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Diario de un madridista confinado (día 17)

Diario de un madridista confinado (día 17)

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1 de abril de 2020

 

Miércoles. Hoy estoy asqueado con el comportamiento que estamos teniendo causado por las graves consecuencias que acarrea esta situación. Me produce una repulsa indescriptible la mezquindad. Aunque sean conductas normales en estos momentos, me repugna cómo se intenta arrimar el ascua a la sardina —o al boquerón, me da igual— sin atisbo de bondad, cómo se vomita propaganda del bando ideológico preferido, cómo se busca la aceptación de la cuchipandi, cómo se celebran errores del de enfrente aunque estos pongan en riesgo vidas de personas, cómo se intenta llenar la tristeza o el enfado con cualquier chivo expiatorio que pase por allí y se monta una película sin ninguna prueba ni camarógrafo, sin plantearse el perjuicio que se cause a un tercero. Parece como si la sociedad se hubiese fragmentado aún más y nos hubiésemos convertido en ultras de diferentes equipos de fútbol que no dejamos de arrojarnos bengalas y conseguimos que se suspenda el partido. No sé qué sentido tiene detener al virus si esto va a ser la tónica general.

Fin del desahogo repelente que no deja de ser igual de repulsivo que lo que estoy criticando, que no estoy yo para dar lecciones a nadie de nada.

Para ahuyentar esta decepción, viene muy bien el programa que se suele ver en casa a mediodía: La ruleta de la suerte. Se trata de un concurso para analfabetos funcionales que es como un circo que reúne un amplio espectro de aberraciones grotescas del comportamiento humano. En fútbol, sería una Champions League con Chigrinsky, Faubert y Amunike vestidos de flamencas como grandes estrellas de la competición. No obstante, cumple un cometido esencial; trepana el cerebro del espectador y, como consecuencia de ello, consigue distraerle. Lo arranca de la realidad con notable éxito y lo deposita en un lugar mucho más calmado, bobo y placentero, sin que la nadería absoluta sobre la que se sustenta sea problema alguno. Otro punto a su favor son los dos presentadores, estoy seguro de que son buenas personas y lo hacen bien. El guitarrista y cantante que ameniza el programa es Fernando Simón, que compagina este trabajo con su labor de epidemiólogo y la tarea de doblar Spaghetti Westerns de Llongueras.

Mi hermano tiene decidido acudir a La ruleta de la suerte si alguna vez eso vuelve a ser viable. Para reírse. Sería una experiencia kamikaze, como mezclar amoniaco y lejía. No descarto que mandase a pastar al público cuando se arrancase con las canciones oligofrénicas que les obligan a berrear. Las primeras veces que se ve este programa, el alipori es máximo. No obstante, el cuerpo es sabio, se adapta y genera después una extraña inmunidad y simpatía del mismo modo que ocurrió con Gravesen en el Real Madrid.

El día es gris como un empate a cero en el Bernabéu contra el Zenit de San Petersburgo. Hoy no remonta nadie a última hora ni aparece un jugador talentoso por ninguna parte. Receno nocilla con la esperanza instintiva de una recompensa inmediata, pero solo obtengo una alegría sin fuste ni recorrido similar al 10-2 al Rayo Vallecano cuando nos entrenaba Rafa Benítez.

 

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Redactor jefe de La Galerna.

3 comentarios en: Diario de un madridista confinado (día 17)

  1. La verdad, estimado Francisco Javier (no sé si te llamarán por el nombre completo, a todos los que conozco les llamamos Javi...) es que me pasa como a ti, hasta el punto de que ya casi preferiría no enterarme de determinadas actitudes y hago selección de la información, je je je.
    Gracias por tus crónicas, a mi me hacen más llevadera la mañana, quizá porque las leo en alguna pausa del teletrabajo (que me tiene fastidiado el cuello, esto no es ergonómico, aunque me consuela poder teletrabajar).
    A por otro día más, hoy ha salido el sol y podemos fijar la vitamina D, de la que normalmente no nos preocupamos. Ánimo a todos.

      1. Ja ja ja, desde luego que Cibeles no es mi nombre...y el nick me parece horrible pero ya no tiene remedio. Yo quería "Diosa Cibeles" pero vi que era el de otra persona y en ese momento no se me ocurrió nada mejor, asi que tengo que apechugar con él y ya me he acostumbrado...

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Se pasó ocho años @antoniohualde despotricando de Bale porque no hablaba español. Ahora le parece que Bellingham en cambio bien... aunque tampoco habla español.

Sin embargo, creo que le entiendo, aunque no comparta su texto.

Estamos ante un escenario -en fútbol y baloncesto- que puede hacer de 2024 el mejor año deportivo de nuestras vidas.
Concentración, humildad y ¡a por ello!
¡VAMOS REAL!

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