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La decadencia de Messi

La decadencia de Messi

Escrito por: Antonio Valderrama29 diciembre, 2020
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El paje de cámara

Hay oficios a los que el tiempo convierte en respetables. Otorga carta de naturaleza, el barniz dorado de la tradición. El de paje de cámara, por ejemplo, es uno que ha sufrido variaciones en su ejercicio y forma a lo largo del tiempo, no así en su propósito último, que es como bien recoge el DRAE el de «servir dentro de la cámara a su señor». De cámara viene no sólo camarero, que digamos es donde linda la idea por lo bajo, sino también camarlengo o chambelán, que son la sublimación de la idea de la servidumbre. Los genios siempre han tenido muy afinado el sentido de la posteridad, de la propaganda. Por eso con frecuencia aparecían rodeados por escribas: Alejandro Magno llegó hasta la India seguido por un biógrafo oficial que iba acumulando material para la posterior exégesis, César se contaba a sí mismo en tercera persona y Napoleón tenía pintores que lo glorificaban. Suele ocurrir que los hagiógrafos trabajan en la cumbre, por así decirlo, no cuando la fama declina y aparecen las sombras. En el caso de Messi, la redacción de deportes de El País se encargó de convertir su clímax en una fábula de Disney, pero para la terrible decadencia no ha elegido ni a un David, ni a un Virgilio, ni tan siquiera a un Pemán o a un Vázquez Montalbán, sino a Rubén Uría.

El País se encargó de convertir el clímax de Messi en una fábula de Disney, pero para la terrible decadencia no ha elegido ni a un David, ni a un Virgilio, ni tan siquiera a un Pemán o a un Vázquez Montalbán, sino a Rubén Uría

Hace poco Uría, ya con cierto status dentro del oficio, comentó las palabras de Florentino en la última asamblea de compromisarios del Madrid y luego entrevistó a Tebas, el jefe de la Liga. La entrevista sirvió, como sirven algunas entrevistas, de lanzadera de ataques por parte de uno de los dos hombres más poderosos del fútbol español al presidente del Real Madrid. Es curioso lo de Uría y el género de interviuvar, como lo llamaba Chaves Nogales. Más que entrevistar, parece que se propone negar a Velázquez haciendo, en vez de retratos de sus protagonistas, antirretratos: no hay troppo vero que valga cuando uno asiste a estos espectáculos de complacencia. Rubén Uría cambió el servicio a la Conferencia Episcopal por el de ese Anticristo moderno llamado Roures, dueño de Mediapro, además del de DAZN, CTXT, la radio pública catalana y RTVE. Posicionado ya claramente fuera del ámbito «conservador» del periodismo deportivo español (tampoco es que la COPE sea esRadio, no nos engañemos), se encontraba sin duda en el lugar adecuado para dar el salto a la toilette del Messi crepuscular. Igual que en la Rusia roja existía lo que se conocía como kremlinología o interpretación de los prodigios acaecidos dentro de los pasillos y despachos del Politburó moscovita, en la Cataluña oficial existe la messiología. «El Hacha», como se hace llamar, a lo mejor por distinguirse desde sus inicios como un furibundo hincha rojiblanco (ahora, en cambio, cultiva la imagen de «periodista de culto», aunque escriba en el Sport), adelantó por la derecha al resto de escritores de ficción de la prensa catalana y logró su momento de gloria profesional este verano: la entrevista en exclusiva con Messi que clausuraba el culebrón de su no-marcha del Barcelona. Más que entrevista, como digo, aquello parecía una confesión televisada, pero muy lejos de las que lograba conseguir Jesús Quintero.

