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Crónica del Real Madrid, 7; Celta de Vigo, 1

Crónica del Real Madrid, 7; Celta de Vigo, 1

Escrito por: Mario De Las Heras5 marzo, 2016
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Me gustó tanto aquello de Zidane de que hay que “meter la pierna” que ha quedado arraigado en mí como si fuera la solución a todos los problemas. La respuesta al enigma de esta temporada. Hay que meter la pierna. Es como al inicio de la saga de Indiana Jones, porque el Madrid va sorteando peligros terribles como el arqueólogo de Spielberg (no como en Barcelona, donde transcurre plácidamente la entrañable historia de Mujercitas): Indy coge un trofeo y en su lugar coloca un saquito para que no se accione el mecanismo, pero el mecanismo se acciona y todo se empieza a desmoronar alrededor. Es el equilibrio. Pero para que haya equilibrio hay que meter la pierna, meter la pierna, meter la pierna.

El Madrid empezó metiendo la pierna y yo imaginaba a Zizú en el vestuario como a Fagin (el viejo judío de Oliver Twist, jefe de una banda de niños carteristas) diciéndole a sus pupilos que metieran la mano en los bolsillos y en los bolsos de los londinenses. Lucas Quinto era Oliver y Casemiro John Dawkins, quienes monopolizaban el juego de los blancos frente a un Celta subidito que jugaba en casa. Yo no sé cómo se ha llegado a esto, pero el miedo escénico en el Bernabéu hoy es para los locales. No hay más que poner la oreja y oler el ambiente y observar el desparpajo del rival de turno. O lo acribillas a tiros o se te viene arriba empujado por esa grada. Voy a indagar en Freud, Jung y en ese plan a ver si encuentro alguna referencia que me arroje luz sobre este curioso suceso.

Sintiendo esto, Nolito aparecía y con él todo un Celta gustándose. Hubo un palo tras un remate de cabeza de Iago Aspas y luego una ocasión de Isco en un batiburrillo en el área visitante. Yo estaba en casa, pero allí olía a tarde pesada, hasta calurosa, de puro, de güisqui y de pitos, como en Las Ventas. Era el tiempo para reconocerse de ese equipo inédito, novedoso, personal, valiente y también obligado por las bajas de Fagin. Era extraño mirar al centro y no ver a Luka ni a Toni; y buscar y no encontrar a Gareth, ni a Marcelo, ni a Karim. Esto hay que decirlo: que el Madrid jugaba sin cinco capitales de provincia, para que se entienda: imagínese al Barcelona sin Suárez, Neymar, Alba, Busquets e Iniesta. ¿Ahora sí se entiende, no? Claro. Decía que se estaban reconociendo y en el ínterin el Celta aprovechaba, cómo no. Pero sólo eso.

Danilo y su querencia a los medios. Y Lucas Quinto al que ya no veo tanto como al hermano responsable de Rocco (el de Rocco y sus hermanos) que trabaja de operario en la FIAT, sino como el mismo Rocco, una suerte de héroe bondadoso, una pequeña estrella de periferia romana pero sin atormentar. Mayoral no paraba de hacerse australianas a lo ancho de la piscina madridista y los pitos, los pitos como los de los pájaros en el ocaso antes de irse a dormir. Y que no se van, oigan, que no acaban de irse. Zizú le daba instrucciones a Pepe: “que metan la pierna, que la metan”, debía de decirle, y luego Pepe que volvía al campo con un sombrero de copa.

Mayoral, dieciocho años, Borja, Borjita (que anda como Gulbis y tiene la mirada), aguantaba allí arriba el juego del Celta y abría el campo. Allí había algo. Por dos veces. Y era la cabeza de Casemiro que precedía a la de Pepe y gol. Golazo. Y el portugués que ensanchaba la mandíbula y era como La Máscara si le hubiesen pintado de verde. “Hey, Pachuco!”, cantaba, y todo el mundo bailando rumba. Llegué tarde al inicio de la segunda parte, pero a punto para ver la media vuelta y la carrera y el balón de Cristiano, medicinal por el peso y por el efecto curativo en el personal, que de repente se encontró mejor.

Lucas desbordaba y Mayoral abría y abría y el Bernabéu se ensanchaba. Hasta las mentes se ensanchaban y se apreciaba un leve silencio de faena grande. De Kovacic decía Camacho que era “un jugador machaca”, como un jugador portero de discoteca, pero yo bajo esa apariencia tosca veo siempre una delicadeza que está por salir. Isco se removía por la yerba como un garbanzo en una olla y acabó provocando una falta celta en una esquina del área por la que Cristiano inspiró, expiró y cerró los ojos como aquella vez que Chouchounova necesitaba un diez en salto para superar a Silivas y ser campeona olímpica. En ese momento las balas se detuvieron, y luego hubo un disparo que secó las gargantas. Por esas cosas a Messi lo sacan a hombros. Y el jurado concedió el diez y Chouchounova fue campeona olímpica.

En el minuto dieciséis salió el Celta con un pase preciso, como de rebote, que le llegó a Aspas quien superó a Keylor, vendido, de vaselina. Pero nada había cambiado. Era el tres a uno y Lucas Quinto seguía a lo suyo, un irreverente, ¡un golfo!, intentando hacer caños en el medio campo. Porque a partir de ese momento todo iban a ser goles. Casemiro rebañaba una pelota como si fueran natillas y luego seguía la jugada para Lucas que se la daba a Isco y éste a Cristiano, libre de marca. Cuatro a uno. Salió Isco y entró Bale (quién fuera Bale sólo una vez para entrar así) que se estrenaba con una rosca beckhamiana a la que no llegaba Mayoral.

