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San Gareth, mártir

San Gareth, mártir

Escrito por: Luis Montero Manglano9 febrero, 2022
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Se cuenta que en 1301, después de someter al País de Gales, Eduardo I de Inglaterra prometió a los nobles galeses que les nombraría un príncipe “nacido en su tierra y que no hablara ni una palabra de inglés.” El elegido por el rey fue su hijo Eduardo, que había venido al mundo en Caernarfon hacía escasos meses y que, por lo tanto, ni hablaba inglés ni hablaba absolutamente nada.

Los galeses son un pueblo sufridor. Quizá la culpa sea de Eduardo I y de cómo les chuleó el título de Príncipe de Gales con astucia y malas artes. No lo sé. Sea como fuere, hay pocas gentes que sobrelleven el infortunio con la callada elegancia de un galés. También son gente valerosa. Su símbolo nacional es un puerro. Díganme si no es maravilloso, ¿quién si no un galés podría tener los dídimos como para adoptar una verdura de guarnición como metáfora patriótica? Algún día contaremos por qué un puerro. Pero hoy no, Hoy vengo a hablarles de santos.

¿quién si no un galés podría tener los dídimos como para adoptar el puerro, una verdura de guarnición, como metáfora patriótica?

De Gales, hace siglos, salieron unos santos estupendos. Cristianos recios con alma de mártires que dormían sobre sacos llenos de nueces y que, como san Teilo, luchaban contra dragones. Estaban hechos para el sufrimiento. No se quejaban. Solo seguían con lo suyo (“haciendo las pequeñas cosas”, como decía san David), rezaban y comían puerros.

Los santos galeses eran muy viajeros. Recorrían el mundo evangelizando y buscando el martirio; porque, a fin de cuentas, revelación y martirio son dos aspectos íntimamente ligados a la santidad. Y de eso precisamente es de lo que va esta historia.

Los santos galeses eran muy viajeros. Recorrían el mundo evangelizando y buscando el martirio

Yo les confieso que de niño no era muy futbolero. Tampoco de adolescente. Era, eso sí, vagamente madridista, porque no tiene mucho sentido que alguien se niegue ese placer de forma voluntaria. Pero era un mal madridista. No iba al Bernabéu (nunca lo pisé, de hecho, hasta cumplir los treinta y tantos), no me sabía el once que le metió siete roscos al Eintracht el 18 de mayo de 1960 en Glasgow, y cuando jugaba el Madrid me enteraba al día siguiente por el periódico. Hay quien diría que era feliz, porque en aquel entonces conceptos como “pipero” y “saldo arbitral” me eran completamente ajenos, y Manolo Lama me sonaba a nombre de marca de somieres. Pero no, no era feliz. Vivía en la tiniebla, solo que no lo sabía.

Di Stéfano Real Madrid Eintrach 1960

Y entonces, Aleluya, vi la luz.

Verán ustedes, yo nunca vi jugar a san Paco Gento Magno, jamás lo vi predicar el madridismo en un templo tapizado de césped. No presencié, tal y como contaba el Balón de Oro Luis Suárez Miramón, cómo la Galerna del Cantábrico “echaba el balón p’alante”, se salía del límite del césped “por donde había tierra” y luego regresaba para coger el balón que él mismo había pateado unos metros antes, chutaba y marcaba un gol.

Digo que no vi jamás hacer a eso a Paco Gento, pero sí vi hacerlo a otro jugador. Y como a Dios le gusta la simetría, ese jugador también llevaba el 11 a la espalda. Lo vi, puedo jurarlo, hacer lo mismo que según Luis Suarez hacía Paco Gento en el Bernabéu. Solo que no fue en el Bernabéu, fue en el Mestalla, en una final de Copa del Rey. Allí vi a san Gareth de Cardiff atravesar el campo como un arcángel, salir empujado fuera el límite del césped, recuperar la posición, alcanzar el balón que él mismo había chutado no sé cuántos metros antes, patearlo y meter el gol más hermoso que yo he visto en mi vida.

No vi jamás hacer a eso a Paco Gento, pero sí vi hacerlo a otro jugador. Y como a Dios le gusta la simetría, ese jugador también llevaba el 11 a la espalda

Allí estaba yo, en un bar de la provincia de Segovia, (lo recuerdo como recordaría san Pablo el día que se quedó ciego camino a Damasco) viendo aquella monstruosidad de gol. De esos que solo se ven en las películas y en los dibujos animados.

Y así fue como san Gareth de Cardiff me hizo futbolero y madridista.

