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El pene pequeño de Robbie Williams

El pene pequeño de Robbie Williams

Escrito por: Jesús Bengoechea29 diciembre, 2019
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Ha tardado en llegar, pero la frase del año ha irrumpido en las postrimerías del mismo con una contundencia que deja poco lugar para las dudas. La sentencia más atinada y demoledora de 2019 llega cuando el ejercicio concluye de la boca del cantante británico Robbie Williams, que en un reportaje sobre su muy admirado amigo Toni Kroos se ha confesado descarnadamente, con sinceridad digna de diván psiquiátrico. “El Real Madrid me hace sentir como si tuviera el pene pequeño”.

Una de las claves de la frase, claro, es lo de “como si tuviera”, de donde se deduce que en realidad Robbie Williams no lo tiene (el pene pequeño). No estoy en condiciones de desmentir o confirmar ningún extremo (nunca mejor dicho) en lo relativo al tamaño del miembro viril del músico y showman de Staffordshire. Aunque le respeto mucho como artista, yo soy más de Javier Krahe, quien se tomaba este asunto con la debida distancia, si ésta fuera posible.

No sé tus escalas, por lo tanto eres muy dueña
de ir por ahí diciendo que la tengo muy pequeña.
No está su tamaño, en honor a la verdad,
fuera de la ley de la relatividad.

La frase de Williams se enmarca en el contexto de su enorme admiración por el Real Madrid. Aunque es fan del Manchester United, Robbie nunca ha dejado de postrarse de hinojos ante el trece veces campeón de Europa, y lo ha hecho con la sensación que tan gráficamente describe: una de propio menoscabo, de sensación de mengua global y genital, ese prurito de insignificancia que uno experimenta ante la presencia o la mera idea de alguien que, de manera manifiesta, te supera no solamente a ti sino a todos los demás también. “El fútbol es mi religión y no me gusta que haya dioses más grandes que el mío”, ha apostillado a manera de explicación. A nadie le gusta verse superado en materia de religión ni de sexo, las dos cuestiones centrales de la existencia humana junto (de ahí que las tres salgan a relucir al unísono) con el mismísimo fútbol.

Si no lo compara con el Real Madrid, Robbie ve en su Manchester al Dios omnipotente del Antiguo Testamento; si lo compara, la gran escuadra del Teatro de los Sueños queda reducido a becerro de oro, en el mejor de los casos. Asimismo, si no se mira en el espejo del Real Madrid, el icono pop se solaza ante la visión de un badajo propio abundante y lustroso; en cambio, éste queda reducido a risible apéndice cuando es pasado por el filtro del Real Madrid, tótem cipotudo por excelencia ante el que palidecen los ciruelos más aventajados. Tranquilo, Robbie, el tamaño no importa, y si importa te diremos generosamente lo contrario, para no abrumarte aún más.

Es mísero, sórdido y aun diría tétrico
someterlo todo al sistema métrico.
No estés con la regla más de lo que es natural.
Te aseguro, chica, que eso puede ser fatal.

Como sucede con las salas de trofeos, es fácil caer en la tentación de medir el propio pene. Craso error, según La Trinca (claro que son culés).

Si hay por un triste colgajo
quien se crea superior,
que lo exhiba en una urna
con bolitas de alcanfor.

Lo que le pasa a Robbie Williams, con independencia de una hipotética escasez fálica, en la que no entramos ni nos entra, es que es un poquito madridista. Como decía otro gran cantante en estas mismas páginas, hace no tanto tiempo, “quién no es un poco del Madrid”. Robbie tiene dos discos que se llaman, respectivamente, Sing when you’re winning y Swing when you’re winning, lo que le convierte en un aspirante denodado al triunfo, lo que ya casi le convierte en madridista. Versionó We are the Champions con lo que quedaba de Queen, y aunque John Deacon calificara de “atroz” dicha versión, convendremos en que hay ahí una declaración de principios. Tiene además el británico ese punto de altivez que según Jabois define al madridista, y se caracteriza además por no tomarse demasiado en serio a sí mismo. Eso último también le sucede al club de Concha Espina, que solo se toma en serio ganar. Tomarse en serio a uno, en cambio, es de un culerío que no se puede aguantar, y suele culminar en declaraciones como “ha ganado el fútbol” cuando gana uno o “ha perdido el fútbol” cuando sucede lo contrario. Williams es un personaje discutible pero no hay rastro alguno de guardiolismo en su controvertida estampa, y eso ya es mucho hasta en el supuesto de que, en efecto, no calce una fuchinga notable. Además, qué demonios, solo el ManU y en alguna medida el Liverpool se aproximan al Madrid en Inglaterra, tanto en peso de palmarés como de enjundia histórica. Ya explicó además Fantantonio, también en La Galerna, la hermandad histórica entre ambas instituciones.

Quién, en efecto y como decíamos, no es un poco del Madrid, y esta pregunta se antoja particularmente aplicable a los antimadridistas, que son gente que mira al Madrid permanentemente a fin de ofuscarse una y otra vez con el tamaño del propio nardo. Qué podemos hacer nosotros contra ese ejercicio de masoquismo inveterado, y qué podemos hacer contra eso que dijo, si no me equivoco, Jabois también, a saber, que madridismo y antimadridismo son dos caras de una misma moneda. Nos apresuramos a aclarar que, como Robbie Williams, con esto del tamaño del pene de los antimadridistas hablamos en sentido plenamente figurado. No hay evidencia alguna de que los antimadridistas propendan a estar en posesión de nabos ínfimos, si bien (a fuer de ser sinceros) habrá que subrayar a continuación que tampoco existe un estudio científico que lo niegue de modo taxativo.

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

9 comentarios en: El pene pequeño de Robbie Williams

  1. "Williams es un personaje discutible pero no hay rastro alguno de guardiolismo en su controvertida estampa", y efectivamente, eso ya es mucho.
    Ni de guardiolismo, ni de valdanismo ni de florentinismo. No se intuye interés alguno en esas declaraciones.
    Y es que no somos los mejores porque lo digamos nosotros.

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