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Florentino Pérez baila el Robocop

Florentino Pérez baila el Robocop

Escrito por: Fred Gwynne11 agosto, 2019
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- Necesito un dosier completo, exhaustivo, de auténtico Analista Internacional Calvo, con tácticas de juego, esquemas, gráficas e informes pormenorizados de las virtudes y defectos de cada jugador. Y lo necesito ya, cuanto antes, no tenemos mucho...

Esta vez Florentino no me había llamado. Lo tenía en el ajado sofá de mi salón, delante de mis narices, limpiando meticulosamente sus gafas con un pequeño paño de seda. Que hubiese venido a mi casa demostraba, además de la premura de la situación, que, a pesar de los leves contratiempos que había sufrido al euskaldunizar a nuestros jugadores, todavía confiaba, vaya usted a saber por qué extraños motivos, en mis aptitudes. Era la primera vez que nos veíamos cara a cara y estaba tan nervioso que noté cómo una gota de sudor recorría mi espalda resbalando por la columna vertebral. Veía su boca abrirse y cerrarse a cámara lenta, su voz sonaba lejana y amortiguada, como si estuviésemos en habitaciones separadas por un fino tabique.

Intenté concentrarme.

... tiempo, si puede ser lo necesito una semana antes de que comience la Liga porque a Zidane le gustaría disponer de unos días para ensayar tus aportaciones. Además, si no te supone mucha molestia, ¿podrías ir a Valdebebas para ayudarle? Le he hablado mucho de ti, está deseando conocer tus innovadores métodos de trabajo.

- Ha venido al sitio adecuado, presi –dije reponiéndome. Cuente conmigo para lo que necesite. ¿Métodos? ¿Tácticas? ¿Necesita Zidane ayuda con las tácticas? Soy su hombre, no se preocupe, llevo estudiando tácticas desde el instituto. Cuando mis compañeros se afanaban con el latín y el griego, yo ya hacía mis pinitos de Analista, no era calvo del todo pero apuntaba maneras: tenía ya unas incipientes entradas y varias parabólicas. Fíjese cómo estaría yo de obsesionado con las tácticas, que mientras mis compañeros de clase jugaban al fútbol en el patio, yo me quedaba en la ventana, dirigiendo y apuntando esquemas del partido. No perdía detalle:

- ¡Martínez, so capullo! ¡El porro, joder! ¡Deja el porro y cubre la banda! Tengo el 4-4-2 desguarnecido. ¡Iturraspe, por el amor de Dios! ¿Quieres dejar de meter mano a Maribel y tirar la falta?

- Bien, bien, se nota tu experiencia, Zidane va a estar encantado contigo. Por cierto, hablando del míster, necesito otro favor, mañana llega Neymar a Madrid y ni él ni yo podemos ir a buscarle al aeropuerto, ¿Te importaría hacerlo por nosotros?

- ¿A Neymar?

- Sí, ya ha firmado el contrato, está fichado, solo falta presentarlo.

- PERO, PERO, presi, ¿cómo no me había dicho nada? ¡Qué alegría!

- Sí, hemos llevado las negociaciones con total discreción. Ahora hay que chamartinizarle completamente, quitarle la gilipollez de encima. Ten, usa esta tarjeta en el aeropuerto, es exclusiva y oficial, te solucionará cualquier problema, te abrirá todas las puertas, nadie te preguntará nada.

Mañana llama a Zidane de mi parte y pregúntale cuándo le viene bien que hagamos la presentación del brasileño. De paso queda con él en la Ciudad Deportiva para poner en práctica tus tácticas, no tenemos tiempo que perder.

Dicho y hecho. Fue despedir a Florentino con un abrazo (los amigos nos despedimos así), ponerme el bañador, coger la crema, toalla, bolígrafo y una libreta, y marcharme al lugar donde mejor pensaba: la playa.

Quedaba poco para empezar la Liga, así que intenté centrarme en un cuarteto de tácticas ganadoras, un póker de ases que revolucionase el fútbol moderno. Había que priorizar aquellos aspectos que diesen al Real Madrid un rédito instantáneo. Los análisis de los jugadores los haría sobre la marcha o en otro dosier con la Liga ya empezada.