Bale gol Copa Rey final Barça en Valencia 2014

Supongo que todos los madridistas tenemos guardado en la memoria el momento en que nuestro corazón se tiñó de blanco. Y estoy seguro de que muchos vinculan ese instante especial con un jugador en concreto. Conozco gente que se hizo madridista solo por ver jugar a Zidane, y Cristiano Ronaldo tiene en su haber más conversos a la fe de Chamartín que moros mató Santiago en Clavijo. Y hasta alguien habrá que se volvió madridista por una parada de Iker Casillas, porque de todo hay en la viña del Señor.

El apóstol que me transformó a mí en el más recalcitrante de los merengues vino del país de Gales. San Gareth era, de niño, mucho mejor madridista que yo. Aún era un pispajo con orejas de soplillo cuando ya se hacía fotos con la camiseta del Real Madrid y una sonrisa de oreja a oreja. Soñando en llevar algún día esa misma camiseta en el Bernabéu.

Allí estaba yo viendo aquella monstruosidad de gol. De esos que solo se ven en las películas y en los dibujos animados. Y así fue como san Gareth de Cardiff me hizo futbolero y madridista.

No sé si ese niño de orejas de soplillo podía siquiera imaginar lo que haría con esa camiseta. Que la llevaría puesta cuando levantara al cielo cuatro Copas de Europa y que, después de hacerlo, una caterva de aficionados madridistas le gritaría con ojos inyectados en roncerismo que no era digno de llevarla puesta.

Son, en fin, las cosas que supone el martirio. A san Gerardo los húngaros lo tiraron por una colina metido en un barril lleno de clavos, igual que algunos madridistas arrojaron a san Gareth a los pies de Juanma Castaño. Hoy san Gerardo tiene una estatua en el monte más alto de Budapest, de modo que no es descartable que, de aquí a mil años, san Gareth tenga al menos una plaquita en el Nuevo Bernabéu.

Bale beso Bernabéu

En cualquier caso, San Gareth, como buen mártir, nunca se queja, nunca protesta. Hay por ahí ciertos santos franco argelinos que cuando abandonan la parroquia escriben sibilinas epístolas a sus fieles acusando al pontífice que lo hizo cardenal de haberse desviado de la verdadera fe. Pero san Gareth no, san Gareth es galés, y, como tal, sigue el mandato de san David y va a sus pequeñas cosas. Cuando san Gareth llegó al Madrid, ganó una copa del Rey y marcó el gol de la victoria en una final de Champions League. Cuando san Gareth llegó al Madrid, al final de cada partido se despedía de la afición aplaudiendo a la grada. Cuando san Gareth llegó al Madrid, aprendió a hablar español y a jugar al mus. Y para que san Gareth llegara al Madrid, tuvo que amenazar a su anterior obispo, el presidente de Tottenham con dejar para siempre el fútbol profesional si no le dejaba irse al equipo con el que soñaba jugar desde que era niño.

Poco sabía san Gareth que venía a evangelizar en tierras hostiles. “He aquí que yo os envió como ovejas entre los lobos”, dijo Jesús a sus apóstoles.  Uno de esos apóstoles fue santo Tomás, quien tuvo que meter los dedos en las yagas de Cristo para reafirmar su fe. Nosotros, al palpar los isquios yagados de San Gareth, encontramos cuatro copas de Europa. Si eso no sostiene la fe de un madridista, entonces ese madridista merece arder en un infierno azul y grana de césped impoluto y pases infinitos.

Uno de esos apóstoles fue santo Tomás, quien tuvo que meter los dedos en las yagas de Cristo para reafirmar su fe. Nosotros, al palpar los isquios yagados de San Gareth, encontramos cuatro copas de Europa

Los lobos acusaron a san Gareth de tener una hernia, luego de no hablar español (¡A un apóstol, insensatos! ¿Es que acaso no se dan cuenta que lo santos poseen el don de la xenglosia, es decir, de hablar varias lenguas, y que san Gareth en concreto habla el lenguaje universal del gol en la portería contraria?). Lo acusaron de marcar goles que estaban mal. Lo llamaron “despojo humano”, “marciano”, “jeta”; lo querían lesionado para que jugaran los santos locales, los del terruño, y, cuando se lesionaba, lo lapidaban porque se lesionaba mucho. Y san Gareth callaba. San Gareth metía penaltis estando cojo y goles de chilena en finales europeas, san Gareth donaba medio millón de euros a los hospitales madrileños y renunciaba caballerosamente a jugar una final europea en Cardiff reconociendo que igual él no estaba para esos trotes en aquel momento.

