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La adulteración post-Negreira

La adulteración post-Negreira

Escrito por: Hank27 febrero, 2024
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“Haced muchas faltitas, faltitas" —decía Unai López a sus compañeros del Rayo que estaban a punto de entrar al terreno de juego para sustituirle—. “Que no os las van a pitar” —casi le faltó añadir. No digamos ya sacarles tarjetas.

Haced muchas faltitas

El Rayo-Real Madrid de hace dos domingos a las dos de la tarde (¿quién pone un partido un domingo a las dos de la tarde?, me permito preguntar retóricamente) acabó 1-1 en el apartado goleador y 4-3+1 en el apartado disciplinario, donde el conjunto de Carlo Ancelotti estuvo mucho más eficaz al ver la mismas cartulinas que el equipo vallecano (3 amarillas y una roja) habiendo realizado tan sólo 7 faltas, por 17 del equipo rival. Puede parecer circunstancial pero lo cierto es que no lo es. En los últimos partidos del Madrid en Vallecas, las estadísticas son similares: el Rayo doblando en faltas al equipo merengue y obteniendo un número similar, a veces incluso inferior, de tarjetas amarillas. Y de este factor se saca rédito en el resultado del partido: un empate y una victoria en las dos últimas visitas del equipo blanco a su campo.

Contra el Sevilla, el partido discurría por los mismos derroteros hasta que algo ocurrió al margen de la voluntad del CTA: la lesión de Díaz de Mera Escuderos provocó la entrada en el campo del colegiado de 1ª RFEF Fernández Buergo y el insólito hecho en la liga española de que el Madrid recibiera un arbitraje decente, algo que sólo tiende a ocurrir cuando el Madrid disputa una competición ajena a este país.

Negreira se fue, sí, pero su espíritu pervive. Si bien los tuiteros expertos en estadísticas hicieron bien en buscar y hallar esas anomalías estadísticas que demostraron en su día que el Madrid jugaba con otras reglas en esta competición, los colegiados han sabido adaptarse a los tiempos que corren para hallar técnicas y métodos de adulteración de los partidos y resultados sin necesidad de que dichas estadísticas llamen en exceso la atención. De hecho, según varios de los que llevan años recolectando estos datos, los saldos arbitrales de Madrid y Barça se han igualado en las últimas temporadas, coincidiendo con la salida de Negreira y la instauración de un “nuevo” orden en el CTA.

Negreira se fue, sí, pero su espíritu pervive. Los colegiados han sabido adaptarse a los tiempos que corren para hallar técnicas y métodos de adulteración de los partidos y resultados sin necesidad de que dichas estadísticas llamen en exceso la atención.

A ningún madridista le es ajena la dinámica que han tomado los encuentros ligueros del Real Madrid en los que cosen a los nuestros a entradas, patadas y empujones y la primera amarilla termina viéndola uno de los de blanco. Tampoco le es extraño al público madridista comprobar como a partir del minuto 70 y cuando el resultado del encuentro deja de ser incierto, los rivales comienzan a ver unas cartulinas que llegan unos 50 minutos tarde, cuando ya son intrascendentes.

Los rivales, evidentemente, lo saben y juegan con eso. Están en su derecho, faltaría más. No es tan problema de quien se pasa las reglas por el forro, sino de quien está obligado a asegurarse de su cumplimiento y hace la vista gorda. Contra el Real Madrid, los equipos contrarios saben que pueden realizar todo tipo de “faltitas” para detener el avance del equipo blanco. Saben que pueden empujar a Vinicius después de que ya haya soltado la bola. Saben que pueden pisar a Bellingham después de que este haya dado el pase. Saben que pueden hacer uso de cualquier tipo de entrada para derribar a Camavinga en carrera, pues parece ser que el nuevo reglamento interno del CTA prohíbe explícitamente señalar faltas sobre el francés para compensar así su insultante superioridad física sobre los rivales.

No es tan problema de quien se pasa las reglas por el forro, sino de quien está obligado a asegurarse de su cumplimiento y hace la vista gorda. Contra el Real Madrid, los equipos contrarios saben que pueden realizar todo tipo de “faltitas” para detener el avance del equipo blanco

Esta permisividad adultera tanto el devenir del encuentro como un penalti no pitado o una expulsión perdonada porque, si bien estas son jugadas que tienden a pervertir el resultado del mismo, la tolerancia selectiva de los colegiados permite a los equipos realizar un planteamiento que no se puede permitir en ningún otro partido de la misma competición y que desquicia a los jugadores del equipo agredido.

