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Un coloso flamenco

Un coloso flamenco

Escrito por: Antonio Valderrama7 junio, 2022
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El sábado 28, en París, el Madrid lo volvió a hacer, entre otras muchas cosas gracias a que en la portería tuvo a un coloso que repelió los innumerables intentos del Liverpool por meter un gol. La actuación de Thibaut Courtois en el Stade de France fue de esas de las que se seguirá hablando incluso cuando el fútbol haya dejado de existir, un partido perfecto que superó al de Casillas en Glasgow, en el 2002, porque además de consistir no en tres paradas milagrosas sino en 95 minutos de ejercicio gimnástico impecable, culminó con él toda una Copa de Europa mayestática. Courtois, así, volvió a dejar claro que el fútbol, entre todas sus grandezas, cuenta con una no menor ni poco relevante que es la de dejar en ridículo a quienes hablan de más, como en este caso a mí mismo. Por lo que este texto que aporreo ahora contra las teclas de un ordenador prestado debe considerarse, por encima de todo, una retractación.

Courtois es el ejemplo más patente de que muchos grandes futbolistas tienen que vestir la camiseta blanca para alcanzar, de verdad, ese grado de excelencia que los catapulta directamente a la posteridad

Para definir al Real Madrid, para entenderlo y explicarlo a los demás, a menudo no queda sino recurrir a la literatura, al cine o al arte. En concreto, la historia de la Copa de Europa número 14 puede contarse yendo al Museo del Prado. Allí, donde Goya, puede encontrarse una pintura extraordinaria llamada El Coloso. En ella, el genio aragonés narra mediante una sutil alegoría cómo el Real Madrid Club de Fútbol se apropió del continente europeo y destruyó a sus enemigos en santa cruzada, derruyendo sus esperanzas y convirtiendo a sus seguidores en legiones famélicas de individuos atenazados por el miedo y la miseria. El Coloso de Goya es, además, Thibaut Courtois.

Coloso Goya

A Courtois, de chaval, lo apodaban El Pulpo. El Liverpool descubrió el otro día por qué. Sus padres, que fueron jugadores de voleibol semiprofesionales, quisieron que su hijo también lo fuera, pero el chico salió más interesado en el fútbol. Nació en Breé, joya de La Campine, la Campiña flamenca, que se parece poco a la italiana pues las crónicas medievales la describen como una llanura desolada, infértil, habitada sólo por monjes y campesinos pobres. Es la Flandes del barro y la guerra de El sol de Breda de Pérez-Reverte. Región dividida históricamente entre las Provincias Unidas protestantes y los católicos Habsburgos, quedó ligada a Francia hasta la creación del moderno reino belga, por eso Courtois es un apellido francés en medio del páramo neerlandés. En el equipo de una de sus ciudades, el Racing de Genk, entró Courtois con ocho año para salir de él campeón de liga con 18.

la historia de la Copa de Europa número 14 puede contarse yendo al Museo del Prado. Allí, donde Goya, puede encontrarse una pintura extraordinaria llamada El Coloso. El Coloso de Goya es, además, Thibaut Courtois

Cuando el Madrid se lo compró al Chelsea, a mí me gustaba más Keylor Navas. El portero que salía en un jeroglífico maya era el portero de las tres Copas de Europa seguidas. Era el portero-jerarca, el portero de las apariciones marianas en las eliminatorias donde el Madrid de Zidane caminaba sobre las cabezas de los mortales haciendo funambulismo, con los ojos cerrados, pues lo guiaba la Historia. Courtois llegó en un mal verano y se comió un primer año terrible, el año de Lopetegui y de Solari, el año en que las ausencias, de Zidane y de Cristiano, fueron dos cráteres de dimensiones lunares que ocuparon toda La Castellana y no dejaron crecer la hierba. Llegó con su pasado atlético a cuestas, su cara descompuesta, el trabajo de tapar los agujeros de la peor defensa de la élite en la peor temporada del Madrid en diez años como poco. Llegó también para ser titular en una plantilla llena de personalidades carismáticas en la que todavía contaba, como suplente por designio directo de las alturas presidenciales, el portero que acababa de hacer historia con todos los demás. Esas dualidades siempre presagian desastres.