El niño se iba a marchar por Jesé en el veinticuatro, y el canario sacaría un córner especial para Cristiano, que casi sólo tuvo que tensar el cuello. Cinco a uno. Salió Marcelo (más Krusty que nunca) por Carvajal al tiempo que Jesé robaba, se internaba, se paraba, cambiaba de dirección, salvaba varias piernas y varios cuerpos y giraba el suyo para marcar el sexto como Ronaldo, el brasileño. Cómo habían metido la pierna, y la mano, y todo, y allí en su escondrijo en el callejón Zizú/Fagin ya contaba sus tesoros por lo que casi no vio cómo Gareth la ajustaba al palo para marcar el séptimo (siete para hoy al Celta, que desde hoy es un equipo muy malo), y para que yo descubriera que no tiene los ojos azules, sino añiles.

LAS NOTAS

Keylor: Destaca (D). Su cuerpo entero es como un corazón.

Carvajal: Progresa Adecuadamente (PA). No vi las revoluciones que le hacen sobresalir.

Pepe: Destaca (D). The Mask.

Ramos: Progresa Adecuadamente (PA). No destaca.

Danilo: Destaca (D). Un locatis. Pero puede que el mejor partido desde que llegó.

Casemiro: Destaca (D). Un ancla.

Kovacic: Destaca (D). Jugó al pase corto, como Redondo. Futuro.

Lucas Quinto: Destaca (D). Un golfillo.

Isco: Progresa Adecuadamente (PA). Menos tremendista que de costumbre, de menos a más. Se fue cuando mejor estaba.

Mayoral: Destaca (D). Ganó la australiana. Se dejó la piel puede que a costa del talento.

Cristiano: Destaca (D). Qué tiros, qué falta, qué exhibición.

Jesé: Destaca (D). Lo hizo todo bien.

Bale: Destaca (D). Parece que está a punto. La piel cepillada y las crines brillantes.

Marcelo: Exento. Qué bueno verle.

Zidane: Destaca (D). “Meter la pierna” tiene que ser una frase mítica como, qué sé yo, aquella de William Munny: “Os aconsejo que enterréis a Ned, porque si no volveré y os mataré a todos, hijos de perra”.

EFEMÉRIDE DESTACADA

Día Mundial de la Eficiencia Energética

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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

8 comentarios en: Crónica del Real Madrid, 7; Celta de Vigo, 1

  1. UNA VERGÜENZA HOY EL REAL MADRID: así me he sentido desde mi asiento. A uno de los tres mejores equipos que juegan en Europa con permiso del Barcelona, el Bayern y el Rayo Vallecano, el Madrid ha tenido la desvergüenza de meterle 7 goles en una segunda parte de sonrojo. Y no solo eso, sino que encima querían meter el 8º y si les dejan hasta un 9º. Y el egoísta de Cristiano encima quería meter el 5º de su cuenta particular. Egoísta, narcisista y egocéntrico y además un hipócrita de tomo y lomo. ¿Pues no se le ocurre otra cosa que felicitar al herniado protusiónico cuando marcó su gol? Todo el mundo sabe que no se pueden ni ver y en la piscina de Valdebebas se hacen aguadillas.
    Me da pena el Celta que a partir de ahora será un equipo de gordos, jugadores de tercera y fuera de forma y Berizzo un López Caro cualquiera. Que se junte con Zidane que ha castigado a James con el banquillo de pensar.

    La presencia de un jugador como Casemiro se ha notado y para bien a la hora de contener el juego rival, bien ayudado por Kovacic, etigmatizado de por vida por ser fichaje "made in Benítez". La pareja de centrales Pepe-Ramos la veo despistada y de Isco ya no sé que decir. Está visto que tiene una forma única de jugar y no se le consigue sacar de ahí. Le sigo sin ver a día de hoy titular del Real Madrid. Ralentiza el juego, se pierde en arabescos improductivos y le veo a cada partido más ineficaz para el equipo. Ha aprendido de Bale a no entender el juego de equipo, sin duda. Cristiano espectacular. Sigo sin entender a madridistas que desean su venta desde hace temporadas. Aun con una bajada de rendimiento respecto a temmporaddas anteriores sigue siendo una máquina de golear y cuando algún día se vaya creo que se le va a echar de menos bastante.
    La vergüenza que siento hoy de mi equipo solo se consuela con la clarividencia con la que Cappa nos va a deleitar esta semana sobre el no-juego del Real Madrid. Como reza una de sus sentencias más memorables: "si le quitamos los goles al Madrid y preguntamos quien ganó todo el mundo dice el Celta de Vigo".

  2. jajajajaja... está claro que no entendemos de FÚTBOL (con mayúsculas), como Cappa o Segurola, nos parece más difícil el gol de CR7 de disparo lejano que la GRAN OBRA del churripenalti de Messi y Neymar, interrumpido por el ansioso Suárez. No tenemos ni idea.

  3. Con lo bonito que es ganar como el Bayern. Según Cappa, si quitamos los goles de un partido, siempre gana el Bayern de Munich. El Madrid y sus jugadores como son unos ordinarios, sólo ganan los partidos metiendo goles y encima, muchos. Lamentable. Cuanto nos queda por aprender.
    Coñas aparte, pues si, hay que meter la pierna fuerte, correr y un medio defensivo puro. Es la forma más sencilla de ganar los partidos. Eso de tocarla, tocarla, tocárselos y esperar a que el rival se quede extasiado mirando como la tocan y se los tocan, pues no, decididamente no

  4. Meter siete goles sin PEF (Épica blaugana: Penalti+Expulsión+Fuera de juego. Que parece fácil, pero no). El club debería disolverse y entregar las armas.

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