Messi Rubén Uría Hacha

El camino de Uría hacia la corte del 10 azulgrana ha sido largo pero ejemplo de una admirable tenacidad. En 2011 escribía un fantástico memorándum dirigido contra todos aquellos que osaran expresar alguna duda acerca del tratamiento arbitral e incluso moral dado al Barcelona de Guardiola, en especial en lo referente a su duelo con el Madrid. Quizá consciente del filón laboral, a lo mejor también con esa devoción particular que muchos atléticos le tienen al Barcelona —que se parece tanto al regodeo místico del pobre cuando al rico lo parte un rayo— Uría se había entregado ya a la apología del guardiolismo, religión oficial de la España del momento. Y el ungido del guardiolismo, naturalmente, es Messi, ángel exterminador de esa alegoría del mal que para la nación de los Urías sentados en el sofá que habita en España, representa el Madrid. En una entrevista confesó una vez que su maestro en el oficio del periodismo fue JJ Brotons, un tipo siniestro que llegó a dar clases en el máster que apadrina el Madrid y cuyo éxito explica por sí mismo la deriva moral e intelectual de la España democrática. Brotons, Supergarcía, Segurola y Relaño, según confiesa, son los referentes que «le inocularon en la sangre el veneno del periodismo», todos ellos dinosaurios de un mundo extinto ya al que le cayó con Twitter el meteorito de la realidad pero que siguen conservando el viejo halo de misterio que tienen los santos a los que se ha rezado mucho. Todos ellos, por cierto, reputados antiflorentinistas, amén de algunas otras cosas. Todavía me acuerdo de aquel artículo de Segurola, el hombre que siempre quiso escribir en el New York Times y no pudo, en el que dejaba caer que era peligroso para un hincha del Athletic de Bilbao pasearse por Madrid con una camiseta rojiblanca. Pero en España ha habido siempre quien ha podido decir cualquier cosa y quien no ha podido decir nada, y esto no le ha importado nunca a nadie.

En 2001 Uría se había entregado ya a la apología del guardiolismo, religión oficial de la España del momento. Y el ungido del guardiolismo, naturalmente, es Messi, ángel exterminador de esa alegoría del mal que para la nación de los Urías representa el Madrid

En aquel memorándum Uría desgranaba, con ese estilo melifluo y entreverado de jerigonza pleyeba tan suyo, de homilía de cura moderno (no en vano, Uría estudió periodismo en la Francisco de Vitoria), la genealogía de los favores administrativos concedidos al Madrid por todos los poderes fácticos del país desde Felipe II. Como prueba de la exquisitez profesional de semejante arqueología documental, el estudio fue rebotado por Superdeporte, la New Yorker del Turia.

Como en España se encumbra a cualquiera, y por razones espurias casi siempre, es normal que la intelligentsia nacional esté llena de fatuos que se quieren mucho a sí mismos sin que los demás sepamos muy bien por qué. «El Hacha» es uno al que le dicen que es diferente (diferente de, se supone, los que hacen El Chiringuito, Pedrerol y su tropa, que encarnan según esta autovisión, por no llamar perspectiva onanista, el amarillismo en la prensa deportiva) porque cultiva una imagen de neutralidad que es pura pose y porque escribe en sitios «donde la noticia se viste de novela», como lo presentaba uno en una entrevista que le hicieron en Vavel hace unos años. Toda esta legión de imitadores del periodismo literario americano, todos estos Taleses y Norman Mailers que no paran de esforzarse en distinguirse de «lo otro», es en realidad la verdadera condena de un subgénero periodístico, el deportivo, de por sí aquejado de un mal de nacimiento. Cuando entré a hacer prácticas en la delegación de TVE en Sevilla me mandaron a redactar las noticias deportivas del telediario del mediodía. Lo primero que me dijeron los redactores de plantilla, perros viejos del gremio que se las habían visto ya de todos los colores, era que, en deportes, siempre mandaban a los tontos.

Messi

Hace casi dos años, después de la semana negra que finiquitó el primer año post-Zidane y post-Cristiano en el Madrid, Uría escribió un artículo en Goal describiendo al Bernabéu como «el parque de bolas de Messi» y engolosinándose con la doble derrota del Madrid de Solari a manos de aquel Barcelona. «Destrozar», «zarandear con extrema facilidad» y «comer la merienda» conformaban el campo semántico del texto, prueba del algodón de eso que llaman subtexto: lo que, en realidad, nos está diciendo el que lo escribe «el Madrid sigue con su colección particular de Champions, pero en España el Barcelona de Messi le está comiendo la merienda». Temporada y media después, el Madrid, otra vez con Zidane, ha vuelto a ganar la Liga, además de una Supercopa; le ha ganado dos de los tres enfrentamientos directos al Barcelona de Messi y, mirando el lustro de Zidane como entrenador a todo lo largo, le ha conquistado dos de las tres Ligas completas. Dios nos libre de los periodistas de raza que además tienen éxito.

