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El problema

El problema

Escrito por: Pepe Kollins12 enero, 2016
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El problema se ha convertido en la gran obsesión del madridismo. Aunque la llegada de Zidane parece ahora haberlo amortiguado todo, rara es la conversación entre madridistas en los últimos tiempos que no incluya una frase, o varias, que comiencen de esa guisa: el problema.

No obstante, cuando un madridista utiliza esa fórmula en realidad no hace referencia al problema en sí sino a la causa que aparentemente lo propicia. Si algo podemos afirmar con rotundidad es que el único problema que puede tener el Real Madrid es no ganar. Así que el problema reiterado hasta la saciedad es en realidad una asignación de responsabilidad, una acusación, tras otra, en la creencia desesperada de que la detección y posterior supresión de un culpable equivale a solventar el conflicto que ha generado.

¿Hay un inconveniente, por tanto, que lastra al Real Madrid al punto de impedirle o dificultarle la victoria? Si el planteamiento del problema supone una constante, la afición se muestra más titubeante en su concreción. Algunos se lo adjudican al entrenador de turno, otros lo cargan al debe del presidente, hay quienes inciden en los jugadores, en la prensa, en el rival o en la propia afición. Como en casi todos los órdenes, las causas responden a motivos diversos.

Resulta un problema que el rival esté en constante progresión desde hace más de dos décadas. No se puede negar que por momentos su nivel competitivo ha sido difícil de igualar. El corrosivo reproche de una liga de siete no deja de ser falaz por cuanto, aunque se podría haber mejorado el guarismo, la expectativa máxima, a tenor del potencial del adversario, nunca se hubiera acercado a un siete de siete.

Otra tendencia ha sido plantear la presidencia como el verdadero problema. Florentino Pérez ha sido acusado de priorizar el marketing en detrimento de lo deportivo. Una recriminación que parte de la premisa, no demostrada, de que ambos aspectos son incompatibles y que, además, obvia que la política de los grandes clubs a ese respecto no difiere en mucho a la del Real Madrid (giras transoceánicas en pretemporada, constantes compromisos publicitarios, o la ponderación, entre otros, del factor comercial a la hora de acometer ciertos fichajes). Pero pese a la demagogia del argumento mercadotécnico, en justicia, el trasfondo de quienes señalan este problema es resaltar la aleatoriedad, o  incluso ausencia, de una política deportiva. La impresión de que los fichajes no cubren, con frecuencia, prioridades de la plantilla o de que algunas carencias quedan, en cambio, al descubierto. No ayuda a disipar esa impresión el que no haya una voz autorizada para dar las debidas explicaciones ya que el organigrama deportivo se ha convertido en un acto de fe. En cambio, el mismo dedo acusador en torno a la poca determinación a la hora de apostar por un proyecto, ya sea dando continuidad al técnico o a un estilo, siendo incontestable como argumento, no cabe personalizarlo: con anterioridad, todos los presidentes hicieron exactamente lo mismo.

Que los entrenadores caigan como chinches forma parte del relato de los jugadores como verdadero problema. Dichas destituciones han respondido indirectamente al mal rendimiento de los futbolistas o directamente a su abordaje del despacho presidencial. Si hay una dinámica incuestionable en el vestuario del Real Madrid es la propensión a engrandecer la figura del jugador al punto que su dimensión les permite mirar a sus superiores, deportivos e institucionales, directamente a los ojos y hasta tutearles. La propia grandeza de la entidad y la repercusión social y mediática que adquieren como protagonistas de la misma eleva sus ínfulas, difuminando el orden jerárquico y haciéndoles olvidar, de forma progresiva desde el inicio de cada nuevo proyecto, el único objetivo por el cual firmaron: ganar. Ser jugador del Real Madrid se convierte, entonces, en un estatus privilegiado y no en una tremenda responsabilidad. El ídolo reclama, como tal, su zona de confort y eso pasa por una calidad de vida que no casa con las incomodidades de un sacrificio sostenido y con la debida disciplina como parte de un todo superior. En lo más alto, ellos.

