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La aportación de Florentino Pérez al Mundial femenino

La aportación de Florentino Pérez al Mundial femenino

Escrito por: Athos Dumas20 agosto, 2023
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Verano de 2019. Copa del Mundo Femenina de la FIFA en Francia. En octavos de final, España vuelve a ser eliminada muy pronto, como en 2015, tras perder derrotada por Estados Unidos. Dicha selección estaba mayoritariamente compuesta por jugadoras del FC Barcelona, que por entonces ya llegaba regularmente a las rondas finales de la Copa de Europa, y del Atlético de Madrid.

Precisamente en ese mismo verano, el Real Madrid anticipaba su entrada en el fútbol femenino, tras anunciar el compromiso de absorber en verano de 2020 al CD Tacón, un equipo modesto madrileño que acababa de ascender a la primera división femenina.

Las críticas al Real Madrid por no tener equipo femenino habían sido feroces durante varios años. Se dijo absolutamente de todo por parte de la prensa deportiva, con punzantes mensajes procedentes también de altavoces de los rivales en el fútbol masculino. El caso es que, por aquel entonces y por desgracia, el fútbol femenino en España interesaba a muy poca gente, prácticamente nada a los medios de comunicación y apenas llegaba a las propias jugadoras, a sus entornos familiares y a sus cuerpos técnicos.

Cuando el Madrid ya entró oficialmente como club de fútbol femenino, el 1 de julio de 2020, en plena pandemia, por cierto, también llovieron infinidad de críticas y de improperios sobre el club de Concha Espina: “advenedizos”, “interesados”, “intrusos”, fueron los calificativos más suaves que recibió el Real Madrid.

Las risas nerviosas se convirtieron ya en carcajadas en el primer “Clásico” (término aun más absurdo en una disputa que nunca antes había tenido lugar), el 4 de octubre de 2020, cuando el FC Barcelona arrasaba en Valdebebas (sin público en las gradas) por 0-4 al Real Madrid.

Poco a poco ha ido creciendo – para los madridistas amantes del fútbol femenino esto va demasiado despacio todavía – el Real Madrid y, de hecho, en las 3 temporadas que lleva jugando en primera división, en todas ellas se ha clasificado (dos subcampeonatos y un tercer puesto) para la Copa de Europa UWCL. Pero lo importante de todo, es que -ya sea por motivos deportivos, ya por el mero hecho de practicar la mofa por parte de los heraldos protoculés (el Madrid aun no ha conseguido siquiera un empate en sus enfrentamientos ante el Barcelona)- el fútbol femenino lleva tres años creciendo sin parar. Nadie puede dudar de que el hecho de llenar el Camp Nou en una vuelta de cuartos de final de UWCL con más de 90.000 espectadores en 2022 fue gracias a que el rival del Barcelona aquella tarde fuera el Real Madrid, por el morbo que había en la Ciudad Condal por humillar nuevamente a las nuestras.

En la selección nacional, el fenómeno Real Madrid ha sido sin lugar a dudas primordial a la hora de elevar el interés de los espectadores (sobre todo telespectadores) por este deporte. Y es que la rivalidad Barcelona-Real Madrid no se puede suplir con nada, pese a que antes del Madrid estaban ya secciones femeninas exitosas del Atlético, del Espanyol, del Athletic o del Levante.

Tras el fracaso de la selección en el Mundial de Francia de 2019, la Eurocopa – jugada en 2022 en Inglaterra – supuso, con el mismo seleccionador (Jorge Vilda) y con una abrumadora presencia de jugadoras del FC Barcelona (campeonas de la Copa de Europa en 2021), una nueva decepción. Era un grupo de brillantes jugadoras que eran incapaces de pasar una simple eliminatoria en grandes competiciones. Fueron derrotadas por 2-1 por la anfitriona Inglaterra, con 7 jugadoras culés en el 11 inicial, que podían haber sido 8 de no haber estado lesionada la Balón de Oro en esos momentos, Alexia Putellas.

