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Puskás: un peregrinaje en busca de su tumba

Puskás: un peregrinaje en busca de su tumba

Escrito por: Athos Dumas22 noviembre, 2018
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Para Margarita y Teresa

 

He tenido mucha suerte en mi vida al haber conocido personalmente a varios de los más importantes iconos Del Real Madrid a lo largo de su historia: Don Alfredo el primero, por supuesto, pero también a Don Paco Gento, mítica Galerna del Cantábrico, al Brujo Amancio, a Butragueño, a Míchel, a Raúl, a Roberto Carlos, a Casillas, a Ramos, a Zidane, a Kroos, a Bale, a Benzema… Con algunos compartí mesa y mantel, con otros breves minutos para intercambiar algunas frases.

Por desgracia, ya nunca podré conocer en persona a uno de los más grandes. Para algunos incluso fue el más grande: Ferenc Puskás, Don Pancho, Cañoncito Pum. El Comandante. El único verdadero Comandante que ha pisado jamás el césped de Chamartín, ya que realmente fue nombrado Comandante del Ejército húngaro, allá por los años 50, por sus enormes logros con la Selección nacional de Hungría. El Comandante Galopante. The Galloping Major, tal y como se le conoce por las islas británicas.

He hablado con unas cuantas personas que lo conocieron y de ninguno he oído ni una sílaba negativa sobre Don Ferenc. Todo generosidad en su vida, Don Alfredo decía que cuando salía con dinero a la calle siempre volvía a casa sin un céntimo, ya que a todos con los que se encontraba los invitaba al aperitivo, al almuerzo o a tomar una copa. Aquellos que alternaban en el antiguo “Gloria Bendita” de la calle Rafael Salgado - hoy en día el restaurante “José Luis” -, lo recuerdan aún perfectamente. Todo corazón. Gente buena de verdad.

Y qué decir de su prestigio internacional. Cuando viajé a Glasgow en 2002 en vísperas de La Novena, charlando en los pubs escoceses con los veteranos del lugar, para la mayoría era el ídolo de los ídolos, superando a la Saeta, por su hazaña de los 4 goles - registro sin superar en una final de Copa de Europa - en el 7-3 al Eintracht de Frankfurt en Hampden Park. Doble ídolo si cabe, ya que capitaneó a la fabulosa Hungría, aquellos Mighty Magyars, que despedazaron a Inglaterra - batidos en sus tierras por primera vez por una escuadra no británica - por un increíble 3-6 en Wembley el 25 de noviembre de 1953, ante 105.000 atónitos espectadores, en el que se conoce como “Match of the Century”. Imaginen para unos seguidores escoceses hablando de un genio como Puskás, verdugo de su odiada Inglaterra (con 2 golazos y una exhibición en toda regla) y autor de un póker en una final de Copa de Europa: el máximo protagonista a la vez del mejor partido de la historia de las selecciones y del mejor partido de la historia entre clubes.

Hay un libro magnífico – hay numerosos – dedicado a él titulado “Capitán de Hungría” en el que se corona a Puskás como máximo héroe nacional magyar. Incluso hablando de la derrota de Hungría por 3-2 en la final de la Copa del Mundo de 1954 ante Alemania, los elogios sobre él fluyen en cada página, como si Hungría hubiese logrado el Mundial. Y es que, tras haber aplastado a Alemania por 8-3 en la fase previa, Puskás se lesionó de consideración en su tobillo, jugando toda la final muy dolorido y menguadísimo de facultades. Aun así, un disparo suyo llegó a empatar a 3 a falta de dos minutos, pero su tanto fue invalidado por fuera de juego.

fue el máximo protagonista a la vez del mejor partido de la historia de las selecciones y del mejor partido de la historia entre clubes.

Es tal la admiración que sigue levantando en su país que al morir fue enterrado en la Catedral de San Esteban de Budapest, junto a reyes, jefes de estado y príncipes de abolengo. Su tumba ya no la pueden visitar sus admiradores, ya que en 2008 – dos años después de su fallecimiento – fue profanada por varios desaprensivos. Así que hoy en día, las tumbas de Puskás, además de las de sus dos compañeros de selección Gyula Grosics – mítico portero – y Sándor Kocsis – ariete excepcional -, no se pueden visitar ya que hay una puerta con verja cerrada a cal y canto a la entrada de la cripta. Curiosamente, mis dos hermanas mayores, Margarita y Teresa, de visita por Budapest el año pasado, insistieron tanto en ver la tumba de Don Ferenc ante el clérigo-guardián de la cripta, contándole su enorme madridismo y su rendida veneración por el ídolo, insistiéndole en que se habían desplazado ex profeso desde Madrid para rendirle homenaje, que lograron convencerlo y pudieron ver la lápida que cubre los restos del coloso del fútbol. E incluso hacerse fotos.

