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Un lugar del que huir

Un lugar del que huir

Escrito por: Athos Dumas1 noviembre, 2022
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Mientras veía el partido del domingo ante el Girona, pensé en lo que hace tiempo se está convirtiendo la liga española. Un basurero infame. Un estercolero. Un lugar del que hay que huir.

Independientemente de las siniestras circulares arbitrales -fantasmas o espíritus que apenas nadie conoce y que cambian con caprichoso criterio-, es increíble que lo de Asensio fuese considerado penalti (comparando por ejemplo con la mano de Felipe en el derbi 2020-21, que le costó el campeonato al Real Madrid) o que lo de Rodrygo no fuera gol (porque aparentemente el portero Gazzaniga tenía dos dedos rozando el esférico) cuando es una jugada que ni se revisa por el VAR.

Una sala VOR, por cierto, habitada por el pésimo ex árbitro Iglesias Villanueva, descendido a Segunda División por sus malas actuaciones en el campeonato 2018-19, y que ha encontrado cobijo (y jugosos estipendios) en las oscuras salas de la revisión tecnológica: este mal juez, el de los 3 penaltis en el 4-1 del Valencia hace un par de años, el día anterior no quiso ver una clara tarjeta roja a Marcos Alonso en el Valencia-Barcelona, como tampoco una agresión del acelerado (y protegido) Gavi a un defensor ché.

Melero López

Si a esto le añadimos la actitud de Melero López durante todo el encuentro (en el primer minuto, tras una falta aleatoria hecha por Rüdiger, se fue a por el alemán con actitud desafiante para amedrentarlo), pitando 16 faltas al equipo local, obviando una posible agresión a Carvajal que casi cuesta el 0-1, y permitiendo que los gerundenses le tomaran el pelo con infinitas pérdidas de tiempo (lo del calambre del portero Gazzaniga fue una mala broma), no es de extrañar que volaran dos puntos del Bernabéu, que dan sin duda un picante y una emoción a una liga cada vez más desesperante, aburrida y depauperada.

Tebas y Roures se frotan las manos ya que, antes del parón por el infame Mundial que se avecina, no habrá grandes diferencias en la clasificación entre Madrid y Barça, y así podrán presumir de emoción, y tratarán de vender el pollino cojo de “la mejor competición del mundo” a quien se lo quiera comprar.

La sensación de asco es casi infinita. Una competición en la que Gavi lleva una media de 3 faltas sancionadas por partido (más muchas actitudes que no se le sancionan ni que se repiten por el VAR manipulado por el socio culé Óscar Lago), 2 tarjetas amarillas en total, y que contemplan la vergonzosa expulsión de todo un Toni Kroos, la primera tras más de 700 partidos como profesional por ver dos tarjetas amarillas por hacer dos faltas.

Una competición en la que Gavi lleva una media de 3 faltas sancionadas por partido (más muchas actitudes que no se le sancionan ni que se repiten por el VAR manipulado por el socio culé Óscar Lago), 2 tarjetas amarillas en total, y que contemplan la vergonzosa expulsión de todo un Toni Kroos, la primera tras más de 700 partidos como profesional por ver dos tarjetas amarillas por hacer dos faltas

Y de esta forma, cuando tras esta jornada debería haber una diferencia de 5 puntos entre Madrid y Barça (lo lógico es que jugando con 10 con una expulsión merecida para Marcos Alonso es que su equipo no hubiese pasado del 0-0 inicial), resulta que solo hay un punto (32 a 31) a favor de los blancos.

Para más inri, nos hemos enterado ayer lunes 31 de octubre, en plena víspera de Halloween, que la Real Federación Española de Fútbol dispone de un Departamento de Integridad (un oxímoron tan increíble como un Departamento de Ética en la empresa de Al Capone o un Departamento de la Verdad en el diario soviético Pravda) que va a estudiar las declaraciones postpartido de Ancelotti (“el penalti de Asensio fue inventado”, imaginen ustedes la gravedad de dicha afirmación) para sancionar al técnico italiano entre 4 y 12 partidos de castigo.

“Pocilga” es el título posiblemente de la peor película de Pier Paolo Pasolini (lo cual ya tiene mérito en un currículo de baja calidad), un batiburrillo de escenas sin sentido donde se mezclan, por ejemplo, historias de caníbales y de colaboracionistas nazis.

No se me ocurre un sustantivo más apropiado para lo que estamos viviendo estos últimos años en nuestra liga doméstica. Aunque todo es siempre empeorable. Seguro que Tebas, Roures y el comité arbitral pueden hacer aún más hediondo este cenagal, esta pocilga de la que sin duda me gustaría que saliera huyendo el club de mis amores.

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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