Jorge Vilda

Tras la mala Eurocopa, hubo motín, como ya sabemos todos, en septiembre de 2022. Motín promovido desde las entrañas del FC Barcelona: las jugadoras culés ya tenían experiencia en cargarse entrenadores; ya en junio de 2021, tras un triplete logrado bajo el mando de Lluís Cortés, las cabecillas azulgranas (con Alexia Putellas y Mapi León al mando) criticaron su forma de entrenar y de gestionar la plantilla (pese a los éxitos conseguidos sobre el terreno de juego), y finalmente lograron su objetivo, ya que la directiva culé les dio la razón y mandó al cadalso a Lluís Cortés.

En la selección, un año después, repitieron estrategia. Las jugadoras – sobre todo las del Barça – eran muy buenas y Vilda era un inútil que no las comprendía ni sabía sacar lo mejor de ellas (más otra serie de rumores escabrosos que circulaban, pero jamás nadie implicado llegó a hacerlos públicos).

Rubiales preocupado

Vilda recibió entonces el apoyo total por parte de Luis Rubiales (quizás ésta haya sido la mejor gestión del de Motril desde su llegada a la presidencia de la RFEF en 2018). Lo que hizo a partir de ahí Vilda fue apoyarse casi por completo en el Real Madrid femenino. Quitó capitanías a las rebeldes que ya no querían acudir a su llamada y también a las veteranas ambiguas (Paredes, Hermoso y Putellas), que apoyaban a “las 15” pero de una forma sui generis, y empezó a aumentar el número de madridistas en las convocatorias: hizo primera capitana a Ivana Andrés, a la sazón capitana del Real Madrid, segunda capitana, a la guardameta Misa Rodríguez, y tercera a la sevillana Olga Carmona.

Hubo partidos con hasta siete y ocho titulares del Real Madrid en el XI inicial. Fue una época complicada para la selección, y, sobre todo, para Vilda, que no paraba de recibir pullazos desde todos los medios proculés (muy mayoritarios en el fútbol femenino, ahí debemos incluir a la nefasta banda de RTVE Deportes, sita en Sant Cugat, profundamente antimadridista, pese a ser un canal que pagamos todos los españoles), además de los múltiples desplantes que hacían cada vez que podían las jugadoras del FC Barcelona contra las del Real Madrid: gestos, caritas, menosprecios (lideradas, hay que decirlo, por la que era entonces, por ausencia de Putellas, la mejor de las azulgranas, Aitana Bonmatí, una de las firmantes del manifiesto anti-Vilda, que, meses después, se traicionó a sí misma y a la mayoría de “las 15”, por su propio interés y por el bien de su carrera futbolística profesional).

Vilda resistió aquellos meses gracias por supuesto a Rubiales, y, mayoritariamente, al apoyo de las jugadoras del Real Madrid, que dieron la cara por él y que lograron, sin ayuda de las figuras altivas y plagadas de soberbia del FC Barcelona, algunos éxitos deportivos jamás logrados antes, como por ejemplo derrotar a la selección campeona del mundo, Estados Unidos, en un amistoso jugado en Pamplona.

Indudablemente, dichos meses en la selección jugando partidos importantes como titulares indiscutibles hicieron crecer como deportistas profesionales a jugadoras como Ivana, como Misa, como Olga, como Tere Abelleira, como Athenea del Castillo, como Claudia Zornoza y como Esther González.

A la hora de elegir a sus 23 para Australia y Nueva Zelanda, todas ellas formaron parte del grupo (además de Rocío), aunque alguna dejó su sitio, como Maite Oroz, a alguna de las rebeldes o de las ambiguas del motín del anterior mes de septiembre. Decisión sin duda injusta de Vilda. También hay que decir en su favor que no se volvió atrás con su decisión del nombramiento de las nuevas capitanas, pese a que desde el culerío no se paraba de nombrar a Paredes, a Hermoso o a Putellas como verdaderas “capitanas en la sombra”.

