en lugar de precipitarse al vacío y esperar que un aliado aparezca por puro azar en la zona a la que ha hecho llegar el balón. Puede ocurrir, pero las posibilidades se reducen mucho.

Vinicius gol

Con él todo parece una serendipia, que el peligro que se genera a su alrededor es por una mera cuestión casual, pero es absolutamente imposible que así sea. Aunque sólo apelemos a la estadística, ningún futbolista del mundo provoca tantos rebotes que acaban en gol. Su impredecibilidad le convierte en un elemento muy peligroso en un fútbol en el que casi todo está absolutamente medido y la mayoría de las acciones son previsibles. El brasileño es una amenaza y es por eso que sus rivales son más tendentes al error cuando él está cerca.

parece haber perdido parte de su confianza en que acabará saliendo bien librado de cada envite

Vini tiene más dimensiones futbolísticas que cuando llegó. Ahora se solidariza en defensa, es capaz de mantener el indispensable rigor táctico y se le ve mucho más hecho a nivel físico. Mi miedo es que esta transformación le haya desnaturalizado, arrebatándole gran parte de lo que le hacía diferente. No sé si ha sido cosa de Zidane (no soy de los que le achaca todo lo malo que le pasa al Madrid, simplemente porque no es verdad) o de la fase lógica de adaptación al fútbol español y europeo. Pero ese extremo que pedía una y otra y otra vez la pelota y encaraba a su par hasta desfondarle, parece haber perdido parte de su confianza en que acabará saliendo bien librado de cada envite. Sus imprecisiones, palpables desde el primer instante, han crecido al tiempo de que mermaba su creencia en sus posibilidades. Y no es una cuestión de falta de oportunidades, porque ha jugado esta temporada en todos los partidos excepto en el choque ante el Betis.

El grupo de Whatsapp en el que más participo en mi día a día se llama Mouitter, y allí se producen encendidísimos debates sobre la temática más peregrina. El abanico abarca desde música clásica a estrategias financieras, entre otros asuntos de lo más variado. Por supuesto, también discutimos sobre el Madrid, y sobre Vínicius. Yo estoy en el bando de los que creen en él (clara minoría), pero confieso que mi fe, como la de todo verdadero creyente en algún momento, se ha resquebrajado. Ya no le defiendo con tanta vehemencia, ni tengo tan claro que vaya a ser lo que en su momento vislumbré. Sigo esperando otra epifanía, un momento en el que Vini vuelva a emocionarme y sume de nuevo con entusiasmo a su rebaño. El niño que se echó a todo un Real Madrid a la espalda y que puso patas arriba el Wanda o el Ámsterdam Arena sigue estando ahí, y cualquier día descollará. O eso quiero creer.

 

Fotografías Getty Images

7 comentarios en: Vini, tenemos que hablar

  1. Coincido en bastante con este artículo, pero sólo querría señalar que "ese extremo que pedía una y otra y otra vez la pelota y encaraba a su par hasta desfondarle" apareció hace 7 días en el Sánchez Pizjuan, donde casi todo lo bueno en ataque pasó por sus pies con una clara mejora en la inteligencia de sus movimientos en ataque. Eso sí, es cierto que la clarividencia arriba no acaba de llegar. Yo suelo fijarme en esas imágenes que salen de los entrenamientos del Madrid, mientras en la TV del club dan alguna noticia, o mientras Iñaki Angulo está en uno de sus videos, y veo a Vinicius hacer cosas mucho mejores delante de los porteros de lo que jamás le he visto en el campo (salvo aquel tiro ante el Levante). Creo que tiene cierto terror a fallar que le hace fallar más. Ojalá supere esa fase. Estaríamos ante un jugador top mundial.
    También escuché un audio de Kiko y Alvaro Benito en el que decían al respecto que lo que más odia un defensa es un tipo potente que esté todo el partido encarándole y yéndose la mayoría de las veces. Eso es un intangible que condiciona la defensa rival y que acaba pasándole factura.

    1. Recuerdo email debú con el Castilla, marco dos golazos, perfectos, antes de que lo amonestaran por dejarse hacer una llave de judo, y permitir que le mordieran la cabeza. Creo que el chico lo puede hacer mucho mejor, entre atolondramiento y mala suerte ha perdido confíanza

  2. Fe ciega en este niño. Aunque la verdad, creo que mi fe en todos los chavales que han llegado en los últimos 2 años es pretoriana.

    Es posible que Vini, finalmente, no sea Haland. Pero me extrañaría que en el panorama internacional dentro de 5 años, vaya a haber un extremo con el vértigo que un Vinicius con plena confianza en sus posibilidades.

  3. Vini me despierta muchas menos dudas que Isco, Marcelo, Odriozola, Militao, Rodrygo, Jovic o Mariano. Me parece un jugador de un potencial tremendo que todavía no ha aprendido los tiempos de su puesto en particular ni del fútbol en general. Pero aún así es desequilibrarme y eso hoy en día escasea. Creo que de 7 sería aún mejor que de 11 pero hay que darle más oportunidades.

  4. Lo bueno que tenía encarar,Driblar,regatear ya mano lo hace con la soltura y continuidad que lo hacía ,pero lo que hacía mal lo sigue haciendo mal .Ha perdido confianza en lo que hacía bien pero ahora baja a defender y a tapar el hueco del lateral .No sé pero creo que algo falla en su preparación le hemos quitado la Chispa Brasileña con la que vino y eso no ha sido bueno ni para el ni para el equipo

  5. Totalmente de acuerdo con el artículo. Yo tambien pensaba que lo mejor de Vini era su personalidad, insistir y volver a intentar el regate o el disparo aunque hubiera fallado antes. Pero es cierto que ahora parece otro, más centrado en el trabajo en equipo que en lo suyo, que además, ultimamente tampoco le está saliendo. El día del Borusia tuvo una solo ante el portero con un tiro claro, y prefirió intentar un pase imposible a un compañero antes que tirar a gol. Espero que vuelva a cojer la confianda de antes porque si no, se puede quedar en nada. Y sería una pena, porque me parece un jugador increíble. Tambien está ocurriendo, a mi modo de ver, que el juego de Mendy le está perjudicando bastante. Me da la impresión de que Mendy se está "amarcelinando" más de la cuenta ultimamente, con subidas al ataque muchas veces innecesarias, y quedándose por allí, en zonas de ataque donde debería estar Vinicius, cerrándole los espacios en la banda y desplazándolo al centro o incluso haciendo que éste le tenga que cubrir las espaldas en defensa, cuando debería ser al revés. Alguien dijo que un lateral en ataque tiene que "llegar", no "estar", que es lo que hace el francés. Mendy lo primero que tiene que hacer es defender, que por cierto, lo hace de cine, y si tienes a Vini por delante, tienes que dejarle cesped para correr y encarar porque es lo que necesita, y encargarse de estar al quite por si la pierde o servir de apoyo, pero siempre por detrás. No hace falta que le doble como hace siempre y encima se quede por allí. Creo que Zidane debería verlo.

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