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El fútbol con asterisco

El fútbol con asterisco

Escrito por: Israel G. Montejo20 junio, 2020
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Hay Liga en Primera y Segunda División y la Champions League ya está en ciernes o al menos con un plan claro y definido para que se pueda disputar el próximo mes de agosto en Lisboa, ciudad de grato recuerdo para los madridistas.

Estamos hablando del regreso de la competición al más alto nivel en el fútbol, lo que de por sí es una muy buena noticia porque es el mejor indicador de que la pandemia a nivel mundial que ha generado el Covid-19 sigue apretando, pero ya, al menos, no ahoga tanto a nivel europeo como hace tan sólo tres meses. Y digo a nivel europeo porque en otras áreas geográficas la situación hoy por hoy sigue siendo dramática y eso es algo que no debemos olvidar.

Con todo, el Covid-19 en Europa en general y en España en particular se mueve en unos parámetros controlables en este momento y eso ha permitido el regreso del fútbol. Eso sí, del fútbol con asterisco.

Digo fútbol con asterisco porque, evidentemente, estamos ante un campeonato, y empezamos por la Liga, completamente anómalo. Las circunstancias mandan, es evidente, pero el torneo ha regresado tras tres meses de parón ( hablamos de un paréntesis más amplio del que suele existir entre el final de una liga convencional y el inicio de la siguiente a finales de agosto); y además ha vuelto con unas normas que modifican de manera notable las condiciones con las que se inicia el campeonato en el mes de agosto de 2019. Es decir, las reglas del juego se han cambiado con la partida ya iniciada.

La modificación más importante es, por supuesto, la obligatoriedad de jugar sin público, norma que está plenamente justificada desde el punto de vista sanitario para evitar contagios, pero que diluye la diferencia que existe entre jugar en casa y fuera, que en el fútbol suele ser crucial y, por lo tanto, pervierte ya de entrada cualquier resultado final que se pueda dar en el campeonato.

Por citar un ejemplo muy cercano en un medio como La Galerna: El Real Madrid ha disputado sus dos primeros partidos tras el parón en ‘casa’, a puerta cerrada y en el Alfredo Di Stéfano, no en el Bernabéu y ante su afición. Ha sacado los seis puntos en liza pero, evidentemente, las condiciones con las que empezaron ambos encuentros ante Eibar y Valencia eran, a priori, más igualadas por la ausencia del público local. Estaremos todos de acuerdo que jugar en un Bernabéu lleno hasta la bandera con un título en juego no es lo mismo que hacerlo en el Di Stéfano a puerta cerrada.

La segunda circunstancia que cambia las normas del juego pactadas al principio de temporada es la ampliación de los cambios, de tres a cinco. Está por ver a quién beneficia tal medida. Hay opiniones para todos los colores. Los equipos pequeños dicen que a los grandes, y los grandes que a los pequeños porque, con plantillas más cortas, pueden distribuir mejor los esfuerzos. Lo cierto es que cinco cambios en vez de tres supone una modificación del desarrollo de cada partido considerable. Otro asterisco más.

Podemos hablar también de las pausas de hidratación que se han convertido en tiempos muertos oficiosos; del calendario comprimido para jugar doce jornadas en apenas unas semanas y del regreso de jugadores con lesiones de larga duración (en esto el Madrid ha salido bien parado igual que le ha pasado a otros equipos, con la vuelta de Asensio y Hazard, que han podido regresar para este tramo final de temporada y que, de haberse disputado el torneo de forma normal, estarían completamente descartados).

Eso en lo que respecta a la Liga. Si hablamos de la Copa de Europa, estamos ante un sucedáneo sin paliativos que, sin embargo,  es necesario celebrar por mor de mantener vivo el espectáculo.

En Lisboa se juntarán en agosto los ocho equipos clasificados para cuartos de final para jugarse la Champions en sede neutral, en eliminatorias a partido único y sin aficiones en las gradas. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Estaremos ante el campeón más atípico de la historia de la competición. Seguramente, las estadísticas y los libros de historia coronarán al campeón de Europa de 2020 con todos los honores, pero la memoria de los que estamos aquí en este momento siempre recordará que esta Copa de Europa fue la del Covid-19, y el campeón que salga de ella tendrá un subrayado en rojo más que evidente.

En menor medida, pasará lo mismo con la Liga. El campeón de este año lo será por méritos propios con respecto a los otros 19 equipos, pero no cabe la menor duda de que será un vencedor especial.  ¿Mejor? ¿Peor?. En todo caso, diferente.

3 comentarios en: El fútbol con asterisco

  1. Pues yo creo que esta situación de jugar sin público beneficia al Madrid. Considero que en muchas ocasiones, el nivel de exigencia del público del Bernabéu y el clásico run run genera excesiva presión a los jugadores madridistas, y por otro lado jugar en territorios históricamente hostiles sin público elimina ese plus que hace que equipos claramente menores no tengan el empuje que hace que jueguen de tú a tú al Madrid.

    1. En teoría es así, para el Real Madrid. Pero, ya sabemos que a la hora de la verdad lo que cuenta es ganar. Ganar y no elucubrar, en el amplio sentido de la palabra.

  2. El problema no es si beneficia o perjudica al Madrid sino que se han cambiado las reglas del juego con la partida iniciada. Y eso, en mi opinión, convierte a esta liga en una liga con asterisco

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