Ganó el Madrid el martes pasado contra el Atleti en Champions. Y lo hizo en un partido cerrado: sin muchas ocasiones, sin que pasaran demasiadas cosas, pero con dos goles gracias a sendos chispazos de genialidad de Rodrygo y Brahim.
El primero, tras recibir un gran pase en profundidad de Federico Valverde, recortó hacia dentro desde el pico del área, y con su pierna izquierda mandó un balón inalcanzable para Jan Oblak. El segundo, y tras una gran triangulación entre Vinícius, Mendy y el propio jugador marroquí, provocó uno de los pocos desajustes en defensa del Atlético de Madrid, terminando con el balón en los pies del 21 blanco, que tras una jugada de funambulista y de trilero, escondiendo el balón y sentando a Giménez, definió con un disparo raso al palo largo del meta esloveno.
El equipo de Ancelotti se llevó el primer asalto y saldrá el miércoles por la noche al Metropolitano sabiendo que está por delante en la eliminatoria. Sin embargo, es un resultado muy peligroso aun partiendo con ventaja. El miércoles espera un ambiente tremendamente hostil, como no puede ser de otra manera debido a la rivalidad que hay entre ambos equipos y por lo que hay en juego.
Espero a un Atlético de Madrid muy asfixiante e incisivo en los primeros minutos, buscando replicar la fórmula que le llevó a recortar en dos goles la diferencia que había obtenido el Madrid en aquel 3-0 de la ida de semifinales en 2017. Creo que Simeone intentará empatar la eliminatoria con un arranque fulgurante, pero, en el caso de no conseguirlo, virará su plan a uno más parecido al que diseñó ante el Manchester City en 2022: buscar que no pasen muchas cosas y, a partir del minuto 70, introducir a Alexander Sørloth para buscar centros laterales y que el punta noruego gane duelos a los centrales merengues para buscar segunda jugada.
Espero a un Atleti muy asfixiante e incisivo en los primeros minutos, buscando replicar la fórmula que le llevó a recortar en dos goles la diferencia que había obtenido el Madrid en aquel 3-0 de la ida de semifinales en 2017
Esta vez no hay una renta tan amplia del partido de ida. El Real Madrid tiene que estar preparado y concentrado para aguantar el envite inicial de los colchoneros y de esta manera comenzar a enfriar el partido. Durante esta fase, la figura de Tchouaméni debe ser clave. Tras tocar fondo en otoño, sus últimas actuaciones están dejando un buen sabor de boca. No es ningún virtuoso con el balón en los pies, pero defensivamente está siendo más que correcto.
Esta vez el Madrid volverá a tener en frente a uno de los mejores atacantes el mundo. Un jugador que puede cambiar el rumbo de una eliminatoria con una jugada que nadie pueda intuir. Julián Álvarez es esa clase de futbolista. En la ida dejó constancia de que no le hace falta que el resto acompañe. Basta con que tenga un hueco, una oportunidad, para que haga saltar por los aires todo un planteamiento. La gran esperanza de Simeone. Su "jugador trampa".
La pregunta es: ¿tiene el Real Madrid jugadores de este tipo? Sí. Y de hecho tiene varios. Y en mayor cantidad que el Atlético de Madrid. Pero algunos no están actuando como tal. Me quiero centrar en los dos más evidentes: Vinícius y Mbappé.
El partido de ida de ambos fue realmente pobre para lo que se les exige a jugadores de su nivel, aunque hay cierta diferencia. Vinícius estuvo impreciso. Lo intentó, pero no le salió nada. Un regate exitoso en cinco intentos es una estadística muy mediocre teniendo en cuenta que hablamos de Vinícius. Y Giménez lo contuvo muy bien las dos veces que tuvo que bloquear sus disparos.
Lo de Mbappé es más preocupante. Venía de una noche estelar ante el Manchester City, en la que volvió a recordar a ese jugador devastador en la definición y letal al espacio. Pero el martes ni compareció. No recuerdo ninguna jugada en la que el francés diera sensación de peligro. Lo único a destacar de su desempeño fue un disparo manso con la zurda que terminó entre los guantes de Oblak. Estuvo inexistente e impreciso, con un 83% de acierto en pases completados. Y, además, desperdició una ocasión inmejorable para dejarle en bandeja a Vinícius el 3-1 tras una gran recuperación de Lucas Vázquez, que hubiera supuesto un punto de inflexión en la eliminatoria.
La vuelta de Bellingham al once es una gran noticia, teniendo en cuenta que sustituiría a un Camavinga errático durante gran parte de esta temporada, pero el Madrid necesita que ambos den una versión mucho mejor de lo visto en la ida, porque en estas instancias, y en un escenario como el Metropolitano, es donde los jugadores hechos para este tipo de partidos deben responder y ser decisivos. Y ellos lo son.
Julián les retó en la ida con uno de los goles de la temporada. Les toca responder.
Getty Images
No es una victoria trampa, es simplemente una victoria por la mínima que hace que sea perfectamente remontable por el rival si el Madrid con juega con toda la intensidad y buen hacer posible, si el Madrid hubiera perdido en la ida por el mismo resultado no se afrontaría el partido de vuelta con pesimismo, sería una eliminatoria remontable.
Victoria trampa puede ser un partido que lo ibas ganando cómodamente y al final por un despiste tonto o por bajar la intensidad al final se te acerca el rival y ganas por menos distancia de lo que podrías haber hecho por ejemplo.
O tb victoria trampa puede ser ganar en la ida un partido donde el rival ha sido muy superior pero has tenido tus dosis de suerte.
El Real Madrid marcará. No tienen antídoto para los cuatro de arriba. Conque funcionen dos en el partido lo pasarán mal. Si llevamos el partido controlado durante la primera media hora o si aprovechamos una contra en ese arranque las cosas se pondrán bastante de cara. Cuando saquen a Sorloth, que ocurrirá, pones a Alaba de central y a Asencio a seguirle por todo el campo, para que no reciba de espaldas ni tenga opciones de remate
Tranquilos arbritos de Europa que aunque se equivoquen no es igual que las mafia del robalona y sus cómplices que para eso pagó 8,4 millones a los negreira boys
Estamos tranquilos con los árbitros en Europa, pero no olvidemos que Ceferin es un enemigo declarado del Real Madrid. Esperemos que si usan esa dureza desmedida que les permiten en la Liga con la protección y la benevolencia de As y Marca, el juez del partido pite las faltas y si llevan tarjeta las enseñe.