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Madridista de infantería. Practico el anarcomadridismo en mis horas de esparcimiento. Soy el central al que siempre mandan a rematar melones en los descuentos. En Twitter podrán encontrarme como @fantantonio

13 comentarios en: La decadencia de Messi

  1. La lectura del artículo me lleva a una consideración un poco al margen del mismo.
    Es la trayectoria profesional de J.J. Brotons. ¿Alguien puede imaginar a un periodista madrileño y madridista dirigiendo los deportes de TV3 y dando un master en Barça TV? ¿Verdad que no?. Es inconcebible, iría en contra de la naturaleza de las cosas.
    Pues bien, J.J. Brotons, catalán y seguidor del Barça ha dirigido la información deportiva en Tele Madrid, y " llegó a dar clases en el máster que apadrina el Madrid". ¿Porqué sucede esto en Madrid y es inimaginable que suceda en Barcelona? ¿Es porque somos más tolerantes o es porque somos más tontos?
    Los referentes periodísticos del señor Uría, "Brotons, Supergarcía, Segurola y Relaño" explican en buena medida el antimadridismo del personaje. Va por el camino de ser un "maestro de periodistas" como sus antecesores. Será un buen juglar para glosar la decadencia del Mesías.
    Saludos.

    1. Comentario de una lógica aplastante y que parece que podría plantear el dilema de "¿tonto o tolerante?". En mi opinión lo que subyace es política. Política perversa. Así que desde donde/quien se genera esa absurda paradoja , podríamos contemplar el síndrome de Estocolmo o, según otra perspectiva, el síndrome de Lima. Ahora bien, en cualquier caso, el madridismo está harto de ser el pimpampum. Hartísimo.

  2. Escribe en Sport, siervo de Roures, defensor moral y no solo futbolístico del de Santpedor y confiesa tener a Brotons, Supergarcía, Segurola y Relaño como referentes. No cabe mayor confesión de culpabilidad en un periolisto deportivo. Como para tomar en serio una sola de sus palabras.

  3. El otro día vi unas imágenes de guardiola con una sudadera de "open arms". Se puede ser más hipócrita y adicto al postureo un tío que defendió a su racista afición y negó que habían llamado mono a Roberto Carlos. No he visto tío con más jeta en el mundo del fútbol en mi vida

  4. Creo que La Galerna, una vez calmadas esas semanas de invasión de trolls (todavía no se ha terminado del todo, pero parece que las aguas vuelven a su cauce), debería seguir en su rol de madridismo Ilustrado. Más que para combatir a los chiringuiteros y a los Ciudadanos Periodistas (para eso están Richard Dees y otros), para rebatir a los pseudoilustrados antimadridistas, muchos de los cuales están citados en el mensaje y en otros comentarios. ME refiero a publicaciones como Líbero o similares, que están muy bien escritas, pero siempre con esa sutileza anti-, con esa dicotomía de atléticos y farsantes güenos, madridistas fachas y antiguos.

  5. Uría no es más que un Colchonero/antimadridista disfrazado de neutral, en la línea de los Petón, Tertuliator, Pipis y compañía. Destila bilis en cada una de sus palabras.

    Gran artículo. Felicidades

  6. Muy buen artìculo. Anàlisis riguroso, ameno y un tanto irònico, pero de argumentos claros y dificil de rebatir. Buen retrato de tanta mediocridad periodistica que viven, seguramente bien, de un pasado al que se agarran, con poca perspectiva de futuro.

  7. Un aplauso a un artículo que desnuda a ese petulante fantoche heredero ,en efecto ,de los Brotons,Segurolas,Maldinis etc,gentuza disfrazada de falsa intelectualidad y que tanto daño han hecho y hacen a la imagen del Madrid.Es a èste tipo de perilistos a los que el club debería combatir con saña.

    1. En el etc... añado a Gonzalo Miró y a Valdanagoras.
      Artículo ejemplar para denunciar a los ¿periodistas deportivos? que hay en España. Madre mía, qué paisaje y qué paisanaje.
      El "amigo" Uría es más un antimadridista que un atlético, aunque, la verdad, todos los seguidores atléticos qué conozco llevan de apellido "antimadridista".

  8. Buenas tardes, magnífico artículo, gracias a La galerna y a don Antonio Valderrama por ir desenmascarando poco a poco a estos asquerosos escribidores y comentaristas cuyo falso prestigio se asienta en criticar y malmeter en todo lo referente al RM. Ocupan las radios, las tertulias y las columnas de los panfletos basura dizque prensa deportiva hoy circulantes. Ni comprar ninguno, ni ver Estudio estadio ni escuchar esas emisoras, que se muera de hambre toda esta gentuza...Engreídos de no se qué presunta capacidad literaria o periodística, petulantes como ellos solos, supuestos conocedores de la realidad del fútbol actual y del RM, falsos profetas de paradigmas falsos y huecos impuestos a golpe de privilegios desde el poder federativo y gubernamental...verdaderos s........ s de la "información" dedicados a propagar la mentira, la manipulación, la deformación...ni caso ni agua ni audiencia.
    Feliz año al RM, a todos los madridistas (disfrazados no) y a todo el equipo de La galerna!

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