Por eso otros de los candidatos al mejor problema son los medios. Sin ellos la idolatría al jugador resultaría imposible. No es difícil detectar una relación de intereses entre prensa y vestuario. Cada uno jalea a los suyos en la misma proporción que se ensaña con sus competidores por la titularidad. Cualquier aficionado sabría asociar a cada jugador con su periodista de cámara, una suerte de escudero mediático que le otorga voz. En ocasiones, la relevancia de un jugador, por rendimiento o brazalete, ha adquirido tal magnitud que ha llegado a constituirse un verdadero lobby en torno suyo. Obviamente estos servicios tienen su contrapartida. De un lado, el acceso directo a la información, concerniente al propio jugador o a otros aspectos de las entrañas del club. Por otro, la capacidad de presión de los medios sobre la propia institución. Esta influencia sobre el vestuario constituye una rienda con la que se espolea o se fustiga tanto a la planta noble como al titular del banquillo, según convenga.

Pero la relevancia adquirida por los medios solo es posible con la conformidad de una gran parte de la afición. Un clásico entre problemas. Basta una revisión al perfil de aficionados madridistas en las redes sociales para certificar el hecho insólito de cómo, en un porcentaje altísimo, en sus descripciones declaran fidelidad, no al club, sino a un integrante, pasado o presente, del mismo: raulistas, casillistas, mourinhistas, cristianistas, isquistas… Entre ninguna otra afición la deificación adquiere un umbral tan alto. Cuando uno de estos ídolos mantiene injustamente la titularidad pese a constatarse su decadencia, o cuando abusa de los privilegios adquiridos causando un perjuicio al club, el fan lejos de reprobarle se postra a sus pies y lo defiende con la fe del converso.

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Otra adversidad referente a los aficionados es su exigua capacidad de encaje. El incremento del nivel competitivo de la Liga española producto del concurso de dos jugadores de dimensiones históricas como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi - capaces de superar los 60 goles por temporada - ha derivado en un incremento sustancial de la ansiedad del aficionado. El margen de error en el campeonato local es prácticamente inexistente. La reacción ante un empate, que otrora era de decepción moderada, ahora degenera en una histeria que zozobra la estabilidad del club. La media de puntos del campeón, antes de la llegada del argentino y desde que se implantara la liga de veinte equipos (diecisiete temporadas) era de 79. Tras el concurso del astro barcelonista ascendió a 90 y desde la irrupción del portugués a 97. Si antaño el campeón promediaba catorce partidos no ganados a lo largo del campeonato, desde la llegada de Cristiano y Messi la cifra de pinchazos se ha reducido a una media de tan solo siete. Aunque dicha tendencia competitiva ha comenzado a decaer en los dos últimos años y la lógica invita a pensar que con el paso del tiempo se irá reduciendo más, la sensación de urgencia, el susto en el cuerpo, se ha mantenido. Si se empata es necesario refundar el club.

Por eso mismo, quizás fuera necesario plantearse si lo primero que conviene no es postular el problema, cualquiera que fuese, sino atender al problema del problema. Al hecho de asumir que los contratiempos son inherentes a cualquier ámbito y actividad y mucho más aún en una institución de este calibre. Y que frente a ellos lo único que cabe es la entereza suficiente para gestionarlos, uno tras otro, como algo natural. Posiblemente el problema sea plantear problemas y no soluciones. Porque una solución sería admitir que tenemos un rival enfrente de una dimensión como no tuvimos durante ochenta años. Una solución sería determinar quién dirige la política deportiva  para que pudiese justificar sus decisiones. Una solución sería que la confianza del club en el entrenador estuviese por encima de la de los jugadores. Una solución sería que los futbolistas tuviesen constancia de que se les quiere no solo por su calidad sino también por su compromiso, prescindiendo, si es necesario, de todos aquellos que no lo asuman, con independencia de quién se trate. Una solución sería que el club impusiese una política de comunicación por la cual los jugadores se expusiesen públicamente sin intermediarios afines. Una solución sería que la afición no priorizase al ídolo por encima del equipo y que no entrase en estado catatónico cada vez que no se gana un partido. Porque para volver a ser lo que antaño fuimos es necesario paciencia, determinación y anteponer lo colectivo sobre lo particular. Confiar en que esas premisas, con perseverancia, acabarán dando sus frutos pese a los contratiempos que, sin duda, surgirán. Ningún equipo hegemónico se hizo de otro modo. La alternativa a los problemas son las soluciones.