Y así, poco a poco, Vilda, por propio egoísmo y por el bien de los resultados de la selección, fue perdonando primero a “las ambiguas” y luego a varias de las amotinadas (Bonmatí, Caldentey y Batlle). Todas ellas han sido pilares fundamentales para el camino de la selección, quizás hoy en día sigan siendo mejores jugadoras (que no mejores personas ni mejores profesionales) que por ejemplo Rocío, Zornoza o Athenea, que sí que estuvieron en todo momento apoyando a Jorge Vilda.

había calidad indudable en las jugadoras de fútbol españolas, pero nunca se obtenía ningún éxito en las fases decisivas de los campeonatos. Para este escribidor no puede ser casualidad que el éxito por fin haya llegado cuando el Real Madrid haya puesto interés en un deporte que hasta hace tres años se seguía de forma furtiva en programas de Teledeporte absolutamente minoritarios

Incluso una decisión particularmente injusta, como fue quitar de la titularidad en la portería a Misa y poner en su lugar a Cata Coll tras el 4-0 de Japón (y en el que Misa no fue culpable de ninguno de los 4 tantos nipones), le salió también bien a Vilda.

La justicia poética aterrizó eficazmente en la semifinal ante Suecia (con gol decisivo de la capitana Olga Carmona a pase de la mejor mediocentro del Mundial, Tere Abelleira) y, sobre todo, en la finalísima ante Inglaterra, con golazo valor campeonato de la propia Olga (de nuevo capitana), más el trabajo incansable de Abelleira, la buena media hora final de la nueva madridista Oihane Hernández y de los buenos minutos finales, resistiendo el impulso final de las inglesas, de Ivana Andrés.

Más poético incluso fue el final feliz en Sidney, con la propia Ivana Andrés, capitana de hecho y por derecho, levantando la Copa del Mundo, en una ceremonia ya clásica en la que el capitán de la selección que levanta un trofeo de primer nivel (Mundial o Eurocopa) tiene que ser sí o sí un integrante del Real Madrid Club de Fútbol, ya bien sea Iker Casillas en las Eurocopas de 2008 y 2012, en el Mundial de Sudáfrica en 2010 o bien Ivana Andrés en el Mundial Australia-Nueva Zelanda de 2023.

Insistimos, había calidad indudable en las jugadoras de fútbol españolas, pero nunca se obtenía ningún éxito en las fases decisivas de los campeonatos. Para este escribidor no puede ser casualidad que el éxito por fin haya llegado cuando el Real Madrid haya puesto interés en un deporte que hasta hace tres años se seguía de forma furtiva en programas de Teledeporte absolutamente minoritarios.

Y se ha llegado a la conquista de una Copa del Mundo con un gol de una de las nuestras, la incansable y talentosa Olga Carmona, MVP merecida de la final (la MVP del campeonato mereció ser Tere Abelleira, mucho menos mediática, por ahora, que Aitana Bonmatí) y con Ivana Andrés, la eficaz central y capitana merengue, levantando el trofeo para regalárselo a todo un país.

Gracias, por tanto, Florentino: un éxito más. La creación de nuestro equipo femenino se ha demostrado que fue en el momento adecuado, para poner al fútbol femenino español en lo más alto. La asignatura pendiente es hacer exactamente lo mismo con nuestro Real Madrid Femenino. Todos estamos deseando inaugurar nuestra vitrina de grandes trofeos también a nivel de club.

4 comentarios en: La aportación de Florentino Pérez al Mundial femenino

  1. Muy contento por el mundial femenino. Muy contento por el papel de las chicas del RM.

    Una vez dicho esto, Rubiales es un macarra, hortera de bolera y corrupto que abochorna a todo un país

  2. Buenas tardes, mucho me temo que al no controlar el relato, los hechos referidos por D. Athos
    se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.
    Saludos blancos

  3. Y el pico que le ha metido a Jenni Hermoso... Ya le vale al impresentable éste. Que tiene que estar hasta en la sopa, ni que hubiera jugado él. Ya verás cómo aparece saliendo de la puerta del avión agarrando la copa con Ivana. El niño en el bautizo, el muerto en el entierro...

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