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Perros callejeros

Portanálisis: "Una mirada irónica sobre la prensa deportiva diaria"

Perros callejeros

Escrito por: La Galerna8 noviembre, 2022
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Buenos días, amigos. Después del sorteo de Champions celebrado a mediodía que emparejó al equipo de Ancelotti con el Liverpool, por la noche en Vallecas llegó —como destaca Marca en su portada— la primera derrota liguera del Real Madrid en un partido lamentable, en lo propio y en lo ajeno, frente a un Rayo que jugó mejor al fútbol y a lo que no es fútbol gracias a la permisividad, inoperancia e inaptitud de Juan Martínez Munuera.

Portada Marca

El partido, sin embargo, comenzó con una rareza estadística; incursión talentosa de Vini, falta al borde del área y tarjeta amarilla clara para Catena (la rareza es que el colegiado la mostrase). La falta la ejecutó Rodrygo a las nubes, una constante durante todo el partido. Rodrygo llegó a fallar debajo de la misma portería. Pero este inicio fue un espejismo porque el partido se convirtió en un remake de Perros Callejeros o de cualquier otra película de cine quinqui.

Antes, gol del Rayo. Acto seguido, Vinícius cometió un falta de tantas que se cometen y Martínez Munuera le enseñó una tarjeta amarilla a todas luces exagerada y, no contento con realizar su labor con más o menos acierto, se adentró en un terreno que nada tiene que ver con el fútbol, ya que se dedicó a pedir tranquilidad y a regañar a Vinícius persiguiéndolo por todo el campo. Vergüenza ajena es poco para describir lo que sentimos las personas adultas al observar el comportamiento de otro siglo del trencilla.

Martínez Munuera persigue a Vini Rayo

Apréciese lo exaltado que estaba Vinícius

El Rayo, que fue mucho más pícaro que el Madrid durante todo el encuentro, entendió la acción de Martínez Munuera como lo que era, como una señal del árbitro que indicaba de qué lado estaba, y comenzó la caza del rival, sobre todo la caza de su presa favorita, que no fue otra que la de todos: Vinícius.

Hubo de todo. Trejo, que ejercía de cabecilla de la banda, cometió tres faltas fuertes en 10 minutos sin que el colegiado le pidiese tranquilidad ni, por supuesto, le amonestase. Poco después, Balliu le arreó un guantazo con la mano abierta en la cabeza a Vinícus, tal cual.

Balliu golpea a Vini Rayo

Es muy difícil, pero podemos llegar a creernos que el del pito no viese el golpe, pero es imposible que el Medié Jiménez no lo observase en la sala VOR. Imposible. ¿Por qué no avisó al árbitro de campo? ¿Por qué no llevó a cabo su labor?

La agresión no fue castigada por Martínez Munera con roja ni con segunda amarilla. Tal es el grado de abducción colectiva, que Forner en televisión reaccionó a la hostia (¿se puede decir hostia?) de Balliu a Vini con un: “Recordemos que Vinícius ya tiene amarilla”.

Tampoco vamos a sorprendernos, la historia viene de lejos. Recordemos que poco después de aterrizar en Madrid, un cachorro de ese club que da cobijo a un grupo con delitos de sangre mordió la cabeza de Vini y el madridista vio amarilla. Tal vez por no tener el sabor esperado.

Martínez Munuera tampoco vio el claro penalti a Asensio. El realizador tuvo la mala idea de ofrecer la repetición y una vez que todo el mundo lo vio, Medié Jiménez no tuvo más remedio que avisar al señor Martínez. No informarlo de la agresión a Vinícius tiene un pase porque la caza de Vini está permitida, pero ya dos acciones claras seguidas era mucho. De modo que, con todo el dolor de su corazón, tuvo que pitar penalti. Por suerte no lo lanzó Rodrygo alto y Modric se encargó de materializarlo.

Pero el corporativismo arbitral supera a la propia realidad, por lo que para Martínez Burrul, ese árbitro con apellido de acelerón de moto tras un tirón de bolso —también propio de película de cine quinqui—, no fue penalti. Marca lo publica en un tuit que contiene una foto en la que se aprecia con claridad el penalti. Maravilloso.

Pérez Burrul penalti Asensio Rayo.

Poco después, el Madrid daba la vuelta al partido con un testarazo de Militao. Es probable que en ese momento Munuera se sintiese fatal, después de todo el esfuerzo realizado el Madrid iba ganando. Afortunadamente para él y para los que manejan el cotarro, el Madrid seguía con una caraja mundial y cedió el empate pronto.

Antes del descanso hubo tiempo para que Isi empujara a Vinícius y lo arrojase fuera del campo con fuerza ante el colegiado. Sigan, sigan.

Isi empuja a Vini Rayo

En la segunda parte más de lo mismo, juego horrible del Madrid y actitud marrullera y violenta del Rayo permitida por el árbitro y jaleada por la turba que abarrotaba las gradas y que protestaba hasta las propias agresiones de sus futbolistas. La afición de Vallecas otra cosa no, pero criterio tampoco.

En este remake de Perros Callejeros, el Madrid era un Seat 132 al que las bujías le hacían perla y el Rayo un 1430 trucado. Cada córner madridista era defendido por los rayistas del mismo modo que un atracador retiene a un cliente en el robo de un banco con la permisividad de un policía Munuera inoperante.

En esas estábamos cuando Carvajal sacó a pasear el brazo en el área. Fue de manera involuntaria, pero ahora eso carece de importancia, porque el brazo estaba abierto y ocupando más espacio (que algún día explicarán cómo un brazo, con masa y volumen constantes, puede ocupar más o menos espacio, pero eso es otro tema). Martínez tampoco vio el penal y tuvieron que avisarle. Esta vez no transcurrió una eternidad como en el penalti de Asensio.

Trejo, que poco antes se había cebado con Militao, lanzó y detuvo Courtois. Pero hubo que repetir el penalti. En un principio dijeron que porque Tibó no estaba sobre la línea. Después, mostraron que Carvajal había invadido el área antes del lanzamiento. Bien repetido. Gol. La pregunta es: ¿por qué cuando el Madrid falla un penalti y el rival invade el campo no se repite? Buscad, buscad, hay varios ejemplos.

El partido acabó con derrota madridista. Aquí podéis leer la crónica Andrés Torres. Alberto Cosín dio buena cuenta de la actuación de Martínez Munuera en su crónica arbitral.

Según se acerca el mundial de los miles de esclavos muertos el Madrid se desinfla y se encuentra en el peor momento de juego y concentración de la temporada. El Madrid pierde la cabeza, como dice As. La de la Liga y la que permite centrarse en los partidos.

Portada As

Cuando las cosas van bien, cualquier elemento perturbador, como un mundial a mitad de temporada, es potencialmente desestabilizador. Tal vez si Ancelotti contra el Cádiz el jueves alinease a 11 no mundialistas el desempeño blanco mejorase.

Pasad un buen día.

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