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Nombre: Javier Alberdi @JavierAlberdi. Antaño participé activamente en Ecos del Balón, El Asombrario y The Last Journo. Coordinador y coautor del libro "Héroes": https://bit.ly/2JC6kwx

14 comentarios en: El problema

  1. Voy para 31 años, 25 viendo fútbol y para mí ESTE ES EL MADRID DE SIEMPRE. Con épocas más brillantes y épocas más oscuras, el Madrid es un club inestable, incapaz de marcar una hegemonía en España o Europa (a excepción, con muchos matices, de 1998-2002)

    He visto tantas temporadas en blanco como temporadas con títulos. He visto ridiculos en todas las épocas, goleadas en contra, fichajes sonrojantes, entrenadores inexplicables... repito, en todas las épocas desde los 90. Y sin embargo antes de empezar cada temporada se escucha el sainete del triplete... ver para creer. ¿Qué ha cambiado para que ahora tengamos la sensación de desastre continuo? Pues ni más ni menos que el Barcelona. Este Barça de escándalo, ni más ni menos. Este Barcelona de Leo Messi. Y si encima añadimos que el Atleti vuelve a ser el que fue y de vez en cuando nos disputa y roba algún título pues ya tienes la desesperación completa.

    Pero vamos, que este Madrid es al que yo estoy acostumbrado, a lo mejor los más viejos del lugar recuerdan otra cosa. Sin este Barça enfrente, la liga de Pellegrini y la primera de Mou hubieran sido nuestras. Mínimo esas dos, y probablemente hubiera caido algún título más. Y el Real estaría en los número habituales de toda la vida.
    Fuimos el mejor Club del siglo XX y no necesitamos hacer ningún triplete. Sigamos exigiendo tripletes cada temporada y seguiremos viviendo en la insatisfacción continua y destruyendo proyectos que merecen la pena (Mou-Ancelotti...).

    1. Buenas tardes y excelente artículo Kapo, el problema es como resolvemos esa inestabilidad permanente
      esa insatisfacción que nos impide pensar y planificar a medio y largo plazo. En mi modesta opinión
      necesitamos cambiar 1) La gestión DE. Florentino es una persona gastada y quemada, que no puede
      protagonizar el cambio necesario. Sólo de pensar que se nos va el mercado de invierno si fichar nada
      cuando estamos jugando sin lateral izquierdo,- Marcelo no lo es y si lo es, esta acabado - me pone de una mala leche que no me aguanto. Vean como el Atlético de Aviación si se ha reforzado que yo sepa con
      dos jugadores, que suben el nivel del banquillo.
      Ejemplos así todos los que quieran. Que tengamos 4-5 jugadores que puedan en la misma posición
      media-punta por la izquierda y no tengamos uno que lo haga por la derecha, con Asensio en el Español
      es para irse al juzgado por administración desleal.
      2) Un cambio en la pirámide poblacional del BERNABEU, no al traspaso de abonos de padres a hijos
      y si a las listas de espera por zonas, cuando un socio fallezca su asiento debe obtenerlo el que más
      tiempo lleve esperando ocuparlo, en listas públicas y abiertas.
      3) Un cambio en el entorno, no entiendo a lo seguidores madridistas que se muestran reacios a cambios drásticos en el entorno, cuando este no puede sernos más hostil, tanto en su vertiente política,
      mediática, cultural, etc..... Hay muchos madridistas que todavía no se han dado cuenta, que el
      entorno, si pudiese, nos pisaría hasta reducirnos a la irrelevancia,. ¡Increíble que el madridismo no
      se entere de este odio criminal!
      L a verdad es que soy consciente de que desde el teclado del ordenador las cosas se ven muy sencillas
      pero, alguna vez habrá que empezar.
      Saludos blancos, castellanos y comuneros

    2. @kapo_tillo, por supuesto que el Madrid es otra cosa que esa deriva que describes. Si el Madrid tiene la repercusión mediática que tiene, si posee tantísimos aficionados es porque ningún otro equipo tiene tantos trofeos bajo su techo. Lo que dices es verdad. En las últimas décadas el balance no es cuando menos regular. Siendo el equipo más rico del mundo o uno de los dos que más, en 25 años no hemos logrado repetir el mismo campeonato (liga o Champions) de forma seguida más que una vez y fue con entrenadores diferentes (Capello y Schuster). Pero no por ello debemos aceptar que el Madrid es "esto". Si fuera así no seríamos madridistas.

