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Olga Carmona, Premio Pioneras de La Galerna

Olga Carmona, Premio Pioneras de La Galerna

Escrito por: F. Alcalá-Zamora7 marzo, 2024
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En la Segunda Edición de sus Premios, La Galerna inaugura la categoría Premio Pioneras de la sección de fútbol femenino del Real Madrid, y lo hace otorgando esa primera distinción a Olga Carmona. No puede parecerme una decisión más acertada.

La interminable novela de aventuras que es el fútbol, la realidad alternativa que lo define como mundo mágico en el que todo es posible, necesita de protagonistas que hagan avanzar las historias que cada año devora el aficionado. En concreto, requiere la existencia de futbolistas tan humanos como nosotros, pero al mismo tiempo capaces de hacer lo que para la gran mayoría sería imposible. En esa dualidad —tan iguales, tan diferentes— se gesta tanto la mitificación y encumbramiento como la conexión profunda con personas que, simplificando, te alegran el fin de semana al marcar un gol defendiendo el escudo de tu equipo, o al dar la asistencia correspondiente, o al encumbrarse entre los/las mejores del duelo. Olga Carmona nos ha alegrado así muchos fines de semana.

La mayoría consume su carrera deportiva haciendo las veces de secundarios de lujo. A excepción de alguna escena puntual en la que acaparan la luz de los focos, parecen estar allí para dar consistencia al arco narrativo de los protagonistas. Cómo llegan hasta ahí los elegidos seguirá siempre envuelto en la bruma y el misterio. Conocemos la vía del talento innato, la del trabajo y consistencia enfermizos, y todos los caminos intermedios, pero cuando el aficionado queda convencido de estar ante alguien especial la transformación ya ha ocurrido; se trata de una estrella porque, está claro, es una estrella.

Olga Carmona

A Olga Carmona García (Sevilla, 2000) su demarcación en el campo debería actuar como primera e infranqueable barrera de cara a trascender más allá del rectángulo verde. Desde el lateral, con su complexión liviana, pasar desapercibida firmando una carrera decente en el mundo del fútbol habría sido un escenario lógico. Sin embargo, la andaluza tiene el don de los elegidos, la chispa indescifrable que marca la diferencia. Su apariencia menuda y la teórica limitación de su rango de acción no son más que los elementos que confirman estar ante una futbolista llamada a dejar huella.

Lo detectaron pronto en Sevilla, y lo mismo ocurrió tras aterrizar en el Real Madrid. Rodeada del ruido, de las incomodidades y de toda la dificultad asociada a rendir a gran nivel dentro de un proyecto en proceso de construcción desde los cimientos, Olga ha ido alzando la voz dentro y fuera del campo hasta convertirse en una de las líderes del equipo. ¿Quién si no sería la encargada de lanzar un penalti dentro de un Camp Nou con 90.000 aficionados rivales ejerciendo presión? Sí, hablamos de un gesto sencillo y practicado miles de veces por un profesional. Y aun así cualquier aficionado entiende que, en contextos como ese, mandar el balón a la red con la templanza con la que lo suele hacer la sevillana la sitúa en un plano diferente a la normalidad.

Sin jugadoras como Olga Carmona, el fútbol sería otra cosa. la andaluza tiene el don de los elegidos, la chispa indescifrable que marca la diferencia

Su epopeya personal, de la que todavía quedan muchas páginas por escribir, saltó al rango de clásico de nuestros días durante el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. El golazo decisivo que firmó durante los momentos críticos de la semifinal ante Suecia, obra cumbre que cualquier futbolista desearía protagonizar, fue únicamente la antesala de lo que estaba por llegar: el contexto trágico en el que disputó la final, el gol que vale una Copa del Mundo, la impactante casualidad de su celebración dedicada a una amiga que había perdido a la madre; seguimos hablando de fútbol, de un juego entre personas de carne y hueso, pero historias como la suya demuestran que hay algo mucho más profundo.

Olga Carmona

El ser humano, desde el comienzo de los tiempos, necesita agarrarse a narraciones fuera de lo común; crece y aprende a través de cuentos, parábolas y hazañas. Nos sentimos vivos al ver nuestro reflejo distante en las trayectorias de personajes únicos. Dado que todo ese mundo se comprime y reduce al llegar a la edad adulta, quizás la explicación del valor exagerado que le damos a los sucesos que ocurren en torno al fútbol radique en que es uno de los pocos espacios en los que nuestra imaginación sigue volando sin limitaciones.

Olga Carmona, como tantos y tantas, se dedica a recorrer kilómetros sobre el césped y a patear un balón de cuero vestida con su camiseta blanca. Es su profesión, es lo que le gusta desde niña y es algo que se le da increíblemente bien. Si bien esta descripción tan anodina no deja de ser cierta, es evidente que le falta una pieza esencial: su núcleo pasional, la esencia que aviva nuestro vínculo con futbolistas como ella y nos permite conectar profundamente con las gestas logradas dentro del campo. Sin jugadoras como Olga Carmona, el fútbol sería otra cosa.

Enhorabuena por el Premio, Olga. Te lo mereces.

 

 

Getty Images.

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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