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El Madrid que no se va y el que no llega

El Madrid que no se va y el que no llega

Escrito por: Angel Ruiz1 septiembre, 2019
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Cuando, en el mes de marzo, Zinedine Zidane asumió por segunda vez el cargo de entrenador del Real Madrid, una frase resonó por encima de todas las que dijo en su presentación: “Tenemos que cambiar cosas para el próximo año”. La situación que vivía el Club en aquel momento es bien conocida por todos, y podría resumirse en pocas palabras: se había tocado fondo. La frase deslizada por Zidane parecía anticipar un escenario de cambios importantes, incluyendo la salida de algunos de los referentes de una de las generaciones más laureadas de la historia del Club. Cinco meses después, y a escasos días para el cierre del mercado, el escenario es inesperadamente continuista. En lugar de apuntar a los titulares, se ha dado salida a un grupo de jugadores que, o no formaron parte de la plantilla del año pasado, o bien actuaron como secundarios. Dicho de otra forma, el Club no ha optado por talar el árbol, sino por podar algunas ramas.

Desde la óptica de la gestión, es importante preguntarse el significado de la palabra riesgo. ¿Hay algo más arriesgado que persistir en aquello que lleva tiempo sin funcionar? La apuesta principal de la presente temporada parece ser la reactivación de una serie de jugadores que llevan tiempo apagados, y que tienen como principal aval su rendimiento en el pasado. Piensen, por ejemplo, si en abril o mayo había algo tan improbable como imaginar a Bale de nuevo en calidad de actor relevante. El objetivo de estas líneas es preguntarse cómo se ha llegado a la confección de la actual plantilla, y si ésta es producto de las tensiones que algunos intuyen entre la visión del técnico y la del Club, o si por el contrario forma parte de un proceso de toma de decisiones consensuado y asumido por todas las partes.

La apuesta principal de la presente temporada parece ser la reactivación de una serie de jugadores que llevan tiempo apagados, y que tienen como principal aval su rendimiento en el pasado.

Tras una temporada tan demoledora como lo fue la 18/19, no fueron pocos los que pensaron que el Real Madrid iba a volver a 2009 para ejecutar una revolución llena de exuberancia. El contexto parecía favorable para ello. Se juntaban un año en blanco, la suma de varios ejercicios sin asaltar el mercado con contundencia, y la depresión creciente de una afición sin apenas ilusión por ver a su equipo. Sin embargo, el transcurso de las semanas ha traído consigo un contexto muy diferente al de hace diez años. El Club ha chocado frontalmente con una realidad en la que se mezclan nuevas limitaciones regulatorias (Fair Play Financiero), la inflación de un mercado al que han llegado nuevos y poderosos actores, o las dificultades propias de un Club como el Madrid (fichas altas, resistencias a abandonar el equipo) a la hora de vender. Han llegado y se han ido menos jugadores de los esperados, con lo que tal vez haya espacio para la reflexión. Si bien los dos primeros problemas apuntados son estructurales, cabría preguntarse si el Madrid no tiene un problema endémico con el manejo de los tiempos de venta de sus activos, y si no espera demasiado para poner en el mercado a ciertos jugadores, que acaban saliendo por un valor inferior al esperado, o sencillamente no saliendo.

Llegados a este punto, y con los datos aportados hasta ahora en el artículo (apuesta continuista en la confección de plantilla; mercado con claras barreras de entrada), un lector desinformado pensaría que el Real Madrid ha apostado este año por la austeridad, cuando la realidad es que se han invertido -contando a Rodrygo- más de 300 millones de euros en fichajes, siendo la inversión neta cercana a los 200. Es aquí cuando aparecen las siguientes preguntas: ¿cómo encaja esta inversión dentro de la estrategia de fichajes que el Club lleva desarrollando los últimos años?, ¿hay una coincidencia de criterios a la hora de confeccionar la plantilla entre el Club y un técnico que en marzo hablaba de cambios necesarios, y que en agosto diseña alineaciones con uno o ningún cambio respecto a la pasada temporada? ¿Existe la misma visión por parte de todos respecto al rol a desarrollar por los nuevos fichajes durante la presente temporada?

Se ha hablado mucho del cambio de modelo del Real Madrid en los últimos años. La línea de fichajes seguida en este periodo parecía ir encaminada a preparar la anunciada transición de una plantilla instalada en la mitología. Hay una tensión invisible entre el Real Madrid que se resiste a irse y el que no termina de llegar. Pasan los años, y los relevos anunciados o soñados siguen sin llegar. Son más los que se van, cedidos o traspasados, que los que se quedan. Y aún menos los que ponen en jaque a los que llevan tiempo siendo titulares. Cabría esperar que el regreso de Zidane hubiera venido acompañado de una estrategia compartida por Club y entrenador, pero el paso de las semanas deja intuir diferencias complejas de ignorar. Es posible que haya una nueva tensión a considerar, y es la que enfrenta al plan estratégico del Club con el carácter abrasivo del banquillo del Madrid. Un entrenador que quiera perpetuarse está condenado a ganar para sobrevivir. Ello influye inevitablemente en el desarrollo de proyectos de cambio, así como en la gestión de plantillas que mezclan jugadores consolidados con jóvenes talentos. Ya pasó con Lopetegui, y puede pasar más veces si no se corrigen ciertos planteamientos.