      Un saludo!

  2. Excelente artículo. Creo que algo de perspectiva nos vendría bien a todos los madridista para ser parte de la solución. Este texto que leí hace unos meses quizás pueda ser útil:

    Conversation between me and a 64 year old Real Madrid fan:

    Me: Do you know. Barcelona is chasing Real Madrid records very fast. They have been marvelous from last decade.
    Fan: I know.
    Me: Ain’t you worried about this?
    Fan: No, I am not.
    Me: Why?
    Fan: I want to tell you something that I experienced in my life. I started watching football when I was 16. My father was an Ajax supporter and I was a Real Madrid fan. Their game always fascinated me, I admired them just like someone admires their first love.
    During 1970-80, Ajax was on the top level alongside Real Madrid. Everyone said that in recent years, Ajax will become better than Madrid. But nothing happened at all.
    During 1980-90, AC Milan ruled the Europe. Everyone said Milan will soon become the European giant. They had the best players at that time, big revenues but, just like Ajax, they failed to reach Real Madrid Legacy.
    In 1990-2000, Juventus was compared to Real Madrid. It was said that Real Madrid Fear Juventus. But in European Cup final, Real Madrid beat Juventus and even this prophecy failed to meet the expectations.
    In 2000-2005, M. United was compared to Real Madrid. They both had world class players. Both were European giants but United were unable to match Real Madrid’s class for long.
    Now, this is the time for Barça. Let them win trophies. Let them win “clásicos”. Let them sign best players. Let them shine.
    But, Real Madrid will always be the brighter side and Barça will fade away just like others one day.
    Always remember, Real Madrid will fight for to protect their glory and other clubs will fight to reach Real Madrid level. This is the ultimate truth.

    Throughout the whole conversation, the fan didn’t used any profane words for any club…

      1. Vicente, lo que viene a contar Jose es que un veterano madridista le comentó que no tenía que temer por la supremacía del Madrid porque llevaba toda la vida escuchando que estaba en peligro y que él siempre veía al equipo arriba. Que en los 70 el Ajax tuvo una hornada de jugadores fantásticos y se aseguró que alcanzarían al Madrid... y no sucedió. Que lo mismo pasó con el Milán e los 80, con la Juve en los 90 o el Manchester a principios de siglo XXI pero todos esos equipos terminaron diluyéndose y, en cambio, el Madrid siguió ahí arriba. Y que ahora el Barça ha tenido otra hornada de jugadores fabulosos, pero que cuando pasen el Madrid continuará todavía allá arriba.

  3. Pues lo siento, pero no se puede ser conformista. Al menos, las dos ligas de Ancellotti se han perdido por falta de competitividad de los jugadores emblema de este proyecto. Un Madrid medio normal no las hubiera dejado escapar.

    LA generación 1/7 tiene mucha culpa de la diferencia abismal de títulos de este período. Eso es innegable y no se pueden poner paños calientes.

  4. Jordi, no sé si te estás refiriendo al artículo o alguna respuesta de algún usuario al mismo, porque hablas de no poner paños calientes y creo que en el texto digo básicamente lo mismo que tú, no?

    1. Pues leído de nuevo reconozco que tengo la comprensión lectora bajo mínimos. En cualquier caso me alegra coincidir en el mensaje. Todos lo tenemos claro, parece ser.

