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Boluda y la boina

Boluda y la boina

Escrito por: Pepe Kollins26 diciembre, 2019
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Vicente Boluda se presentará a las elecciones del Real Madrid. Primero hay que destacar que el anuncio sonó a destiempo, como si Raphael cantara El Tamborilero en pleno agosto o como si Ansu Fati confesase que ya ha decidido votar a la CUP. Admitamos que no era el momento. Presentarse a la presidencia de un club es algo que suele suceder cuando se acerca el periodo electoral o bien cuando el equipo pasa por un momento muy delicado. Y ahora mismo no se da ni un caso ni el otro. Las elecciones están previstas para dentro de un año y medio y ni la situación del club, a nivel económico, ni la del equipo, en el plano deportivo, parece que reclamen la urgencia de un candidato a la presidencia.

Sí que comparto la idea del señor Boluda de que es bueno que haya elecciones, con varios candidatos, con diferentes programas y con la voluntad de los socios refrendada en votos. Pero, insisto, que cuando toque. Unos plazos con los que no parece coincidir el empresario valenciano ya que no solo anunció su firme voluntad de dirigir el club, sino que además lo rubricó con una propuesta que ya comienza a definir su candidatura: “hay que hacer tres fichajes”.

¿Tres fichajes cuándo, señor Boluda? ¿Se refiere a dentro de un año y medio? Pero de ser así ¿Cómo sabe ahora la situación que tendría el equipo y la plantilla en ese momento? ¿O es que, acaso, se refiere a que el equipo ahora mismo necesita tres incorporaciones? En ese supuesto ¿ha sido usted quién ha llegado a esa conclusión o ha contado con la ayuda de algún asesor deportivo? Sería importante que el candidato a la presidencia aclarase estas cuestiones, puesto que la única referencia que le conocemos en materia de fichajes, durante su breve etapa como presidente, fue la del francés Julien Faubert. En cualquier caso, me quedaría más tranquilo si el señor Boluda comentase que, en caso de resultar ganador, la planificación de la plantilla preferiría consultársela a Zinedine Zidane. A no ser, claro, que no cuente con el francés. En cuyo caso, dígalo también, por favor.

Soy sincero si les confieso que, a priori, no considero que el señor Boluda sea la persona más indicada para liderar el Real Madrid del siglo XXI. Aunque no le niego su derecho a intentarlo. Y no por el latiguillo del “chorreo” que a muchos le viene a la mente cuando piensan en él, con la carga de imprudencia y hasta de insolencia que conllevó en su día, sino porque, por posteriores declaraciones, no parece haberse alejado mucho de ese prototipo de dirigente.

Dijo el señor Boluda, tras el anuncio de su candidatura, que el problema del Real Madrid es que no se ha invertido en jugadores ya que “ahora hay que pagar la boina", que es la expresión que utiliza para referirse a la cubierta retráctil. Pero es que acto seguido, añade que lo suyo sería construir un estadio nuevo, una idea que no nos parece censurable pero sí incompatible con lo de cargar las culpas de la presunta ausencia de fichajes a la boina. Agradecemos, no obstante, que no se refiriese a un hipotético nuevo Bernabéu como el “corral”.

Tampoco ayuda que este mismo verano en El País criticase al actual presidente con estos argumentos: “ganar más o menos títulos, a veces es lo de menos, pero con sus posicionamientos y sus maneras Florentino ha conseguido que el Real Madrid sea el club más odiado de España, y a eso no hay derecho. En la vida hay que ser humilde". Créanos, señor Boluda, una de las últimas preocupaciones que tenemos los madridistas es el grado de antimadridismo de los antimadridistas, que, en absoluto, relacionamos con la humildad o la soberbia, sino, precisamente, con la cantidad de títulos que van acumulándose en nuestras vitrinas.

Esperemos, no obstante, que, conforme nos acerquemos a las elecciones, sus propuestas vayan evolucionando hacia posturas más reflexivas y su tono suavizándose. Estamos seguros que como propietario del 7% de la Cadena COPE y con plaza en su consejo de administración desde hace cuatro años, tendremos la ocasión de conocer su parecer de su boca, o de la de otros, con suma frecuencia.

