Resulta doblemente difícil sonreír por lo que sucedió cuando se tiene la convicción de que todavía quedaban recuerdos por compartir. Cuando no reconocemos el final. Inevitable sentimiento en el caso de Modric, obligado a dar un paso atrás por una decisión más estratégica que deportiva. “Mantenerle era conservar al jugador con más criterio de la plantilla, si no para todos los días, sí para los días de verdad”. Esto, escrito por Luis Nieto en AS, puede ir al mármol.
Pero, más allá de la nostalgia —alimento sin calorías— toca pensar en el día después. En este caso en el heredero del croata, en el portador del dorsal del jugador más laureado de la historia del Real Madrid, que se escribe pronto.
Todos reconocemos la importancia de los números en el fútbol, que, a su vez, adquieren especial significado e importancia en según qué clubes. Si hasta la fecha el 7 del eterno Juanito podía considerarse como el dorsal con más peso identitario y emocional de la camiseta del Real Madrid, a partir de la salida de Modric el 10 no quedará muy lejos.
Si hasta la fecha el 7 del eterno Juanito podía considerarse como el dorsal con más peso identitario y emocional de la camiseta del Real Madrid, a partir de la salida de Modric el 10 no quedará muy lejos
Así que la pregunta que cabe hacerse es: ¿quién lucirá el número del jugador que ha liderado la última década prodigiosa del club de Chamartín? Los aspirantes son variados. Por un lado está Mbappé, quizá la opción con más lógica deportiva, pues en sus pies está liderar el nuevo proyecto. También podría tomarlo Bellingham, y más si comenzara a asumir un rol más propio del organizador, aunque parece difícil que se desprenda del también icónico número 5. Está la alternativa más arriesgada, entregárselo a Güler, que hasta ahora sólo ha ofrecido magníficos destellos, pero no ha roto en determinante estrella. Y, por último, podría quedárselo un fichaje, siempre una incógnita, y más en el Madrid.
Todo cambio de ciclo va acompañado de la lógica duda sobre si los sucesores honrarán a los ídolos. Así que, como retirar el número sería un exceso, propongo dejarlo sin utilizar durante una campaña, la próxima, en póstumo homenaje al jugador que no sólo nos hizo felices durante 13 años, sino que marcó el camino que debería seguir cualquier futbolista blanco: calidad, sacrificio y alma.
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Para mí el portador del número 10 es y debe ser
VALVERDE
Pues es el jugador que más se identifica por infinidad de virtudes con las leyendas más significativas de nuestro Club
Bellingham. Y si ya de paso además del 10 juega en su sitio pues ya habremos mejorado algo.
JUDE
Chema
Discrepo. El 10 es icónico para los culers. Históricamente el 10 para nosotros no es tan importante. No sigáis la moda negreirista. Dadselo a Guler o al fichaje que venga.
Un saludo madridista
No es más que un número en una camiseta. Lo ha llevado hasta Lass Diarrá, así que ya ves tú qué cosa...