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Choque de estilos

Choque de estilos

Escrito por: Rafael Gómez de Parada12 octubre, 2018
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Descanse en paz Montserrat Caballé. A mí nunca me gustó demasiado, lo cual no quita para que sea capaz de reconocer su talento y su voz prodigiosa. Pero con la soprano me pasaba lo que a mi padre, a mis hermanos o a mi hijo, o lo que al capitán Haddock con la Castafiore, que al cabo de un rato escuchándola decíamos: “¡Por favor, quitad eso!”

No podíamos con esos afinados gorgoritos, al margen de que yo personalmente tenía la sensación de que hiciera lo que hiciese, se le iba a aplaudir, se le iba a acompañar de aplausos exentos de crítica, de encendidos “¡Bravos!” a cada pieza que interpretara. Como cuando destrozó canciones modernas.

Yo era más de Freddie Mercury, el cantante apabullante, un hombre de personalidad arrolladora, de presencia inconfundible que se hacía con cualquier escenario y lo arrasaba con su voz y su empuje. BohemianRhapsody, qué barbaridad, al alcance solo de los elegidos. Who wants to live forever?, mientras veíamos en pantalla que “Solo puede quedar uno”.

La música y la letra de Don’t stop me now son uno de los mejores ejemplos de esa fuerza arrolladora de la naturaleza de la que hacía gala en cada ocasión:

Tonight I'm gonna have myself a real good time
I feel alive and the world turning inside out
And floating around in ecstasy
So don't stop me now, don't stop me
Because I'm having a good time, having a good time

I'm a shooting star leaping through the sky
Like a tiger defying the laws of the gravity

(…)

I'm burning through the sky
Two hundred degrees
That's why they call me Mister Fahrenheit
I'm traveling at the speed of light

 

Montserrat Caballé nació en Barcelona y solía vestir de oscuro. Sería como el estilo del Barça: talentoso, brillante por momentos, barroco, pero demasiado cargante para mi gusto, sobreactuado como una ópera. Aplaudido en todo el mundo, eso no se discute.

Freddie Mercury tenía querencia por el blanco en sus actuaciones. Sería el madridismo en estado puro: inconfundible, arrollador, un torrente poderoso que lo invadía todo con su voz y su presencia, un ejercicio extenuante sobre el escenario hasta la última gota de sudor, una personalidad arrebatadora que dejaba extasiados y agotados a los espectadores por su intensidad. También idolatrado en todo el mundo. Compartía nombre con la máxima estrella que ha dado nuestro club (no es Fredy Rincón, no), Don Alfredo di Stéfano, si bien su estilo actoral exagerado le emparenta más con nuestra segunda gran figura, Cristiano Ronaldo.

Estos dos estilos tan diferentes, podríamos decir contrapuestos, nos regalaron grandísimas actuaciones cuando se reunieron en el mismo escenario. Juntarlos suponía un reto descomunal para ambos en el que cada uno estaba obligado a dar lo mejor de sí mismo para estar a la altura de su grandísimo compañero de batallas, rival en ese duelo en el que parecían competir por dominar el espacio acústico.

Barcelona
It was the first time that we met
Barcelona
How can I forget
The moment that you stepped into the room
You took my breath away

Freddie Mercury regaló gustoso su espectacular voz al que se convertiría en himno oficioso de Barcelona, del mismo modo que el Real Madrid cedió generoso su camiseta para publicitar los Juegos Olímpicos en la ciudad. Pese a ser conocedor de lo avanzado de su enfermedad, Freddie Mercury se exprimió sin reservas en cada actuación junto a la Caballé. Lo dio todo hasta el final, pero en aquella Barcelona del 92 Montserrat Caballé apareció sola en el escenario, sin el bueno de Freddie, casualmente el mismo año en que el club de la ciudad se alzó con su primera copa de Europa.