Está en el libro de derechos (y costumbres) de cada aficionado madridista demandar un nivel más elevado de juego colectivo e individual de los jugadores que defienden nuestra camiseta, pero, como jugador que he sido y que ha sufrido en sus propias carnes la corrupción arbitral (en mi caso a nivel provincial), puedo asegurar y aseguro que cuando un jugador está en el campo y percibe que el arbitraje está siendo claramente parcial y sesgado, cuando las mismas entradas que se pitan a un lado no se pitan al otro, cuando la misma tarjeta que se saca a un jugador no se saca al de camiseta contraria, es muy difícil mantener la concentración inicial del partido y uno tiende a desquiciarse.

Molinos contra gigantes

La injusticia y, sobre todo, la impotencia derivada por la misma altera, queramos nosotros o no, el estado emocional del jugador, al que es difícil pedirle que rinda como en condiciones normales. Igual que no se le puede exigir la misma velocidad punta en un sprint a un jugador en el minuto 1 que en el minuto 89, tampoco se le puede exigir a un jugador desquiciado que juegue con la misma soltura y confianza que cuando su estado de ánimo está templado. Los entrenadores tienden a pedir combatir este tipo de situaciones con fútbol, pero es muy difícil desarrollar el modelo de juego al que el equipo acostumbra cuando el arbitraje permite que el planteamiento rival corte el ritmo del mismo continuamente y ni siquiera se obtenga la esperable ventaja que puede dar una tarjeta al rival con la que buscar las cosquillas a los jugadores amonestados.

Esta permisividad adultera tanto el devenir del encuentro como un penalti no pitado o una expulsión perdonada

Me he permitido la licencia de coger el disfraz de Maketo Lari al ver una estadística que compartió hace poco con motivo de esta polémica (el Madrid es el tercer equipo con peor saldo de expulsiones de esta liga a pesar de ser el equipo con mejor saldo de faltas: -117) para bucear en el mundo de la estadísticas y me he encontrado algunas otras anomalías, de esas que sólo se dan en las competiciones patrias, y que considero tan extrañamente familiares como reseñables:

  • De las 26 jornadas ligueras que ha disputado el Real Madrid, sólo dos equipos rivales han realizado menos de 10 faltas en alguno de esos partidos (Las Palmas y Osasuna).
  • El Real Madrid ha realizado menos de 10 faltas en 13 de esos partidos, es decir en la mitad de los encuentros.
  • En Champions, en cambio, sólo ha habido dos partidos (de siete) en los que el rival ha hecho más de 10 faltas.
  • En 13 de los 26 encuentros, el equipo rival del Real Madrid realizó 15 o más faltas contra el equipo blanco.
  • En más de un tercio de los encuentros ligueros (9 de 26), el conjunto blanco ha visto la primera cartulina amarilla.

No quise seguir registrando estadísticas de esta índole porque las mencionadas bastaban por sí solas para avalar la hipótesis y porque tampoco era cuestión de aumentar la hinchazón de mis carótidas de una manera tan gratuita. Todo esto se traduce en el dolor de muelas que suele suponer sentarse a ver un partido liguero del club de nuestros amores y encontrarnos con el típico encuentro trabado, sin ritmo, en el que vemos a un jugador de los nuestros por los suelos cada minuto y en el que la propuesta ofensiva del equipo rival brilla por su ausencia, salvo por algunas de esas contras tan criticadas cuando el que las hace es el equipo vikingo.

Contra el Sevilla fue especialmente llamativo el cambio de arbitraje, pues Díaz de Mera sacó 2 amarillas al Real Madrid y permitió varios contactos sin sancionar falta al Sevilla, codazo que provocó un moratón en el ojo de Lucas incluido; mientras que en el poco tiempo que estuvo, Fernández Buergo controló totalmente un partido que venía bastante caliente limitándose únicamente a señalar las faltas que se cometían y sacar las amarillas pertinentes. Sacó 3 al Sevilla en apenas 30 minutos y ninguna al Real Madrid. Aciago futuro se le augura en el arbitraje español profesional.