Ferenc Puskás, nacido Ferenc (Francisco, de ahí lo de Pancho) Purczeld, que cambió su apellido por el de Puskás, que en idioma húngaro significa fusilero, cañonero. Logró también proclamarse campeón olímpico en 1952, en Helsinki, batiendo con su selección a Yugoslavia por 2-0, y anotando la primera diana. Internacional 85 veces con Hungría (84 goles) y 4 con España. 5 ligas ganadas en Hungría con su amado Honvéd de Budapest, más otras 5 con el Real Madrid, más 8 Pichichis entre ambos países, más 3 Copas de Europa… Y un enorme inventario de trofeos individuales y colectivos de toda índole. En total marcó 709 goles en 720 partidos (242 goles en 262 partidos con el Madrid), a casi un gol por partido de media. Que el trofeo FIFA al más bello gol de cada año se llame Premio Puskás no es por tanto ninguna casualidad.

Amancio Amaro se deshace en elogios hablando de su “guante izquierdo” en la pierna. Gento, de su compañerismo dentro y fuera del terreno de juego, y de sus exquisitos lanzamientos de libres directos, ante los cuales temblaban grandes guardametas contemporáneos suyos como Ramallets, Carmelo Cedrún o Madinabeytia.

Cuando en marzo de 2013 se erigió una estatua de cuerpo entero de Ferenc en su ciudad natal, el alcalde de Budapest, Balázs Bús comentó que “todas las ciudades húngaras deberían tener una estatua de Puskás”, ya que “forma parte de la conciencia húngara”.

Desde estas modestas líneas me voy a permitir el lujo de hacer una petición al Real Madrid. Ya que no somos muy de estatuas – exceptuando la mítica de Machimbarrena y Sotero Aranguren cerca del vestuario local del Santiago Bernabéu -, bien podría nuestro club bautizar alguna de las gradas del estadio con el nombre de Ferenc Puskás, o bien la residencia de la primera plantilla en Valdebebas. Puskás solo lució la camiseta de dos clubs, el Honvéd durante 14 temporadas y el Real Madrid durante 8. Y se retiró con la elástica blanca inmaculada allá por el mes de mayo de 1966, a los 39 años.

 

 

29 comentarios en: Puskás: un peregrinaje en busca de su tumba

  1. Qué fantásticas tus hermanas! Aplaudo su tozudez ante el clérigo. Y por supuesto que desde mi lejano bastión de ultramar, aún sins er socia, respaldo 100 % tu propuesta.

  2. Fué un excepcional futbolista y una excepcional persona, yo si tuve la suerte de conocerle, , y era un saco de bondad, deberia tener una estatua en Madrid, pues además de gran futbolista ha sido una persona llena de todo lo que querria ser cualquier persona de bien, me uno a esa petición , porque es de estricta justicia.

  3. Qué pena, Athos, que no escribieras este artículo antes del verano, porque si mi alma hubiera sabido lo que hicieron tus hermanas, esta que lo es habría hecho lo mismo este verano cuando estuve en Budapest..... le habría contado yo a ese hombre mi vida madridista jajajajajaa....

    Y por cierto, también me sumo a tu propuesta...

    Saludos

      1. Pues lo mismo....si nos hubiera contado esto antes Athos igual al hacernos la foto ante la tumba de Puskas si hubiéramos coincidido nos habríamos sonreído con complicidad por sabernos hermanos en el madridismo 😉

  4. Un personaje de leyenda, casi con dos carreras futbolísticas distintas (juventud y madurez) separadas por la infame invasión soviética de Hungría. En la primera fue el líder de la mítica selección magiar (el famoso Aranycsapat o "equipo de oro") que hizo historia con el 6-3 de Wembley y al perder el Mundial del 54 por sorpresa (nunca una derrota marcó tanto a una selección), y en la segunda cogió el relevo goleador de Di Stéfano en el Madrid a pesar de superar la treintena y de su oronda panza, dejando un legado que hoy en día no se ha perdido (le ha pegado "a lo Puskas" es una expresión común aún hoy).

    Como anécdota, yo conocí a un sobrino suyo (un señor mayor), y la verdad, una decepción porque era culerdo. No le gustaba el Madrid porque tenía "muchos extranjeros".

  5. Me encantaría que se llamara así a la residencia de la primera plantilla en Valdebebas. Sería un precioso gesto.
    Apoyo esta moción, y si además quieren inaugurar una grada, pues adelante también.

  6. Un artículo que hace que se me salten las lágrimas. Felicidades. Y sí, algún reconocimiento a Puskas (siempre a la sombra de Don Alfredo en nuestro imaginario madridista), debería ser creado.

  7. El más grande goleador que yo haya visto en cuanto a relación oportunidades/goles. Era absolutamente infalible en el uno contra uno y tiene una media increíble para un jugador de una sola pierna y nulo juego aéreo.Ademas tenía una enorme visión de juego y una precisión en el pase milimétrica.
    Me parece magnífica la idea de poner su nombre a la residencia

  8. Precioso artículo, señor Dumas.
    Por edad, yo no le vi jugar, pero sí mi padre, que me contaba siempre que Puskas era el mejor jugador que había visto nunca, a la altura de don Alfredo.
    Hay vídeos en la red, en los que se puede apreciar su extraordinaria calidad.
    De joven, con un gran regate y un disparo seco y siempre bien colocado. Y con el Madrid, con menos movilidad, se puede disfrutar de sus cuatro goles en la final contra el Eintrach, y entre otros, un gol en el Bernabéu en saque directo de corner con el exterior de su pie izquierdo.
    Yo también me sumo a su propuesta.
    Saludos.

  9. Gran artículo, Athos, y buena petición.
    La primera vez que fui a Budapest (2003) fui a ver el estadio que ya llevaba su nombre, CV pero no era visitable. La segunda vez (2007) desconocía lo de la tumba. Cuando vaya una tercera ya me preparo una peregrinación en condiciones.

    Apuntes:
    - El libro "Captain of Hungary" es autobiográfico. Lo escribe antes de jugar en el Madrid a los 27 años, siendo una estrella absoluta. Cuenta con orgullo como en 1945 "La Gazetta dello Sporto" (sic) le incluye en el mejor XI del mundo, por voto popular, junto a Zamora, Matthews, Meazza y Di Stefano. En 1945. Éstos 2 cracks llegaron al 8 y 12 años después de aquel momento.

    - Puskas también vistió la camiseta del Kispest Athletic Club, el equipo de su barrio (por como lo dice, en los 1940 a unas pocas millas de Budapest) hasta 1950. La Wikipedia dice que era el mismo Honved antes de un cambio de nombre (https://en.wikipedia.org/wiki/Budapest_Honv%C3%A9d_FC), pero no es eso lo que explica el propio Puskas en su libro: "Meanwhile my own club, Kispest, had been taken over by Honved. We were now under a new management, with new headquarters and a ground in entirely new surroundings."
    Para las categorías inferiores de ese equipo lo fichó en 1936 quien sería su entrenador infantil y luego profesional Nandor Szucs, a partir de 1943, con 16 años.

    Cuando haga esa peregrinación prepararé también una visita a Kispest, ver si el estadio de aquel equipo sigue en pie, su lugar de nacimiento, etc.

    1. Voto popular, junto a Zamora, Matthews, Meazza y Di Stefano. Normal, en esa lista están entre otros: el mejor portero de la historia del fútbol, el inigualable Zamora "el divino" ( e ídolo del mismísimo Yashin, que ya se pone así él mismo por debajo del español), Puskas (el mejor punta de la historia del fútbol y mayor goleador de la historia del siglo XX) y Di Stefano (mejor jugador de la historia de éste deporte, el jugador total), casi nada.

    2. Muchísimas gracias, Javier, por todas tus precisiones.
      En su momento no vi tu comentario, pero nunca es tarde, y te mando un fuerte abrazo y mis felicitaciones por tu sabiduría sobre este tema.

  10. No hay ninguna leyenda que se acerque siquiera de lejos por detrás del mejor jugador de la historia de éste deporte, la saeta rubia, el jugador total, el español Di Stefano

    Puskas, mejor punta de la historia es uno de los mejores de la historia, ocupa el sexto lugar históricamente pero claramente más limitado que el más grande, Di Stefano

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