Montserrat Caballé fue muy grande, de las mejores. Pero Freddie Mercury es inmortal, y a los madridistas nos gusta recordarlo cada año por mayo:

We are the champions, my friends
And we'll keep on fighting 'til the end
We are the champions
We are the champions
No time for losers
'Cause we are the champions of the world

Rafael Gómez de Parada
AFKAB. Artist Formerly Known As Barney. Dice que corre maratones, juega al fútbol y al baloncesto, pero todo con nivel medio, como en el inglés. Nivel alto solo para escribir y portanalizar en La Galerna. Autor de "Volver al asfalto".

13 comentarios en: Choque de estilos

  1. Me ha gustado mucho tu artículo y como tú yo soy mucho más de Freddie Mercury, sin quitarle mérito a la Caballé, pero a mí me emociona, me amina y me eleva más Mercury...y no sólo por cantar nuestro otro himno 😉

    Saludos

      1. Gracias por tus palabras, Paz, y por el comentario, Fernando. Por desgracia, esto de las banderas se ha convertido (lo han convertido) en una cuestión de estado. No se me olvidará nunca cómo los jugadores del Barça en cada celebración de la selección sujetaban las banderas de sus respectivas comunidades en lugar de la de España: Pedrito con la canaria, Villa con la asturiana, Iniesta con la de Castilla-La Mancha y por supuesto, Piqué con la catalana. En cierto modo, como lo que comentas sobre Montserrat Caballé, no es una aceptación de "lo obligado" en Cataluña, pero sí una rendición.

    1. Sí lo sabemos, otra cosa es que con ello demostremos nuestra ignorancia musical según los entendidos jajaajajaja...no estamos despreciando a la Caballé simplemente nos gusta más otro estilo....a mí no me avergüenza decir que no me gusta la ópera, es lo que hay, yo soy más de Queen, lo que no quita para que con algunas arias archifamosas pueda disfrutar y hasta emocionarme.

      Saludos

    2. Paz me ha calcado la respuesta que pensaba dejar. José Manuel, sabía cuando escribí el artículo que algún lector (como mi madre) me iba a reprochar decir tales barbaridades. Es una cuestión de gustos, como el fútbol, prefieres un estilo u otro. Yo no digo que Freddie Mercury fuera mejor cantante o tuviera mejor voz que nuestra ilustre soprano, solo digo que mis incultos oídos prefieren otro tipo de música. Me encantan muchos tipos de música, ya sea moderna o clásica, rock o sinfónica, pero con la ópera, buf, todavía no puedo. Me faltará cultura musical, seguro, pero he vibrado en un concierto de Queen, mientras que con la ópera me he sentido como el capitán Haddock. Así de bachibozuk soy. ¡Saludos!

    1. Bueno, puede que lo sea, no deja de ser un homenaje, o una broma, o una reflexión acerca del reto que supone para una persona con talento enfrentarse a otra con igual o mayor, y cómo ese reto puede lograr que ambos talentos nos regalen lo mejor de sí mismos. Poco más, me limito a dar mi opinión sobre ambos artistas, pero solo eso, mi opinión, como tu comentario. Saludos.

      1. Jajaja, es solo tu opinion, asi como tu comentario... genial ese apunte. Tranquilo, Amiguete_Barney, que, como todo, algunas gustan y otras no. La diferencia esta en como lo expresamos... Y algunos deben aprender a hacerlo, para bien.
        Saludos.

    2. Un poco sesudo también tu comentario eso sí, repleto de negatividad gratuita (es decir, sin explicar porqué es chorra). Casi, que te lo podías haber ahorrado, pero en fin, somos libres de nuestros actos y comentarios.
      Puede que no sea de los artículos más redondos, pero lo que sí le reconozco al autor es la originalidad, y al editor de La Galerna el don de la oportunidad, pues no está mal aprovechar el fallecimiento de Monstserrat Caballé, para escribir un artículo sobre ella, aunque sea metiendo al, para mí, quizás, uno de los mejores cantantes de la historia.
      A mi, como al autor, reconociendo que era una grandísima soprano, no me emocionaba tanto como otras, que siendo peores cantantes, lo hacen. Incluído el dúo con el tema de las olimpiadas, me gustaban más las partes cantadas por Freddie.
      No obstante, DEP ambos dos.

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