Fernández Buergo

Este tipo de planteamientos cada vez serán más recurrentes en los encuentros nacionales que encare el Real Madrid. Cabe preguntarse, o más bien preguntarle a los responsables, si es conveniente entorpecer el espectáculo de los partidos del club con más aficionados en este país (y por tanto el que mayor beneficio económico puede reportar a la liga), y que con mayor grandeza y dignidad representa a España en las competiciones internacionales.

Cabe preguntarse si es normal que las principales estrellas de esta liga (Vinicius y Bellingham) vean más amarillas por protestar que los jugadores que viven de lesionarlos

Cabe preguntarse si es lógico que las estrellas que consigue atraer el Real Madrid a la liga española cada vez tarden menos en cuestionarse si no habrían hecho mejor en irse a otra liga. Cabe preguntarse en qué otra liga del mundo se podría ver a Toni Kroos y Carlo Ancelotti recibiendo una tarjeta amarilla por protestar absolutamente exasperados las incomprensibles decisiones arbitrales que se toman en España.

Cabe preguntarse si es normal que las principales estrellas de esta liga (Vinicius y Bellingham) vean más amarillas por protestar que los jugadores que viven de lesionarlos. Tras tantas cuestiones que caben preguntarse, ya no atisbo a preguntarme si merece siquiera la pena competir en semejante liga.

 

Getty Images.

8 comentarios en: La adulteración post-Negreira

  1. Efectivamente Hank, todo cambio cuando se lesionó el arbitro de campo. No tengo duda que si hubiera seguido, no ganamos el partido, pues el gol de Modric hubiera sido anulado por fuera de juego posicional de Rudiger.
    Fernández Buergo: un héroe!
    Una propuesta: que arbitre el cuarto árbitro siempre.
    El final de esta liga va a ser de aúpa.

  2. Gran artículo lleno de verdades, Hank. Falta la tercera pata del banco, que son los "ejpertos" arbitrales en los diferentes medios de desinformación dando la explicación pertinente a las diferentes jugadas, y los narradores y comentalistos de turno blanqueándolas. No se sonrojan diciendo blanco o negro ante jugadas iguales dependiendo de los protagonistas. La labor de @RichardDees en ElRadio es impagable.

    Saludos

  3. Es la diferencia entre un árbitro honrado y un INMORAL
    Por desgracia al inmoral le premian sus jefes y al honrado le aplastan
    Estamos en ESPAÑA, señores

  4. No hay mal que por bien no venga.
    De la injusticia recurrente se forja un grupo humano que, cuando compite en un entorno en igualdad de condiciones (o al menos más equitativo), como puede ser la Champions, es como si compitiera habiéndose quitado una mochila de 20 kilos de cada espalda.
    De ahí que, últimamente, en proporción el Real Madrid gane más Champions que Ligas.
    Ya que esto tiene pinta de, salvo milagro, perpetuarse en el tiempo, vamos a seguir el consejo de los Monty Python --> "Always look on the bright side of Life".

  5. Es muy triste para la sociedad ,que entre todos hemos contribuido a generar por acción y/u omisión, lo que estamos viviendo. La sociedad española, teniendo sus peculiaridades, es también la evidencia de una globalización que conlleva una frustración , un egoísmo y una violencia considerable. El furgol hispano es un reflejo de todo ello. Por más que quiera uno , es difícil ser optimista visto lo visto y lo que se intuye está por venir.
    Eso sí , especialmente en materia futbolera y en relación al rol que juegan jueces deportivos y medios de comunicación oficialistas , las principales ligas europeas están mucho mejor dotadas que la liga negreira. Y los gobernantes españoles ni están , ni se les espera, cara a intervenir en justicia.

    La España de las auto no suyas, teniendo en cuenta la esencia de la condición humana, ha propiciado una serie de fraudes y hostilidades mas propias de los Reinos de Taifas.

  6. La corrupción en la federación es perseverante e impenitente. Hay que explorar alternativas eficaces para que cese esta conducta ignominiosa, indecente y provinciana.

    Si se estableciesen condenas ejemplares por el caso Negreira, en vez de mirar a otro
    lado, el problema entraría en vías de solución, pero no parece que haya voluntad
    para que esto suceda.

    Todo menos resignarse y permitir esto. Que el Bernabéu recurriese a la chanza del !Que salga Negreira! es un paso adelante en el compromiso de acabar con esto.

Tweets La Galerna

Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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