Las mejores firmas madridistas del planeta
Inicio
Portanálisis
Nunca dijimos que Alemania fuese Alemania y por eso Alemania no nos dio la razón

Portanálisis: "Una mirada irónica sobre la prensa deportiva diaria"

Nunca dijimos que Alemania fuese Alemania y por eso Alemania no nos dio la razón

Escrito por: La Galerna28 noviembre, 2022
VALORA ESTE ARTÍCULO
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas

Si hubiéramos dicho alguna vez que Alemania es Alemania, no nos podría haber extrañado que Alemania asintiera, pero al no haberlo dicho nunca (no porque no sea verdad, sino por algún otro motivo que hablaremos con nuestro primo) resulta que Alemania no se ha pronunciado ni sobre su equivalencia con Alemania ni sobre la presunta obligatoriedad de otorgarnos la razón, caso de que lo hubiéramos señalado.

Buenos días, amigos. Mariano Rajoy está escribiendo en El Debate breves crónicas de la llamada roja en este mundial putrefacto, y la cosa está siendo un éxito sin parangón. En nuestro primer párrafo de hoy hemos tratado de replicar el estilo inimitable de nuestro expresidente. No podría negar la autoría de estos textos futboleros ni aunque se empeñara.

No está empleando a ningún afroamericano para esta tesitura. Es él, sin sombra de duda.

Crónica Rajoy España Alemania

Ahí lo tenéis. “Dije que Alemania es Alemania y creo que Alemania me ha dado la razón”, se jacta el ex presidente del Gobierno español. Lamentamos no poder decir lo mismo. Nosotros nunca dijimos que Alemania fuese Alemania y, por consiguiente, los germanos no nos dieron la razón, puesto que es imposible dar la razón a lo que no ha sido dicho.

“Hay que pensar que si el balón está en el área del otro no te van a meter gol”, sostiene Rajoy, preclaro. Esto es ser un panenkita y lo demás son leches. “Como esté demasiado en la tuya, corres evidentemente algunos riesgos”, abunda el Segurola gallego, convirtiendo a Miguel Quintana en un perfecto ignaro balompédico. Qué lucidez, amigos. Queda visto que debería existir un término medio entre el pizarrismo y el galleguismo extremo. “Creo que hemos dado la talla y ahora hay que ver qué es lo que va a ocurrir”. Dicho esto, si no hubiéramos dado la talla estaríamos igualmente legitimados para ver qué es lo que va a ocurrir, si bien lo veríamos desde el avión de vuelta a España, tal vez. Ver qué es lo que va a ocurrir es casi siempre legítimo, si bien acertar en la puesta en práctica de esa disciplina es propio de pitonisos y oráculos varios, cosa que Rajoy no es. Tampoco lo es, por ejemplo, la FIFA, que se puso a ver lo que iba a pasar en la preparación del mundial y no vio que iban a morir más de 6000 esclavos en la construcción de los estadios.

Sostiene Rajoy, para cerrar su antológica columna, que “hay que ser optimista, porque ser cualquier otra cosa no sirve absolutamente para nada”. Hombre, aquí nos permitimos discrepar de D. Mariano, ex presidente del Gobierno (ojalá no fuese el único Mariano que ya es ex). Hay que cosas que no son ser optimista y que sí que sirven de algo. Ser guapo, por ejemplo, sirve para ligar, o al menos así era cuando ligar era actividad libre de sospecha. Ser ingeniero aeronáutico te sirve, en principio, para construir aviones. Ser Catar te sirve para organizar mundiales, aunque visto lo visto no debiera servirte.

Ser portanalista, en cambio, no sirve para gran cosa. Después de más de siete años haciéndolo, no le vemos gran ganancia al asunto. Cuando vemos “qué es lo que va a ocurrir”, no vemos un carajo. Bueno, sí, vemos las portadas, pero no nos referíamos a eso.

Portada Marca Portada As Portada Mundo Deportivo Portada Sport

A veces, en la vida, empatar contra Alemania tiene más mérito y es más reseñable que meterle siete goles a Costa Rica. Estamos ante uno de esos casos. Todos aquellos que quieren ilusionarse con la marcha en el mundial de la llamada roja tienen ahora muchas más razones para hacerlo que hace unos días (nosotros no nos ilusionamos con la roja ni vamos con ellos porque no vamos con nadie, ¿cómo podríamos ir CON alguien en el mundial cuando vamos CONTRA el mundial?). Si fuéramos con la roja, estaríamos ahora más legítimamente emocionados que nunca. España debió ganar, fue superior a Alemania en juego y ocasiones, y mostró un cuajo que es el que de verdad hace a los equipos campeones. Luis Enrique lleva años forjando un grupo muy discutible nombre por nombre, pero que ha encontrado en eso, en la forja paulatina de un auténtico grupo, el elemento diferenciador con respecto a otros combinados. Una selección, hecha con retales de diferentes equipos que se reúnen de pascuas a ramos, no está por lo general muy trabajada. Luis Enrique ha obrado el milagro y su equipo lo está, como lo estaría un equipo de club formado por tíos que entrenan juntos todos los días. Le puedes discutir a quién lleva y le puedes discutir sus formas, pero le tienes que conceder ese logro que, potencialmente, puede conducirle a ganar el mundial, cosa que, de suceder, será utilizado contra el Real Madrid por los medios y las instituciones de un modo que ríete tú de lo de 2010. Pero esto es apuntar lejos. De momento, solo cabe felicitar al asturiano por el trabajo que está haciendo, nos caiga bien, mal o regular, y permanecer atentos a las columnas de Mariano Rajoy en El Debate. Cualquier otra cosa no sirve absolutamente para nada.

Pasad un buen día.

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

homelistpencilcommentstwitterangle-rightspotify linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram