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El Real Madrid de Capello

El Real Madrid de Capello

Escrito por: Jesús Bengoechea23 marzo, 2020
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Mi Real Madrid favorito

El Real Madrid de Capello

 

El segundo Madrid de Capello. Dicho así, suena a era futbolística, a dinastía, a ciclo triunfal. En realidad fue solo una temporada, pero la huella sociológica que dejó fue indeleble. No todos los días se gana una Liga de fútbol sin jugar al fútbol. El segundo Madrid de Capello jugaba al huevosball, al ballsball (valga la redundancia) si se quiere, pero no practicaba el balompié, más que nada porque hay ocasiones en las que, jugando al fútbol, se pierden partidos de fútbol. “Si juegas a algo que no sea fútbol, ha de ser a la fuerza más difícil perder un partido de ídem”, pensamos que se dijo Capello, el ideólogo de aquella Liga de las remontadas que es la favorita de tantos y tantos madridistas.

También la mía. Es verdad que el apócrifo pensamiento de Capello puede también aplicarse a las victorias futbolísticas, que serán tanto más difíciles de lograr si no se practica dicho deporte, pero en eso consiste precisamente el milagro y ya en el cole nos prohibían incluir lo definido en la definición. Aquella Liga está además revestida para mí de matices muy personales, y su recuerdo me evoca en consecuencia hechos enormemente relevantes en mi vida. Ya lo he contado en diversos foros, pero lo resumiré.

Me casé la víspera de la última jornada, es decir, el día antes del partido ante el Mallorca que está ya en los anales del otra-cosa-que-no-es-fútbol por las desbordantes olas de testiculina en que anegó a los espectadores presentes en el Bernabéu. Alrededor de veinte días antes de la boda, con la luna de miel ya reservada, me apercibí de que según el programa yo iba a estar volando a Costa Rica en el preciso momento en que el Real Madrid PODRÍA estar jugándose la Liga ante los insulares, y se lo hice saber a la que hoy es mi mujer junto al ruego de cambiar la reserva y aplazar un día el viaje de novios.

con la luna de miel ya reservada, me apercibí de que según el programa yo iba a estar volando a Costa Rica en el preciso momento en que el Real Madrid PODRÍA estar jugándose la Liga ante los insulares

PODRÍA. A lomos de este precario condicional, un jamelgo bastante escuchimizado y lento, logré llegar a la meta del Bernabéu antes de que el brioso caballo “Viaje de novios” me diera alcance, y todo gracias a la inmensa generosidad de mi amado yugo, a quien nunca podré agradecer lo suficiente su concesión.

-Y menos mal que ganamos, porque de lo contrario cualquiera habría aguantado tu careto durante el viaje- apuntaría ella si estuviera aquí, pues bien la conozco y poca autoridad moral tendría yo para llevarle la contraria en este extremo.

Ver ganar una Liga al Madrid de las remontadas remontando (a su vez) un partido agónico ante un Mallorca sin duda primado hasta las cejas es grande. Verlo in situ (con goles de Diarra y Reyes -ay- nada menos) es impagable. Pero vivir todo eso en primera persona para acto seguido ir a Cibeles sabiendo que al final de la fiesta, al otro lado de Castellana, te espera en una suite nupcial quien está destinada a ser la madre de tus hijos está más allá de cualquier merecimiento en vida.

No fue solo aquella “Final de Liga” ante el Mallorca, claro. Antes ya vimos remontar un partido imposible en Huelva ante un Recre que nos había humillado (0-3) en el partido de ida en el Bernabéu. Roberto Carlos puso las cosas en su sitio en el último suspiro con un zurdazo tras pase de Gago, porque alguien tenía que dar ahí los pases y del glorioso trivote Gago-Diarra-Emerson el argentino era el más guapo de todos, ya que no el más dotado técnicamente. Diarra era el más dotado pero tampoco técnicamente. Emerson, el Puma, era de raza tan inexacta como sus pases largos, un poco a la manera de algunos señores que solo se ven en el metro de Lisboa (por lo de la raza, no por lo de los pases), y calvo también a la manera de determinaos transeúntes lusófonos. Dios, cómo les quiero. Héroes improbables, semidioses random que pasaban por allí para hacernos felices de manera tanto más gozosa en tanto puntual, titanes de paso, improbables ídolos (también Cannavaro y Robinho y Miguel Torres, tipos que disfrutaban muy variables grados de estatus en la profesión pero compartieron un solo modo de hundirnos en la miseria entre septiembre y marzo para elevarnos a los cielos después).

Antes de aquella Final de Liga, habíamos visto también una remontada tremebunda ante el Espanyol en el Bernabéu (4-3), dando la vuelta a tres tantos del rifle Pandiani. Y, por supuesto, asistimos también al tamudazo, aquel minuto mágico en el que marcaron Van Nistelrooy en Zaragoza (qué jugador, Dios santo) y el liviano jugador del Espanyol en el Camp Nou. Si la “Final” contra el Mallorca casi coincide con mi boda, la “semifinal” cayó el día de mi despedida de soltero. Grité la hazaña de Tamudo vestido de sarasa setentero en un restaurante ibicenco. Yo, no Tamudo.

Aquel equipo ganaba porque no tomaba nota de lo mal que jugaba, porque no tomaba nota de que perdía (y mira que perdió). Sé que es este un apunte que escandalizará a los entusiastas de la táctica, pero el poder que sobre mí ejerce esta realidad casi filosófica jamás ha dejado de fascinarme: ganaron la Liga porque nunca levantaron acta del desastre que eran.

ganaron la Liga porque nunca levantaron acta del desastre que eran

Los amantes de las táctica argüirán que, tras una derrota, lo que corresponde es sentarse todos muy serios ante una pizarra y un reproductor de vídeo, analizando penosamente hasta la última cosa que ha fallado. No sé si Capello intentó alguna vez sentar a aquella pléyade de inconscientes (dicho sea en el más bello sentido de la palabra) para que reflexionaran sesudamente sobre sus fallos. Si lo intentó, tengo claro que nunca lo logró, y mira que hay que abonarse a la temeridad más loca para desoír las instrucciones del sargento de hierro.

Bien pensado, tal vez Capello fuese el primer loco de todos ellos. Tal vez Capello era el primero que ignoraba las llamadas de lo académico. Al fin y al cabo, hay que pasarse el fútbol de los que saben de fútbol muy aplicadamente por la entrepierna para prescindir en diciembre de Ronaldo Nazário, y que te salga bien, encima. Para sustituir a Ronaldo, el técnico italiano y Mijatovic ficharon a Higuaín. “Igualín que Ronaldo”, se oyó murmurar en el vestuario, con afortunada sorna. Poco sospechaban los del juego de palabras que el mismísimo Van Nistelrooy (qué delantero, por Dios) sostendría algún tiempo después la camiseta de Higuaín, blandiéndola en dirección a la grada para celebrar uno de los goles decisivos del argentino en pos del clavo ardiendo. Nada, absolutamente nada de lo que sucedía tenía lógica alguna, pero aquellos maravillosos irresponsables se cagaban en la lógica con el mismo ahínco que empleaban en hacer lo propio con la ortodoxia futbolística.

Nada, absolutamente nada de lo que sucedía tenía lógica alguna, pero aquellos maravillosos irresponsables se cagaban en la lógica con el mismo ahínco que empleaban en hacer lo propio con la ortodoxia futbolística

Qué Madrid, amigos. Un Madrid tan encantadoramente raro y gloriosamente surrealista que en medio de este batiburrillo está el mismísimo Beckham, el mismísimo Iker, un Ramos juvenil, el propio Raúl también.

Beckham había sido apartado por Capello por decir que se cambiaría de equipo a final de temporada (o porque Calderón había dicho a unos estudiantes que iba a dedicarse a la farándula -Beckham, no Calderón-, ya no me acuerdo), pero como quiera que Capello escribe derecho con renglones torcidos le hizo volver al final para echarle clase y pundonor por igual. Raúl no tuvo su mejor año, pero oigan, cuál de estos lo tuvo.

Ninguno tuvo su año, no. Solo lo tuvimos (gracias a ellos) usted y yo. Parafraseando a Churchill, podríamos decir que nunca tan pocos jugaron tan como el culo para hacer felices a tantos. Fue un Madrid efímero, triunfal desde el caos, un Madrid a borbotones. Fue además la prueba definitiva de que el Madrid precisa de una cierta dosis de turbulencia para triunfar. Fue (aunque también lo poblaran brasileños, holandeses y africanos) un Madrid quintaesencialmente latino, porque es imposible dejar las cosas más para el último minuto. Y sobre todo, por encima de todo, fue el Madrid más rabiosamente humano permitido por la Ley del cosmos.

Mi Real Madrid favorito

1-El Real Madrid de Capello

2-El Real Madrid de Di Stéfano (años 50)

3-El Real Madrid de Mourinho

4-El Real Madrid de Zamora

5-El Real Madrid de la Quinta del Buitre

6-El Real Madrid de los Galácticos

7-El Real Madrid de Miljanić

8-El Real Madrid de la Quinta del Ferrari

9-El Real Madrid de la posguerra (años 40)

10-El Real Madrid de los García

11-El Real Madrid de Valdano

12-El Real Madrid Ye-yé

13-El Real Madrid primigenio (1902-1924)

14-El Real Madrid del "4 de 5"

 

 

Fundador y editor de La Galerna (@lagalerna_). Autor de Alada y Riente (Ed. Armaenia), La Forja de la Gloria (con Antonio Escohotado, Ed. Espasa) y Madridismo y Sintaxis (Ed. Roca). @jesusbengoechea

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17 comentarios en: El Real Madrid de Capello

  1. Me quedó en la retina aquel joven codicioso Higuaín rebañando un balón en la banda contra el Español en el Bernabéu y llevándolo al gol.

    1. efectivamente, la sustitucion de Ronaldo Nazario por Higuain fue una pieza clave para ganar una liga que parecia imposible, mientras que el brasileño era ya un prejubilado que sacaba pecho de un palmares enriquecido basicamente porque se apunto al carro de un madrid ganador años atras.

      por otro lado decir que me pareceria de justicia decir que el madrid que alza la ansiada Septima es una creación de Capello, linea por linea, tanto por nombres como por estilo. lastima que intentara jugarnosla con el Barcelona, en cualquier caso quien mas salio perdiendo con toda esa historia fue el italiano...

  2. "Ver ganar una Liga al Madrid de las remontadas remontando (a su vez) un partido agónico ante un Mallorca sin duda primado hasta las cejas es grande".
    Para mi no es mi Real Madird favorito, pero sí fue mi liga favorita. "La Liga de Capello", (que ya había ganado otra, en su primera temporada), la "liga de las remontadas", remontadas de las que disfruté "in situ" en el estadio Bernabeu, gozando como un enano, o como un gorrino en cochiquera.
    La dificultad de cada una de aquellas remontadas, estuvo en que, como apunta el señor Bengoechea, todos y cada uno de los rivales del Madrid, jugaron con la intensidad y determinación propias de quienes están jugando la final de la Champions, o se están jugando la prima (a tereceros) de su vida.
    A las remontadas del Español y la del Mallorca, hay que añadir la del día del Sevilla, con la irrupción maravillosa de Guti, que saliendo del banquillo, dio hasta tres pases de gol a sus compañeros. El Sevilla se había adelantado en el primer tiempo, y tras la salida de Guti el Madrid se puso 3-1, llegando un segundo gol del Sevilla, a falta de un minuto para el final, que nos hizo sufrir otro ratito.
    Capello, el centurión romano, demostró que era capaz de cambiar de criterio si el equipo lo necesitaba, y rescató en la segunda vuelta de la Liga a Beckam. David había sido condenado al ostracismo en su palco privado con la ex spice girl, y colaboró eficazmente, como el gran profesional que era, a ganar esa liga.
    Qué buenos recuerdos.
    Saludos.

  3. ¡Joder, qué liga! Leer el artículo es revivirla un poco, volver a saborear aquellas remontadas imposibles.

    Con unos mimbres en mal estado, Capello nos fabricó un cesto irrepetible.

  4. Por aquel entonces no era la mafia proculé tan descarada aunque nos robaron dos ligas en Tenerife y sigue hasta nuestros días y sin visos de acabar, todo lo contrario ya en ese nos han birlado 7 puntos

    1. No sé si recuerda, Rafael, que en el partido del tamudazo se validó un gol descarado de Messi con la mano, y que el árbitro, Rodríguez Santiago, fue premiado con la final de la Copa del Rey. La alegría desbocada de esa liga fue no solo por ganarla con un equipo de mastuerzos a base de remontadas milagrosas, como recuerda Bengoechea, sino también porque ya fue un "contra todo y contra todos" de manual. Un saludo

  5. La liga de las remontadas fue increíble. Una gozada. Recuerdo aquellas noches y sus consecuentes celebraciones con mucho cariño.

    Y sí , coincido con Don Jesús en que la "táctica capelliana", la inconsciencia de aquellos futbolistas y su relativamente caótica manera de jugar al fútbol fue la clave para la consecución de aquella liga.

  6. Inolvidable año!! Pero no olvidemos el mérito de Calderón, entrando en algo que a Floren le ha dado siempre prereza. Recurdo el año empezó arbitralmente como siempre, hasta que Calderón en comida de Navidad le endiñó la camiseta del Madrid entre copa y copa en el txistu a Villar, desde ese momento los árbitros seguían ayudando al Barsa (mano de messi antes de Tamudazo) pero , oh milagro no nos jodían especialmente...hasta recuerdo el 0-1 en el Camp Nou fue de Penalty y jugamos segunda parte contra 10 (ambas decisiones justas pero sabemos que esto ha podido pasar miles de veces y el árbitro siempre se ha trabajo el Pito allá por el pais chiquitito).

    O sea, un equipo de mier**da , muchos eggss y menos robo arbitral obraron el Milagro....

  7. VAN NISTELGOL. El puto amo. Qué delanterazo! Qué liga! Y Capello. El re-fundador del Real Madrid. El padre de las 7 Champions league en color, en full HD y en 4K. Como mínimo, de las 3 primeras. Pero su 2o año también sentó el precedente del minuto noventa-y-Ramos, de las remontadas con el equipo desbocado cuando el rival está escupiendo los hígados. Ramos y Marcelo aprendieron a la perfección el modus operandi que se ejecutaría en Europa años después.

  8. No hay que olvidar que después de remontar en la clasificación, y tras la apoteosis del tamudazo, estuvimos en un tris de cagarla en casa contra el Mallorca. En el descanso de ese partido, con 0-1 y un juego deplorable, me planteé apostatar de mi fe madridista o renunciar a mi trabajo, por la vergüenza que imaginaba al día siguiente. Realmente fue un milagro ganar una liga con Diarra, Emerson (Puma, le llamaba desde la banda Capello sin ningún pudor), Gago...

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Lamine Yamal es muy joven.

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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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