Courtois y Keylor

Después volvió Zidane y a Courtois se le despejó el camino. Dije cosas terribles sobre él, exhibiendo mi infame condición de tuitero, pero como suele ocurrir con los tuiteros, Don Fútbol pone a cada uno siempre en su sitio. La transformación de Courtois ocurrió una tarde de otoño, precisamente en la Copa de Europa y precisamente frente a un equipo flamenco, el Brujas, que se puso 0-2 en el Bernabéu metiéndole dos goles al por entonces vacilante y dubitativo gigante belga que en nada recordaba al titán que había ganado la Liga con el Atlético y que luego se había convertido en el mejor portero de la Premier inglesa. Courtois abandonó el partido en el descanso, aquejado de una gastroenteritis, y con todo lo demás, Courtois evacuó sobre todo el miedo. Fue una gastroenteritis catártica, o una catarsis gastroenterítica. Aquella catarsis, que en griego significa purificación y que alude precisamente a la purga, limpió sacramentalmente a Courtois de cualquier resto del pasado que enturbiara su ambición de ser el mejor portero del Madrid moderno. Volvió recuperado al cabo de un tiempo, retuvo la titularidad, empezó a parar como un frontón de pelota vasca y ganó la Liga del Coronavirus. Desde entonces, sólo ha crecido.

No es que el Madrid sea el lado bueno de la Historia, es que es la Historia

Courtois es el ejemplo más patente de que muchos grandes futbolistas tienen que vestir la camiseta blanca para alcanzar, de verdad, ese grado de excelencia que los catapulta directamente a la posteridad. Equipos grandes hay muchos, equipos grandes que ganen Copas de Europa, también, aunque no tantos, pero equipos en los que cada Copa de Europa es un desafío permanente a las leyes que rigen el Universo y que delimitan lo posible de lo imposible, sólo hay uno. No es que el Madrid sea el lado bueno de la Historia, es que es la Historia. El Madrid la escribe, los demás anotan en los márgenes, intentan emborronar la página y en ocasiones lo consiguen, pero todos trabajan sobre el mismo libro, que es propiedad del Real. El Madrid hace leyenda al segundo portero de la Unión Deportiva Levante y el Madrid le consigue un supercontrato en el PSG. El Madrid transforma a promesas de la Ligue 1 y a talentos sin cuajar del Tottenham en futbolistas generacionales, en símbolos populares, en evocaciones infinitas de todo lo luminoso y bello que puede producir el hombre si tiene la motivación adecuada, el estímulo justo y vive en el entorno correcto. Todo eso es el Madrid.

Será recordado como el mejor después de Casillas y Buffon y tiene por delante otra década completa para seguir ganando con el Madrid y sublimarse todavía más, alcanzar el nivel de Cristiano y de Messi, hacerse con el cetro de mejor portero del siglo XXI

Courtois era un portero ejemplar en el Chelsea, ejemplar en el sentido de modélico, un portero pura academia: altísimo, agilísimo, bueno con los pies (es decir, moderno), intuitivo en los penaltis, dominante por arriba. Cumplía con el canon, pero el canon solo no basta en el Real, que es quien redacta los cánones y el que, también, los destruye de un plumazo para recoger del suelo los pedacitos y juntarlos y crear una nueva pieza jamás antes vista. Courtois tenía un defecto propio de los porteros muy altos y es que por debajo era un coladero, Messi se puso las botas colándole balones por entre las piernas en todos aquellos Barcelona-Chelsea que jalonaron con pura chatarra los últimos años del 10 argentino como futbolista azulgrana. Eso también lo ha corregido en el Madrid, abordando a los delanteros de otra manera, haciéndose más plástico, lo vimos en la parada memorable que le hace a Grealish justo antes del 1-1 de Rodrigo contra el City. Courtois maneja ahora todo su cuerpo como si fuera un órgano creado ex profeso para impedir que los balones entren en el espacio comprendido por los postes y el travesaño. Es una máquina perfecta.