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Nombre: Javier Alberdi @JavierAlberdi. Antaño participé activamente en Ecos del Balón, El Asombrario y The Last Journo. Coordinador y coautor del libro "Héroes": https://bit.ly/2JC6kwx

14 comentarios en: Boluda y la boina

  1. Si este impresentable, por ser generoso, accede a la presidencia del Real Madrid en verano de 2021, perderé todo el lazo afectivo con el mismo..¿cómo puede hablar de humildad un personaje que hizo las lamentables declaraciones del chorreo? Además su única aportación deportiva, si bien hay que reconocerle el mérito de hacer la transición entre el oKupa del madridismo y la segunda llegada del actual presidente, fue el horripilante fichaje de Flaubert, el mismo k se quedaba dormido antes de los entrenamientos o que se dedicaba a comer pipas, como un pipero cualquiera, en el banquillo durante los partidos.

  2. Se me ha olvidado...su vinculación con la cadena de radio más antimadridista de España, y mira que tiene seria competencia para ello con la ser, onda cero o radio marça, con los impresentables Juanma castaño o Manolo lama en cabeza de su antimadridismo, no crea k sea la mejor carta de presentación delante del madridismo.

  3. A éste señor se le vé muy de boina si.
    Y que diga que hay que ser humilde y habló de dar un "chorreo" al rival, cuando luego encima caes eliminado, pues que queréis que os diga....A mi parece alguien de Murcia o incluso de Menphis
    Un saludo

  4. Lo que menos me apetece es un presidente bocazas. ¿Es que no hay nadie mejor? Dice que se odia al Real Madrid por su presidente y tiene parte de verdad, el caso de míster Croquetas ahí lo tenemos, pero que lo diga el del "chorreo"...

  5. En lo unico que tiene razón Mister Chorreo es en lo del nuevo estadio que instalado en Valdebebas sin vecinos impertinentes y con afición a tocar las narices, con mas o menos el mismo dinero que se va gastar en reformar un estadio de 70 años aunque sea el Bernabeu, ya don Santiago lo intento pero el alcalde de entonces no lo permitio por presiones politicas desde Barcelona, con una famosa columna de un catalan en un periodico de Madrid

    1. Buenas tardes, entiendo que esta usted en su derecho de mentir y desinformar, por intereses políticos, sobre el proyecto de nuevo estadio de D. Santiago, en la fecha ya lejana de 1973, a nuestro presidente le tiraron el proyecto de nuevo campo en Fuencarral, los franquistas entonces en el poder, empezando por el alcalde Arias Navarro, famoso en Malaga, la oposición de los medios de comunicación, escritos empezando por el periodico de la Falange Arriba, el periodico de la CONFEDERACIÓN Nacional de Ex Combatientes, EL Alcázar y el de la derecha de entonces pura y dura el A.B.C. Esto se lo cuenta de cine D. Antonio Valderrama en un artículo portentoso publicado en La Galerna el 1 de Septiembre de 2015, ni catalanes ni leches, fue el franquismo puro y duro el que impidió a Bernabeu irse de La Castellana a Fuencarral. Entre paréntesis

      o.

      (El 8 de septiembre del año 1973, el Madrid presentó a propios y extraños el gran proyecto: un nuevo estadio en Fuencarral, junto al cruce de la variante de la carretera de Irún con la de Colmenar. El Estadio contaría con tres anillos cuyos accesos serían independientes entre sí: 120 mil localidades en total, con un graderío popular en el que 65 mil espectadores verían los partidos de pie. La por entonces proyectada estación de metro de Fuencarral estaría situada a kilómetro y medio del campo; rodeándolo, se ubicarían piscinas olímpicas, palacios de deportes, velódromos y aparcamientos con capacidad para acoger 8 mil automóviles.