Es posible que haya una nueva tensión a considerar, y es la que enfrenta al plan estratégico del Club con el carácter abrasivo del banquillo del Madrid.

Tal vez haya llegado el momento de replantearse el cuasi enfermizo objetivo vital que lleva al Madrid a considerar la victoria como único camino. Puede que el Club deba explicarle al Mundo que hay etapas en las que es más importante reagruparse y pensar que obsesionarse por volver a ganar a corto plazo. Detenerse no tiene por qué dejar de ser ambicioso, y puede reducir el margen de error para construir algo que funcione a largo plazo. Lo peor del año pasado no fue perder, sino la sensación de año perdido, en el que no se consolidó ninguna transición ni cambio, y en el que sólo se dieron pasos atrás o en falso. Creo que hay más aficionados que se desconectan por dejar de creer que por perder, y que fueron las sensaciones proyectadas por la plantilla, y no las derrotas en sí, las que fueron vaciando poco a poco el Bernabéu. Hay aquí un debate que requiere comunicación y pedagogía, pero que puede ser imprescindible para la salud emocional del Club.

Se atisba una temporada difícil, de supervivencia, ya iniciada con un grado de tensión inasumible para cualquier grupo de jugadores. Hay una premisa que parece inaceptable por parte de Club, entrenador y plantilla, y es la de no tener músculo suficiente para competir contra los mejores. Creo que hay aficionados, entre los que me encuentro, que sí la asumimos, y que veríamos con buenos ojos que sea una temporada en la que se produzcan las primeras transiciones reales al Madrid que ha de venir. Sin embargo, el cortoplacismo, el ya comentado carácter abrasivo del banquillo, y la tensión generalizada, hacen temer lo peor. Parece que el criterio ganador es trabajar para provocar la resurrección inmediata de un grupo de jugadores cuyo recuerdo evoca para muchos un último acto de fe. No sé si es la visión compartida por todos, pero la cruda realidad es que el Real Madrid parece estar de nuevo a merced de los resultados, y que no hay peor contexto que éste para el desarrollo de una idea o proyecto.

15 comentarios en: El Madrid que no se va y el que no llega

  1. Yo negociaría, una cesion por 2 años de Vinicius por Neimar, Así seria asumible una posible lesión de Neimar en el peor de los casos, de los 35 millones por temporada de su ficha. y mientras se vería la evolución de Vinicios.

    1. Yo apostaría más por crear un contexto en el que Vinicius pueda evolucionar aquí. Ello requiere calma por parte de todos, pero estoy convencido que puede haber un Madrid en el que los jóvenes puedan desarrollarse.

  2. ¿Por qué no aporta nada?
    ¿Por qué blablabla? Muy al contrario.
    La idea que maneja es más que interesante y mucho más en este nuevo "ordo" futbolistico en el que el RM es aristocracia, si, pero ya no el más poderoso económicamente.
    La gestión de las épocas de transición es uno de los aspectos más decisivos para el futuro en todo ámbito, individual o social. El artículo apunta muy bien cuando menciona la dificultad añadida de mantener una política de ganar siempre y también a corto plazo. Y es honesto intelectualmente porque reconoce que ignora si el club transita en ello con el consenso o en el disenso con la dirección técnica.
    Yo me sumo a la incertidumbre que transmite el autor. No sé si confiar, porque estamos en el "iter" previsto; o sumarme a la zozobra de quienes no atisban una mano directora del proceso.

  3. Me parece un artículo estupendo. Me encuentro entre los que asumimos que será difícil competir con la plantilla actual. Así que yo creo que es mejor apostar por los nuevos y por los jóvenes en vez de seguir haciendo las mismas combinaciones que nos han conducido a esta situación. No digo que los Modric, Kroos, Benzema, Marcelo, etc... no jueguen, digo que alternemos y que apostemos por los jóvenes. No tiene sentido fichar jugadores como Vinicius, Rodrygo, Mendy, Odegaard, etc... si luego no los ponemos. Los aficionados podemos perdonar un año en blanco o de transición, lo que no se puede perdonar es, después de lo del año pasado, continuar haciendo lo mismo que nos condenó al fracaso.

  4. Ante todo, agradecer las buenas palabras de José Manuel y David. Me alegro que os haya gustado el artículo.

    En relación a los comentarios menos halagüeños, que recibo con total deportividad, simplemente indicar que el artículo no pretende dar respuestas, sino invitar a reflexionar y plantear preguntas sobre el extraño momento que vive el Real Madrid, y que forma parte de esta especie de purgatorio por el que hay que transitar cuando se debe producir un relevo generacional en la plantilla. Creo que encarar un artículo como éste de esta forma es lo más honesto cuando no se tienen respuestas, aunque soy consciente que la falta de las mismas puede dejar sensación de palabras vacías.