Este año, por si fuera poco, Courtois ha jugado con un nivel de motivación extraordinaria, por encima de lo normal. En París parecía un iluminado. Su final es la final que lo eleva definitivamente a un Olimpo escogido. Ya no será recordado sólo como un gran portero en una época de grandes porteros. Será recordado como el mejor después de Casillas y Buffon y tiene por delante otra década completa para seguir ganando con el Madrid y sublimarse todavía más, alcanzar el nivel de Cristiano y de Messi, hacerse con el cetro de mejor portero del siglo XXI. Yo con este texto le quiero pedir modestamente perdón, en la medida de mis posibilidades y en la medida en que un diletante que opina de fútbol puede aprehender que es inabarcable todo lo que ignora. Yo me siento muy feliz no sólo por ello, no sólo porque el Madrid siga ganando cosas y que las gane por encima de lo racional, sino por descubrir que ante el misterio sólo cabe plegarse y agradecer que uno es testigo. Como en ante el amor.

 

Getty Images.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

8 comentarios en: Un coloso flamenco

  1. Me parece admirable la rectificación.
    Pero Courtois ya era el portero que es ahora cuando lo fichó Floren.
    Y como tantos otros fichajes del Madrid, fue objeto de una crítica sañuda. Que si era del Malakito, que si nos había insultado desde un balcón ... Courtois era una "oportunidad de mercado" cuando se le fichó, y además era un porterazo. Pero había que ponerle pegas.
    En particular le pusieron la proa los admiradores de Keylor Navas. Era el portero de Zidane, y el de las tres champions seguidas. Y le teníamos cariño. Pero viendo jugar a los dos, para mi no había color. Las paradas de Keylor parecían sobre humanas porque tenía que volar como Superman para alcanzar la pelota. El belga las hacía con un simple estiramiento de su "gadjeto brazo". Lo que en Keylor era sobrehumano, en Courtois era lo normal.
    Ha hecho falta esta temporada extraordinaria y la exhibición final de París para que por fin se reconozca a Courtois como el extraordinario portero que es. Para por alto, por bajo, con las manos, con los pies, y además juega bien la pelota con el pie, lo que para un tipo de dos metros no debe ser nada fácil.
    En fin, arrepentidos los quiere Dios. Bienvenido a la verdadera fe.
    Saludos.

  2. Dos puntualizaciones:

    1) La llegada de Courtois estuvo previamente envenenada por el incidente del fax del inefable De Gea ocurrido veranos antes.

    2 y más importante para mí) Meter a Lopetegui y a Solari en el mismo saco es faltarle el respeto al bueno de Santiago, que hizo bastante más que lo que parece, sobre todo sacando partido a gente como Reguilón, Ceballos, Llorente, etc. Sacó al primer Vinicius del infierno de las patadas y las mordeduras de 2ªB. Se marcó un "ésto es lo que hay" en plan Koeman, pero en lugar de llorar se las apañó para ganar el Mundial de clubes. Puede parecer y de hecho es un título menor. Pero voy a seguir recordando que el otro título menor de la temporada, la Supercopa de Europa, la perdimos contra el Paleti (¡perder una final con el Paleti debería estar penado con cárcel en el orbe madridista!), pero el amigo Lopetegui vino a decir que las sensaciones fueron positivas (homenaje a Xavi con lo de perder 0-7 y celebrar la possessió). Los dos cero-treses del Farsa y sobre todo lo del Ajax le condenaron, pero dudo mucho que cualquier otro entrenador hubiera podido hacer algo diferente con aquella ruina post-cristiánica.