      Circundando al magno coliseo habría de todo: Bernabéu pensó en amplias parecelas ajardinadas, alamedas para el disfrute y relajo de socios y simpatizantes, pistas de tenis, prados habilitados para la acampada y hasta un zoológico. Todo ello redundaría en el beneficio comunitario que tendrían las nuevas instalaciones del Madrid. Se calculaba el coste total en unos mil millones de pesetas; estaría pagado, por supuesto, con lo que el club sacase por la venta de los terrenos en que se ubica el Santiago Bernabéu.

      Una nota de prensa difundida meses antes por el Madrid explicaba así el proyecto:

      “El ambicioso proyecto que está estudiando la Junta directiva comprende, como objetivo principal, la construcción de un nuevo estadio, empleando para ello las técnicas más avanzadas de la arquitectura moderna con toda clase de comodidades y confort, rodeado de un amplísimo aparcamiento y unas importantes instalaciones deportivas populares y sociales, con la posibilidad de añadir, en su día, una serie de recintos que permitan celebrar en España competiciones del más alto nivel internacional.”

      El mismo texto institucional recalcaba el carácter rompedor de la empresa: “hemos querido ofrecer a Madrid el más bello conjunto arquitectónico de Europa y uno de los mejores estadios del mundo”.

      En la Asamblea General de Socios del 8 de septiembre, los asistentes en pleno aclamaron el último milagro con el que el gran hacedor, don Santiago, pretendía asegurar el futuro de la entidad. El nuevo estadio fue diseñado por Félix Candela, célebre arquitecto español distinguido entonces por ser el responsable del Palacio de los Deportes que acogió los JJOO de México en 1968. Candela hizo fortuna en México con sus estructuras laminares, rasgo característico de su estilo arquitectónico. Había algo parecido a eso en la maqueta que el club exhibió en el Círculo de Bellas Artes, una vez presentado el proyecto: un vanguardista techo flotante sostenido por pilares y cables, que a simple vista recuerda a la factura de estadios modernos como el Stade de France de París, el Emirates de Londres o el Amsterdam Arena.

      Félix Candela Bernabéu

      Candela había luchado en la Guerra por la República, destacándose como capitán en el Cuerpo de Ingenieros. Tras ser internado en un campo del concentración francés, acabada la contienda, marchó a México, donde, exiliado, desarrolló casi toda su obra.

      ¿Quién iba a comprar los terrenos de La Castellana? Pues William Zeckendorf, descrito por las crónicas de la época como un financiero norteamericano. Este hombre, miembro de una de las sagas de constructores más importantes de Nueva York, murió a finales de 2014. En 1986, el New York Times lo motejó como el desarrollador urbanístico más activo de Manhattan. Era hijo de William Zeckendorf senior, uno de los muñidores del skyline neoyorquino. Estos personajes, precursores de Boardwalk Empire, se presentaron en junio de 1973 ante la puerta de Santiago Bernabéu con un proyecto para aprovechar el solar del estadio y una jugosa oferta: alrededor de cuatro mil millones de pesetas.

      La oferta de Zeckendorf, quien venía con un grupo de inversores japoneses y americanos, incluía el diseño majestuoso de lo que iba a ser el rascacielos más alto de Europa hasta la fecha: la Torre de Plata, también conocida como Torre Blanca: una torre, también diseñada por Candela, que tendría 70 pisos y mediría 248 metros de altura. Un mamut hecho con materiales traslúcidos y en una dinámica en espiral. Algo desconocido en España hasta la fecha, que estaría rodeado por más de cinco hectáreas de verde: un parque inmenso en el corazón urbano de Madrid, con piscinas públicas, pistas de hielo, espacios de juego para los niños y un hotel con terrazas interiores hacia la arbolada. La cuestión circulatoria se resolvería con varios pasos subterráneos y túneles que desviarían el tráfico desde La Castellana hacia Padre Damián y las calles adyacentes. Una obra que cambiaría la faz de aquella parte de Madrid, engullida completamente por las fauces de la gran ciudad.