  5. Muy de acuerdo con todo aunque con una puntualización. Admitir la dimensión de nuestro rival no es una solución, sino una resignación. Es cierto que entender la realidad del momento ayuda a no caer en el catastrofismo pero se debe siempre buscar la forma de ser el mejor. De hecho, el resto de soluciones que planteas serían posiblemente suficientes para solventar este punto. Merece la pena por tanto intentar ser más implacable en estos planteamientos, sobretodo en lo referente al estatus de los jugadores y a la educación del aficionado para que aprenda a ser defensor de los intereses del club, y no de los de un determinado jugador (más fácil decirlo que hacerlo, faltaría más).

    En el camino hacia la excelencia hay sólo una certeza: siempre se puede mejorar.

    Saludos y Hala Madrid.

    1. despertarblanco,

      Pero el reconocimiento del rival no lo planteo como una resignación sino para evitar frustraciones injustificadas. Yo puedo entender que se piense que el año de Pellegrini, los dos de Carlo o el último de Mourinho se hizo menos (y en algun caso mucho menos) de lo debido para ganar la liga. Que se podía haber exigido más y que era factible haber alcanzado esos títulos. Pero admitir que nuestro rival tuvo 2 o 3 años donde nuestra capacidad de reacción, en ese momento, se limitaba a recortar distancias y no a ganar, es ser realista, no resignarse. Si uno mira el periodo que va desde la llegada de Cruyff, como entrenador, hasta Guardiola compruebas que el balance de títulos de Madrid y Barça fue casi idéntico en ese periodo de 20 años (1988 a 2008): ellos una liga más que nosotros y nosotros una Champions más. Pero el periodo de Guardiola tuvo fases muy duras. Como ha citado otro usuario anteriomente, eso corresponde a un etapa puntual del Barça asociada a una serie de jugadores, pero sobre todo a uno. Estoy de acuerdo en exigir lo máximo siempre, pero lo máximo no siempre es quedar primero. De lo que se trata, como sostenía en otro comentario otro usuario, es que nosotros nos instalemos arriba sin depender de una buena etapa como le pasó a Ajax, Milan, Juve o Manchester... y puede que al equipo de Messi.

      1. Buenos días Pepe y gracias por la respuesta. Creo que en el fondo venimos a decir lo mismo y esos comentarios de otros lectores que mencionas y el mío no son opuestos, sino complementarios.
        Por supuesto que habrá épocas de dominio de otros clubes y títulos perdidos por la brillantez del rival. La liga de Pellegrini y la tercera de Mou, por poner dos ejemplos, se perdieron porque el rival hizo 99 y 100 puntos respectivamente. Nada que hacer ahí. Pero no reconocer que la actitud de algunos de nuestros jugadores nos ha hecho perder títulos también es negar la realidad (no digo que tú lo hagas). Ejemplos rápidos sobre los que demasiado se ha escrito ya:

        - Fase de grupos de la Champions League 2012-13: Marca Cristiano el gol de la victoria en un agónico descuesto contra el Manchester City y, mientras el público estalla en júbilo, nuestro excapitán explica al mundo con su lenguaje corporal que una parte de ese vestuario prefería caer eliminado en fase de grupos para librarse de un técnico que les hizo trabajar como ningún otro.
        - Semifinal en Dortmund de esa misma temporada: Nos barren con un 4-1 y sale Pepe a decir que pensaban que sería más fácil. ¿Desde cuándo es fácil una semifinal de Champions ante un equipo alemán dirigido por uno de los mejores entrenadores del mundo?
        - Las dos ligas de Ancelotti.
        - Última semifinal de Champions contra la Juventus: caemos contra todo pronóstico y Sergio Ramos, la voz del núcleo duro del vestuario, comenta ufano que creían que con un mísero gol de ventaja creían que estaba hecho. ¿Cómo hemos consentido esto?

        La inexplicable actitud de estos indolentes nos ha mermado. Afrontar este lastre con determinación, y me remito de nuevo a las soluciones que tú mismo propones, nos permitiría establecer épocas de hegemonía madridista mucho más a menudo, así como paliar el efecto de las de dominio rival.

        Un saludo.

  6. A mi modo de ver, el mayor problema que tiene el Madrid, es que eleva a categoría de héroe popular a mucho ilustre perdedor. Echen un vistazo a la plantilla actual y verán gran cantidad de ejemplos.

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