En el documental de aquella final, en las últimas escenas, se ve a san Gareth hablando con su madre, que es como la versión galesa de santa Mónica, madre de san Agustín. Allí, casi de refilón, se le oye decir “¿Has visto? ¡He jugado!”, con la misma sonrisa y la misma mirada del chaval con orejas de soplillo que se hacía fotos con la camiseta del Real Madrid. Porque para san Gareth no había mayor felicidad que haber jugado solo un puñado de minutos en el descuento para el equipo de sus amores. No necesitaba más. Quien al Madrid tiene nada le falta, solo el Madrid basta, pensaba san Gareth. Y era feliz.

Bale gol Kiev

Era feliz entonces porque aún no sabía que parte de su parroquia le odiaba con inquina. Todavía Mijatovic no había dicho que san Gareth solo creía en Gales y en el golf, y que el Madrid, si eso, era para sus ratos libres. Eso dijo del tipo al que un tal Coates del Sporting de Portugal le reventó el tobillo y casi su carrera deportiva cuando defendía los colores del Real Madrid.

La desdichada ocurrencia balcánica se desplegó en forma de bandera que a muchos pareció indignante. Me incluyo. En mi opinión, el “Gales, Golf, Madrid. In That Order” no fue el mensaje adecuado. El mensaje correcto habría sido “Idos a tomar por donde amargan los pepinos, piperos del guano”. Al menos eso habría puesto yo, pero, claro, yo no soy galés, ni santo ni mártir (in than order.)

No necesito más milagros del santo mártir galés

Tal vez, algún día, alguien escribirá un apócrifo en el que se cuente con pelos y señales por qué san Gareth dejó de ser feliz jugando para el Madrid. Puede que allí nos cuenten el relato de cómo el cardenal franco argelino al que san Gareth salvó el capelo en Kiev le dijo ex cathedra que si quería volver a estar presente en el campo durante un partido más le valía transmutarse en aspersor.

Dice mi admirado Jesús Bengoechea, que es experto en galeses, que a san Gareth aún le queda un último milagro antes de ascender al Olimpo madridista (cosa que, no me cabe duda, ocurrirá tarde o temprano). Puede ser, y deseo que esté en lo cierto, pero, sinceramente, a mí ya eso no me importa. No me hace falta. No necesito más milagros del santo mártir galés.

A mí san Gareth de Cardiff, aquella noche mágica en Mestalla, ya me concedió uno de los dones más bonitos que se le pueden dar a nadie en esta vida: mi amor incondicional por el Real Madrid.

Porque eso es lo que hacen los santos: abrirnos las puertas del Paraíso.

 

Getty Images.

Luis Montero Manglano
Novelista. Editor. Profesor de Historia del Arte.

28 comentarios en: San Gareth, mártir

  1. Estupenda reivindicación de uno de los jugadores más injustamente vilipendiados por su propia "afición". Esta costumbre de poner a parir "siempre" a alguno de nuestros jugadores se debería acabar, es tirar piedras sobre nuestro propio tejado - ya las tiran con saña el resto de las aficiones - . Y en el caso de Bale me parece lacerante, como bien comentas.
    Se te ha olvidado comentar que Gareth nació en una tierra en la que el rugby es "la" religión - ya sabes lo que dicen: "los que no saben jugar el rugby juegan al fútbol -. Es decir, nació en tierra pagana.
    Confieso que soy muy de rugby, y especialmente, muy especialmente, de Gales. Pero también soy merengón total. Adoro a los dos dioses sin problemas de conciencia.
    Que El Madrid ganara la duodécima en el Millennium Stadium de Cardiff, donde disputa sus partidos la selección de rugby de Gales, fue para mí la conjunción perfecta.
    Muchas gracias por tu artículo, Luis.

  2. A estas alturas las culpas están ya muy repartidas y no parece que esto tenga ya solución. Pero totalmente de acuerdo con el artículo. Probablemente nunca sepamos toda la verdad de este asunto.

  3. Este articulo es una defensa impecable de un jugador que aunque ha colaborado y mucho a los ultimos grandes titulos blancos, se esperaba mucho mas de el.

    Reconozco que me gustaria conocer su version de lo que ha pasado, pero lo cierto es que la llegue a conocer o no algun dia, parece inevitable que lo mejor es su marcha.

  4. Muy bonito de leer. Tengo en mis recuerdos tantos momentos que me hicieron feliz con él de protagonista (el gol de Bartra, el penalti del cojo, los goles de la 13ª....). Ahora, hay veces que ni siquiera me acuerdo de que aún le tenemos y me da cierta tristeza. Me gustaría saber algún día qué narices le ha pasado. Yo no tengo fe en este santo ya.
    Hay que agradecerle los servicios prestados y decirle adiós. En mi recuerdo, siempre permanecerán esos momentos.