    Una de las grandes incógnitas que deja este verano es si existe una convergencia real entre el planteamiento del entrenador y la estrategia que parecía estar hilando el Real Madrid en los últimos ejercicios. Lo que sabemos a ciencia cierta es que el Madrid lleva años incorporando de forma casi masiva talento joven, y que dicho talento está teniendo muchas dificultades para acceder a tomar el testigo. O al menos en los tiempos que algunos esperábamos. También sabemos que el Real Madrid ha dicho de forma explícita que dicha estrategia forma parte de la interpretación del actual mercado (se apuesta por anticipar a los futuros cracks antes que ficharlos una vez consolidados), pero es imposible obviar lo difícil que es ejecutar dicha estrategia si se dilatan los cambios -necesarios, creo- en los principales roles de la plantilla. Dicho de otro modo, no se termina de ver un relevo generacional a corto plazo, hecho que puede resultar peligroso si siguen apareciendo síntomas de desgaste en la generación que ha liderado al equipo los últimos años.

    El papel de Zidane, teniendo en cuenta el carácter abrasivo que, como he intentado indicar en el texto, tiene el banquillo del Real Madrid, es complejo en este contexto. El entrenador va a intentar que el equipo compita desde ya (así lo ha indicado cada vez que ha podido, y es evidente que es el único camino que le permite el Club), y las sensaciones que deja el verano parecen ir más en línea de resucitar al "Madrid que no se va", que de apostar por el "Madrid que no llega". Es evidente que Zidane tiene crédito, y que su objetivo será optimizar la plantilla en pleno, pero uno intuye que pueden surgir tensiones a la hora de compatibilizar la estrategia a largo plazo del Club y la necesidad de competir inmediatamente. Es por ello que echo de menos algo más de pedagogía por parte del Club a la hora de explicar el momento en el que estamos, así como mucha más determinación a la hora de apostar por un relevo generacional que debe acabar llegando tarde o temprano.

    Un saludo,
    Ángel

    1. Hablas de convergencia cuando estamos viendo una serie concatenada de despropositos entre planificación deportiva y gestión de club.Sólo con ver el caso Bale,basta para darse cuenta de esto que comento......un tipo del que hace nada ZZ pedía que se fuese lo antes posible,"mejor hoy que mañana",y resulta que es titular indiscutible y el único que aporta algo de peligro en ataque(hoy ha rescatado un punto jodidísimo).....donde ves la convergencia en nuestro club actualmente?

  5. Lo de cuestionar la relevancia que tendrán los nuevos fichajes en el equipo sin haber jugado ni 3 partidos oficiales y con casi una decena de lesionados no me termina de convencer.

    El artículo no me disgusta pero me parece que le falta concretar más, yo por ejemplo veo que nos falta al menos 1 medio (bueno, yo y muchos más) aunque solo sea por tema lesiones y no entendería que no llegase nadie después de ceder a Odegaard, Ceballos o vender a Llorente, tampoco entiendo muy bien que pasa con Lunin que le cedemos a equipos donde no va a ser titular, y las situaciones con James, Bale o Mariano son raras pero me alegra ver que no hay ningún tipo de vendetta del francés como se nos intentó vender; por lo que entiendo en parte que te ha motivado a escribir este texto...

    Pero chirría horrores lo de "el escenario es inesperadamente continuista", hoy Jovic y Mendy titulares, no vendría mal algo de paciencia y esperar un par de partidos más a ver que tal lo hacen los nuevos antes de calificar si tendrán algún impacto, creo yo.

    1. El artículo, interesante y acertado en el enfoque que invita a la reflexión, ha visto la luz esta mañana. Deduzco que 9-10 horas antes de que se iniciara el partido de esta noche. No sé, si es causa o efecto de algunos cambios que hemos visto hoy.

      Espero que nadie se ofenda, son solo palabras y no ofrezco ninguna solución concreta.

  6. Lo que yo echo de menos, de entrada, es ver a qué juega este equipo. Es increíble que se tiren días y semanas entrenando y la defensa cada vez anda más deslavazada, descontrolada y causando la pérdida de puntos. El centro del campo es un galimatías absurdo, incurriendo una y otra vez en los mismos fallos y errores. Creo absolutamente necesario un entrenador distinto.

      1. Ahí le has dado, compañero.
        ¿A qué juega el Real Madrid de Zidane? Es una pregunta que, en su momento, contestó un lateral izquierdo brasileño del Atleti, en un alarde de sinceridad y honradez muy poco común en ese club.
        Basicamente venía a decir que era un equipo que te puede hacer mucho daño y de muchas maneras, en función de las circunstancias de cada partido.
        Sólo un imbécil juega siempre de la misma manera. Al fútbol, a las cartas o al ajedrez.
        ¡Cuánto daño han hecho los expertos internacionales calvos al balompié!

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