    Abrazos madridistas

  3. Tercera puntualización, que se me ha olvidado, jeje. Perdonen: Comparar a Keylor con Courtois era como aquella época del gato Benzema y de Higuaín. Había gente, muchos más de los que ahora quieren reconocerlo, que preferían al bueno del Pipita. Y es que nos caía bien el Pipita. Era un tío luchador, y había tenido su papel en la Liga de las Remontadas hoy mencionada. Ha sucedido varias veces en la historia. Los más mayores también recordarán una lisérgica duda entre Luis Milla y Fernando Redondo. En fin, cosas que suceden de vez en cuando.

    Abrazos madridistas nuevamente.

    PD Sugiero que se elabore un hilo del "quite del perdón" en el que cada uno "se la envaine" y reconozca algunas burradas que hayan escrito previamente en La Galerna. Yo mismo tengo unas cuantas. Si se hace este hilo, con gusto me expondré voluntariamente al escarnio público

  4. Pues yo Solari ( que no digo que el tio no apostara por jóvenes ) por lo demás ni fu ni fa.
    Recordar que aparte del Mundial de Clubs, el cual año tras año siempre lo va a ganar el campeón europeo, el Madrid estaba en tres competiciones.
    En la liga mal, no fue capaz de reconducir la situación, es mas cuando pudimos subirnos al carro llego la debacle del Gerona en casa...eso añadido a que el Barca nos gano en el Bernabeu pues mal...mal y mal.
    Copa del Rey, fuimos pasando elminatorias y cuando nos llegan las semis contra el Barca ( después de empatar en la ida ) en la vuelta van y nos pintan la cara en el Bernabeu...pues mal.
    Y en la Champions después de ganar al Ajax en la ida, en la vuelta van y nos meten 4 dándonos un baño, MAL
    Y Lopetegui pues mas de lo mismo el tiempo que estuvo...

  5. Me dolió lo de Keilor, no dije nada. Ahora me doy cuenta que quien tomo la decisión acertó. Es posible que yo no allá visto en el Madrid algo mejor, ni en ningún otro equipo. Tengo 70 años y aunque no vivo en España, trato de seguir lo mas posible a nuestro equipo y a todos los europeos y de varios países de este lado del charco. Cuando jugaba Hugo eran partidos de un gran entusiasmo en estos lados del océano. no nos perdíamos ninguno. Me consta que Hugo tiene un amor imperdible por nuestro equipo, siempre que por televisión habla de el, se deshace en elogios. Ruggeri igual, desde Argentina, le cuestionan constantemente y dice que el Madrid esta por encima de todos y levanta la mano mostrando la altura en el que está nuestro equipo. Grande es nuestro equipo no hay otro, igual que Courtois. Felicidades hay que disfrutarlo. Cuernavaca, México.

  6. "¡Qué grande eres Antonio!" La verdad es que da gusto cuando una persona pide sinceramente perdón. Es más grande cuando una persona pide perdón con todas esas líneas maravillosas. Parecen palabras de enamorado, y lo son. Amor al Real Madrid, amor al fútbol arte, al reconocimiento del trabajo de muchas personas que nos hacen a los mortales blancos un poquito mejor la vida. No es sólo deporte, no es una actividad de ocio, es la lucha por la vida misma: ejemplos de que con trabajo y esfuerzo más pasión se puede conseguir lo que una persona sueña. Este querido club nos ha salvado la vida a muchos, nos ha dado ejemplo de que si queremos, podemos. Por eso Antonio gracias por el artículo, es excelente hermano. Un gran saludo madridista desde Montevideo y ¡Hala Madrid!

  7. Courtois es mejor que Buffon y Casillas.
    Keylor era el portero de Zidane pero cuando volvió el frances, decidió que Courtois seria su titular. La prensa amiga de Keylor atacó Zidane diciendo que había traicionado a Keylor (Pedrerol, Juanma Rodriguez, Edu Aguirre, etc.), pero Zidane sabia que el tiempo de Keylor ya era cosa del pasado. En el caso que Zidane fiche por el PSG, otra vez decidirá por la titularidad de un portero más completo y más joven; en este caso Donnarumma. Es una pena para Keylor que es leyenda pero la edad es la que es y ella llega para todos.
    Courtois, el mejor portero que he visto.

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