      El País

      Bernabéu estaba tranquilo: la idea era brillante, contaba con un respaldo financiero sólido y ofrecía soluciones. Llevaba madurándose desde 1972. En septiembre de 1973, cuando se presentó, era un proyecto vigoroso que sólo necesitaba el trámite legal pertinente: la recalificación de los terrenos sobre los que se asentaba el Bernabéu. Considerados como zona deportiva, habían de ser jurídicamente validados como zona edificable. Para eso se necesitaba la aprobación del Ayuntamiento: primero del Pleno, luego de la Comisión del Área Metropolitana, luego del Consejo de Estado y finalmente del Consejo de Ministros. Nada que no le hubieran concedido ya, hacía muy poco tiempo, al Fútbol Club Barcelona y al Club Atlético de Madrid. Pero en Madrid era alcalde Carlos Arias Navarro, El Carnicerito de Málaga, conocido así por su esforzado desempeño en la represión civil que continuó a la inmediata caída de Málaga en manos del Ejército sublevado en el año de 1937. Arias Navarro no era lo que los americanos llamarían un hombre con visión; cuenta Julián García Candau en su biografía de Bernabéu que al ser elegido alcalde de Madrid, su mujer comentó alborozada a los periodistas que los madrileños iban a tener un nuevo regidor muy aficionado a la música, ya que cada mañana al afeitarse cantaba Palmero sube a la palma. El caso es que Arias Navarro se negó desde un primer momento, calificando la hipotética aprobación del proyecto del Madrid como un crimen urbanístico.

      Se desató entonces una tormenta mediática muy perjudicial para el Club. Después de un año larvándose, en junio de 1973 el proyecto saltaba a la palestra y hasta septiembre se sucedieron las declaraciones. El órgano mediático oficial del régimen, Arriba, vertió acusaciones contra Bernabéu y la junta directiva que en los años 40 compraron los terrenos de La Castellana: se dijo que el Madrid había expropiado vilmente aquellos metros cuadrados, y se difundieron rumores difamatorios acerca de la manera en que el club edificó el Estadio de Chamartín. Se argumentó que el rascacielos que iba a construirse en La Castellana colapsaría el tráfico; que los vecinos no podrían vivir en paz, dada la afluencia de gente que atraería el hotel y el parque, y que otro mazacote de cemento y hormigó en Madrid, tras la calamidad estética obrada hacía poco con la Torre de Valencia al final de la calle Alcalá, destrozaría la impronta paisajística de Madrid. A pesar de todo, el ataque más rotundo fue el que lanzó desde la muy prestigiosa tribuna de ABC el juez catalán Luis Pascual Estevill, quien deslizó insinuaciones sobre el destino de una parte muy sustanciosa del dinero que Zeckendorf iba a desembolsar en la obra: Bernabéu tuvo que calmar a Luis De Carlos, quien iba a querellarse contra Estevill (“a mí nadie me llama ladrón”) porque tenía pensado agotar el último de los recursos con que disponía: Arias Navarro, “terco como una mula” según Juan Carlos I, no cedía, y la agitación mediática amenazaba con tumbar el proyecto.

      Don Santiago, no obstante, era un hombre de acción. Siempre lo fue, demostrando que el camino más corto entre dos puntos siempre es la línea recta, como cuando se enteró por la prensa de que el Barcelona iba a fichar al canario Molowny y telefoneó a Saporta ordenándole que cogiera un avión en Barajas y llegase a las islas antes que el enviado culé, que iba en avión. Bernabéu sabía que en España no se movía un ladrillo sin la aquiescencia del Caudillo, por quien tenían que pasar todos los asuntos aunque sólo fuese de forma indirecta. La oposición del Ayuntamiento sería vencida así, o no sería.