  5. Bale, ha sido uno de los jugadores que más ha aportado a la historia del Madrid con más de 100 goles, algunos de ellos en finales y con una transcendencia insuperable...Aún así, no puedo estar más en DESACUERDO con el escrito...

    ...Guardando las distancias en el agravio comparativo, pero no en lo conceptual, tu artículo es como leer uno de los que hacen a los catalanes víctimas de España, y como los que intentan hacer ver a los etarras como víctimas. Al César lo que es del César, mientras fue César, y Bale, desde hace muchos años no es que no sea César, es que no es ni un romano de los que limpiaban sus vacines. Y esto, no es debido a las lesiones (solo en un pequeño porcentaje) sino a su ABSOLUTA FATA DE PROFESIONALIDAD y DESIDIA.
    Un "profesional" cero implicado con su trabajo, que desde hace años no ayuda a sus compañeros en el campo, no dobla al lateral, no hace un esfuerzo defensivo por robar un balón, si la bola no le llega no va a por ella y puede estar perfectamente 30 minutos seguidos sin tocarla. Un tío, que se va antes de que acaben todos partidos si ha sido sustituido porque le resbala el resultado final, que pide no viajar con el equipo para quedarse en su casa, un chaval del que sus entrenadores dicen: "No está lesionado, pero no está disponible", lo que viene siendo un parásito que les dice a sus entrenadores que está choff, que tiene la regla....Y esa regla desaparece de inmediato en cuanto toca jugar con su selección.
    Te equivocas, además, en que no ha tenido malas palabras contra el Madrid: mucho pero que eso, ha blasfemado repetidas veces contra algo más sagrado que el Madrid, su afición, y no lo ha hecho él directamente porque no tiene bemoles, pero lo que si tiene es una perra sexagenaria que se llama Barnett y es la encargada de dicha encomienda, llamando a los madridistas hace poco: asquerosos.
    Como puedes ver, hay infinitos motivos para llevarlo de vuelta a Gales jugando a Puente Palo con él. Tan tan mal no estará en Madrid, cuando ha aprovechado hasta el último segundo de su contrato para estar en la capital, siendo el que MÁS cobra del equipo, y el que menos trabaja, lo que en su tierra llaman PARASITE.

    1. Algún contaremos en el "Apócrifo de san Gareth" por qué durante una época se veía obligado a marcharse de los partidos unos minutos antes (siempre dentro del tiempo permitido por la normativa del Club).
      Hasta entonces, reflexiones sobre sus palabras, hermano, que aún está a tiempo de ver la luz del garethismo 😉
      Un abrazo y gracias por su comentario.

      1. Gracias a ti por el escrito. Como soy de memoria selectiva, al final me quedaré solo con lo bueno: con lo que ha dado al club cuando quería trabajar, con que os haya evangelizado a algunos como feligreses de la parroquia madridista, y con la camiseta que tengo en el armario con el 11 y su nombre de aquella lejana época en la que no se había afuncionariado y se ganaba el sustento. Un abrazo.

      1. Buenas tardes a todos.

        Sobrar sí creo que sobra lo de la "yaga" del sr Bale. Pero es muy posible que no haya yo entendido ese pasaje del artículo. Revisando un poco me he apercibido que no solo otro participante lo ha mencionado y el autor lo ha reconocido.

        El artículo, que lo he disfrutado mucho, ha estado formidablemente complementado por la sección de comentarios.

        Como otro de los participantes también soy aficionado del rugby, pero no tanto como lo soy del golf, estando mi simpatía siempre del lado de mi querida Pérfida y sus leones...o gatitos porque no han iniciado muy bien el Seis Naciones.

        Por cierto, agradezco al articulista que mencionara al formidable monarca inglés que fue Eduardo "Longshanks".

  6. Reducir la aportación de Gareth a las por otra parte impresionantes prestaciones en las finales es, de algún modo, jugar en el terreno de piperos y antis. Comprar parcialmente su abominable y falaz discurso. Porque entonces nos estamos olvidando de todo lo demás.

    No deberían olvidarse los goles al City, al Farsa, el haberse echado al equipo a veces cuando lesiones se lo permitieron. El haber sido integrante de esa BBC que fue toda una institución en el MAdrid "4 de 5". Todo ello, eso sí, antes del fatídico junio de 2018. Se le puede achacar que no tomó el relevo natural de CR7, pero nada más en su rendimiento y en su actitud.

    Abrazos madridistas.