Era mi momento y no lo iba a desaprovechar, años y años de visionar partidos, y noches y noches pasadas en vela, por fin iban a dar sus frutos. Lo único que me preocupaba era que Zidane, no quiero pecar de falsa modestia, no estuviese preparado para tal grado de excelencia y complejidad.


EL VOLANTE MÁGICO.

El volante mágico, a pesar de su simplicidad, es una innovación revolucionaria. La idea me llegó en una clase práctica de la autoescuela, sacando el carnet de conducir. Hay que distribuir a los jugadores en una especie de volante. Esto nos lleva a una superioridad aplastante en el campo, ya que, al girar sobre sí mismo, al no haber jugadores estáticos, al no existir las líneas típicas del caduco 4-4-2, el rival no sabe a quién cubrir ni quién va a chutar a gol. Esta táctica mejora cualquier tipo de figura anterior: triángulos, rectángulos, rombos... ¿Qué os voy a decir del rombo que vosotros no sepáis? El famoso rombo de Luxemburgo fue una mamarrachada, se notaba que era un aficionado. Con un rombo no vas a ningún lado. El volante mágico es otra cosa. Que quieres escorarte a la izquierda para tapar o atacar por la banda, giras a la izquierda, que lo quieres hacer por la derecha, giras a la derecha. Es muy importante la coordinación, si unos jugadores tiran para la derecha y otros para la izquierda, el volante no se mueve y sigues recto con el consiguiente riesgo de accidente y pérdida de puntos.


EL CÍRCULO MÁGICO.

¿Dónde está la pelotita? Eso se preguntará el rival al sufrir esta táctica del siglo XXII. Es una evolución del volante mágico, una de mis obras maestras, un prodigio que gana títulos a cascoporro. Pasamos de volante a círculo, pero sin perder la prestidigitación. Hay que hacer un círculo perfecto, entrelazar los brazos y meter la pelota dentro. El objetivo es ir avanzando desde nuestro campo al campo contrario, lentamente, con la pelota retenida en el círculo, inalcanzable para el equipo contrario. Es una mezcla de la formación de la tortuga romana y la melé del rugby. Al llegar a la portería rival, abrir el círculo como un abanico y chutar a gol. Es infalible.

Aquí no hace falta girar el círculo, hay que ir recto, de portería a portería. El tiempo es lo de menos, pasito a pasito, sin precipitarse, protegiendo el balón.

Anotación 1: es importante estar muy atento para evitar que el equipo contrario deje el círculo en fuera de juego. Una solución es que al avanzar solo toque la pelota un jugador. Es posible que el árbitro dude de la legalidad de esta táctica. Si esto sucede hay que invitarle a entrar rápidamente dentro del círculo para que compruebe que todo es completamente legal.

Anotación 1-Bis: el portero, según decisión del entrenador, puede formar parte del círculo o no. Mi opinión es que debe abandonar la portería y ser uno más, no hay que olvidar que al tener la pelota retenida dentro del círculo su participación en el juego será nula. Al menos de esta manera no se aburre y se fomenta el compañerismo y la dinámica grupal.


EL DOS POR UNO.

Es una táctica muy difícil, prácticamente extinguida por su complejidad, ya que para realizarla necesitas en un mismo equipo a dos jugadores que sean gemelos. Si la rescato es porque he encontrado un hermano de Pogba que, además de futbolista, es clavadito a este. Se trata de salir a jugar con doce, dos de ellos gemelos, o muy parecidos, como en el caso que nos ocupa.  Los árbitros están a otras cosas, que si tirar la moneda, que si las tarjetas, las expulsiones, los fueras de juego, en fin, cosas de esas de árbitros, si hay uno más o uno menos ni se van a enterar. Y los jugadores rivales estarán a lo suyo, verán a Pogba duplicado y pensarán que es un titán:

- Echadme una mano con Pogba, joder, me está dando un baño, el muy cabrón está en todos lados.

Anotación 2: es una táctica especialmente indicada para jugar contra el Barcelona. Como siempre expulsan a uno de nuestros jugadores seguiremos jugando con 11.

