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Un Real Madrid líquido

Un Real Madrid líquido

Escrito por: Hank19 diciembre, 2025
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El filósofo Zygmunt Bauman acuñó el término “sociedad líquida” para definir a ese sector de la sociedad actual cuyo desarrollo de la personalidad coincidió con el boom de las tecnologías. Para Bauman, esa “modernidad líquida” es la creciente convicción de que el cambio es la única cosa permanente y la incerteza es la única certeza.

No es casual que la plantilla del Real Madrid sea la más joven de los últimos años (con una media de edad de 24,9 años) y una de las más jóvenes de los grandes clubes de Europa y que esté atravesando el momento de incertidumbre que vive actualmente. El peso del vestuario lo llevan jugadores jóvenes pertenecientes y exponentes de esta nueva era líquida, y quizá sea eso lo que se está viendo reflejado en el campo.

Algunas de las características que Bauman atribuye a esta generación son fácilmente identificables en este Real Madrid, como el individualismo exacerbado, plasmado en un equipo que hace tiempo que vive más de la calidad individual de sus estrellas (actualmente se sostiene en los pilares que son Mbappé y Courtois) que de su juego colectivo; el debilitamiento de la comunidad, tristemente reflejado en un equipo que empezó queriendo ser identificable a través de la presión alta y el juego entre líneas y que desde el partido ante el Valencia no alberga identidad alguna; o el miedo y la inseguridad, ambos factores que se perciben claramente a la hora de buscar el gol o enfrentarse a rivales de entidad. Salvo Kylian, la mayoría de jugadores ofensivos del equipo adolecen de la calma necesaria para definir ante el portero o de la valentía y ambición indispensables para buscarse el hueco propio con el que sacar su disparo.

la “modernidad líquida” es la creciente convicción de que el cambio es la única cosa permanente, y la incerteza es la única certeza. El peso del vestuario lo llevan jugadores jóvenes pertenecientes y exponentes de esta nueva era líquida, y quizá sea eso lo que se está viendo

El proyecto de Xabi Alonso empezó de manera ilusionante, con un juego que aspiraba a ser emocionante a partir de la recuperación de balón en campo rival y la búsqueda inmediata de nuestras más óptimas armas ofensivas en el último tercio del campo, pero algo se rompió (o murió) en algún momento del periodo comprendido entre la debacle sufrida en el Metropolitano y la borrachera de jolgorio desmesurado tras batir a nuestro más negreiro enemigo, partido en el cual, por cierto, mejor se vio reflejada esa ansiedad que acecha a nuestros jugadores y que les impidió proporcionar a su rival lo que hubiera sido una merecida goleada, tanto por juego como por moral.

Es curioso que Bauman también establezca la inestabilidad de la identidad como uno de los factores más importantes a la hora de definir a esta juventud, y que precisamente ese sea el principal mal que asola a este equipo desde incluso antes de la llegada de Xabi Alonso al banquillo blanco. La falta de automatismos en ataque (incluso de automatismos propios que se construyen simplemente porque los jugadores se van conociendo entre sí y saben las zonas de influencia o desmarques que tienden a ocupar sus compañeros en cada momento), la dificultad del equipo a la hora de atacar defensas cerradas en bloque bajo y la fragilidad defensiva de este equipo llevan a uno a preguntarse si acaso trabajarán algo a lo largo de la semana, pero el problema es incluso más profundo y también coincide con uno de los atributos que el sociólogo polaco describe en sus obras: la inconstancia.

Este grupo, desde que ganó la última Champions, es inconstante e inconsistente y el hecho de que entre sus pilares no se hallen ya jerarcas como Kroos, Modric o Benzema ayuda a explicar esta falta de solidez y ambición que parecía haber recuperado el equipo tras conseguir 13 victorias en sus primeros 14 encuentros. Un espejismo que no tardó en diluirse tras revolverse el grupo contra su líder en otra muestra más de un excesiva pasionalidad, más propia de la adolescencia que de la etapa que atraviesan la mayoría de los jugadores del Real Madrid.

otro de los atributos que el sociólogo polaco describe en sus obras es la inconstancia. Este grupo, desde que ganó la última Champions, es inconstante e inconsistente

Ahora, el tolosarra parece haber recuperado al vestuario a costa de haber perdido su proyecto, y sus resultados dependen de este Madrid líquido que hace aguas por todos los costados. La fortuna no acompaña y las lesiones se han cebado con la defensa de un equipo que, si algo precisa en este momento, es la fortaleza y seguridad que podría aportar una pareja de centrales formada por dos sanos Rüdiger y Militao. El proyecto de Alonso, sin defensas, sin ese anhelado centrocampista creativo ni el tan ansiado delantero de área rematador, y con un vestuario al que parece faltarle la tensión competitiva necesaria para luchar cada partido los 90 minutos, parece totalmente muerto, pero la gran y única suerte que tiene Xabi en estos momentos es que se encuentra en el único club del mundo al que ni siquiera la mismísima Muerte se atreve a negarle la gloria de los títulos. Y, si no, que le pregunten al último equipo que nos enterró.

 

Getty Images

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4 comentarios en: Un Real Madrid líquido

  1. Parece que nombrar jugador por jugador no pasa el filtro de moderación, pero no vayamos a excusarnos con la edad que tenemos diez jugadores entre los treinta y los veintiséis años y son padres de familia. En la otra acera hay un entrenador que está sacando petróleo de quince críos.

  2. Hank el Madrid no ha presionado para robar en campo contrario en los últimos 30 años. ¿De esas primeras 13 victorias en cuales se jugó verdaderamente bien?

  3. Me ha encantado el artículo. La interpretación de la evolución del equipo y su situación actual coincide casi al 100% con mi opinión. Quizás añadir que hay dos figuras mundiales y jugadores determinantes que están muy por debajo del rendimiento acorde con su categoría y estatus: Jude y Vinicius. Por lo demás chapeau

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