Heart

No es porque sea sábado sabadete, pero la ocasión pide camisa nueva, perfecto estado de revista e ilusión en la mirada. Dirán que siempre que juega el Madrid es momento propicio para esas tres cosas, y dirán muy bien. Pero es que hoy, queridos galernautas, vuelve Gareth Bale al césped del Bernabéu y las mocitas madrileñas vienen cantando desde Cibeles, ya casi en Colón, Castellana arriba. Se las oye vivarachas y no es para menos. Love is in the air everywhere I look around, como ejemplifica la portada de Marca from the bottom of the heart.

Sin duda son otros tiempos. Ni al revés ni al derecho atisbamos en la portada de Marca rastro alguno de aquella hernia que tal vez aún asole las noches del marquismo con sudores fríos. Ahora -corramos un tupido velo- no es la espalda, sino el corazón de Gareth el protagonista. Ese es el símbolo de sus celebraciones y también la señal de sus ganas, las mismas que las nuestras por verle con galope renovado en la mejor pradera del mundo mientras, de paso, agradecemos los servicios prestados por Diego López en una época algo convulsa.

También "vuelve" Morata, con la diferencia de que, en rigor, no se había ido, y con la diferencia aún más diferente de que para los hacedores de As los tiempos no han cambiado y los jugadores españoles siguen siendo queridos, mimados y celebrados más por el hecho de ser españoles que por el hecho de ser (buenos) jugadores. Lejos de nosotros el que nos parezca mal este mimo si es que, en el fondo (y muchas veces en la evidente superficie) no esconde un modo taimado de arrojar chinitas a las ruedas de los sucesivos entrenadores blancos que ha fichado Florentino, esa diana que ha puesto Relaño en su despacho.

Serán cosas de la línea editorial, esa maleza donde suelen esconderse aquellos que no te quieren bien. Que las mocitas se desvíen y no pasen por ahí, que canten bien alto por Gareth, por Morata y hasta por Danilo (¡qué carajo!) sin doblez ni segundas lecturas, por el mero hecho de que sobran las razones para seguir cantando Castellana arriba.

Desde la portada de la Superpop que hoy homenajea Mundo Deportivo, Luis Suárez quiere cambiar -qué ternura- los tiempos, los ritmos, las tendencias y hasta las dinámicas de la Historia. Hasta Guardiola se suma al desbordado intento diciendo Barça en una frase que se acuñó para el Real Madrid. Por supuesto no atisbamos rastro alguno de estilo, tiki-taka, posesión o césped en estos intentos, cosa que nos lleva a pensar (miren si seremos raros) que todo eso no importa nada -que todo eso es también maleza- cuando llega la hora de lo que importa, de lo único que realmente importa (también a ellos, oh sorpresa).

Ahora toca solo "remontar y pasar a la Historia", dice Suárez ¿asumiendo que no han pasado a la Historia todavía? Qué cosas tiene el subconsciente, qué malas pasadas pueden jugarte la mente y el lenguaje cuando tu zona de confort se ha quedado asolada en una fría noche parisina, qué torpe parece uno cuando intenta bailar con los zapatos de otro, con los tiempos y la historia de otro, con la épica del Otro.