Anotación 2 Bis: para evitar ser descubiertos es fundamental teñir a los dos jugadores con el mismo color de pelo. Recomiendo un peinado cómodo, de hombre moderno, que valga tanto para el trabajo como para el ocio. Para el tinte, lo más adecuado, sería un Nordic blonde Schwarzkopf 6.7 con reflejos cobrizos y mechas color caramelo. Muy del estilo informal de los Pogba.

Anotación 2+1: esta táctica tiene un talón de Aquiles. Si expulsan a Pogba tendrán que abandonar el terreno de juego los dos jugadores o el árbitro se dará cuenta del engaño tarde o temprano.

Según el resultado del partido, si pintan bastos, te la puedes jugar a que solo abandone el campo uno de ellos, el tronco, el hermano que ha fichado por el C.D Manchego, y confiar en que pase inadvertido para el árbitro el mayor tiempo posible. Si descubre el pastel hay que hacerse el despistado:

- Pogba, me cago en la puta, ¿a ti no te he expulsado hace diez minutos?

- ¿A mí? No, no, se habrá confundido de jugador.


EL MAIKELJAKSON.

Es una variante del ORIGI pero mucho más perfeccionada. Es una táctica de despiste, de distracción. Hay que poner el foco en una parte del campo y atacar como una centella por la otra. Un jugador (más adelante especificaré cuál es el que consideró más adecuado para esta táctica) debe de ponerse a bailar el Chiki-Chiki en una banda, más o menos a la altura del círculo central. Lo ideal es empezar a hacer un par de Maikelljakson y cuando haya captado la atención de los jugadores del equipo contrario, continuar con las variadas coreografías de la canción, haciendo hincapié en el Robocop, que es el más vistoso y el que suele suscitar más aplausos. Esto es hipnótico, lo garantizo, esto no hay Dios que no lo mire asombrado.

Y entonces, en ese preciso momento, cuando tienes al equipo rival despistado, con la boca abierta, y a todo el estadio a tus pies, aplaudiendo, vitoreando, jaleando al jugador a darlo todo, ¡ZAS! ATAQUE SORPRESA POR LA OTRA BANDA Y GOL.

Infalible, esto es infalible. Resultados garantizados.

Y ahora vayamos a lo crucial, a la elección del jugador para el Chiki-Chiki. Un analista normal, sin pedigrí, de andar por casa, con pelo y sin parabólica, elegiría sin dudar a un brasileño. Pensaría: “Marcelo lo va a bordar, el Robocop con su pelazo va a ser insuperable”. Y es normal, comprensible incluso, el brasileño tiene querencia por la fiesta, la Samba y el baile en general. La lógica apunta a esta elección.

Afortunadamente para Zidane y el Madrid, los A.I.C vamos un paso por delante, vemos lo que otros no ven. Elegir a Marcelo para la actuación del Chiki-Chiki es un error, sí, lo clavaría, haría un Maikeljakson perfecto, pero ¿y el elemento sorpresa? ¿Dónde está el elemento sorpresa?

En cuanto empezase a hacerlo, los aficionados del estadio, y lo que es mucho peor, los jugadores rivales, dirían:

- Mira, ya está Marcelo haciendo el idiota.

Y atacarían por su banda como desalmados.

No, ni hablar, el elegido es Bale. Bale haciendo el Robocop dejará con la boca abierta al equipo contrario, al Bernabéu y a medio Madrid. Un Robocop de Bale es un arma de destrucción masiva. Y ahí sí, ahí a muerte, en cuanto los rivales se paralicen, se acerquen a ver la actuación y empiecen a aplaudir… carrerón de Marcelo por la banda contraria y GOLAZO.

Un A.I.C se distingue por conocer las virtudes de cada jugador. Marcelo tiene que ser el que ataque, el que meta el gol aprovechando el despiste general. Puro anarquismo madridista.

Anotación 4: todos los jugadores del Madrid deben conocer la táctica con antelación. Así evitaremos que también se paralicen como bobos.

Anotación 5: que conozcan la táctica no evita que se paralicen como bobos por este o por cualquier otro motivo.

Anotación 6: es posible que el árbitro y los jugadores rivales no reaccionen al gol en contra y sigan obnubilados mirando a Bale. En este caso se recomienda aprovechar la situación, sacar de centro rápidamente y volver a marcar. Hacerlo cuantas veces sean necesarias.