  7. Me ha emocionado tu exposición y no puedo estar más de acuerdo. A ese cardenal franco argelino se ha sumado recientemente D. Carlo en desear su transmutación en aspersor para poder estar en el verde de San Mamés en un momento donde nada había que perder dada la precaria situación de la delantera madridista y a sabiendas de lo mucho que nos ha dado este santo galés.

  8. Totalmente de acuerdo con el artículo, no se como una persona puede aguantar a esos periodistas patrios tan asquerosos, sin contestarle como se merecen, lo que no puedo comprender es los comentarios de madridistas influidos por es bazofia carroñera que escriben en los diarios deportivos y participan en las tertulias.

  9. Considero que el artículo está muy bien escrito, es ameno, interesante y rezuma cultura. Recuerda hechos como la salvaje entrada de Coates (Sporting de Portugal), que recuerdo perfectamente, cuyo propósito era hacer el mayor daño posible a los delicados huesecillos del pie de Bale, de una forma bastante disimulada, casi como un toquecillo, pero que mala espina dio verla y la desazón de oír, una vez más, vuelta la burra al trigo. Esta entrada es equiparable a la sufrida por Eden Hazard a cargo de Thomas Meunier cuyas consecuencias aún sufre el fino futbolista belga del RM. Parecen nada, pero se convierten en una losa en la carrera de un futbolista.
    Gareth Bale tenía una elegancia sin par. Hizo partidos memorables. Que se le pregunten al Malakito cuando eran incapaces de pararle, o a la misma farsa. Le vi poner centros, a plena velocidad, en forma de plátano, rasos, por el suelo, salvando toda la línea defensiva y el portero del equipo rival, medidos a los pies de CR. Muchas veces se echó el equipo a la espalda, era capaz de hacerlo.
    No me parece justo lo de santos franco argelinos, es una indirecta que no merece/n la persona o personas a las que supuestamente va dirigida la indirecta.

  10. Nunca jugador alguno, fué tan rentable, con tan poca continuidad, y no sé, si tan poco esfuerzo, siempre me quedará la duda de si podía hacer más y no quería, o no podía de verdad, nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero sin duda, le quedará un sitio, en el púlpito de la gloria madridista, hasta siempre Gareth.

  11. Estimado Luis, enhorabuena por tu gran artículo, es de esos que me gustaría haber escrito a mí. Has tenido un pequeño error mecanigráfico, te lo digo de buena fe, por si se puede corregir, y es que esas llagas están sangrando.

    1. Culpa sin duda de Titivillus, el demonio de las erratas, quien también se ha comido la "o" de "xenoglosia", el muy sinvergüenza. Cuando se escribe sobre santos, los diablos siempre hacen de las suyas.
      Abrazos madridistas y gracias por su comentario.

  12. Buenas noches, muy buen artículo Sr.Luis, se agradece su pasión y cariño por su santo. No me parece que una persona como Bale, merezca tamaña gloria santoral. Respeto y concuerdo con vuestras opiniones, pero Bale no es un ejemplo, ni santo. Soy católico en un país laico, y soy madridista en tierra hostil y la verdad que una persona pusilánime, sosa, sin compromiso, no es la referencia que yo tengo de un santo. En mi tierra(Uruguay) y en España futbolísticamente hablando, creo que los ejemplos de verdaderas personas comprometidas son Juanito, don Alfredo, el Negro Jefe Obdulio Varela (capitán del 50), Arbeloa, y muchos otros. Menudo favor hacemos a los más jóvenes si decimos que Bale está en el altar de Juanito y los demás. Bale lo que siempre tuvo de blanco fue su cara de niño con orejas de soplillo, pero sangre? de esa roja de la furia, de esa sangre caliente que te derrite? No. Hala Madrid, por siempre!!!!

  13. El club se equivocó en el momento de terminar esta historia..si se hubiera ido en 2018 como pidió zz, su último partido de blanco hubiera sido el mismo que el de cristiano y marcando el gol más difícil de la historia de las finales de champions. Hubiera pasado a la historia como un mito... ahora con estos últimos 4 años donde solo ha cobrado sin aportar nada se ha Manchado su legado...el tiempo lo pondrá en un lugar elevado del Olimpo blanco, pero debe olvidarse este lamentable final

  14. Técnicamente, creo que es de los mejores jugadores que hemos tenido esto años, pero cuando dijo que se quería ir, se le debió dar puerta. Como dice Carleto, cuando un jugador dice que se quiere marchar hay que buscarle una salida. Para mí es también un misterio, y una lástima, lo que ha pasado con él estos últimos años.

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