      Una tarde, años después, Raimundo Saporta le contó a García Candau que la exposición del Círculo de Bellas Artes apareció cerrada: se habían cargado todas las maquetas y rollos del proyecto en una furgoneta de alquiler. Bernabéu le dijo al chófer: al Pardo. Allí montaron, en el cine privado del palacio, los trastos de matar, y Saporta se encargó de explicar todo el proyecto a Franco, su mujer, los marqueses de Villaverde y la hija de éstos. Carmen Polo quedó encantada. Incluso preguntó quién se oponía a la realización de la obra. Saporta contestó que Arias Navarro; la señora Franco respondió que por qué, a lo que Saporta se encogió de hombros: “no lo sé”. Franco, lacónico, se limitó a decirle a Bernabéu: “enséñeselo al Príncipe”. La comitiva desmontó el atrezzo y la furgoneta salió zumbando a La Zarzuela, donde doña Sofía se encargó de hacerle ver al por entonces Príncipe de España que lo que aquellos señores del Madrid le estaban pidiendo era que intercediera ante quien hiciera falta para hacer viable el traslado del campo. Don Juan Carlos, expresivo según Saporta, argüyó que él no mandaba nada en España, con lo que la expedición regresó a tierra esperando acontecimientos.

      Al día siguiente, Saporta recibió la llamada de Alfonso de Borbón y Dampierre, embajador oficioso del Madrid ante El Pardo dada las relaciones de amistad del Duque de Cádiz con Saporta: dice el Caudillo que nones. Las palabras exactas fueron: “Dígale a Saporta que no presente el proyecto porque le van a llamar especulador.”

      Se desmontó la operación, ya aprobada por la Asamblea General de Socios, y a Bernabéu se lo llevaron los demonios. Dicen que, furioso por el desplante, llegó a confesar que de haber una nueva Guerra Civil en España, él, que había sido cabo en el ejército de Franco, se pensaría bastante de qué lado combatir. “En España molesta el más listo, la mujer más guapa, pero nosotros no tenemos envidia a nadie”. Cinco años después, el patriarca moriría con la única tarea pendiente de dejar el futuro del club de su vida asegurado con una flamante nueva morada. “Es necesario que en el club quede quien sepa dónde se encienden las luces.”

      Saporta le confesaría más tarde a García Candau que, según su creencia, a Franco no le gustó que el proyecto fuese de un socialista exiliado, por Candela.)

      Saludos blancos castellanos y comuneros

  6. A mi la cantinela esta de un nuevo estadio me parece estupenda, pero siempre que sale el tema pregunto lo mismo ¿ Que hacemos para rentabilizar miles de m3, en una de las mejores zonas de Madrid y calificados de uso deportivo , sin el futbol? ¿Para que nos quieran un poquito, se los regalamos a este Ayuntamiento tan dado a ponernos todo tipo de trabas?
    Hasta el momento nadie me ha contestado, si alguien tiene la solucion (incluido el inclito Boluda) por favor que nos ilumine.

  7. Que se presente cumpliendo los requisitos legales.

    Difícil olvidar , para alguien que critica la falta de humildad del club , encabezado por Florentino, el talante de Boluda , de quien recuerdo unas declaraciones dónde afirmaba tener un mayordomo , edecán ... o algo por el estilo, que se probaba y usaba los zapatos nuevos comprados por él. Y así , una vez se daba el calzado gracias al sufrimiento del subordinado, pasaba ya a pies de Don Vicente, el amo.

  8. Buenas tardes, a mi me parece D. Pepe que su crítica al Sr. Boluda, es justa porque las declaraciones de este señor no auguran nada bueno, no es época de hablar de fichajes, su influencia en la linea de deportes de la C.O.P.E. es nula, dado su anti madridismo que roza la patología mental de los periodistas deportivos de dicha cadena, su crítica a la " boina" tarde y oportunista, pero el tema no es este, porque tengo la impresión de que usted habría atizado a cualquiera que se hubiese ofrecido a presentarse a las elecciones, mira que hay para críticar a D. Florentino y sólo le pone atizarle a Boluda,( desgraciadamente con razón), que no hay elecciones hasta dentro de 2 años, tápese un poco hombre, que Boluda no es rival
    Salud

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✍️@Guaschcope

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Propone @Guaschcope en su «Mira, chato» de hoy que el saque de honor del España-Brasil del 26 de marzo en el Bernabéu lo realice Brahim.

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Heroica resistencia del Atleti.

Perdieron, sí, pero qué admirable Atleti vimos anoche, casi como si su razón de ser en esta vida no fuera única y exclusivamente perjudicar al Real Madrid.

#Portanálisis

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