Anotación 7: como actuaciones opcionales (e incluso complementarias) se puede optar por La Macarena y/o el baile del molinete de La Terremoto. En este último caso, y para evitar roturas de hombro, se recomienda calentar (con disimulo) la zona media hora antes.

...

...

Anotación 77: no estaría de más que Florentino se levantase de su asiento del palco e hiciese el Robocop a la vez que Bale. Eso aumentaría la sorpresa y estupefacción de los rivales, a la vez que mostraría a sus aficionados (y a sus enemigos) que su Presidente se encuentra en plena forma, ágil, pletórico y lleno de salud para dirigir el Real Madrid varias décadas más.

Con el trabajo ya finalizado me pegué un par de baños, hice unos cuantos esquemas para ilustrar mejor el dosier, saqué unas fotos, y me fui satisfecho para casa.

A la mañana siguiente me levanté con fuerzas renovadas, ilusionado por un nuevo día lleno de Madridismo. Mandé el dosier, los esquemas y las fotos a Zidane. Le comenté que, al día siguiente, a primera hora, estaría en Valdebebas para ensayar las tácticas y luego le llamé por teléfono para que me comentase sus intenciones con Neymar. Este era un tema que, dada su importancia estratégica, necesitaba tratar directamente, quería conocer su opinión de viva voz. Diez minutos después, con las instrucciones claras y concisas, colgué y me dirigí al aeropuerto.

El avión privado aterrizó a las once de la mañana en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. En él viajaba, según las instrucciones recibidas, únicamente Neymar. Le habíamos pedido que su pai, los guardaespaldas y la media docena de toiss que le acompañaban regularmente, viajasen al día siguiente al aeropuerto de Ibiza. Había que jugar al despiste, la discreción era máxima y se quería evitar cualquier revuelo antes de la presentación oficial.

Zidane me había comentado que Neymar no saldría por la terminal de pasajeros, que le esperase directamente en una pequeña sala VIP, cerca de una oculta salida trasera, un escape con acceso directo a sus coches para evitar curiosos o el acoso de la prensa. Aunque me costó bastante encontrar la sala, pude llegar hasta ella con suficiente antelación. Abrí la puerta usando la dorada tarjeta que me había dado Florentino y le esperé pacientemente tomando unas almendras y un par de Martinis.

Media hora más tarde apareció Neymar. Venía vestido con algo parecido al traje de luces de un torero, pero espacial. No sé si la vestimenta se debía a que quería realizar un estúpido guiño a Madrid y la plaza de Las Ventas, al 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, o a su congénita idiotez. Llevaba una chaquetilla negra, corta, con hombreras plateadas y remaches de brillantina, un pantalón verde y oro, prieto, hasta la rodilla, y una mochila de colorines colgada al hombro. Cuando me vio mostró un ligero gesto de extrañeza, pero al ser la única persona de la sala, soltó la maleta que arrastraba con desidia y alargó su mano con desgana para saludarme.

Yo tenía muy claro cómo debía actuar, había que conseguir una chamartinización express, un electroshock que lograse en poco más de una semana lo que nadie había conseguido en años de dejadez. Resumiendo, necesitaba un 92:48 para encauzar la situación.

- Hola, buenos días, ¿no ha venido Florenti...

¡PLAFF!

La bofetada fue a mano abierta, a cara anchoa, más sonora que dolorosa.

- ¿Florentino? ¿Tú crees que Florentino viene a recibir a cualquiera? Anda, tira pal coche, vamos a una peluquería y a un sastre, mangarrán.

- ¿Peluquería? Pero, pero...

- Ni pero, ni pera, que tires, a ver si te crees que te vamos a presentar en Valdebebas con esas pintas y esa zarigüeya en la cabeza. Te voy a rapar al cero, como en la Mili.

- ¿En Valdebebas? ¿La presentación no es en el Bernabéu?

- No hombre, no, en Valdebebas, Zidane me ha dicho que te tienes que cocer un añito en el Castilla.

CROCK.

Sonó algo así, fue como crock o crack, no estoy muy seguro, el caso es que el muy idiota se desmayó y al caer golpeó su cabeza con su dura Samsonite. Me agaché, le di un par de bofetadas más (las que le tenía que haber dado su padre a tiempo) y le volqué una botella de agua por encima. Abrió los ojos...

- Vas a estar de maravilla, con Raúl vas a aprender un montón, mañana mismo juegas con el Coruxo.

CROCK.

Dos o tres desmayos más tarde, conseguimos salir de la peluquería sin el mapache en la cabeza. Le habían dejado como una bola de billar. Podía pasar por un Analista Calvo de primera generación. Todavía no había asimilado el futuro que le esperaba, pero ya estaba un poco más calmado.

- ¿No tendré problemas con el tatuaje de la pierna, el de la Champions del Barça? –me preguntó preocupado.

- No, hombre, no. Eso es para maricomplejines culés, a nosotros eso nos da igual. Nos interesan las futuras. Creo que todavía no comprendes la grandeza del Madrid, en este equipo han militado jugadores que si se tatuasen Copas de Europa no tendrían suficientes extremidades para hacerlo. Gento se tatuaría una en cada brazo, una en cada pierna, la Quinta en el ciruelo y todavía le sobraría la Sexta para darte con ella en la cabeza. Aquí hablamos de Copas de Europa como de los padres, con mayúsculas, las tratamos de usted.

- ¿Te puedo hacer otra pregunta?

- Claro, hombre, claro, para eso estamos.

- ¿Podré ir al cumpleaños de mi hermana?

- ¡PLAFF!

Esa noche dormí a pierna suelta. Estaba muy orgulloso. Había pasado muy pocas horas con Neymar, pero habían sido muy intensas. Su chamartinización había empezado con buen pie. Raúl sería el encargado de pulir sus defectos en el Castilla, no se me ocurría nadie mejor para explicarle qué es el Real Madrid y qué significa honrar su camiseta. Aquí se habían acabado sus piscinazos infames, sus fiestas y sus toiss.

A la mañana siguiente desayuné con el dosier en las manos. Estaba nervioso e ilusionado. Pasaba de una táctica a otra, del Maikeljakson al Círculo Mágico, del Dos por Uno al Volante. Ya me veía dentro de unos años con una estatua en la entrada al Bernabéu, entrevistado en RMTV para explicar al mundo cómo habíamos conseguido conquistar siete Copas de Europa seguidas. Seguí fantaseando y entre título y titulo me acabé el café. Lavé la taza, me vestí y justo cuando estaba cerrando la puerta de mi casa sonó el móvil: era Zidane.

Me dolió, reconozco que me dolió, me dijo, con muy buenas palabras, eso sí, que me podía meter el dosier por donde me cupiese.

Ahora, con el disgusto ya superado, os puedo decir que no le guardo rencor, ya os lo dije, quiero mucho a Zidane, pero no todo el mundo está preparado para estas altas cotas de innovación, complejidad y excelencia. Es nuestro destino, los Analistas Internacionales Calvos somos así, unos incomprendidos.

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Soy un hombre hecho a mí mismo. El problema es que me sobraron algunas piezas. SOL O CONTIGO. Persigo playas.

7 comentarios en: Florentino Pérez baila el Robocop

  1. Cuando creo que el Sr. Gwynne no puede ser más genial, va y saca esto. Aún con lagrimas, esto ha sido tremendo. :))

    Por cierto, no es usted quien sobraría en la dirección técnica.

  2. Me estaba partiendo el pecho internamente. Pero, llegado al punto de Florentino haciendo el Robocop... he estallado en carcajadas.

    Genial artículo.

  3. Así me gusta que la inteligencia se imponga a la mediocridad de los que escriben por esos periódicos amarillos proVarza y mafias procules and patéticos de Madrid.. jajaja

  4. Neymar al Castilla y a jugar con el Coruxo... Genial! La chamartinizacion debería hacerse (si viene) tal cual la describe el Sr. Gwynne

  5. No he podido llegar mas que al volante mágico, estaba apostando conmigo mismo cuanto tardaba en reírme, pero no estaba preparado para la ilustración, ……, de nuevo me quito el sombrero, mi enhorabuena, ……., esto está rozando ya lo de convertirse en una tira de dibujos o viñeta cómica, que digo?, está rozando la producción de una serie de esas que llaman sitcom, …… 🙂

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